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miércoles, 19 de octubre de 2016

Histéresis: cuando una recesión se convierte en décadas de 'sufrimiento' económico

Vicente Nieves, El Economista

La última crisis parecía ser el inicio de un ciclo recesivo muy fuerte, pero pocos habrían apostado a que ese ciclo iba a tener consecuencias permanentes sobre la economía, que podrían lastrar el crecimiento económico y el empleo durante décadas. La crisis ha reducido de forma permanente el crecimiento potencial de las economías desarrolladas, que se enfrentan, como señaló Janet Yellen la semana pasada, a los efectos de la histéresis.

Lawrence H. Summers, profesor de la Universidad de Harvard, y Antonio Fatás, profesor de Economía en INSED, tratan las consecuencias y las causas de la histéresis en su trabajo The Permanent Effects of Fiscal Consolidations. En este documento, dichos expertos culpan a la consolidación fiscal emprendida en 2010 por la mayor parte de las economías desarrolladas. Este ha sido el principal factor que ha conducido a Occidente a la situación actual, caracterizada por un crecimiento mediocre y un mercado laboral débil.

"Los resultados muestran la presencia de fuertes efectos de histéresis producto de la política fiscal. Gran parte de las secuelas señalan hacían una consolidación fiscal contraproducente", según reza el trabajo de ambos expertos.

¿Qué es la histéresis?

La histéresis es un concepto que empleado en economía suele hacer referencia sobre todo al mercado laboral. Que la tasa de paro aumente en medio de una recesión es algo normal, por los efectos derivados sobre el consumo, inversión, etc. de un ciclo recesivo. Pero si años después de haber finalizado la recesión, el mercado laboral sigue mostrando grandes debilidades, es porque la histéresis ha hecho su aparición.

Durante una recesión se suele producir un incremento de número de parados, si estos desempleados pasan un largo periodo (desempleo de larga duración) sin trabajar puede perder parte de su valía. La formación de una persona desempleada podría quedar desfasada si este individuo no puede o no tiene la voluntad de reciclar sus conocimientos para adaptarlos a los requisitos de un mercado laboral cambiante. Por ello, el gasto eficiente en políticas activas de empleo es vital para mantener la capacidad productiva de un país.

Esta descapitalización de parte del factor trabajo puede influir en el crecimiento potencial del país: "Es posible que las condiciones cíclicas dejen cicatrices permanentes en la producción, lo que típicamente se conoce como histéresis. Se usó originalmente en modelos del mercado laboral creados por Blanchard y Summers (1986) donde el desempleo cíclico se convertía en estructural".

Efectos negativos permanentes

Este término está volviendo a ganar fuerza en la actualidad por el persistente desempleo de larga duración en Europa y en menor medida en EEUU. Summers y Fatás aseguran en su trabajo que "la contracción fiscal en las economías europeas no sólo ha reducido la producción a corto plazo, sino que también lo ha hecho en el medio plazo y puede que de forma permanente".

"Esta reducción en la producción hace que la consolidación fiscal sea más dura por el aumento del incremento del ratio deuda sobre PIB... Como señalaron los profesores DeLong y Summers (2012) en una economía deprimida la consolidación fiscal es contraproducente, lo que puede desembocar en un incremento de la deuda", destaca el documento.

Estos economistas creen que una política fiscal más expansiva habría sido beneficiosa en algunos casos. Además, si los resultados de este documento son correctos, tanto los gobiernos como los mercados deberían haber apoyado la expansión fiscal con el objetivo de reducir el ratio deuda sobre PIB. Por el contrario, varios países se quedaron sin acceso a los mercados y los gobiernos emprendieron procesos de consolidación fiscal, con la histéresis como resultado.

Janet Yellen se refirió en su discurso de la semana pasada a la histéresis, donde aseguró que las autoridades podrían actuar con mayor rapidez y agresividad para responder a una recesión, señalando a la política monetaria y fiscal. De esta forma, "se ayudaría a reducir la profundidad y la persistencia de la recesión, lo que limita el daño sobre la producción. Además, unas condiciones económicas fuertes pueden revertir parcialmente los daños sobre la oferta", destacó la presidenta de la Reserva Federal.

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