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martes, 20 de octubre de 2015

La hipocresía sin límites de Hillary Clinton


Robert Fantina, CounterPunch

El mundo se ve de nuevo ante una campaña electoral de Hillary Clinton con toda la teatralidad, pompa, exageración, mentiras y distorsiones que la hacen famosa. Su coronación parece ser un resultado inevitable, a menos que alguien (¿cualquiera?) salga de las sombras como lo hizo el entonces senador Barack Obama en 2008 y descarrile el acelerado tren de Hillary.

Sus exteriorizaciones siguen sorprendiendo, ya que muestran su ignorancia de los temas, o su desdén por la inteligencia del público votante, o su creencia en que el concepto de que ‘todos los hombres son creados iguales’ es solo un mito. A pesar de todo, cada una de sus palabras parece mostrar que es inadecuada para ser presidente de EE.UU.; su presidencia sería un desastre dentro y fuera del país.

Veamos las más recientes falsas perlas de sabiduría que han salido de sus labios y veamos lo que dicen sobre su honestidad y su capacidad de considerar una situación y sugerir una solución.

“Estoy alarmada por la reciente ola de ataques contra israelíes, incluyendo más de una docena de ataques separados desde el sábado pasado. Mis pensamientos y oraciones acompañan a las víctimas y sus familias. Hombres y mujeres que viven en Jerusalén y otros sitios no pueden llevar comestibles o viajar a la oración sin mirar por sobre sus hombros. Está mal y debe terminar. No hay sitio para la violencia, solo el diálogo puede producir una paz duradera”.
Los problemas con esta declaración ignorante son casi demasiado vastos para incluirlos en un solo artículo. Pero intentaremos concentrarnos en unos pocos.

“Estoy alarmada por la reciente ola de ataques contra israelíes”.

¿No ha oído hablar la Sra. Clinton de los continuos ataques contra los palestinos por terroristas del ejército israelí y los colonos ilegales? Hay que recordarle la muerte de la pequeña que murió hace unas semanas, quemada por un colono ilegal que todavía no ha sido acusado de ningún crimen. O tal vez hay que llamar su atención a los más de 10 palestinos, jóvenes de hasta 13 años, desarmados y asesinados a tiros a quemarropa. El vídeo de una joven mujer palestina, con sus manos en el aire, rodeada por terroristas del ejército y muerta a tiros se encuentra fácilmente en la red. ¿No tiene nada que decir la señora Clinton al respecto?

“Incluyendo más de una docena de ataques separados desde el sábado pasado”.

¿Es más trágico que hayan muerto siete israelíes que 28 palestinos desde el 1 de octubre? Tal vez haya que recordar a la Clinton que los colonos israelíes, que viven en Cisjordania desafiando el derecho internacional, tengan la protección absoluta de los soldados del ejército cuando atacan a los palestinos. También, los israelíes tienen todas las ventajas que les suministra la ayuda militar de EE.UU. Se ha informado de que un ataque palestino a un israelí fue realizado con un mondador de vegetales. Cualquier persona pensante reconocería la desesperación que indica este caso. Los palestinos utilizan generalmente cualquier medio a su disposición, normalmente solo piedras, para oponerse a sus brutales ocupantes. Y ahora los israelíes pueden matar a tiros a cualquiera que les lance una piedra.

“Mis pensamientos y oraciones acompañan a las víctimas y sus familias”.

Hay que subrayar que Clinton solo piensa y reza por las víctimas israelíes y sus familias. No ha dicho nada que indique que piensa lo más mínimo en las víctimas palestinas.

“Hombres y mujeres que viven en Jerusalén y otros sitios no pueden llevar comestibles o viajar a la oración sin mirar por sobre sus hombros”.

Bueno, por lo menos tienen tiendas de comestibles a las que ir, un lujo que no se puede permitir la mayoría de los palestinos en la Franja de Gaza. Pero los palestinos en Cisjordania ni siquiera pueden dormir sin temer que les rompan la puerta en medio de la noche, que registren su casa de arriba abajo y que se lleven a los varones de cualquier edad a rastras sin acusación alguna. Las protestas pacíficas contra la ocupación de los palestinos y extranjeros son enfrentadas con munición de guerra por los soldados israelíes.

