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viernes, 23 de diciembre de 2011

Continúan protestas por planes de austeridad en Europa


Las protestas sociales iniciadas en Grecia en contra de los planes de austeridad continúan avanzando en otros países europeos, mientras los gobiernos siguen adelante con los planes de austeridad, que incluyen recortes al gasto público, aumento de impuestos y alargamientos en la edad de jubilación. A su vez, las agencias de calificación mantienen la presión sobre los países europeos amenazándolos con nuevas rebajas a la calidad de su deuda.

Ayer le tocó el turno a Bruselas, la capital de Bélgica y sede de la Unión Europea, donde trabajadores del sector público convocaron a un paro general que paralizó el transporte público en varias ciudades en rechazo al plan del nuevo gobierno, de reformar las pensiones para reducir el déficit público y la deuda en el país. La huelga fue en todo el conjunto del sector público, y en las calles de Bruselas no circulaba ni un sólo autobús, metro o tren; tampoco funcionaron las líneas de trenes de trayectos internacionales como Eurostar o Thalys, que conectan a Bruselas con Reino Unido, Francia, Holanda y Alemania. En Amberes ningún buque podía entrar o salir del puerto, debido a la ausencia de personal encargado de guiar las embarcaciones. Esto ocasionó que los trabajadores del sector privado tampoco pudieron llegar a sus lugares de trabajo, debido a las largas distancias y a la falta de trenes, por lo que en algunos casos se tuvo que trabajar desde los domicilios. transporte, hospitales, escuelas y cadenas de televisión y radio.

A su vez, en Italia se aprobó el severo plan de austeridad elaborado por el gobierno tecnócrata del primer ministro Mario Monti, quien prometió medidas para estimular el crecimiento económico, pese a que los datos confirman que se aproxima una recesión. En Roma el Senado aprobó con amplia mayoría el plan de ajuste elaborado por el equipo encabezado por Monti, por un valor de 20 mil millones de euros. Estas medidas de austeridad, que reforman el sistema de jubilación e introducen nuevos impuestos fueron aprobadas el 16 de diciembre por la Cámara de Diputados. Ahora le tocaba el turno a los senadores, ante los cuales Monti defendió sus medidas y explicó que el aumento de los impuestos era necesario y afectará sobre todo a los patrimonios que hasta ahora no se habían ajustado al esfuerzo nacional.

La presión de las agencias calificadoras también llegó a Hungría. Standard and Poor’s y Moody’s colocaron la nota crediticia del país en la categoría de "bonos basura", lo que afectó ayer jueves la colocación de bonos del Estado. Las tasas de interés a 12 meses subieron a 7,91 por ciento, cuando hace dos semanas eran de 7,29, considerado un nivel insostenible a largo plazo, y pese a la fuerte inyección de liquidez colocada en la banca.

Ante la degradación de la situación económica de Hungría, entre otras la fuerte devaluación de su divisa, el florín, que perdió casi 20 por ciento de su valor con respecto al euro en los últimos tres meses, el jefe de gobierno Viktor Orban se vio obligado a pedir ayuda al FMI, a quien le daba la espalda desde hacía dos años. Durante la crisis de 2008-2009, Hungría fue rescatada de una bancarrota con un préstamo de 20 mil millones de euros del FMI, del Banco Mundial y de la Unión Europea. Esta vez, las negociaciones con el FMI y Bruselas para un nuevo salvavidas están estancadas.Entre protestas masivas y planes de austeridad, Europa se encamina a una nueva recesión.

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