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martes, 11 de junio de 2013

El pesimismo sobre la implementación de reformas en España pone en duda la sostenibilidad de su deuda

Los expertos de Bank of America Merrill Lynch lo tienen claro: España repite la misma dinámica que el año pasado. Desde su punto de vista, el equipo capitaneado por Rubén Segura-Cayuela y Laurence Boone reconoce que "2013 es muy familiar" a 2012. Al fin y al cabo, la mayor parte de las recomendaciones de la Comisión Europea sobre las reformas son las mismas, con objetivos fiscales similares por lo que el ajuste serán muy limitado.

"Estamos preocupados ante la necesidad de nuevas rondas de aprovisionamiento y la recapitalización del sector bancario, aunque en la escala será mucho menor que en 2012", afirman.

De hecho, desde el banco estadounidense apuntan que los riesgos siguen siendo altos, especialmente de cara a 2014 ya que la mayor parte del ajuste fiscal "está por llevarse a cabo y deberíamos ver más medidas de austeridad anunciadas antes de octubre, lo que plantea riesgos a las ya de por sí débiles perspectivas de crecimiento para 2014". "Si el ajuste no está bien diseñado, podría retrasar aún más la recuperación", indican.

Según aclaran los economistas de BofAML "España aún carece de una estrategia bien definida y creíble de consolidación a mediano plazo". Esto se refleja en las previsiones de déficit presupuestario. El banco cuenta con un escenario base en que España registrará un déficit del 7 por ciento del PIB en 2013 y del 6,3 por ciento en 2014, incluso después de tener en cuenta el nuevo programa de estabilidad. "En nuestra opinión, el programa no contiene ninguna nueva medida suficientemente detallada para impulsar nuestros pronósticos", aseguran.

"No somos optimistas sobre la aplicación de las reformas estructurales", ponen de manifiesto. En general, España todavía debe enfrentar la mayor parte del ajuste fiscal, con un nivel de deuda mucho más elevado y una falta de crecimiento debido a la demora en la implementación de las reformas, algo que "pone en peligro la sostenibilidad de la deuda".

Segura-Cayuela y Boone coinciden en reiterar su falta de confianza sobre la implementación de reformas en España. "Ha habido algunos avances en algunos aspectos, pero muy lentos y, a nuestro juicio, no con suficiente profundidad", reiteran. Ambos destacan que el lento proceso de aprobación e implementación de las reformas es consecuencia de los altos costes políticos que éstas implican, junto con "la resistencia a reducir los privilegios existentes para ciertos grupos". Estos obstáculos han persistido en los últimos 10 años, aseguran, por ello creen que es necesaria la presión de los mercados u otras instituciones, algo que ha tenido efecto en otros países.

De hecho aventuran que la tensión sobre España podría comenzar a acumularse de nuevo a finales de año, cuando no descartan nuevos temores sobre una posible rebaja de calificación.
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Tomado de El Economista

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