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sábado, 14 de noviembre de 2009

¿Ha concluido la recesión en México?

Esta es la columna que el economista Alejandro Villagomez publica en El Universal sobre ¿el fin? de la crisis en México:

El Presidente Calderón declaró hace unos días que la recesión en nuestro país había terminado haciendo referencia a distintos indicadores, aunque dos resultan centrales. De acuerdo a la SHCP, el PIB durante el tercer trimestre habría aumentado 2.7% respecto al segundo trimestre de este año, mientras que los reportes de afiliados al IMSS han estado registrando aumentos en los últimos meses. Como es natural, esta declaración provocó todo tipo de reacciones entre quienes la avalaron y aquellos que la cuestionaron, como fue el caso de Ebrard o AMLO, entre otros.

Valdría la pena algunas breves reflexiones.

1. Primero habría que dejar en claro que el conocer en qué momento inicia y termina una recesión es relevante y necesario para los responsables del diseño de políticas, así como para los académicos y analistas, pero para “el ciudadano de a pie” resulta un mero formalismo en la medida que los efectos negativos de esta fase del ciclo económico persisten por un tiempo mayor.

2. No existe un criterio único en el mundo que defina el inicio y conclusión de una recesión. En Estados Unidos se utiliza un criterio más general al considerar una recesión como una disminución significativa en la actividad económica que se disemina en toda la economía, con una duración mayor a unos meses, normalmente visible en la producción, empleo, ingreso personal real y otros indicadores. Sin embargo, un criterio compartido por la mayoría de los países es la presencia de dos trimestres consecutivos con crecimiento negativo. Claro que en este caso influye cómo se mide esta variación. Muchos países reportan el cambio respecto al trimestre anterior y otros, como México, respecto al mismo trimestre del año anterior. Es por eso que nuestra recesión habría iniciado en el último trimestre del año pasado. Lo ideal sería contar con un criterio unificado para fines de comparación mundial.

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3. Es claro que a un gobierno normalmente le interesa “retardar” el inicio oficial de una recesión, o anunciar lo más pronto posible que se ha salido de ella. Como dato curioso puede consultase el informe semanal del vocero de la SHCP del 1 al 5 de diciembre de 2008 a propósito de la aseveración de varios analistas de que México ya se encontraba en recesión y la defensa en este documento de que ese no era el caso aún en México, para lo cual hace referencia a la evolución favorable de algunas variables. Incluso en ese momento todavía se estimaba un crecimiento positivo en 2009 (puede consultarse mi columna del 10/dic/2008 y mi blog).

Al respecto, lo ideal sería contar con un organismo independiente responsable de esta valoración y anuncio, como el NBER en Estados Unidos, y que en México no existe. Pero además sería deseable que el criterio, el que se considere más adecuado, sea consistente. Es decir, efectivamente nuestro crecimiento durante el tercer trimestre es positivo respecto al segundo, en cuyo caso la aseveración del presidente es correcta, pero no respecto al mismo trimestre de 2008, al estimarse una contracción de 6.5%.

4. Independientemente de tecnicismos, hemos enfrentado una de las más severas recesiones en nuestra historia, no sólo por su profundidad, sino por su duración. Los datos recientes sugieren que se ha tocado fondo y que la economía estaría iniciando una lenta recuperación. Estos indicadores se traducen o en una disminución en las tasas de caída o incluso en la ya reversión de algunos valores, sobre todo vinculados a la producción industrial y exportaciones. Esta última sería la variable que podría jugar un mayor papel en la medida que se recupere la economía norteamericana, aunque no habrá que esperar cambios radicales. Sin embargo se mantienen aún los resultados mixtos, como lo mostró el dato reciente de confianza del consumidor, por señalar uno.

5. No obstante, en donde mantengo mi principal divergencia con la opinión oficial y con la expresada por otros colegas en algunos editoriales es respecto al empleo. Sigo pensando que el dato del IMSS en estas circunstancias es poco confiable y parcial, reflejando probablemente recomposiciones al interior del mercado laboral. Lo que habría que esperar, conforme a la teoría y a la experiencia actual en otros países es un mayor deterioro en esta variable (como lo mostró el último dato del INEGI) y sólo una recuperación hasta el próximo año.

Creo que lo único que podemos afirmar con toda seguridad es que ya no estamos en caída libre, pero la salida del hoyo será muy complicada y tortuosa, y no tenemos muchas cuerdas a las que nos podamos sujetar.

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