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viernes, 18 de enero de 2019

Los océanos se están calentando rápidamente y nuestra vida está a punto de cambiar

Arrecifes de coral que desaparecen, huracanes que se intensifican, el nivel del mar que sigue subiendo, nuevos informes confirman los estragos del cambio climático


El hielo marino se derrite en el estrecho de Franklin a lo largo del paso del noroeste en el archipiélago ártico canadiense. AP/REX/Shutterstock

Jeff Goodell, Rolling Stone

Los negacionistas del cambio climático quieren que creas otra cosa, pero la física elemental del cambio climático es tan sólida como la física elemental de la gravedad (o incluso más sólida, ya que el gravitón, la partícula que porta la fuerza de gravedad todavía no se ha detectado). Pero hay multitud de cosas que se desconocen sobre el sistema climático de la Tierra, por ejemplo, exactamente cuánto calienta la atmosfera cada tonelada de dióxido de carbono que emitimos, o la diferencia en la forma en la que las distintas nubes pueden enfriar (reflejando la luz del sol) o calentar (atrapando el calor) la Tierra. Estas incertidumbres no significan que los científicos no entienden cómo la quema de combustibles fósiles está cocinando el planeta. Pero quiere decir que todavía hay matices científicos que podrían hacer que los riesgos a los que nos enfrentamos con el cambio climático sean menores de que lo que ahora anticipan los científicos –o mayores.

La semana pasada se resolvió una incertidumbre importante –y, como la mayoría de las noticias sobre el cambio climático estos días, no es una historia feliz. Un artículo publicado en la revista Science muestra que los océanos de la Tierra se están calentando a un ritmo que es un 40 por ciento más rápido de lo que se indicaba en el informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de 2013. Debido a que los océanos del mundo funcionan como una gran batería inercial, capturando la energía del calor, para luego dispersarlo en el tiempo, los océanos calientes están enormemente implicados en todo, desde el ritmo de subida del nivel del mar a la intensidad de los huracanes durante las próximas generaciones.

Durante el siglo pasado, mientras el mundo se calentaba por la emisión de combustibles fósiles a la atmosfera, un 90 por ciento del calor extra que entraba dentro del sistema climático era absorbido por los océanos. “Si el océano no estuviese ahora absorbiendo tanto calor, la superficie de la tierra se calentaría mucho más deprisa de lo que lo está haciendo ahora,” dijo Malin L. Pinsky, profesor asociado del departamento de ecología, evolución y recursos naturales de la Universidad Rutgers al The New York Times. “De hecho, ahora mismo, el océano nos está salvando de un calentamiento considerable”.

La capacidad del océano para absorber calor no era un misterio para los científicos. Pero lo que ha sido un misterio es que el océano parecía calentarse más despacio de lo que debería haberlo hecho teniendo en cuenta los modelos climáticos. Esto es importante, porque si un modelo climático no puede capturar el pasado con precisión, entonces tampoco podrá predecir el futuro con precisión.

Pero medir realmente el contenido de calor de los océanos del mundo no es tarea fácil. Lo que importa no es solo la temperatura de la superficie, que es relativamente fácil de calibrar, sino también medir la temperatura a una profundidad de hasta 2.000 metros de profundidad.

Como los datos han estado sugiriendo que los océanos se estaban calentado más lentamente de lo que predecían los modelos climáticos, ¿quería esto decir que los modelos estaban equivocados o que las mediciones estaban desviadas?

Los autores del nuevo estudio resolvieron el dilema usando nuevos datos provenientes de una red de miles de robots autónomos –llamados flotadores Argo- que se sumergen a profundidades de unos 2.000 metros y miden la temperatura, salinidad, pH y otras características oceánicas mientras ascienden lentamente.

Las implicaciones son enormes


Los océanos que se calientan rápidamente son devastadores para los arrecifes de coral. Los arrecifes de coral están desapareciendo cinco veces con más frecuencia que hace 40 años, y desaparecerán completamente durante tu vida.

Los océanos que se calientan rápidamente intensifican los huracanes. Por ejemplo, un estudio reciente relacionaba las desastrosas lluvias asociadas con el Huracán Harvey, que golpeó Houston en 2017, con la cantidad de calor almacenada en el océano. Harvey descargo 152 cm de agua en el sureste de Tejas (la mayor cantidad en una sola tormenta registrada nunca en la historia de EE.UU.)

El estudio, publicado en la revista Earth’s Future, argumentaba que el contenido de calor añadido en el océano no solo aumenta la intensidad de precipitación de una tormenta sino que también “la fortalece y la agranda,” convirtiéndola en una productora de lluvia aún mayor. Dos estudios independientes encontraron que el calentamiento del clima aumentó la precipitación del Harvey entre un 20 y un 35 por ciento.

Los océanos más calientes también se traducen en una subida del nivel del mar más rápida, en parte porque cuando el agua se calienta, se expande.

Los océanos que se calientan rápidamente están además deshelando las grandes masas de hielo de Groenlandia y de la Antártica desde abajo, lo que tiene el potencial de aumentar enormemente el ritmo y la altura de la subida del nivel del mar. El calentamiento del océano meridional es particularmente alarmante, porque podría desestabilizar la Antártica oeste y producir el colapso de masas de hielo que podrían elevar el nivel del mar globalmente en 3 metros.

Los océanos más cálidos también tienen grandes impactos en la vida marina. “El calentamiento de los océanos está empujando a los peces a ir a nuevos lugares, y ya estamos viendo que esto está causando conflictos entre países,” dijo Pinsky al Times. En algunos casos ha derivado en la ruptura de relaciones internacionales.

Los océanos cada vez más calientes implican también que las tecnologías a gran escala como la geoingeniería y la extracción de carbono, que cada vez más son consideradas como el último recurso para enfriar el planeta, serán menos efectivas. Una cosa es colocar una sombrilla al lado de la piscina y otra completamente diferente es tratar de enfriar el agua de la piscina.

Si hay un lado positivo en este estudio es este: Es una prueba más de que la ciencia climática –y el conocimiento sobre los riesgos a los que nos enfrentamos en el futuro– está mejorando, es más precisa y más sofisticada. Puede que estemos o no condenados, pero no podemos decir que no nos avisaron.
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Traducido del inglés para Rebelión por Eva Calleja

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