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miércoles, 10 de diciembre de 2014

TTIP Europa-Estados Unidos... tropezando con la misma piedra (III)

Leopoldo De Gregorio

No logro entender cuales son las razones por las cuales el ser humano tiende a tropezar un y mil veces…..

En las relaciones que con respecto a este TTPI mantiene Europa y EE.UU. hay algo que nos muestra la buena voluntad que en el mismo concurre por parte norteamericana. Me refiero a los papeles hechos públicos por Edward Snowden; aquéllos que nos desvelaron que el subrepticio Gran Hermano personificado por la Agencia de Seguridad Americana demostraban el espionaje que esta agencia le hizo a decenas de millones de ciudadanos, entre ellos los líderes políticos europeos aliados de Washington. Un acaecimiento que nos lleva a pensar que no son los Estados (como concreción de la Voluntad General de sus habitantes) los que determinan lo que han de ser sus políticas; sino que por el contrario éstas son diseñadas e impuestas por las subjetividades con las que los cabildeos entre las multinacionales y los encaramados al poder gubernamental diseñan los pasos que deben seguir los Gobiernos. Lo cual nos obliga a tener que ponderar sobre qué prerrogativas tienen éstos para, en aras a su representatividad como garantes de los derechos de la ciudadanía, exigir a los que sólo están buscando su propio beneficio.

En función de lo expuesto y en mi busca de encontrar una figura que pudiera expresar mejor que mil palabras lo que habría de ser la firma de un tratado entre Europa y América que como el TTPI, a todas luces será una debacle, voy a hacer uso de lo que he utilizado como una columna:

Como podéis ve, en ella figura (como una abreviación singularizada), unos EU que sin que hayamos pretendido situarlos ahí, se encuentran en su cúspide; como pilastra, una basa y un puntal, que (como fundamentos de lo que tanto para los europeos como para los norteamericanos habrá de ser este “Tratado”, (como algo que pudiendo solo conocerse una vez ocurrido) tendrá que ser leído como PA-RO.

Por otra parte si analizando lo que en el tiempo nos habrá de deparar este TTIP contemplamos como “a TIP” lo que racional y cronológicamente hemos de deducir de lo que en él se encierra, asumiendo que “this TIP” también habrá de ser observado una vez concluido lo que haya de representar, éste se habrá convertido en “a PIT”; un agujero en el que sólo se habrán librado de caer los que por su orondez no corran peligro en sus fauces.

Si es cierto que por su volumen y por su tecnología son las grandes empresas las que están llamadas a cubrir la mayor parte de la oferta y la demanda que se hayan de producir en los mercados, no es menos cierto que en función de esta tecnología se estará utilizando una plusvalía relativa mucho más marginal que la que es utilizada en una producción y una distribución menos sofisticada. Con lo cual será preciso utilizar una menor cuantía de mano de obra. Y esto por razones que, adicionales a la que ha sido mencionada son a cual igualmente importantes.

La primera, la que se deriva del hecho de que el incremento del capital de las empresas (con independencia de que una parte de este acrecentamiento se haya utilizado en una acumulación no productiva), no es determinante en lo que se refiere a la demanda de mano de obra que éste supuestamente tendría que requerir. Según expone Ricardo en el capítulo 31 “On Machinery” de su “ Principles of Political Economy and Taxation”, al aumentar el capital, la demanda de trabajo se desarrolla en sentido decreciente. Páginas 282 y siguientes. Y esto queda demostrado observando que entre la tasa de desempleo y el crecimiento de la economía, existe una correlación que conocemos como ley de Okun. Es decir, en función de lo que ha sido asumido como empírico, para mantener los niveles de empleo se necesita que el PIB crezca cada año entre un 2,6% y un 3%.

La segunda, la malhadada circunstancia de que como consecuencia de esa no correspondencia entre el incremento del capital y el que supuestamente habría de corresponderla a un aumento de la demanda de mano de obra, en la conformación de grandes empresas se produce un incremento del ejercito de desocupados que acostumbra a ser utilizado en los condicionamientos que el capitalista ejerce sobre las fuerzas del trabajo. Hecho que entre otros podemos observar al constatar la soterrada prolongación de una jornada laboral que a la vista de lo que está ocurriendo con los contratos a tiempo parcial nos está llevando a que los obreros trabajen jornadas completas y los empleadores cotices por dedicaciones restringidas.

La tercera es la que se refiere al incremento de la productividad y lo que ésta representa tanto en el desempleo como en el de los salarios.

En lo que se refiere al primero de estos temas podemos observar que mientras que en los últimos años la producción de acero en EE.UU pasó de 72 millones de toneladas a 105 millones, el número de empleados descendió de 289.000 a 74.000. En lo que se refiere al segundo, es decir, a los salarios, advertimos que si asumimos que en el mejor de los casos las jornadas laborales y los sueldo han permanecido constantes, al haber concurrido una mayor productividad y una no incrementada capacidad adquisitiva (como ha quedado demostrado al conocer que en los últimos doce años en las economías más desarrolladas, la productividad ha sido más de dos veces superior al de los salarios), lo que el trabajador marginalmente haya producido no puede consumirlo. Es preciso quitarse el problema de encima, exportándolo; es decir, o bien intercambiándolo por materias con un nulo valor añadido, o bien endeudándolos.

¿En este contexto es compatible lo que habrá de ser una realidad con lo que nos están vendiendo como una creación de puestos de trabajo estos usuarios del toco-mocho? ¿No es esta la razón por la que ocultando sus manejos pretenden sea estatutariamente formalizado como un refrendo consumado? Ya van más de un millón de firmas impugnado este “Tratado” ¿Qué más será preciso hacer para que los delincuentes que lo han amasado den con sus gordos traseros en la cárcel? ¿Hasta cuando van a estar condicionando los cabildeos de los conseguidores el bienestar y la seguridad del 99 por ciento de nuestra población? ¿Hasta cuando vamos a permitir que estos impresentables que están malgobernándonos se siga plegando a las requisitorias que a través de estos correveidiles insertos en las funciones del Poder planteen las multinacionales? Si como es cierto, una tecnología que produciendo más y más barato habrá de convertir en obsoletas a empresas con una mayor cantidad de mano de obra relativa, ¿no será necesario que los efectos de esta tecnología sean gravados, no sólo para que las que emplean a más personas puedan sobrevivir, sino además, para que les sea dable subsistir aquéllos que como consecuencia de la técnica y la concentración de las riquezas se encuentren sin trabajo? ¿Estaríamos poniendo en peligro la competitividad de las empresas? ¿Y que es lo que le estaría ocurriendo a la competitividad que todo ser humano debe de defender para seguir siendo considerado como tal? ¿Tendremos que seguir tropezándonos una vez más con la (naturaleza de la) misma piedra con la que nos topamos con nuestra integración en la Unión Europea?

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