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viernes, 9 de marzo de 2018

Trump pone su firma a la guerra comercial


El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó los decretos para imponer aranceles de 25 por ciento a las importaciones de acero y 10 por ciento a las de aluminio, en los que eximió por ahora a México y Canadá, pese a que había prometido gravar a todos los países. Los aranceles, anunciados la semana pasada y confirmados ayer, entrarán en vigor en 15 días, entre el temor mundial por el estallido de una guerra comercial.

Trump insistió en que la producción nacional es necesaria por razones de seguridad nacional y se refirió a las prácticas comerciales en los mercados del acero y aluminio como un asalto a nuestro país. Si no quieren pagar impuestos traigan su planta a Estados Unidos, enfatizó. El mandatario estuvo acompañado de trabajadores de las industrias de acero y aluminio mientras explicaba su decisión en una ceremonia en la Casa Blanca. Firmó dos edictos, uno para cada importación, en los que ordenó los aranceles. Estos metales son absolutamente vitales para la infraestructura y la base de la industria de defensa, señaló el mandatario, quien se basó en una legislación que autoriza acción presidencial contra importaciones que socavan la seguridad nacional.

Las importaciones estadunidenses de acero en 2017 representaron 33 mil 460 millones de dólares contra 24 mil 280 millones en 2016, un aumento de 37.8 por ciento. En tanto, las importaciones de aluminio alcanzaron un valor de 17 mil 310 millones en 2017, frente a los 13 mil 140 el año anterior, un incremento de 31.7 por ciento. El dumping de las importaciones baratas afecta la supervivencia de los fabricantes estadunidenses, argumentó Trump al ignorar las advertencias de legisladores de su partido y socios comerciales, como la Unión Europea.

El mandatario ofreció exenciones de los aranceles a los países que nos traten con justicia al comerciar, un gesto que pone presión sobre Canadá y México con los que renegocia el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un proceso que parece haberse estancado. "Creo que vamos alcanzar un pacto por el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Ya lo he dicho por largo tiempo. Si tenemos un acuerdo no habrá aranceles para Canadá y México", reiteró. "En caso de que no sea posible alcanzar un acuerdo, vamos a retirarnos del TLCAN y empezaremos todo de nuevo".

Una cláusula permitirá a todos los países negociar mejores condiciones en determinados casos. Para ello, deberán demostrar que por conducto de medios alternativos podrán equiparar los efectos negativos para la seguridad nacional de Estados Unidos que generan sus ventas de acero. El representante comercial Robert Lighthizer será el responsable de dirigir estas negociaciones.

La medida, anticipada por Trump la semana pasada, recibió múltiples críticas dentro y fuera de Estados Unidos. Los empresarios y políticos temen que un aumento de los precios del acero y el aluminio, así como las medidas en represalia que se adopten en el exterior, provoquen mayores daños a la economía estadounidense que los beneficios que pueden traer los aranceles. Ayer, 107 legisladores republicanos enviaron una carta al mandatario en la que expresaron una profunda preocupación.

Tras la firma de proclamación, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Paul Ryan, criticó la decisión del gobierno de Trump por temor a las consecuencias. Planteó que la medida sea modificada para concentrarse solamente en aquellos países y prácticas que violan la ley de comercio. Existen incuestionablemente malas prácticas de comercio entre naciones como China, y el mejor abordaje sería aplicar la ley contra esas prácticas.

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