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jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Cuánto queda de sirio en la guerra de Siria?

Roberto Savio, Alainet

El congreso estadounidense, bajo el valeroso liderazgo de los republicanos, ha vetado la entrada en los EE.UU. de refugiados sirios, incluidos niños y mujeres, contrariando la intención del presidente Barack Obama de aceptar 10.000 sirios, una cantidad simbólica en un país que recibe más de 50.000 refugiados cada año.

Alemania por su parte, va a aceptar al menos 800.000 sirios.

Lo que es alarmante es la ignorancia total del mundo sobre lo que está detrás de ese veto. Se sabe que nunca superaron el 30% los senadores que alguna vez han tenido pasaporte para viajar al extranjero. El Senado estadounidense, la capilla brillante del destino excepcional de los Estados Unidos (la única democracia real, según una vez declaró ruidosamente George W. Bush), es el mejor ejemplo de la excepcionalidad de la democracia americana.

La Constitución determina que cada uno de los 50 Estados de la Unión tiene dos miembros del Senado: desde Wyoming, con 563.526 habitantes, a California, con 37,3 millones. La misma Constitución hace que el Presidente de los EE.UU. no sea elegido por el sufragio de los ciudadanos, sino por un voto vinculado a los mismos estados.

Esta democracia tan peculiar, probablemente aísla aún más a los senadores en un localismo inevitable de un gran país, bendecido con toda clase de recursos naturales y cuyos presidentes son los únicos que hablan en nombre de los Estados Unidos y de la humanidad.

Pero si la élite republicana pudiese al menos leer un poco acerca del ISIS y de Siria, probablemente se habría evitado una muy desinformada y cruel acción , adoptada en total ignorancia sobre el drama sirio, con más de 100.000 muertos, cuatro millones de refugiados y la destrucción de un país dotado de monumentos únicos y una vasta clase media educada.

Sobre la guerra siria, en caso que hubiesen leído los periódicos, se habrían enterado de que ha quedado poco de Siria en el conflicto. Los aliados de los EE.UU., Arabia Saudí y Qatar, en realidad apoyan al ISIS, financieramente y con armas. Esto es bien conocido en Washington.

El Vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, dejó las cosas en claro en comentarios públicos en octubre de 2014, cuando dijo: "nuestros aliados en la región estaban tan decididos a acabar con Assad y esencialmente con una guerra de poder entre suníes y chiíes, que lo que hacen es ofrecer cientos de millones de dólares y decenas de miles de toneladas de armas a quien quisiera luchar contra Assad. Solo que las personas que estaban siendo pertrechadas eran los elementos extremistas, yihadistas de al-Nusra y al-Qaeda que iban llegando de otras partes del mundo."

En Washington también está claro que en este conflicto, los aliados de los Estados Unidos son Irán, el Hezbolá y los kurdos, que son sus enemigos declarados. Ahora, el presidente Obama está haciendo una alianza con Putin, que es objeto de sanciones estadounidenses y europeas a raíz de los acontecimientos en Crimea y Ucrania.

Del mismo modo, todo el mundo es enemigoel ISIS, pero nadie está realmente combatiéndolo. El ISIS no es un enemigo para Assad y Rusia, que se dedican a la lucha contra los grupos rebeldes (entre los cuales podemos encontrar algunos rebeldes sirios no religiosos). De hecho, Assad ha estado utilizando el ISIS y otros grupos fundamentalistas para mostrar a Occidente que es preferible mantenerlo en el poder.

El ISIS no es enemigo para Turquía, que apoya la rama siria de al-Qaeda (Jabhat al-Nusra) y ha dado apoyo a los combatientes del ISIS, como la Universidad de Columbia ha demostrado en una larga lista de las relaciones entre Turquía y el ISIS. Turquía está básicamente luchando contra los kurdos, que son la principal fuerza de combate al ISIS.

Por supuesto que el ISIS no es enemigo de Arabia Saudita, con la que comparte el mismo punto de vista del Islam. Tampoco el ISIS es un enemigo de los iraníes, que son chiíes, y miran hacia el conflicto entre suníes radicales y moderados como un asunto interno. Intervienen sólo para defender a Irak, que es también uno de los pocos países chiítas, ya que que la gran mayoría del Islam es sunita. El ISIS no es ni siquiera un enemigo de Israel, que considera el conflicto sirio como algo que divide a los árabes y relega la cuestión de Palestina a segundo plano.

Esta es la razón, por la cual no existe una amenaza real para ISIS. Además porque se realiza un bombardeo ineficaz de Francia y Estados Unidos y ahora por parte de Rusia, cuya prioridad ha sido la de bombardear a los rebeldes que luchan contra Assad.

La guerra Siria ya no es una guerra hecha por sirios. Es una guerra en la que muchas potencias extranjeras están dispuestas a luchar hasta el último sirio. Y ahora aparece el Congreso de Estados Unidos señalando que ser sirio equivale a ser terrorista, pese a que el pueblo sirio es realmente víctima de todo el mundo.

Ahora ya sabemos que la masacre de París del 13 de noviembre fue organizada íntegramente por europeos, sin ningún árabe procedente de Siria... y que el pasaporte sirio encontrado cerca de un kamikaze era falso, destinado a aumentar el rechazo de los europeos a los refugiados. No es casual que los aislados senadores republicanos hayan mordido el anzuelo, al contrario de los europeos, que no cayeron en la trampa.

