El petróleo en su punto de no retorno

Aunque una reciente encuesta entre economistas sostiene que el precio del petróleo comenzará a ir a la baja, pues se sospecha que parte del problema es la inversión en mercados a futuro, la situación es más compleja pues se ha llegado al temible "peak oil", es decir, el punto a partir del cual el costo marginal de extraer el producto es mayor al precio actual de mercado.
No hay que apelar a una bola de cristal para detectar que la producción de 83 millones de barriles diarios y un consumo de 85 millones es la que provoca el "tirón de demanda" que presiona el alza en el precio. Ocurre que quienes hicieron el cálculo de la distribución se olvidaron de incorporar a China en el consumo. Y un país que ha crecido por sobre el 10 por ciento en los últimos 20 años, triplicando su nivel de ingreso, tarde o temprano se convertiría en un potencial consumidor. Más aún cuando con India -país que va a la saga- suman 2.400 millones de habitantes, casi un tercio de la población del planeta.
Al igual que el problema con los alimentos, el del petróleo es un tema de demanda. Y nadie puede pensar que el oro negro nos acompañará hasta el fin de los tiempos. La mirada cortoplacista y en nada sustentable (como el caso de Chile que cerró sin más el mineral de Lota, fuente de una importante materia prima energética) es la que hoy dispara los precios volviendo a revivir el fantasma de la inflación que los seguidores de la escuela de Milton Friedman habían dado por superada.
Nada se ha hecho a nivel masivo con los potentes recursos de la energía eólica y solar. Y Chile, país que cuenta en amplias zonas de su territorio con estas fuentes de energía estratégica, se ha quedado atrás en la innovación y en la búsqueda de nuevas alternativas por seguir los dictados de un modelo que se basa en el corto plazo, deshecha la planificación y el desarrollo sustentable.