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miércoles, 13 de enero de 2010

Argentina flanqueada en dos frentes


La situación de Argentina se pone cada día más delicada. Al fuerte impasse entre la presidenta Cristina Kirchner y el presidente del Banco Central, Martín Redrado (en la imagen), por el uso de las reservas para el pago de la deuda pública que la nación trasandina debe realizar este año, se suma ahora el embargo judicial de un juez de Estados Unidos contra esas reservas, por la deuda pública impagada desde el año 2001. El juez de Nueva York Thomas Griesa dispuso la congelación de los activos argentinos que permanecen en la Fed de esa ciudad.

No es la primera vez que el Banco Central de Argentina padece un embargo. Pero los anteriores fracasaron porque Argentina sostenía que la autoridad monetaria era independiente del Estado. Esta vez, los acreedores han argumentado que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner quiere utilizar 6.500 millones de dólares en reservas para pagar gran parte de los vencimientos de la deuda pública de este año. Este el costo inmediato que ha tenido para Cristina la petición a Redrado de las reservas y luego intentar destituirlo de su cargo por negarse a entregarlas.

Pese a que el ministro de Economía, Amado Boudou ha intentado minimizar el hecho, señalando que se trataba "solo de una medida preventiva" sobre 1,7 millones de dólares de una deuda impaga de 30.000 millones de dólares, el hecho ha creado una crisis institucional entre la Casa Rosada y el Banco Central.

Fernández y Boudou firmaron dos decretos en las últimas semanas. En el primero ordenaron el uso de la reservas para el pago de la deuda, y en el segundo la destitución de Redrado del Banco Central. El hecho llegó a la Justicia, que confirmó a Redrado como la autoridad monetaria del país, propinando así un duro golpe al gobierno de Cristina Fernandez.

Este embargo de reservas no es el primero que tiene Argentina. Desde 2002 ha acumulado juicios en tribunales de Argentina, Estados Unidos. Italia, Alemania y Francia. Hasta el momento, los intentos de embargo han fracasado, porque Argentina se ha ocupado de resguardar sus activos en el exterior y porque las embajadas o delegaciones militares se encuentran protegidas por la inmunidad soberana. Por ejemplo, el Banco Central protegió sus reservas al enviar casi todas ellas al Banco Internacional de Pagos, en Basilea.

Esta vez, sin embargo, los ánimos están más convulsionados y la propia crisis es un enemigo silencioso. Nada volverá a ser igual para el gobierno de Cristina Kirchner, y la noticia del embargo derrumbó los mercados argentinos, acumulando una caída cercana al 12% en dos días. La situación es tensa y delicada en Argentina, y el clima de negocios vive días inciertos.

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