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miércoles, 5 de agosto de 2015

Los ganadores y perdedores del capitalismo de libre mercado, según 'Forbes'


"Todo el mundo sabe que cuando el capitalismo funciona al máximo rendimiento, hay ganadores y perdedores. De ahí se desprende que el capitalismo premia a los ganadores y castiga a los perdedores", escribe el columnista de Forbes, Mike Collins. Sin embargo, añade que los castigados resultan ser las categorías más vulnerables y la clase media. "Los capitalistas de la línea dura dicen que 'los ganadores son aquellos que son honestos, laboriosos, reflexivos, prudentes, frugales, responsables, disciplinados y eficientes. Los perdedores son los holgazanes, perezosos, imprudentes, extravagantes, negligentes, poco prácticos e ineficaces'. Es un pensamiento absolutista que no reconoce que muchos de estos perdedores son niños indefensos, jubilados y personas con discapacidad que no pueden trabajar", sostiene Collins en su columna de Forbes.

"Nuestra democracia es un sistema creado para dar a cada uno igual oportunidad de participar en el crecimiento y la riqueza... Fue un esfuerzo único para desarrollar la gobernanza diferente del sistema de clase que había sido la tradición desde hace miles de años en los que había sólo aristócratas y campesinos. La nueva democracia creó una clase media fuerte y el sueño americano donde había movilidad ascendente y cada generación tenía la oportunidad de mejorar la vida de sus padres. Durante muchos años la clase media participó en el crecimiento y la riqueza de la nación. Desde aproximadamente 1930 hasta 1980 la clase media disfrutó del aumento de los salarios y de la riqueza que alimentó nuestro consumo económico. Nuestros ciudadanos podían comprar todo lo que el país podía fabricar y hubo años de fuerte crecimiento económico".

"Pero a finales de 1970 las cosas comenzaron a cambiar, y la clase media comenzó un largo período de declive... "Las grandes corrientes de la generación pasada - la desindustrialización, el aplanamiento de los salarios medios, la financiarización de la economía, la desigualdad de ingresos, el crecimiento de la tecnología de la información, el flujo de dinero en Washington, el ascenso de la derecha política - todos tuvieron sus orígenes a finales de los años 70. Estados Unidos se convirtió en un país más empresarial y menos burocrático, más individualista y menos comunitarista, más libre y menos igualitario, más tolerante y menos justo. La banca y la tecnología se convirtieron en los motores de la riqueza, reemplazando el mundo de la materia con el mundo de los bits, pero sin crear gran prosperidad... Las instituciones que habían sido la base de la democracia burguesa, de las escuelas públicas y los puestos de trabajo seguros entraron en una larga decadencia".

En este proceso no solo han perdido los más vulnerables. "Millones de trabajadores han caído hoy en la categoría de 'fracasados' y se enfrentan a un retroceso... Estamos ahora en la sociedad más polarizada desde el comienzo de la Guerra Civil". La gente en la izquierda y en la derecha se siente muy "cómoda", defendiendo posiciones absolutistas sin compromiso, mientras EE.UU. es el país más desigual del mundo industrializado, argumenta Collins. La fortuna de las corporaciones estadounidenses no llega a la clase media. Como resultado, la parte del 1% de la población más rica en la riqueza total pasó del 7% en 1975 al 23% en 2014. Mientras tanto, la clase media vive bajo una permanente inseguridad y la amenaza del desempleo.

Las encuestas revelan que el 57% de la clase media no sabe si podrá pagar las facturas a final de mes. Además, EE.UU. tiene la tasa de pobreza general más alta entre los países industrializados. El censo de 2012 reveló que 46,2 millones de los estadounidenses viven por debajo del umbral de la pobreza y que hay 16,4 millones de niños en la pobreza, las cifras más altas del último medio siglo. Hay un punto de inflexión en la sociedad en la que los problemas de los 'fracasados' simplemente cuestan demasiado, opina Collins. "Es obvio que si demasiadas personas caen en la pobreza, no habrá suficientes clientes ni consumo y habrá menor crecimiento y recesiones más frecuentes".
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