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domingo, 10 de diciembre de 2017

Trump y su yerno Kushner incendian al planeta: Jerusalén “capital fake” de Israel

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Después de la novena cruzada del siglo XIII para capturar Jerusalén del control de los musulmanes, ocho siglos más tarde Trump emprende su décima cruzada, esta vez sin el aval del papado ni de la mayoría de los cristianos, y sólo con el apoyo masivo de Israel.

La estrategia de Trump, quien no tiene nada de loco, va viento en popa: se encapsula en el frente doméstico mediante su santa alianza con la dupla del primer ministro israelí Netanyahu y el mafioso magnate de casinos Sheldon Adelson, lubricada por su controvertido yerno, el judío ultra-ortodoxo Jared Kushner (https://goo.gl/GmBVvx).

En el frente doméstico, Trump se adueña de la Suprema Corte y empuja la reforma impositiva (https://goo.gl/hAz58x) que favorece al dólar y apuntala a la bolsa de Nueva York a niveles no vistos en medio siglo.

Trump radicaliza su israelización cuando ha sustituido su mantra de Primero EU por “Primero Israel (https://goo.gl/tZVy4m)”, al precio que fuere, ya que su temerario reconocimiento de Jerusalén como “capital fake” de Israel daña los intereses de EEUU en el mundo al aislarse más, a la par de Israel: Estado paria/racista/apartheid.

La Coalición de Judíos Republicanos proclamó a Trump como uno de los mayores amigos de Israel, mientras el primer ministro Netanyahu exultaba de júbilo por la histórica medida.

El Canal 10 de Israel expuso que Netanyahu y sus ayudantes fueron socios activos en la medida (https://goo.gl/wUPPCz). ¡Es dramática y de alto riesgo la mimetización de Trump con Netanyahu y de EEUU con Israel!

¿Es más Netanyahu el presidente de facto de EEUU que el propio Trump?

En mi reciente libro Trump y el Supremacismo Blanco: Palestinización de los Mexicanos (https://goo.gl/MfxwBV), que presenté en la FIL de Guadalajara (https://goo.gl/yij9Ay), aduje la convergencia de los supremacismos de Trump y Netanyahu, lo cual se epitomiza con el enésimo despojo, esta vez de Jerusalén, a los palestinos.

La crítica interna en EEUU ha sido también feroz: el ex director de la CIA John Brennan fustigó que el accionar de Trump era temerario y dañaría los intereses de EEUU en el Medio Oriente por los años venideros y hará a la región más volátil.

El traslado de la embajada de EU de Tel-Aviv a Jerusalén –a una distancia de 67.4 kilómetros y a hora y media por carretera– carece de efectividad funcional cuando cuenta con su consulado en la parte occidental.

La medida unilateral de Trump/Jared Kushner contra las resoluciones de la ONU es eminentemente simbólica debido a la anatomía teológica de las tres grandes religiones monoteístas del planeta (https://goo.gl/FZUWEf) que arropa en la parte oriental (la antigua ciudad) de Jerusalén con sus célebres cuatro barrios: 1. El barrio cristiano: asiento de la iglesia del Santo Sepulcro de Cristo; 2. El barrio armenio (sic), con su Patriarcado; 3. El barrio musulmán: asiento de Haram al-Sharif (Noble Santuario) con el Domo de la Roca y la mezquita de Al Aqsa de donde, según la tradición islámica, el Profeta Mahoma ascendió al cielo en 621 dC y 4. El barrio judío: asiento del Muro de Lamentaciones y adonde fue a rezar Trump con su kipá (https://goo.gl/qAikDR).

Desde 1948, Israel ha carcomido los territorios palestinos (https://goo.gl/s5MhZX): hoy ocupa 78 por ciento del territorio original cediendo las migajas de Gaza y Cisjordania contra las resoluciones de la ONU.