Al debatir sobre el ISIS, los senadores de Estados Unidos deberían reflexionar sobre el hecho de que de los países occidentales, su país especialmente, son los máximos responsables de este lío. Es sabido que al-Qaeda fue creada por Bin Laden y otros muyahidines, financiados por Estados Unidos para luchar contra Rusia en Afganistán.

Todos sabemos que la intervención de Estados Unidos en Irak para eliminar las armas de destrucción masiva que no existían, creó un vacío de poder y de las instituciones, ya que el administrador estadounidense Paul Bremer disolvió el ejército y despidió de los cargos públicos a todo miembro del partido de gobierno Baaz con el fin de eliminar cualquier legado de Saddam Hussein. Teniendo en cuenta que ser un miembro del partido Baaz era indispensable para hacer una carrera, esto significó la eliminación de todos los burócratas competentes. Como se sabe, los organizadores del ISIS son ex oficiales del ejército iraquí.

Es bien conocido el impacto en la opinión pública iraquí de la amplia utilización de la tortura durante la ocupación estadounidense y el horror de la prisión iraquí de Abu Ghraib, donde prisioneros árabes de las fuerzas armadas de Estados Unidos fueron torturados, sexualmente denigrados y fotografiados por soldados estadounidenses. Los senadores estadounidenses lo deberían saber, ya que votaron a favor de las limitaciones de los derechos humanos y la libertad individual con la aprobación de la Ley Patriota, a la que ahora se opone la gran mayoría de los estadounidenses.

En ese momento, estaban comprometidos en una "guerra infinita contra el mal", desde que el presidente Bush declaró que las tropas estadounidenses debían haber intervenido en varios "países canallas" hasta que la realidad afloró y los Estados Unidos son ahora muy reacios a poner tropas en el terreno, incluso contra el ISIS, a pesar de una resolución positiva por parte de las Naciones Unidas, de la que EEUU carecía cuando intervino en Irak.

Lo que los senadores deben también tener en cuenta es que el ISIS no es la organización terrorista más sangrienta. Ha matado a menos gente que Boko Haram en Nigeria. Sin embargo, como las víctimas son negras, por supuesto que no es preocupante para Occidente.

Deben considerar que de las 750 víctimas del ISIS fuera de Irak y Siria, menos de 30 por ciento son europeos y que el objetivo principal del ISIS es ampliar el Califato. Está atacando a Occidente sólo para alimentar su radicalización y aumentar la discriminación contra los 44 millones de musulmanes que viven en Europa y provocar intervenciones militares con el fin de convencer a más suníes a unirse a su lucha.

El ISIS está ganando esa batalla. Basta pensar que los europeos van a perder la libertad de movimiento dentro de Europa, debido a que el Acuerdo de Schengen, que creó Europa sin fronteras, va a ser cancelado. Los aeropuertos ya se han convertido en lugares infernales sin precedentes. La vida cotidiana de todos los ciudadanos nunca más va a ser como antes.

Partidos europeos de extrema derecha y xenófobos miran a los republicanos como su contraparte estadounidense y curiosamente, al presidente ruso, Vladimir Putin, como alma de ideas afines. Todos van a aumentar su fuerza en los parlamentos y gobiernos en las próximas elecciones legislativas. El sueño europeo está ahora definitivamente en retirada.

El auténtico problema es que incluso si alguien se toma en serio al ISIS y destruye su pequeño ejército de 50.000 combatientes, los problemas no terminarían. Lo que no va a ser posible destruir es la atracción fatal por un Islam radical entre los jóvenes árabes desempleados y frustrados que participaron en la primavera árabe, sino también los de los ghetos de Europa. Su sueño es de un Califato puro y incorrupto, que va a eliminar a dictadores, reyes y sultanes para redistribuir la riqueza entre todos los árabes, quer va a vengarse de la humillación y de la islamofobia y que proporcione una identidad fuerte y digna para sus ciudadanos.

Pero ¿cómo podemos esperar algún conocimiento contemporáneo profundo de un Congreso republicano, cuando sus candidatos presidenciales han mostrado una deplorable ignorancia sobre el mundo en el que viven?

Basta pensar que Ben Carlson, el principal candidato, dijo en la televisión que tropas chinas están involucradas en Siria ..., o por Donald Trump, que ha dicho que todos los sirios fuera de Siria quieren exportar el terrorismo.

La triste realidad es que Occidente está ahora en un callejón sin salida. No es posible dejar que el Califato se expanda y continúe su labor de radicalización. Pero si el califato desaparece, los salafistas radicales se reagruparán de nuevo, con el apoyo de Arabia Saudita y Qatar. Se puede tomar una de dos direcciones: la de al-Qaeda, que es luchar contra los musulmanes apóstatas que no apoyan su causa, americanos infieles y europeos que apoyan a los regímenes árabes, con el fin de poder un día establecer un califato ; o la del ISIS, que es hacerse cargo de un pedazo de tierra, fundar un Califato y expandirse desde allí.

Aquellas dos vertientes del jihadismo ya luchan entre si en Siria. Pero pase lo que pase, es muy probable que el Occidente otra vez no pueda intervenir inmediatamente y se relacione con los árabes cometiendo muchos errores, cayendo otra vez en manos de los terroristas.

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