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jueves, 31 de marzo de 2016

Para que conozcas la democracia representativa


Néstor García Iturbe, Alainet

En estos meses se han estado desarrollando en Estados Unidos lo que ellos denominan Elecciones Primarias, un tipo de elección, que se describe en los manuales donde se explica el sistema de la Democracia Representativa, como el primer paso para la elección del candidato a la presidencia por un partido político.

Según la descripción, esa elección se realiza en cada uno de los estados de la unión, donde las personas inscritas en uno u otro partido tienen la posibilidad de votar por alguno de los candidatos que aspiran a ganar la nominación presidencial y este será apoyado en la Convención del Partido por los delegados que haya obtenido en el estado.

Esto es una descripción de carácter general, el partido en cada estado determina sus reglas, incluyendo la cantidad de delegados que podrán asistir a la convención, en algunos casos la distribución de delegados es proporcional al por ciento de votos recibidos, en otros el que gane se lo lleva todo, pero regularmente el ganador es el que más delegados obtiene, de no ser así, ¿Dónde queda la Democracia?

Dentro del intrincado sistema de las elecciones primarias, todo no funciona como lo han pintado, la cúpula del partido siempre se reserva el derecho de dar el triunfo a uno u otro candidato, según considere que éste actuará acorde a los intereses de la clase dominante.

Si tomamos por ejemplo la reciente confrontación en los caucus del estado de Washington entre los candidatos demócratas, Bernie Sanders y Hillary Clilnton, efectuada el sábado 20 de enero, tendremos un buen ejemplo de cómo funciona la democracia representativa.

Las personas que participaron en la votación, favorecieron a Sanders que obtuvo el 72 por ciento de los votos emitidos contra el 27 por ciento recibido por Hillary, sin embargo, el Congresista Rick Larsen , un superdelegado, planteó que con independencia de esos resultados, el dará su voto a Hillary Clinton.

¿Qué importancia tiene esto?

Dentro del partido demócrata existen cerca de 700 superdelegados, que incluye Congresistas, gobernadores, alcaldes y otros que están dentro de la élite partidaria. Estos superdelegados no son electos durante el proceso de las primarias y pueden votar en la Convención del partido por el candidato a la presidencia que deseen.

Regularmente el voto de los superdelegados se efectúa en bloque, por el candidato que la cúpula del partido está apoyando y con frecuencia estos casi 700 delegados son determinantes para decidir quién resultará el aspirante a la presidencia.

De acuerdo con todo esto, resulta poco probable que seleccionen como aspirante a la presidencia alguien que no cuente con el apoyo de la élite partidaria.

Así es la democracia representativa, así ha sido durante muchos años, así se asegura que el presidente sea un defensor de los intereses de la clase dominante. Este sistema no puede cambiar.

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