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domingo, 22 de julio de 2018

El deep State o el complejo militar industrial de Beltway tras la cabeza de Trump?

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Sin tapujos, Ron Paul –ex legislador texano del Partido Republicano y padre del influyente senador Rand del Partido del Té– imputa al complejo militar industrial de Beltway de estar detrás del sabotaje de la cumbre en Helsinki: aterrorizado de realizar la paz con Rusia por “cientos de miles de millones de razones –conocidos como dólares–” que harán lo que sea para prevenir el acercamiento de Trump y Putin.

Al unísono de la pérfida acusación del juez especial Robert Mueller, el complejo militar industrial de Beltway busca la decapitación de Trump (http://bit.ly/2JFB1Nb).

Ron Paul –crítico cartesiano de los más creíbles a sus 82 años, en contrapunto al pugnaz senador Republicano John McCain, de 81 años, vinculado a los intereses bélicos de George Soros– conoce los intríngulis del poder en Estados Unidos, hoy en plena guerra civil cacofónica tras la polémica conferencia de Trump en Helsinki (http://bit.ly/2Ldo7f6). Ron Paul explaya la diferencia entre el deep State y el complejo militar industrial de Beltway. Juzga que “el deep State no constituye una secreta y amplia teoría de la conspiración”, ya que es real, opera abiertamente y está lejos de ser monolítico, cuando es simplemente el gobierno permanente y no elegido que continúa expandiendo su poder independientemente de la forma en que votan los estadounidenses. Ron Paul afirma que “existen facciones del deep State que están contentas (sic) con las políticas del presidente Trump”, que se pudiera decir aun que las representa.

Ron Paul diferencia al deep State y al complejo militar industrial de Beltway cuando el mismo Trump ha inculpado al deep State de la cacería de brujas en su contra. El Beltway es el conglomerado de burócratas del gobierno federal, sus contratistas, cabilderos y multimedia: la columna vertebral de la inamovible burocracia y sus apparatchiks al estilo soviético. La aclaración es notable porque de otra manera no se entendería cómo puede gobernar Trump contra vientos y mareas, si no se toma en cuenta el apoyo del grueso del ejército y del Poder Judicial que hoy controla (http://bit.ly/2LzNVhK). Una cosa es el pleito a muerte que traen los omnipotentes servicios de espionaje (y los multimedia que controla) contra Trump y otra es confundir sus policiacos extravíos metaconstitucionales con el sustentáculo del que todavía goza el presidente número 45 de parte del ejército, el Poder Judicial y la mayoría del Partido Republicano en el Congreso.

Dudo que Trump se hubiera atrevido a hacer muchas cosas sin la anuencia de la “facción del deep State” del ejército y del Poder Judicial que representa, según Ron Paul.

Ron Paul coloca en la picota las acusaciones de Mueller, quien nunca tendrá que defender sus asertos en un tribunal por lo que puede hacer todos los alegatos que desea. Tal es el caso de una de las empresas rusas –acusadas por Mueller– que sorprendió al mundo (sic) al haber promovido una petición de no culpable y al exigir ver la supuesta evidencia de Mueller, ante lo cual el juez especial procedió a entablar varias mociones para retrasar la entrega de su evidencia. Ron Paul pregunta en forma sarcástica: ¿Qué esconde Mueller?

Ron Paul concluye que llama la atención de que nadie habla de las estimadas 100 elecciones en las que el gobierno de EEUU ha intervenido desde la Segunda Guerra Mundial, por lo que aconseja que EEUU debe poner antes orden en su casa. El pleito de los policiacos servicios de espionaje, hoy glorificados por los multimedia que controlan, es a muerte contra Trump. El mancillado ex director de la FBI defenestrado por Trump, James Comey –republicano de toda la vida y vinculado al juez especial Robert Mueller y al nepotismo dinástico de los Bush–, exhorta a votar por el Partido Demócrata (sic) en las elecciones intermedias de noviembre con el objetivo de conseguir una mayoría en el Congreso que pueda defenestrar a Trump por la vía del ominoso impeachment (https://usat.ly/2LDfLtt). ¡Faltan cuatro meses volcánicos!



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