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miércoles, 15 de agosto de 2018

Samir Amin, la voz del Sur global

El pasado 12 de agosto falleció el economista egipcio, icono del movimiento antiglobalización. Es uno de los máximos teóricos de las relaciones de dominio centro/periferia del marxismo y pionero de los estudios sobre la globalización
Eddy Sánchez Iglesias, CTXT

El economista egipcio Samir Amin, icono del movimiento antiglobalización que vivía en Dakar (Senegal), murió el pasado 12 de agosto en París a la edad de 87 años como consecuencia de un tumor cerebral. Considerado como uno de los máximos teóricos de las relaciones de dominio centro/periferia, del marxismo y pionero de los estudios sobre la globalización, Samir Amin era una de las figuras de los movimientos antiglobalización de todo el mundo.

Samir Amin formó parte de la nueva intelectualidad que surgió en la periferia en el marco de las luchas anticoloniales. Nacido en El Cairo (Egipto) en 1931, formado en París en la década de los cincuenta, militante comunista hasta el final de su vida, Amin es considerado uno de los grandes economistas contemporáneos y figura clave de las ciencias sociales de las últimas décadas. Conceptos como intercambio desigual, relaciones centro/periferia, desconexión, imperialismo colectivo o el de Triada, forman parte de los temarios de las universidades y centros de pensamiento de todo el mundo, siendo también un activo protagonista de los foros mundiales y de los movimientos sociales a escala global.

Su último acto público en España fue el pasado 25 de abril en el Salón de Grados de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UCM, durante las celebraciones por el bicentenario del nacimiento de Karl Marx, acto abarrotado de un público muy joven.

Samir Amin es autor de una prolija obra. En su primera etapa, Amin fue clave en la renovación del marxismo en la década de los setenta del siglo XX, en concreto a través de la renovación del pensamiento marxista sobre el imperialismo por medio del tratamiento teórico del intercambio desigual. Los teóricos del intercambio desigual no se centraron sólo en la caracterización de las relaciones centro/periferia, sino que sobre dicho concepto buscaron también una comprensión más global del funcionamiento de la economía mundial. Así, la perspectiva internacional aparece como rasgo necesario para la comprensión del mundo contemporáneo.

Dicho esfuerzo tuvo como protagonistas a un grupo de economistas formados en Francia, entre los que destacaban Arghiri Emmanuel, Charles Bettelheim, Samir Amin y Christian Palloix, a los que habría que sumar referentes en España, como José María Vidal Villa y Javier Martínez Peinado, autores que formaron junto a los norteamericanos Paul Baran y Paul Sweezy y a los exponentes del enfoque de la dependencia en América Latina, la conocida como segunda generación de teóricos marxistas del imperialismo.

Esta segunda generación surge en el contexto de la descolonización. Ya no es el proceso de colonización, de las guerras imperialistas y sus efectos lo principal, como lo fue para Hilferdin, Lenin, Rosa Luxemburgo o Bujarin, sino el proceso de descolonización y la irrupción de la periferia como hechos de referencia, situando el debate desarrollo-subdesarrollo como su temática central.

Así, la realidad de los nuevos países de la periferia queda condicionada por las relaciones del imperialismo informal, el cual despliega relaciones de dominación en torno al discurso de la liberalización y la libertad de comercio, nuevo imperialismo que impone mecanismos de inserción periférica en la nueva economía mundial dominada por EEUU y las antiguas metrópolis. Surgen por tanto relaciones neocoloniales que obligan a la construcción de nuevos enfoques de los que se deriva la estructura teórica centro-periferia definida por Samir Amin, para quien los elementos característicos de este nuevo imperialismo serían:
  1. La doctrina del libre comercio como instrumento que permite la construcción de relaciones económicas y comerciales favorables a las metrópolis y la imposición a la periferia de un modelo de desarrollo de capitalismo desigual.
  2. El militarismo, el cual surge como un aspecto de imposición de relaciones de imperialismo informal y como absorción del subconsumo
  3. El racismo como discurso ideológico justificador del neocolonialismo

Dentro de esta etapa destacarían obras ya clásicas como El desarrollo desigual, ensayo sobre las formaciones sociales del capitalismo periférico (1974) y La acumulación a escala mundial (1975), trabajos que en términos políticos supondrían una crítica a los teóricos socialistas y comunistas que enfocaron sus análisis exclusivamente en la problemática capital/trabajo, y no el conflicto entre países del centro y de la periferia en un contexto de progresiva poralización mundial del capitalismo, acercando a Samir Amin a las corrientes maoístas existentes dentro del comunismo.

