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lunes, 3 de noviembre de 2008

Obama y el fin de la era Bush


A horas de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, mantiene una ventaja de 8 puntos que es decisiva e inalcanzable. Y aquello que hace un par de años parecía imposible: un afroamericano al mando de la primera potencia mundial, comienza a hacerse realidad en lo que puede ser un cambio sustancial para el mundo. El sueño que tuvo hace 45 años Martin Luther King puede estar comenzando su camino.

Termina con ello la fatídica era de Bush marcada por la muerte y la destrucción, por la mentira y la farsa, por el fraude y la ignominia, por el atropello a ultranza a la vida y a la historia. Se va Bush, dejando a los EEUU en el más total aislamiento político, económico y diplomático; aquejado de la fiebre y la falta de confianza que lo ha hecho protagonizar la mayor caída en picado de la historia moderna junto a su mayor crisis financiera, social, política y cultural que tiene al país dividido en una eclosión humana brutalmente aplastada y en el límite de la civilización.

Obama es quien puede ayudar a recuperar la confianza; a estabilizar al país y llevarlo a una relación normal con el resto del mundo y no tensionada por intereses creados, donde el comercio sea libre y no atrapado ni manipulado por los intereses de las multinacionales o por los apostadores de Wall Street. La reparación de la economía estadounidense tomará varios años y habrá que calmar a los capitalistas voraces. La recesión que viene quizá no llegue al nivel de los años 30 pero su impacto no será menor. El aumento masivo del desempleo es una de las mayores amenazas y esta tarea exigirá a los gobiernos del mundo trabajar con rigor y genuina visión de futuro.

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