Banca mundial sufrirá profundo impacto en septiembre

Los más importantes bancos de Estados Unidos y Europa deberán pagar en septiembre la suma de 95 mil millones de dólares, casi el doble del promedio mensual de pagos para los próximos 16 meses que suman un total de 787.000 millones de dólares, un 43% superior a los pagos de los 16 meses previos.

Estos pagos, que se deben al vencimiento de los denominados "floating-rate notes" -títulos a tasa de interés fluctuante muy utilizados por los bancos para recibir préstamos en 2006-, generarán un nuevo impacto financiero. Los bancos se verán obligados a vender activos y a competir duramente por nuevos depósitos emitiendo nueva deuda. Y se harán fuertemente dependientes de los bancos centrales en una camuflada operación de estatización bancaria.

Esto demuestra que la crisis crediticia no terminará pronto ni para los bancos ni para la economía en general, y que la dificultad de los bancos para pagar la deuda los hará enfrentar un descenso de los beneficios debido a la imposición de los inversionistas de intereses más altos en sus préstamos. La competencia entre los bancos por conseguir nuevos préstamos y la venta de activos para obtener liquidez incrementará la tensión de los mercados financieros, generando para lo que resta del año un problema mayor al vivido en el primer semestre y que se prolongará durante todo el 2009. Esto agravará la ralentización económica tanto en Estados Unidos como en Europa. Los datos para el segundo trimestre de la economía alemana comienzan a mostrar signos de ralentización, y la principal economía europea será la cuarta en desplomarse tras el retroceso de Irlanda, Dinamarca y el Reino Unido.

En este negativo panorama los bancos se han encontrando con dificultades para recibir financiamiento, ya que las entidades se han puesto reacias a prestarse dinero. Por ejemplo, mientras que en julio de 2007 los intereses de los títulos "floating-rate" eran sólo 0,02% superior a la tasa Libor (levemente superior a la del BCE), en la actualidad llegan al 2%. Y si antes los mercados permitían a los bancos estructurar sus préstamos y venderlos en forma de títulos a otros inversores ahora no es posible. Los bancos no se prestan entre ellos por períodos superiores a una semana, y se están viendo obligados a recomprar títulos de deuda adquiridos por diferentes compañías, las cuales alegan que no se les informó de los riesgos existentes (y que muchas operaciones eran frauduentas). Con estas condiciones del mercado, los bancos de Estados Unidos, Reino Unido y la zona euro se ha vuelto cada vez más dependientes de los bancos centrales para obtener liquidez. Los Estados deben rescatar, una vez más, a la banca mundial. ¿Alguien recuerda el rescate a la banca en el Chile de 1982?