En este contexto se vive un ascenso del sindicalismo de clase, especialmente en Europa occidental, pero también en los países periféricos más industrializados, ascenso de radicalización de ciertos sectores de las clases medias, la irrupción de los movimientos de liberación nacional (Argelia, Cuba, Vietman o el nacionalismo árabe), las guerrillas y la transformación de los Estados como protagonistas de procesos de industrialización.

Con la crisis de los setenta del siglo XX y la generalización de las policías neoliberales en las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado, surge un proceso de internacionalización de las relaciones económicas, conocida como globalización. Entraríamos así en una segunda fase en la obra de Amin, que le convertirían en uno de los pioneros del análisis de la globalización, protagonista junto a Immnauel Wallerstein y Giovanni Arrighi del análisis de los sistema-mundo.

Es ahí donde Amin aparece de nuevo como renovador de los análisis marxistas, conformando la conocida generación de los marxistas de la globalización. El teórico mantiene de anteriores etapas la preponderancia de la variable económica en sus análisis, así como la preocupación por el capital financiero y el papel de la guerra, pero aporta, junto a otros, al menos cuatro aspectos más:

  1. El análisis del neoliberalismo y de la globalización.
  2. El estudio de las políticas de privatizaciones, liberalizaciones y desregulaciones, en especial del sector financiero y de los servicios públicos.
  3. Los tratados de libre comercio como forma de expansión del imperialismo.
  4. El estudio de los movimientos sociales y la aparición de un nuevo tipo de protesta transnacional.

Dentro de esta generación destacan el sociólogo norteamericano James Petras, quien entiende la globalización como la manifestación del poder de EEUU a escala global, o el geógrafo británico David Harvey, cuyas obras ponen el acento en los problemas de sobreacumulación y las relaciones entre las dinámicas económicas globales con su impacto territorial, el cuál acuña el término nuevo imperialismo, contexto en el que Samir Amin propone a finales de década de los ochenta, otro de sus conceptos más conocidos, el de la desconexión frente a la globalización, en su obra La deconexión, hacia un sistema mundial policéntrico (1988). Son los años previos al levantamiento del EZLN en 1994 o las protestas globales como la de Seattle en 1998 y los posteriores Foros Mundiales, siendo Amin uno de sus principales protagonistas presidiendo el Foro Mundial de Alternativas y el Foro Mundial del Tercer Mundo.

Ya en el siglo XXI, Samir Amin entraría en una nueva etapa de su pensamiento, centrándose en análisis de carácter geopolítico, donde destaca el ensayo Geopolítica del imperialismo contemporáneo (2004), uno de los trabajos que más han influido en la caracterización del imperialismo contemporáneo. Para Amin, el imperialismo del Siglo XXI ha pasado del conflicto permanente de los imperialismos de inicios del Siglo XX (Primera Guerra Mundial), al imperialismo colectivo de la actualidad, que él definió como la Tríada, formada por EEUU, la UE y Japón, hegemonizada por el primero.

Aunque los socios de la Tríada comparten intereses comunes en la gestión mundial del imperialismo colectivo en sus relaciones con el Sur, ellos tienen también una relación conflictiva potencialmente seria. Así para Amin, la superpotencia americana vive gracias a los flujos de capitales que alimentan el parasitismo de su economía y de su sociedad. La vulnerabilidad de los Estados Unidos constituye, en ese sentido, una seria amenaza para el proyecto de Washington, que tendría en la irrupción de la semiperiferia asiática, principalmente China, su principal amenaza, y que explicaría la respuesta de EEUU de extender la Doctrina Monroe a escala global, haciendo del proyecto de la UE un mero apéndice, que conducirá tarde o temprano a la fragmentación del proyecto europeo.

Expuestas las etapas, conceptos, contextos históricos y obras más importantes de Samir Amin, habría que decir, en último lugar, que es en la dimensión política de su obra donde mejor podemos entender al pensador egipcio. Y es que la progresiva difusión y reconocimiento internacional que reciben los trabajos de Amin son la consecuencia de una sólida obra basada en el análisis de los problemas del subdesarrollo, la dependencia y el desarrollo desigual, clara prueba de cómo la explicación y resolución de los problemas de la periferia explotada sólo pueden surgir de la periferia misma, realidad que hacen de Samir Amin una de las grandes voces de la nueva irrupción del Sur global en el sistema-mundo.

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