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viernes, 27 de junio de 2008

La amenazante marea negra



La verdadera pregunta no es hasta dónde seguirá subiendo el precio del petróleo, sino qué hará el mundo para no sumergirse en el caos con un barril que cueste más de 200 dólares. El tiempo de la energía abundante y barata terminó. En los próximos años se deberá hacer frente a un inmenso desafío: compensar la desaparición de los hidrocarburos, aumentando al mismo tiempo la producción mundial de energía con recursos alternativos: eólica, solar, nuclear.

Hace un año nadie imaginaba un barril a 200 dólares. Hoy, esa cifra alimenta todas las proyecciones. El precio del petróleo pasó de 10 dólares en 1999 a 90 a fines del año pasado. Ayer llegó a los 140 dólares el barril y nadie puede asegurar un retorno a los 90 dólares de hace seis meses. Los expertos chilenos hablan de “burbuja especulativa”, y en el país del norte han dispuesto medidas –tardías, como siempre- para frenar la “especulación” y detener y enjuiciar a los especuladores. Lo cierto es que la especulación terminaría de inmediato si se suprimieran las compras a futuro y sólo se aceptaran las compras al contado. ¿Por qué no se toma esta medida?

El barril de petróleo puede seguir aumentando sin parar y llegar muy pronto a los 170 dólares, frenando en seco a la economía mundial. ¿Qué es preferible, paralizar al planeta o detener la especulación?

Es difícil imaginar cómo esa tendencia podría revertirse en un mundo donde el apetito de energía de los países emergentes es cada día más voraz, la especulación descontrolada puede representar un 25% del precio actual pero los yacimientos declinan inexorablemente. A pesar de ser uno de los secretos mejor guardados del planeta, las cifras hablan por sí solas: actualmente queda un billón de barriles de petróleo de reserva. A razón de un consumo de 30.000 millones de barriles anuales -o 150 metros cúbicos por segundo-, el planeta se quedará sin ese combustible dentro de 40 años.

Aun teniendo en cuenta los campos petrolíferos de más difícil acceso (las profundidades del golfo de Guinea o los hielos árticos), las reservas no superan los dos billones de barriles. Por otra parte, dado que el país del norte consume 21 millones de barriles diarios y apenas produce un tercio, esto indica un desembolso mensual de 60 mil millones de dólares, razón que explica la inundación de dólares que hay en todo el mundo y el consiguiente desplome de la divisa. ¿Se justifica que el Banco Central chileno compre cada día 50 millones de dólares, cuando el billete verde se deprecia en todos los mercados mundiales?

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