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miércoles, 9 de mayo de 2012

De Atenas a París: ¿una primavera europea?


Costas Douzinas, Sin Permiso

“La semana pasada la OCDE anunció que la renta media griega cayó un 25,3% en el año 2011, una reducción sin precedentes en cualquier parte del mundo en tiempos de paz (los británicos cayeron en un 2% en el mismo período), con un desempleo del 21% y un paro juvenil del 50%.”

El 6 de mayo puede ser el principio de la "primavera europea". La esperada victoria de François Hollande en las elecciones francesas y su rechazo del pacto fiscal será la primera derrota de las políticas que la Sra. Merckel y los inútiles tecnócratas de la UE han impuesto a Europa. Sin embargo, el resultado de las elecciones griegas puede tener aún mayor importancia simbólica.

Las elecciones marcan el final del segundo acto de la tragedia griega, con la salida por la derecha del escenario del elenco de partidos y políticos hasta ahora dominantes. El primer acto terminó el pasado noviembre con la dimisión del gobierno Papandreu como resultado de la oposición popular y el miedo de Merkozy a un referéndum sobre la pertenencia de Grecia al euro. Papandreu era un “pobre hombre” de Tony Blair, asesorado por apparatchiks del partido de toda la vida y un pequeño grupo de "expertos" neoliberales, despectivamente conocidos como “los jardineros”. Este clan de mediocridades, que debían sus cargos al clientelismo feudal de Papandreou, afirmaba que podían "salvar" Grecia de los desastres que sus gobiernos habían causado. Evangelos Venizelos, quien sustituyó a Papandreu en la dirección del PASOK, es una especie de Gordon Brown parlanchín, que como ministro de economía supervisó el catastrófico segundo paquete de austeridad, sepultando con él en el cementerio de los sueños rotos sus aspiraciones de toda una vida de convertirse en primer ministro.

La semana pasada la OCDE anunció que la renta media griega cayó un 25,3% en el año 2011, una reducción sin precedentes en cualquier parte del mundo en tiempos de paz (los británicos cayeron en un 2% en el mismo período), con un desempleo del 21% y un paro juvenil del 50%. Sin embargo, el segundo préstamo de rescate, así como los ingresos fiscales por el IRPF, se ingresarán en una cuenta bloqueada y se utilizarán para pagar la deuda antes que los salarios y las pensiones. El PASOK se autodenomina socialista, pero, a diferencia de Hollande, acepta las medidas de austeridad, sin negociación ni objeciones, sacrificando a los jóvenes, los ancianos y los pobres como si fueran modernas Ifigenias para salvar la piel de los Agamenones económicos y políticos.

En la esquina azul, George Samaras, el líder populista y nacionalista de Nueva Democracia, votó en contra de la primera serie de medidas de austeridad para diferenciar a su partido del PASOK. Pero el pasado mes de noviembre, Nueva Democracia volvió a su redil ideológico, aceptó el segundo paquete y se unió al gobierno Papademos. Lukas Papademos, el tecnócrata que dirige la coalición, fue gobernador del Banco de Grecia, cuando el país ingresó en el euro gracias a una contabilidad creativa, la llamada “estadística griegas”. Es una ironía de la historia que en 2001 el gobierno Simitis del PASOK mintiera para ser admitido en el club, lo que acabaría provocando la caída en los abismos del país y el partido.

El gobierno de Papademos es una coalición del PASOK y Nueva Democracia, los partidos dinásticos que gobernaron Grecia durante los últimos 40 años y la han conducido a su triste situación actual. Su campaña electoral es surrealista. El abrumador rechazo de las medidas del FMI y la UE ha obligado a los dos partidos que gobiernan a argumentar en contra de las políticas que aplican. Al mismo tiempo, unas encuestas de opinión desastrosas (Nueva Democracia un 20% y el PASOK alrededor de un 15%, después del 44% en 2009) y el desesperado intento de polarizar a base de diferencias inexistentes hacen que se despedacen entre si con una ferocidad retórica sin precedentes. A pesar de que el sistema electoral ofrece una increíble ventaja de 50 escaños al partido más votado, ningún de ellos alcanzará una mayoría suficiente. La única manera de que los dos “grandes partidos” puedan seguir aplicando la desastrosa política de austeridad ordenada por Berlín y Bruselas, será formar un nuevo gobierno de coalición el 7 de mayo, si suman 151 escaños. Mientras tanto, aunque los insultos personales dominan la campaña, es evidente que la campaña de los partidos mayoritarios ofrece “dos por el voto de uno ".