Y en la Franja de Gaza, disparan contra los pescadores y confiscan sus embarcaciones mientras se encuentran en sus propias aguas territoriales, violando el derecho internacional y el acuerdo de alto el fuego de 2014. El castigo colectivo, en forma de bombardeo selectivo de servicios esenciales y un bloqueo que mantiene a los palestinos en la miseria, forman parte de la política oficial israelí. ¿Dónde queda la preocupación de la señora Clinton ante estas atrocidades?

“Está mal y debe terminar”.

Cada crimen cometido por Israel –solo hemos mencionado una fracción– está mal y debe terminar. Cuando Clinton era Secretaria de Estado tuvo una gran oportunidad para lograrlo, pero no hizo nada. Ahora se preocupa por un grupo variopinto de gente ocupada que se opone a su ocupante, una de las naciones más fuertes del mundo, gracias, por supuesto, a la más fuerte. Que nadie piense que Clinton se coloca alguna vez de parte de los oprimidos.

“No hay sitio para la violencia, solo el diálogo puede producir una paz duradera”.

Si Hillary Clinton cree sinceramente que no hay sitio para la violencia podría prometer que si llega a la presidencia dejaría de suministrar a Israel los instrumentos que utiliza para una violencia extrema.

Y por supuesto tenía que sacar a relucir ese gastado viejo cliché del diálogo. No, señora Clinton, una paz duradera no será producida por el diálogo. Israel está siendo forzado por la comunidad internacional a respetar el derecho internacional. Esto significa sacar al último colono de Cisjordania, terminar el bloqueo de la Franja de Gaza, liberar a todos los presos políticos palestinos, reconocer el estado de Palestina y terminar con todas las medidas agresivas en su contra. Una vez que se haga todo esto, por lo menos, la violencia ineficaz contra los israelíes terminará.

¿Pero qué le importa todo eso a la poderosa Hillary Clinton? Ella sabe dónde se unta el pan financiero. Un ejemplo es el multimillonario Haim Saban, con doble ciudadanía estadounidense e israelí, que dona entre 10 y 25 millones de dólares a la Fundación Clinton. Saban es partidario de la línea dura de Israel y ha declarado que es “un tipo de un solo tema y mi tema es Israel”. Cuando se le preguntó cuánto donaría a la campaña de Clinton respondió: “Todo lo que sea necesario”. Durante su campaña electoral de 2006, Clinton recibió por lo menos 83.000 dólares de diversos lobbies israelíes. Aunque es una gota en el océano en comparación con las donaciones de Saban, Hillary Clinton se presentaba contra un candidato desconocido con poco reconocimiento de nombre y aún menos dinero. Pero la donación bastó para endeudarla frente a los donantes. Es una lástima que no exista un acaudalado palestino o lobby palestino que adquiera los favores de Clinton.

De modo que, ¿qué nos dice todo esto sobre Hillary Clinton? El autor deduce algunos puntos.
  • El dinero habla. Y para Clinton habla fuerte.
  • Ella desdeña el derecho internacional, piensa que EE.UU. está por sobre consideraciones tan mundanas.
  • Los derechos humanos valen solo para los que la apoyan con sus chequeras.
Y por alguna extraña razón, los miembros del Partido Demócrata actúan de una manera servil hacia su persona. ¿Qué ha dicho o hecho en su vida que merezca sus elogios? ¿Hay algo, en su turbio historial de gobernanza, que indique que ella podría ser capaz de dirigir la nación?

El autor busca en vano un candidato de un partido importante que muestre alguna señal de poseer calidad de estadista. Ciertamente no encuentra ninguna en Hillary Clinton.

El último libro de Robert Fantina es Empire, Racism and Genocide: a History of US Foreign Policy (Red Pill Press).
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Tomado de Rebelión. Traducción de Germán Leyens

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