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miércoles, 23 de marzo de 2016

Precios de materias primas y especulación financiera

Alejandro Nadal, La Jornada

Casi todos los análisis sobre la economía mundial y la evolución de la crisis coinciden en una cosa: la recesión en China está acelerando la caída en los precios de las mercancías básicas a escala mundial. La reducción en la demanda mundial debido a la crisis de 2007-08 ha provocado una caída en esos precios, pero hoy predomina la idea de que el freno en el crecimiento en China es el factor explicativo más importante de la caída en los precios de materias primas. La realidad es mucho más compleja.

Es cierto que la contracción económica a raíz de la crisis de 2007-2008 ha llevado a una reducción en los precios de las materias primas y productos básicos. Pero desde hace muchos años se ha popularizado la creencia de que China es la fuente principal de demanda de todo tipo de productos básicos, desde los agropecuarios hasta minerales y otros insumos intermedios. Las altísimas tasas de crecimiento del PIB en China han sido vistas tradicionalmente como el motor de la evolución de precios de estas materias primas y commodities.

Ahora que los precios de los commodities se han desplomado, es muy tentador concluir que la causa se encuentra en la fuerte contracción de la economía china. En efecto, sabemos que el PIB en China ha dejado de crecer a las tasas vertiginosas de hace unos años. Las fuentes oficiales señalan que el crecimiento en 2015 fue de 6.9 por ciento, pero nadie toma esa cifra en serio. Es mucho más probable que el crecimiento en 2015 haya sido de apenas 3 por ciento, lo que es una catástrofe para una economía como la china. Pero aún esta correlación entre el comportamiento del PIB en China y los precios de commodities es insuficiente para concluir que la evolución de la economía china es la causa principal del colapso de precios de los productos básicos.

El Banco Asiático de Desarrollo acaba de publicar un estudio sobre el impacto de la recesión en China sobre los precios de productos básicos. Uno de los resultados es que China ha sido casi auto-suficiente en el caso de muchos productos básicos. Además, China no desempeña un papel determinante en muchos mercados de productos básicos. Por ejemplo, la economía china apenas consume 12 por ciento del petróleo mundial y sólo 5 por ciento del gas natural que se produce en todo el mundo. La reducción del ritmo de actividad en China no puede explicar el cambio en las cotizaciones de estos productos (73 y 55 por ciento en los precios del petróleo y gas natural, respectivamente). Además, la política económica en China mantiene el objetivo de satisfacer 95 por ciento del consumo doméstico de productos agropecuarios (con excepción de la soya). Aunque no ha sido posible alcanzar esa meta, la producción interna en el sector agropecuario es muy importante (sólo 2 por ciento del arroz que se consume en China es importado).

En resumen, no todo el desplome de los precios de productos básicos en el mundo está siendo provocado por la recesión en China. Algo más debe estar sucediendo en la economía mundial.

Además de las presiones para exportar que provienen del exceso de capacidad instalada y del afán de consolidar posiciones en el mercado, el sector financiero también está jugando un papel importante en la reducción de precios de las materias primas y commodities. Muchos fondos de cobertura o hedge funds han ejercido presión en los mercados financieros para deprimir más esos precios.

La práctica de los fondos de cobertura gira alrededor de la venta en corto y la compra en largo (cuando se piensa que los precios van a continuar creciendo). Cuando los mercados de futuros involucran a los productores y comerciantes, una parte de esta especulación puede tener sentido. Pero cuando los agentes ya no están relacionados con las operaciones sustantivas de producción, transporte, comercialización y consumo, y cuando sólo buscan obtener ganancias a través de operaciones de arbitraje y de ventas en corto, todo cambia. Buscar explicar el movimiento del mercado financiero a través de explicaciones tradicionales es engañoso.

La financiarización de los mercados de materias primas y commodities ha incrementado la exposición de muchos agentes financieros en los mercados respectivos. Eso les ha llevado a colocar mayor presión sobre el precio de estos bienes: apostando a que los precios van a continuar cayendo, deciden vender en corto (eso hace que la oferta crezca y el precio efectivamente se reduzca). Esto está bien documentado en los casos del cobre y hasta del petróleo.

Y cuando los fondos de cobertura se convierten en la figura dominante, el mercado deja de ser un espacio económico, las operaciones ya no tienen que ver con hacer frente al riesgo y sólo responden a la especulación pura. El mercado se convierte en un casino y, como bien decía Keynes, la tarea de invertir productivamente no se va a llevar a cabo de manera adecuada.

Hoy el sector financiero, y en especial los fondos de cobertura, siguen desempeñando un papel fundamental en la evolución de la crisis.

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