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viernes, 1 de junio de 2018

Golpe del FMI al gobierno italiano antisistema: “palazzo contra piazza y pizza”

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Italia se encuentra sumida en la peor doble crisis política y constitucional desde hace 73 años debido al veto de su presidente Sergio Mattarella –anterior juez de la Corte Constitucional– al nombramiento de Paolo Savona, de 81 años, como ministro de Economía y Finanzas, connotado euroescéptico quien critica al euro de ser una "jaula (sic) alemana" y apuntalado por la coalición nacionalista (despreciada de "populista" por los multimedia neoliberales/centralbanquistas) de la separatista Liga Norte y el antisistémico Movimiento 5 Estrellas (M5S).

El rechazo inédito del presidente Sergio Mattarella, de 76 años, obligó a la renuncia del jefe de Gobierno designado Giuseppe Conte, desconocido jurista de 53 años, quien optó por devolver su nombramiento.

El presidente enfatizó que "la incertidumbre sobre nuestra posición con el euro alarmó a los inversionistas italianos y foráneos quienes invirtieron en acciones y compañías" cuando “el incremento del spread (diferencial) de los bonos aumenta la deuda y reduce la oportunidad de gastar en medidas sociales” y "quema los ahorros y recursos de las empresas y ensombrece riesgos para las familias y ciudadanos italianos".

El presidente adujo su rechazo al nominado ministro Paolo Savona porque "hubiera podido provocar la salida inevitable de Italia del euro", a lo que replicó Luigi Di Maio, de 31 años y líder del M5S –partido antisistémico fundado por Beppe Grillo: comediante, actor y bloguero quien promovió la "democracia directa" y la "honestidad"– que “es inútil ir a votar ya que los gobiernos son las calificadoras y los lobbys financieros y bancarios”.

Matteo Salvini, líder de la Liga Norte, fustigó que “Italia no es una colonia, no somos esclavos (sic) de los alemanes o los franceses o del spread (diferencial) de las finanzas”.

Para arrojar sal a la herida antidemocrática, el presidente nombró como primer interino a Carlo Cottarelli, economista y anterior apparatchik del FMI para formar un gabinete de tecnócratas que deberá convocar a nuevas elecciones después de agosto por no contar con la aprobación de la mayoría de la legislatura.

La próxima elección se vislumbra como la batalla del “palazzo contra la piazza y la pizza”: el palacio presidencial contra la plaza y la comida de la población.

Se trata de una batalla existencial entre la invalidada democracia frente a los mercados financieristas que castigaron a la bolsa de Milano y al hilarante “diferencial (spread)” que marca la brecha entre las tasas de empréstito a 10 años entre Alemania e Italia y que se había disparado a su tasa más alta desde el fin de 2013.

Aunque sea la fase agónica del neoliberalismo global, todavía en los países industrializados del G-7 los ciudadanos proponen en las urnas y el FMI dispone con sus cotizaciones y devaluaciones.

El modelo italiano, tercera geoeconomía mas relevante de la zona euro (detrás de Alemania y Francia), es digno de ser analizado porque exhibe la irrelevancia de la democracia y sus vestigios en el seno del G-7 tout court y de la Unión Europea (UE) tout large (ya con Gran Bretaña fuera por el Brexit).

De por si la compra del voto –ahora le llaman "financiamiento" y/o "inversión" plutocrática donde destacan los súper-PACs: entidades recaudadoras/distribuidoras de dinero electoral (Cómo las Grandes Empresas Están Comprando la Elección http://bit.ly/2L0hLva) en EEUU y que prácticamente deciden una elección– desarregla la esencia y la equidad misma de la democracia.

En México la maligna partidocracia neoliberal con su dispendiosa "INE-cracia" desembocó en la kakistocracia (el gobierno de los peores) de un sistema putrefacto.

Como era de esperarse, el presidente galo Emmanuel Macron, anterior empleado del banco Rothschild, apoyó el valor y el gran espíritu de responsabilidad del presidente italiano, en contraste al feroz ataque del Frente Nacional francés que lo criticó de haber perpetrado un golpe a cuenta de "Bruselas, los mercados financieros y Alemania".

La omnipotencia de los mercados financieristas ahoga a los movimientos contestatarios populares en la UE: desde Syriza en Grecia hasta Podemos en España.

Las finanzas neoliberales asesinan a la moderna democracia por ser incompatibles con su emergente "ciudadanía digital".

Desde la nueva coalición nacionalista, de la separatista Liga Norte y la antimigratoria M5S, que triunfó en las elecciones legislativas del 4 de marzo, no faltan quienes exijan el impeachment del presidente por la Legislatura donde gozan de mayoría: un asunto muy complicado porque requiere de la aprobación de la Corte Constitucional (de donde proviene el sureño de Sicilia Sergio Mattarella) y del Poder Judicial.

Además de crear una nueva ley electoral, según Thomas Williams del Financial Times (FT) (28/05/18), sería más probable "reorganizar los poderes presidenciales para impedir a quien no es directamente elegido por los ciudadanos transgredir la voluntad democráticamente expresada por la población".

Tony Barber, del FT (28/05/18), expone correctamente la "lucha a muerte" y la "opción existencial" entre dos grupos: los nacionalistas y su “soberanía popular y de autodeterminación nacional, principios poderosos para los italianos desde el Risorgimento (Resurgimiento y Unificación) del siglo 19”, frente a los globalistas de “Bruselas, Berlín, Fráncfort y sus supuestos lacayos del establishment italiano acusado de presidir durante un cuarto de siglo el declive económico y la incompetencia política”.

Jerome Gautheret, corresponsal en Italia del rotativo galo Le Monde, muy cercano a la cancillería, comenta que en Italia la cultura del compromiso desapareció y tomó su lugar la cultura de la confrontación (https://lemde.fr/2JcWX6k). ¿Cómo puede gestarse un compromiso con un asfixiante sometimiento financierista que socava las libertades esenciales?

El portal alemán Der Spiegel lanza todas las loas al presidente italiano como el hombre que no será doblegado (http://bit.ly/2L0nj8Y) y coloca a los bonos soberanos (sic) por encima de la soberanía del sufragio universal.

Michael Sauga, del Der Spiegel, exige que los miembros de la UE deben enviar un mensaje claro al nuevo gobierno italiano: no les permitiremos destruir a la eurozona (nota: de 19 países) y comenta que la realidad en Roma puso en orden al trumpismo (sic)italiano que no es menos peligroso que el original cuando quienes se consideran como los ejecutores de la verdadera voluntad de la población ponen primero a su país, sin ningún miramiento a los tratados internacionales, lo cual equivale a una amenaza constante de ataques suicidas contra Europa: o haces concesiones o haremos estallar a nuestro país y con él a la eurozona (http://bit.ly/2IYlUPz).

Sauga confiesa que los mercados financieros son el más importante aliado de la UE, que se traduce en el incremento de los premios de riesgo de los bonos soberanos (sic) italianos.

El autor y activista Massimo Fini advirtió que el "golpe de Estado" del presidente pone a Italia en riesgo de una guerra civil. Lo real es que el destino de la UE, no se diga su euro, se juega en Italia.

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