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sábado, 7 de marzo de 2015

El caso Penta y la corrupción neoliberal en Chile


Fraude tributario reiterado, cohecho, sobornos, lavado de dinero, tráfico de influencias y financiamiento ilegal a los partidos de derecha eran temas ampliamente conocidos por la ciudadanía pero jamás abordados por la justicia chilena, que hacía oídos sordos a las denuncias y siempre encontraba subterfugios para rehuir un formato de prácticas delictivas que se arrastran desde la dictadura de Pinochet. Los amplios lazos entre la esfera política y la empresarial siempre gozaron de la protección de la justicia... hasta ahora. Nunca antes estas prácticas delictivas habían sido investigadas y denunciadas por la justicia, y se pensaba que así sería para siempre.

Por eso que los cuatro días de audiencia sobre el caso Penta han sido un terremoto grado diez en la sociedad chilena que pensaba que todo seguiría igual. Los ex controladores de este holding financiero, Carlos Alberto Délano y Carlos Eugenio Lavín, quedaron hoy en prisión preventiva según determinó el juez Juan Manuel Escobar, imputados por delitos tributarios y sobornos. Los acompaña Pablo Wagner Sanmartín, subsecretario de Minería del gobierno de Sebastián Piñera, presidente que logró duplicar el valor de sus empresas en sus 4 años de gobierno.

Durante el juicio quedo demostrada la soberbia y prepotencia de estos personajes. Como el fiscal Carlos Gajardo definió al holding como "una maquinaria para estafar al fisco", Carlos Alberto Délano respondió, burlándose, "Penta ha sido una máquina para crear empleo". Su socio Carlos Eugenio Lavin no se quedó atrás y expresó que "no era mafioso como Al Capone..", ignorando que Al Capone terminó preso justamente por delito tributario, tal como él. La abogada del Consejo de Defensa del Estado, respondiendo a la frase de Délano, señaló que "los narcotraficantes también generan empleo, y que la Ley debe aplicarse por igual a todos". El fiscal Sabas Chahuán empleó la metáfora de la red para ejemplificar que la justicia "no sólo debe cazar mariposas, sino también elefantes", referiéndose a la igualdad entre los magnates y los pobres frente a la justicia. Por fin, en Chile, hay tres elefantes tras las rejas, y deben caer otros en los próximos días

La corrupción del neoliberalismo

El eje central que gravita en todo este proceso de corrupción constituye la esencia de las políticas neoliberales, donde se impone dar rienda suelta al mercado y acorralar al Estado por considerarlo "incompetente" y "despilfarrador". Desde los años 80 las políticas neoliberales no han hecho más que reducir el poder del Estado para generar amplias ventajas al poder privado y su libre mercado, que no es más -como lo demuestra el caso Penta- que una sumatoria de prácticas destinadas a enriquecer a la clase empresarial. La política ha quedado subordinada a la clase capitalista, que es la que impone las leyes, administra el aparato estatal e impone la justicia.

Los pagos millonarios de coimas, sobornos, financiamientos ilegales y tráfico de influencias han sido destinados a imponer leyes a su antojo y conveniencia en todas las áreas, especialmente en Salud y Educación. Todo esto no ha hecho más que privilegiar a una clase social y política, la de los más ricos, ampliando de manera vergonzosa la brecha de desigualdad en Chile. En este juego de regalías y dinero fácil se ha corrompido ampliamente la clase política, que ahora deberá saber rendir cuentas y someterse a la justicia. La prisión de Délano, Wagner y Lavín, y todos los que vendrán más adelante, debe dar una dura lección a los políticos. Y también a todos aquellos que se desentienden de la política y se niegan a participar en las elecciónes. Como dijo Platón, el precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres.
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