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martes, 11 de agosto de 2009

Unirán el Atlántico y el Pacífico bajo la Cordillera de Los Andes


Una larga vía que conectará por tren el Atlántico con el Pacífico a través de la Cordillera de Los Andes para el año 2020, han comenzado a impulsar los gobiernos de Argentina y Chile. La propuesta de este Corredor Biocéanico, busca conectar los principales centros comerciales de Argentina, Brasil, Chile y Uruguay en un plan que permitirá multiplicar por diez el comercio entre estos países.

La idea surgió de la empresa Corporación América (CASA), de Argentina y la Compañía Interoceánica de Chile, a la que se sumaron la brasileña Odebrecht y la japonesa Mitsubishi. La primera meta de este consorcio empresarial es superar el principal escollo de la conexión Atlántico-Pacífico: la cordillera de los Andes.

Según la propuesta de CASA, la cadena montañosa "actúa como barrera" en el comercio regional, obligando a que el 83% de la carga que circula entre ambas bandas del Cono Sur viaje por mar, utilizando rutas más largas y costosas.

El principal cruce terrestre que une a Chile y Argentina, el Túnel del Cristo Redentor, tampoco es "una alternativa confiable", ya que por su ubicación en altura, a 3.200 metros, sufre las inclemencias del tiempo y permanece cerrado en promedio entre 45 y 60 días durante el invierno. Por ello la solución es construir un nuevo túnel de baja altura, por el que circulará un ferrocarril eléctrico de alta capacidad de carga.

Este túnel tendrá 52 kilómetros de extensión y conectará la ciudad de Río Blanco, en la región chilena de Valparaíso, con Punta de Vacas, en la provincia argentina de Mendoza. Su altura oscilará entre los 1.500 y 2.500 metros, dependiendo del tramo, y permitirá cruzar la cordillera en menos de 4 horas.

El plan también prevé la construcción de una vía férrea de 204 km entre Los Andes (Chile) y Luján de Cuyo (Argentina). El costo total del proyecto está estimado en US$3.000 millones y su principal objetivo es abrirle a Argentina, Brasil y Uruguay una salida por Chile a los mercados de Corea, Japón y China, dado el creciente comercio que estos países han abordado con las naciones asiáticas. A su vez, Chile lograría una salida al Atlántico para su comercio hacia Europa y Africa, convirtiéndose en un eje de la integración regional del Mercosur.

La idea de usar un tren eléctrico para ampliar el comercio regional ofrece varias ventajas, entre ellas costos más baratos, no dependencia del petróleo, y un menor impacto ambiental. La vía férrea será fundamental para terminar con la falta de conectividad en América Latina.

Chile y Argentina fueron importantes potencias ferroviarias a principios del siglo pasado, pero entre los años 70 y 80 en ambos países fue desmantelada la red ferroviaria por los gobiernos militares.

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