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domingo, 31 de mayo de 2009

El neoliberalismo, base teórica del mensaje presidencial

Por Orlando Caputo y Graciela Galarce

En el reciente Mensaje Presidencial de la Presidenta Michelle Bachelet, del 21 de mayo recién pasado, era previsible la ausencia de una estrategia de desarrollo de largo plazo. Esto refleja el predominio del neoliberalismo en los gobiernos de la Concertación y la confianza de que el libre mercado se encargará de definir las características estructurales de la economía chilena en el largo plazo.

Michelle Bachelet y Andrés Velasco han acentuado el convencimiento de que Chile pasará a ser un país desarrollado. Desde la Dictadura se viene señalando que en los próximos años Chile llegará a ser un país desarrollado.

A inicios de la Concertacion se señalaba que el desarrollo se alcanzaría en el año 2000. El ex Presidente Ricardo Lagos, aplazó esta meta para el Bicentenario. El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, con el extraordinario aumento del precio del cobre, propagandizaba el crecimiento del PIB per cápita, y señalaba que se aproximaba al de algunos países desarrollados. Con la crisis, el PIB per cápita, en términos de dólares ha caído drásticamente en Chile. Ahora no se ha hablado más del PIB per cápita ni se menciona la principal meta del Bicentenario, que Chile lograría transformarse en un país desarrollado en 2010. Tampoco se plantean nuevas fechas para el ansiado desarrollo. La principal preocupación actual es cuándo se saldrá de la crisis y evitar el crecimiento de la desocupación, sin embargo, la desocupación sigue creciendo, a pesar de los subsidios a las empresas.

En Dictadura no sólo se abandonó una estrategia de desarrollo, sino que se señalaba que eran planteamientos añejos. Que el libre mercado generaría por sí solo un crecimiento elevado y permanente en el tiempo. Posteriormente, la estrategia de desarrollo de diversificación productiva que estaba en el Programa Fundacional de la Concertacion, fue abandonada. Este abandono fue paralelo a la transformación o transformismo en neoliberales de la mayoría de los economistas de la Concertación, que eran economistas críticos del neoliberalismo en Dictadura. A mediados de los años noventa, previo a la crisis asiática, la superación del subdesarrollo, recibió un fuerte apoyo teórico en documentos que afirmaban que Chile superaría la teoría de la Maldición de los Recursos Naturales, que ya la economía chilena era una reconocida excepción de la teoría de la Maldición. Se postulaba que Chile pasaría a ser un país desarrollado sobre la base, fundamentalmente, de recursos naturales.

Un número reducido de economistas siguió planteando la necesidad de una estrategia de desarrollo de diversificación productiva, la que fue tomando cierta fuerza con el agotamiento relativo del modelo, incluso, al interior de la propia Concertacion.

Ahora, que la crisis mundial transforma el agotamiento relativo en una crisis del capitalismo primario-exportador chileno, retomamos otro aspecto de la Conferencia de Robert Solow en la Universidad de Chile en 1992, referido al uso de la renta de los recursos naturales.

Recordamos de nuevo, que Robert Solow es un destacado economista neoliberal, que obtuvo el Premio Nóbel de Economía por sus aportes teóricos de Modelos de Crecimiento Económico. También ha desarrollado estudios y modelos de Crecimiento Económico en condiciones de países con recursos naturales no renovables.

En su Conferencia en la Universidad de Chile en 1992, con la presencia de muchos economistas chilenos que fueron sus alumnos en Estados Unidos, -que han ocupado importantes cargos en los gobiernos de la Concertación, en el Banco Central y en las Universidades-, como planteamiento central, Solow señaló:

“El problema de largo plazo para Chile consiste en utilizar su base de recursos de modo inteligente en tanto se transforma en una economía más versátil y diversificada”.

Al final de la Conferencia reafirmó:

“Una fórmula de este tipo puede ser el mejor camino para que Chile pase de ser principalmente un productor y exportador de materias primas a un país de alta productividad industrial o al menos en una economía basada fuertemente en la industria, exitosa en cuanto a competitividad y exitosa como sociedad”.


Orlando Caputo y Graciela Galarce
Mayo de 2009

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