Uno de los aspectos más preocupantes es el giro a la derecha de los políticos tradicionales que, imitando a Sarkozy, compiten para mostrar su pedigrí xenófobo. Los ministros de la coalición, como Michalis 
 Chrysochoidis y Andreas Loverdos, extienden el pánico acusando a los inmigrantes de ser criminales y portadores de enfermedades infecciosas, a los que hay que encerrar en campos de detención ya preparados a fin de contener esta "amenaza".
 Amnistía Internacional ha denunciado esta propuesta como "profundamente preocupante" y 
 "discriminatoria". Entre tanto, el alcalde de Atenas Kaminis, como Chrysochoidis, llama a los inmigrantes "basura" y ha organizado una campaña para "limpiar" Atenas de extranjeros, y la coalición planea levantar un muro anti-inmigrantes en la frontera greco-turca. Es un intento de movilizar con la política del miedo a los “condenados de la tierra”, que el diktat europeo arroja, agotados y hambrientos, a las calles griegas. En este ambiente, el partido neo-nazi "Amanecer Dorado", que organiza pogromos contra los inmigrantes, pueden entrar en el Parlamento, recordando a los europeos los últimos días de Weimar. Será una amarga ironía en el país que tuvo mayor éxito en su resistencia contra la ocupación nazi. La tragedia, la farsa y la depresión conforman la imagen de un sistema al borde del ataque de nervios. Mayo del 2012 será un caso de manual sobre cómo una todopoderosa élite se suicida con la creencia delirante de que el servicio a los intereses privados promueve la virtud pública. Sin embargo, su caída podría convertirse en el comienzo del tercer acto de la tragedia que lleva a su cierre catártico. La Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) y su carismático y joven líder Alexis Tsipras prometen poner fin a las políticas de austeridad y negociar una reducción de la deuda, priorizando el crecimiento y la reforma de la UE en sus políticas. Tsipras propone formar un gobierno de partidos de izquierda apoyados en la movilización popular. Las encuestas de opinión parecen estar de acuerdo. Un gobierno de este tipo sería la opción más popular, y los tres partidos de izquierda, SYRIZA, comunistas y la Izquierda Democrática, suman en las encuestas en torno al 40%. Los otros dos partidos, sin embargo, olvidando la historia del frente popular, rechazan la propuesta. La dirección comunista ha convertido a SYRIZA en el objetivo principal a derrotar. De una manera esquizofrénica, los comunistas participar en la política parlamentaria, pero afirman que no están interesados en gobernar a menos que tengan todo el poder para abolir el capitalismo. La pro-europea Izquierda Democrática apoya acríticamente a la UE y sirve de receptáculo para el goteo de diputados del PASOK decepcionados que abandonan su partido.

La lógica de esta propuesta es la siguiente. Es probable que Nueva Democracia sea el partido más votado este domingo, sumando los 50 escaños adicionales que atribuye la ley electoral en este caso. El PASOK probablemente quede en segundo lugar. Sin embargo, SYRIZA, espera ser el tercero. Según la Constitución griega, Syriza, como tercero partido, podría intentar formar un gobierno si los dos primeros partidos obtienen conjuntamente menos de 150 diputados. 
 Si es así, los partidos de izquierda, los verdes y el centro-derecha anti-austeridad se verán presionados a participar en o al menos dar un voto de confianza a un gobierno de izquierda.

Las placas tectónicas de la sociedad y la política griegas se están moviendo. Es la primera vez que se baraja en Europa la posibilidad real de un gobierno de izquierda radical. Las miles de personas que ocuparon Syntagma y las plazas de Grecia el año pasado carecían de líderes, partidos o ideología comunes. Pero los viejos sindicalistas y los militantes de siempre, junto a los nuevos disidentes y los indignados han cambiado las reglas de la política. Ahora tienen la oportunidad de añadir a su versión de la democracia directa y la solidaridad social una representación parlamentaria fuerte. El colapso de la élite política bipolar sentará en el Parlamento seis nuevos partidos, creados ex novo o resultado de escisiones. Pero lo que esta en juego en estas elecciones es la redefinición a largo plazo del mapa político con la sustitución del PASOK por la izquierda. Después de la guerra civil, Grecia exilio, encarceló y persiguió a la izquierda, marginando a sus partidos en una oposición testimonial e ineficaz. Esta situación está llegando a su fin en la medida en que esta surgiendo un bloque hegemónico multicolor, que combina la defensa de la vida, la democracia y la independencia, reuniendo a personas que históricamente se encontraban en lados opuestos. A medida que el rechazo popular a la austeridad supera la negatividad del «¡ya basta!» y comienza a avanzar una propuesta radical de gobierno, emerge un nuevo modelo de democracia que presiona a los partidos de izquierda para no pierdan esta cita con la historia. Si el 6 de mayo Francia elige un presidente socialista y la izquierda griega obtiene un buen resultado, un viento nuevo llevará la fragancia de la primavera de París a Atenas. Los franceses y los griegos no votan sólo el futuro de sus propios países, sino el de Europa.

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Costas Douzinas, filósofo, es autor de Resistencia y filosofía en la crisis, publicado a principios de este año por Alejandría Press, Atenas.

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