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jueves, 18 de agosto de 2011

Merkel, Sarkozy y su paseo por el lado salvaje de la idea de Europa

A propósito del articulo Crisis financiera permite a Ángela Merkel ansiar el Cuarto Reich para dominar a toda Europa, cuelgo este de Antoni Papell, al que habrá que añadir las declaraciones de Jacques Delors

Antonio Papell, El Economista

La reunión del directorio europeo, de los dos miembros del eje franco-alemán, que acaba de tener lugar ha supuesto una radical ruptura de las anteriores reglas del juego y la primera piedra de un edificio formado por las dos grandes potencias de la Europa continental. Gracias a la ventaja que les supone la gravísima crisis de la Unión Europea, están al parecer dispuestas a afirmar su imperium sobre el total de los diecisiete países de la Eurozona.

La señora Merkel y el señor Sarkozy, ambos debilitados en sus propios países, han tomado decisiones relevantes sobre el devenir de Europa, pero lo más importante no es tanto la materia de lo acordado cuanto el alcance político de su actitud, que a todas luces cobra el carácter de una imposición al resto de los socios comunitarios.

Ambos mandatarios han decidido crear una gobernanza económica europea, que incluye entre otras cosas la armonización fiscal del impuesto de sociedades y la constitucionalización del déficit cero (además de la unificación del sistema de pensiones, la desconexión entre inflación y salarios, etc.).

Asimismo, habrá un gobierno económico, que será presidido por Van Rompuy. Lo más llamativo, sin embargo, no es tanto el contenido de tales acuerdos, que son razonables aunque agraden más a unos que a otros (la izquierda socialdemócrata no verá con buenos ojos la constitucionalización del equilibrio presupuestario), sino el tono y el procedimiento adoptados.

París y Francia toman sus decisiones a solas



Hasta ayer, Francia y Alemania mantenían reuniones discretas previas e informales a los Consejos Europeos para concertar acuerdos que tenían, como es lógico, un elevado peso en las ulteriores reuniones de los jefes de Estado y de Gobierno. Ahora, este paripé ya ni siquiera se simula: París y Berlín toman sus decisiones a solas y las anuncian sin que se contemple la posibilidad de alguna discrepancia.

Los europeístas han reclamado más Europa en el sentido federal desde hace tiempo, pero a lo que hemos asistido hoy es al final toda una época: la de la Europa del pacto y el consenso (y por lo tanto, más lenta), a la de la Europa de la abundancia. Recordemos la inyección de fondos europeos en multitud de países europeos durante años, y a esta otra Europa que muestra su cara más descarnada, al encontrarse al límite por la presión de la crisis de deuda.

Los argumentos de la conferencia de Merkel y Sarkozy traerán mucho dolor a determinados países y pueden suponer una nueva vuelta a la presión de los mercados, pero son cartesianos: no se puede garantizar la deuda a unos países a los que no se les puede controlar el gasto. "El euro no son sólo derechos, también supone obligaciones".

En definitiva, el eurobono,"la varita milagrosa" de la que hablaba Merkel, o siquiera una ampliación del Fondo de Rescate no están contemplados: suponen más especulación ,según Francia, y un claro aviso al relajo por parte de Gobiernos -que pueden seguir sin cumplir sus objetivos presupuestarios pensando en que siempre habrá una intervención deus ex machina al final del camino- o especuladores -que se relamen al ver cómo se amplía un fondo ante posibles y nuevos rescates que no están contemplados.

Fräulein Merkel y Monsieur Sarkozy acaban de dar una lección al estilo antiguo -"la letra" y, nunca mejor dicho, "con sangre entra"- y han avisado, por lo tanto, de que esta Europa bailará al son que ellos tocan ya que ellos (sobre todo Alemania; Francia se tienta la ropa) son los que tienen, por ahora, la casa en perfecto estado de revisión.

Lo de hoy no es otra cosa que la toma de control de la idea originaria de Europa por parte del eje franco-alemán de manera ejecutiva y sin tomar siquiera rehenes. Dicho de otro modo, los dos países más potentes de Europa se han aliado de manera explícita y definitiva y han formado un directorio (muy escorado por añadidura del lado alemán, que es el que tiene los recursos) que sustituya al Consejo Europeo en la toma de decisiones.

Eso sí: el déficit democrático no sólo no se reduce sino que se incrementa. Máxime cuando es notorio que el Parlamento Europeo ha desaparecido de escena absolutamente desde que arrancó la recesión. Pero la crudeza de la crisis obliga: si el eurobono acabase siendo un instrumento fallido para socializar pérdidas por causa de errores políticos -recordemos que los déficit no han conseguido impulsar el crecimiento en países como España-, la metástasis sería imparable. De esta manera, poniendo en peligro al conjunto del organismo, se aseguran que los órganos más valiosos sobrevivan y puedan mantener al paciente con vida.

La crisis pasa a su siguiente fase



De lo que ya no hay duda ante este tipo de discursos es de que la crisis ha pasado a su siguiente fase, de forma que los estadistas de los imperios centroeuropeos, disfrazados de cirujanos de hierro, han decidido dejarse de contemplaciones y actuar de cara de perro para salvarse a sí mismos y asegurar la supervivencia de sus mercados naturales. Porque Grecia, por poner el ejemplo más sangrante, en recesión ininterrumpida desde hace casi cuatro años, ha dejado hace tiempo de tener la dignidad de "socio" para pasar a ser un simple cliente. En horas bajas pero dispuesto a consumir de nuevo en cuanto el rescate obre el prodigio. Los demás países periféricos ya sólo podemos aspirar a ser también simples supervivientes.

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