La dupla Trump/Jared Kushner beneficia los intereses israelíes –15 millones a escala mundial, de los cuales 6 millones habitan en EU y otros 6 millones están en Israel donde todavía vive agazapado 20 por ciento de árabes maltratados– en detrimento de mil 800 millones de musulmanes (25 por ciento de la población mundial) esparcidos en 57 países miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (https://goo.gl/2ZSnV5).

Para los mil 800 millones de musulmanes Jerusalén es Al-Qods, que significa en árabe la ciudad sagrada: tercer sitio venerable del Islam después de la Meca y Medina (https://goo.gl/BCcgnq).

Para la mayoría de los dos 400 millones de cristianos –que incluyen a mil 200 millones de católicos (cuyo papa Francisco repudió la temeraria decisión de Trump), a 260 millones de ortodoxos y a 900 millones de protestantes (casi 150 millones en EU: 46.5 por ciento de su población).

Vale matizar: los 900 millones de protestantes globales ostentan varias denominaciones en EU, Gran Bretaña y Europa Occidental: estas dos últimas entidades han repudiado la medida, mientras existe un grupo evangelista pro-Israel en el “Cinturón Bíblico (Bible Belt)” del sur de EEUU, los cristianos sionistas (sic), que apoya la ultrajante medida.

Trump corre un grave riesgo si apuesta su volátil suerte en los cristianos sionistas: fundamentalistas evangelistas sureños que se olvidan de las fuertes críticas a los israelíes del tildado antisemita (sic) Martin Lutero (https://goo.gl/B9HN9C).

China, de mil 379 millones de habitantes, se ha sumado a la condena universal.

Suena inverosímil que por unos vulgares 25 millones de dólares donados por Sheldon Adelson a la campaña de Trump, éste haya sucumbido a las exigencias de Netanyahu. ¿Tan barato se vende Trump?

La Santa Alianza religiosa del ultra-ortodoxo judío Jared Kushner con la dupla Netanyahu/Sheldon Adelson –a la que parece haberse sumado Haim Saban: mandamás de Univisión, socio de Televisa y filántropo del ejército de Israel (https://goo.gl/KHZ5H8) –es tan profunda que el controvertido yerno de Trump financió los asentamientos ilegales de colonos israelíes en la tierra ocupada de Palestina (https://goo.gl/TRzSfJ).

Trump ha roto con la política exterior de varios presidentes de EEUU de casi 70 años.

El Congreso de EEUU es corresponsable secuencialmente de la temeraria medida cuando adoptó hace 22 años una ley para trasladar su embajada de Tel Aviv a Jerusalén. Peor aún: en junio pasado de este año, el Senado de EEUU aprobó la resolución simbólica de 1995 y exigió a Trump implementar dicha ley.

El problema aquí radica en la “doble nacionalidad (https://goo.gl/tVn6Kh)” de varios de los miembros del Congreso de EEUU y cuya lealtad es primero a Israel y por último al país que dicen representar. Una situación similar a la que se vivió en México con el embajador mexicano ante la Unesco, Andrés Roemer Slomianski, quien recibía órdenes directas del gobierno de Israel en contra de México que lo financiaba.

Habría que ver qué tanto Trump se beneficia en el seno doméstico. ¿Qué porcentaje de los evangelistas de EEUU, entre blancos y afroestadounidenses, aprobarán su medida?

Más allá de las esperadas manifestaciones masivas y la quema tanto de las banderas de EEUU e Israel como de las efigies de Trump y Netanyahu, el caos global que desató el presidente de EEUU, para crear un propicio ambiente bélico, tiene como objetivo final la guerra de Israel contra Irán: ya sea en forma directa, o en forma indirecta contra Siria y/o la guerrilla chiíta de Hezbolá en Líbano, hasta el último soldado estadounidense.

P.D: En mi artículo del 6 de diciembre se me escapó que la Oferta Pública Inicial (IPO, por sus siglas en inglés) que reclamó Trump para Wall Street era por los 2 millones de millones de dólares de la petrolera estatal saudita Aramco.

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