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jueves, 26 de mayo de 2011

Fadel Gheit: Goldman Sachs y Morgan Stanley manipulan el mercado del petróleo



Uno de los históricos analistas de Oppenheimer, Fadel Gheit, acusó a los bancos Goldman Sachs y Morgan Stanley de "salirse con la suya" y manipular el precio del petróleo. Durante una entrevista con la cadena de televisión Bloomberg, el experto dejó en claro que es "una vergüenza para el gobierno que permita a estos bancos manipular el precio del crudo".

Desde su punto de vista, la situación actual es la respuesta a una profecía ya prevista y diseñada por estos bancos de inversión ya que tanto Goldman como Morgan Stanley "pueden inventar razones suficientes por las que los precios del petróleo alcanzarán los 130 ó 150 dólares". Al fin y al cabo, "la historia ha demostrado que estas entidades son capaces de mover los mercados para el lado que quieren".

Para el analista de Oppenheimer no son las petroleras como Exxon, BP o Shell los responsables de marcar el rumbo del mercados sino las entidades financieras. "Es una vergüenza para el gobierno que les permite salirse con la suya", señaló. En este sentido indicó que es necesario imponer una mayor regulación al respecto. "Tiene que haber reglas, esta es la única forma de controlar la situación".

Cabe recordar que el organismo regulador de los mercados de materias primas en Estados Unidos (CFTC, por sus siglas en inglés) acusó el martes a tres compañías de inversión y a dos individuos de haber manipulado los precios del petróleo a principios de 2008, y estimó los beneficios obtenidos por esas maniobras en más de 50 millones de dólares.

Las tres compañías afectadas son la estadounidense Parnon Energy, la británica Arcadia Petroleum y la suiza Arcadia Energy, y los dos hombres son el australiano James Dyer y el norteamericano Nicholas Wildgoose, precisó la Commodity Futures Trading Commission en un comunicado.

Gheit señaló que "muchos titanes de Wall Street llevan a cabo estrategias que son extremadamente beneficiosas para ellos, pero son perjudiciales para el resto de nosotros", y utilizó el siguiente ejemplo para explicar la situación: "Es como si tuviéramos un Ferrari o un Maserati y algunos pudieran correr a 200 km por hora y otros a 100". Ante esta situación, el gobierno debería intervenir y decir que hay un límite de velocidad para todos, pero eso "no está sucediendo".

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