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sábado, 19 de febrero de 2011

Las uvas de la ira - 2011



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«Y los grandes propietarios, los que deben ser desposeídos de su tierra por un cataclismo, los grandes propietarios con acceso a la historia, con ojos para leer la historia y conocer el gran hecho: cuando la propiedad se acumula en unas pocas manos, acaba por serles arrebatada. Y el hecho que siempre acompaña: cuando hay una mayoría que tiene hambre y frío, tomará por la fuerza lo que necesita. Y el pequeño hecho evidente que se repite a lo largo de la historia: el único resultado de la represión es el fortalecimiento y la unión de los reprimidos», (John Steinbeck – Las uvas de la ira).

John Steinbeck escribió su obra maestra Las uvas de la ira con 37 años, en 1939, al final de la Gran Depresión. Steinbeck obtuvo el Premio Nobel y el Pulitzer. John Ford hizo después una adaptación clásica al cine en 1941, con Henry Fonda. Es considerada como unas de las mejores 25 cintas en la historia de EE.UU. El libro fue también uno de los más prohibidos en la historia de ese país. Steinbeck fue estigmatizado como comunista y anticapitalista por mostrar apoyo a los trabajadores pobres. Algunas cosas nunca cambian, y los intereses acaudalados que controlan los medios tratan de alejar la culpa de nuestra depresión actual de sus actos fraudulentos. La novela representa una crónica de la Gran Depresión y un comentario sobre el sistema económico y social que la causó. La obra de Steinbeck sobre los trabajadores pobres reverbera con el pasar de las décadas. Escribió la novela en medio de la última Cuarta Crisis. Sus temas de la inhumanidad del hombre hacia el hombre, la dignidad e ira de la clase trabajadora, y el egoísmo y codicia de la clase acaudalada parecen verosímiles en la actualidad.

Steinbeck se convirtió en el campeón de la clase trabajadora. Cuando decidió escribir una novela sobre la difícil condición de los trabajadores agrícolas migrantes, tomó muy en serio su tarea. Para prepararse, vivió en una familia de trabajadores agrícolas y viajó con ellos a California. Setenta años después, las difíciles condiciones de la clase trabajadora son las mismas. Si Steinbeck estuviera vivo en la actualidad, viviría con una familia de trabajadores de la industria automovilística de Michigan en viaje a la fantasilandia de la energía verde, donde los automóviles se mueven con maíz y luz solar. La clase trabajadora soportó la carga principal de la Gran Depresión en los años treinta y soporta la carga de nuestra actual Enorme Depresión. Steinbeck sabía hace setenta años quiénes eran los culpables. Sabemos quiénes son los culpables en la actualidad. Son los mismos. Los intereses bancarios acaudalados causaron la Gran Depresión y crearon el desastroso colapso que hasta ahora ha destruido 7 millones de puestos de trabajo de la clase media. Steinbeck comprendió que la clase trabajadora pobre de este país tenía más dignidad y compasión por el prójimo que cualquier banquero de Wall Street a la busca de enriquecimiento a costa de la clase trabajadora.

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1 comentario:

  1. La misma historia, pero en este momento creo q ya los pobres no se resignan facilmente y luchan aunque se encuentren con la muerte.
    Gracias Marco son articulos muy buenos que despejan más el panorama.

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