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lunes, 23 de enero de 2012

Ricos, impuestos y evasión fiscal

Sam Pizzigati, Sin Permiso

A los ricos no les gusta pagar impuestos cuando los tipos son altos. Cuando son bajos tampoco les gusta.

Cualquier sistema fiscal que grave a los ricos con impuestos elevados se expone a tener problemas. Al menos esto es lo que argumentan constantemente los políticos que defienden los intereses de la gente pudiente. Según su argumento, cuanto más alto es el tipo impositivo de las rentas altas mayor es el incentivo de los ricos para gastar tiempo y energía inventando vías para evadir los impuestos.

“Los conservadores tienden a hablar del incumplimiento como si solo fuera una cuestión de tipos impositivos”, como señaló la semana pasada el antiguo consejero político de la administración Reagan, Bruce Bartlett, un punto de vista que hace de la evasión de impuestos “una excusa más para bajar los impuestos”.

En el 2001 y más tarde en el 2003, esta conveniente excusa le vino bien a la Casa Blanca de Bush para recortar fuertemente los impuestos que el IRS (Internal Revenu Service, o Tesorería) esperaba obtener de la gente rica. El impuesto sobre la franja más elevada de la renta bajó del 39,6 al 35 por ciento, y los tipos sobre las rentas del capital y los dividendos bajaron ambos al 15 por ciento desde el 20 y el 39,6 por ciento.

Según la ideología de derechas, complaciente con los ricos, estos recortes deberían haber estimulado a cumplir con los impuestos, ya que, como señala Bartlett, “el rendimiento de la evasión disminuyó”.

¿Qué ocurrió? Tal como documenta un nuevo estudio del IRS, la evasión fiscal en realidad aumentó entre 2001 y 2006. En 2001 dejaron de recaudarse 290.000 millones $ en impuestos sobre individuos y empresas. En 2006, 385.000 millones de dólares.

¿Como contextualizar todos estos miles de millones? En 2006 los números rojos del déficit del presupuesto federal sumaron 248.000 millones de dólares. Si el IRS hubiera podido recaudar hasta el último céntimo de lo que los contribuyentes estafadores costaron al Tío Sam en 2006, la tesorería federal habría terminado el año con 137.000 millones de dólares en números negros.

¿Quién se dedica a estafar con los impuestos? No el estadounidense medio.

El estadounidense medio obtiene la mayor parte de sus ingresos de las rentas del trabajo. Casi todo este ingreso está sujeto a retención sobre la nómina. Resultado: solamente un 1% de los impuestos sobre las rentas del trabajo dejan de recaudarse, según el nuevo estudio del IRS.

Por el contrario, los estadounidenses ricos obtienen gran parte de sus ingresos anuales de las ganancias de capital, propiedad empresarial y otras fuentes de ingresos que no están sujetas ni a una rigurosa información ni retención.

La evasión de impuestos en la categoría de ingresos que incluye las ganancias de capital y la propiedad de acciones fue, según calcula el IRS, de un 11 por ciento en 2006, diez veces la tasa de evasión de las rentas del trabajo.

El nuevo informe del IRS no clasifica los nuevos datos de evasión de impuestos por nivel de ingresos de los contribuyentes. Pero hace cinco años, la última vez en que el IRS publicó un importante análisis de la evasión fiscal, dos analistas –el economista del IRS, Andrew Johns y Joel Slemrod de la Universidad de Michigan– examinaron los datos escuetos del IRS y lo hicieron.

Ambos encontraron que los estadounidenses que ganan entre 500.000 y 1 millón de dólares al año, ocultan sus ingresos en un considerable 21 por ciento, el triple del 7 por ciento de ocultamiento de los contribuyentes que ganan entre 30.000 de dólares y 50.000 de dólares y mucho más del doble del 8 por ciento que ocultan los contribuyentes que ganan entre 50.000 de dólares y 100.000 de dólares.

Los nuevos números de evasión fiscal del IRS cubren el año fiscal federal del 2006. ¿Ha mejorado desde entonces la historia de la evasión fiscal? Aparentemente hay algunos signos positivos.

A principios de este mes el IRS anunció que la proporción de auditorías a retornos fiscales de declaraciones de más de 1 millón de dólares de ingresos anuales se han doblado en los últimos años. En 2011, el 12 % de los millonarios fue sometido a auditorías, un aumento respecto al 6% del 2009.

La mayor proporción de auditorías, dice el jefe de control del IRS, Steven Miller, debería garantizar a “quienes están en la parte baja de la escala” que “quienes están en la parte alta de la escala están sujetos a las mismas reglas y controles que los demás”

Además, el IRS se está volviendo más riguroso también en otras cuestiones. Ha creado una unidad llamada “Fortunas globales”, una iniciativa pensada “para hacer frente a la creciente complejidad de los ingresos y activos de la población con un nivel elevado de ingresos y riqueza”.

Los investigadores del IRS también recurrirán a la justicia contra Suiza y otros bancos extranjeros que han ayudado a los estadounidenses ricos a disimular sus activos.

Pero este impulso puede ser difícil de sostener. Los recortes presupuestarios han minado la capacidad de inspección del IRS. El presupuesto de la agencia federal, de 11.800 millones de dólares para el año fiscal 2012 está 300 millones de dólares por debajo del presupuesto del año pasado –y 1.500 millones de dólares por debajo de lo requerido por la Casa Blanca de Obama.

Este año el IRS tendrá, según informa el inspector jefe Miller, unos 3.000 empleados menos para inspección que en 2010. La abogada de los contribuyentes nacionales del IRS, Nona Olson, declaró en el Congreso la semana pasada que el “desequilibrio” entre la carga de trabajo de la agencia y sus recursos “se está volviendo incontrolable”

Más recursos presupuestarios ayudarían ciertamente a enderezar la situación. Los datos muestran que cada dólar inyectado al IRS para inspección tiene un rendimiento de 4 dólares en ingresos.

Pero terminar realmente con la evasión fiscal supondrá probablemente un liderazgo político en la cúpula mucho más agresivo. A este respecto, los políticos de Washington podrían inspirarse en Mario Monti, el nuevo primer ministro de Italia, patria de algunos de los ricos evasores de impuestos más notorios del mundo.

Italia está perdiendo el equivalente de 152.000 millones de dólares al año por evasión de impuestos y los ricos están, desde hace años, escondiendo flagrantemente sus ingresos reales.

En Año Nuevo el primer ministro Monti hizo irrumpir a la policía fiscal en los centros de vacaciones de ski de lujo y en los spas de la costa. Su misión: encontrar pruebas de evasión de impuestos. Encontraron cantidad. En los centros de vacaciones de Cortina la policía encontró 42 automóviles de súper-lujo –precio medio de más de 250.000 de dólares- registrados a nombre de propietarios que declaran menos de 25.000 de dólares de ingresos.

Las agresivas incursiones de Monti en los dominios de los ricos y famosos ha provocado la irritación de los aliados del anterior primer ministro caído en desgracia, el milmillonario amo de los medios de comunicación, Silvio Berlusconi. Según parece, su irritación va a durar algún tiempo.

El nuevo primer ministro no parece contentarse con hacer cumplir la legislación fiscal vigente. Según las informaciones, actualmente está buscando apoyos para “una nueva franja fiscal con tipos más elevados para los individuos con altos ingresos” y un impuesto sobre las transacciones financieras especulativas.

Es natural. Puesto que los ricos están dispuestos a evadir los impuestos incluso cuando éstos están bajos, la sociedad puede permitirse incrementar mucho más sus tipos impositivos.

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