Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
El 2016 empezó con una hecatombe bursátil y el especulativo desplome del precio del petróleo por los megabancos de Wall Street.
Como si lo anterior fuera poco, el Boletín de Científicos Atómicos, con 16 premios Nobel adscritos, colocó el 26 de enero las manecillas del Reloj del Juicio Final (Doomsday Clock) a tres minutos del Apocalipsis (http://goo.gl/kStovJ).
El mismo día, Sputnik dio vuelo a las perturbadoras declaraciones de William Perry, de 88 años y ex secretario del Pentágono con Clinton, quien aduce que “el peligro de una catástrofe nuclear es hoy ya mayor de lo que fue durante la guerra fría (…) y, sin embargo, nuestras políticas simplemente no reflejan esos peligros cuando tanto Estados Unidos como Moscú modernizan sus arsenales nucleares por primera vez desde el fin de la guerra fría”.
William Perry explaya que el costo de la modernización de Estados Unidos sería de 350 mil millones de dólares en la próxima década, cuando se corre el riesgo de una guerra nuclear accidental, ya que se han incrementado las tensiones entre Washington y Moscú (http://goo.gl/IFDHZ5).
Perry ya había advertido sobre una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia (http://goo.gl/KUCYEV), mientras el Centro de Seguridad Nuclear estima el costo de la modernización del primer país casi al triple de lo propalado por Perry: un billón (trillion, en anglosajón) en 30 años, de acuerdo con el anuncio de Obama en 2014.
De las 16 mil 300 armas nucleares desplegadas hoy en el mundo, cuya macabra contabilidad encabezan Estados Unidos y Rusia –al unísono con Francia, Gran Bretaña, China, Israel, Pakistán, India y Norcorea–, solamente 50 y/o 100 bastarían para provocar muertes masivas y efectos duraderos en la atmósfera, sin contar otros dos tantos de bombas atómicas almacenadas, ¡con solo 0.3 por ciento de las armas nucleares desplegadas se puede extinguir la vida en la biosfera!
Las manecillas de 2016 –idénticas al año pasado– denotan un peor vaticinio que durante la crisis de los misiles en Cuba en 1962.
En medio del pueril libelo de la Tesorería de Estados Unidos en la BBC contra el zar Vlady Putin –que de corrupto no lo bajan, como si los políticos israelí-anglosajones fueran inmaculados (http://goo.gl/bRERqT)–, el mismo día de la funesta publicación del boletín y sin motivación conspicua, 10 regimientos de la Fuerza de Misiles Estratégicos de Rusia fueron colocados en alerta mayor (http://goo.gl/QOEHrR), entre ellos siete regimientos armados con los letales misiles móviles Topol/Topol-M/Yars. ¿Se preparan a un ataque pérfido de Estados Unidos?
En sincronía, la pugnaz prensa británica intensificó los anatemas masivos contra el zar Vlady Putin, en particular, el extraño caso del doble espía Litvinenko (http://goo.gl/Thge1B).
El rubro Tablero de Instrumentos (Dashboard) (http://goo.gl/tEUaxh) del boletín expone toda una serie de amenazas –nucleares, biológicas, emergentes y cambio climático– que no distan de las proferidas por el notable astrofísico británico Stephen Hawking, con la salvedad de la inteligencia artificial y la ingeniería genética (http://goo.gl/PRtM9g).
El tablero expone la seguridad del material nuclear y los tipos de incidentes –extravíos, robos, etc– por país entre 2010 y 2015”: Estados Unidos (58); Francia (cinco); Argentina (tres); Brasil (dos); Chile (dos) y México (dos), y otros 12 países, con 27 robos, 14 extravíos, ocho fallas de lanzamiento, un material contaminado, una violación a las regulaciones y siete desconocidos (¿?).
¡Dos incidentes nucleares en el México neoliberal itamita! What happened?
El boletín movió las manecillas debido a dos máximos riesgos: el nuclear y el cambio climático, que reseñan en detalle los rotativos británicos The Guardian (http://goo.gl/eNj5pl) y Daily Mail (http://goo.gl/iyjHTk).
Suzanne Goldenberg, de The Guardian, destaca que los científicos mantuvieron las manecillas cercanas al Apocalipsis debido a que los líderes internacionales están fallando en el desempeño de su deber más importante, pese a dos importantes logros en 2015: el acuerdo de desnuclearización de Irán y el histórico Acuerdo en París para combatir el cambio climático, cuando el orden mundial contó el año pasado con las amenazas de la ciberguerra y los yihadistas.
Fue en 1991 cuando el fin de la guerra fría alejó las manecillas a 17 minutos de la medianoche.
El muy influyente George Shultz, de 93 años y ex secretario de Estado con Reagan, juzga que “el mundo es hoy un lugar muy peligroso para vivir desde el finiquito de la guerra fría: tenemos un mundo sumergido por el cambio. No existe un lugar desde donde se pueda ver y se diga que es un mundo de prosperidad estable. Es un caos terrible”.
¿No es, acaso, el caos provocado por la decadencia de Estados Unidos y su negación al nuevo orden tripolar con Rusia y China?
Daily Mail considera que existe preocupación por los conflictos continuos en Ucrania y Siria, donde colisionan los intereses geoestratégicos de Estados Unidos y Rusia, así como por el movimiento de armas nucleares de corto y mediano alcance por Rusia y la amenaza de Estados Unidos de colocar de nuevo armas nucleares en Europa: dos de los principales contribuyentes a que el reloj se haya detenido en relación con el año pasado, lo cual se agrega a la presunta prueba de una bomba de hidrógeno por Norcorea.
Daily Mail expone que en 1953 el reloj se encontró a dos minutos, cuando tanto Estados Unidos como la URSS experimentaron sus bombas de hidrógeno.
El boletín comenta la continuación del conflicto en Ucrania y Siria, acompañado por peligrosas bravatas y políticas arriesgadas, con Turquía, miembro de la OTAN, derribando un avión ruso implicado en Siria, y el director de la agencia de noticias de Rusia realizando declaraciones sobre convertir a Estados Unidos en ceniza radioactiva, mientras la OTAN y Rusia reposicionan sus activos militares y efectúan significativos ejercicios militares.
Pese a los avances sobre el cambio climático, el boletín detecta que el presente gobierno de Gran Bretaña ha retrocedido, mientras el Partido Republicano es el único en el mundo que no reconoce que el cambio climático causado por humanos (sic) sea un problema.
By the time being, no me entrometeré en la discusión bizantina sobre si el cambio climático es estructuralmente cíclico de la Vía Láctea o es antropogénico.
El boletín propone seis medidas urgentes para regresar el reloj a niveles que no pongan en riesgo la existencia de la humanidad: 1.Reducir en forma dramática el gasto propuesto de los programas de modernización de las armas nucleares; 2. Reenergizar el desarme; 3. Negociar con Norcorea; 4. Seguimiento del Acuerdo de París que reduzca en forma abrupta las emisiones de gas invernadero y cumpla la promesa de conservar el calentamiento debajo de 2 grados Celsius; 5. Abordar el problema comercial (sic) de los desechos nucleares, y 6. Crear instituciones para explorar y enfrentar los potencialmente malos usos catastróficos de las nuevas tecnologías.
Una feroz crítica a los hallazgos del boletín es su génesis pecaminosa: fundado por los científicos de la Universidad de Chicago, cuyas aportaciones en economía –el monetarismo neoliberal de Milton Friedman–, sin armas nucleares, han sido casi apocalípticas para el género humano.
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