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martes, 1 de abril de 2008

TARDÍOS SUPERPODERES PARA LA FED

La Crisis financiera que afecta a los EEUU cada vez se asemeja más a la crisis que vivió Chile en 1982 cuando el gobierno de la época debió socorrer a la banca luego de su estrepitosa caída producto de la devaluación monetaria y de los préstamos girados a empresas de papel. Esta vez el gobierno estadounidense ha dispuesto las mismas medidas de supervigilancia a los bancos comerciales a cargo de su Banco Central, la Fed (Reserva Federal). Tal como en el Chile de 1982 el Banco Central (todavía dependiente del gobierno, pues se hizo autónomo sólo en 1990), salió a auxiliar a la banca para detener su quiebra inminente. Todavía hay bancos (como el Banco de Chile) que pagan al Central cuotas anuales (a un interés que no se otorga a ningún ciudadano corriente) por dicha “ayuda”.

Esta vez ha sido el mismo gobierno de Bush, en su más osada vertiente intervencionista, el que ha dado a la Fed múltiples poderes para supervigilar el real estado financiero de cada una de las entidades crediticias.

Para comprender un poco el fenómeno es oportuno señalar que son los bancos privados –y no el banco central- los que “crean” la cantidad de dinero circulante. Un ejemplo didáctico sencillo para ejemplificar esta operatoria es la siguiente: Supongamos que un inversionista deposita 10.000 dólares en el Banco A. Este Banco A, arrojándose determinadas atribuciones, “presta” 8.000 dólares al Banco B, dejando apenas un 20% como reservas. El Banco B, a su vez, es libre de prestar al Banco C 6.400 dólares, dejando 1.600 dólares de reserva en caso de que sean requeridos por el inversionista para lo cual el banco tendrá una multitud de papeles (cheques, vales vista, etc). Luego el Banco C, presta al Banco D 5.120 dólares, etc. la cadena es infinita y de los 10 mil dólares iniciales los bancos han “creado” 50 mil dólares, considerando el sano caso de que los bancos se han resguardado con el 20%. Dado que esto no está del todo regulado los bancos pueden apelar más al límite y guardar apenas un 10% o un 5% de reservas, lo que multiplica la cantidad de dinero a 100 mil o 200 mil dólares (¡de los 10 mil iniciales!). En la actual crisis ha quedado demostrado que muchos bancos e inversionistas apelaban al 1% (creaban 1 millón de dólares a partir de los iniciales 10 mil).

Cuando hay confianza en los mercados y la velocidad de los pagos se mantiene constante, la burbuja se consolida, pero basta una leve ralentización de los pagos para que venga un frenazo brusco y los inversionistas quieran su dinero de inmediato.

En este caso, los inversionistas mayoritarios son los que manejan los fondos de pensiones (de todos los trabajadores) por lo que rescatan el dinero de las brasas para ponerlo en algún sitio seguro, aunque este no sea otro que “bajo el colchón” lo que crea un problema de liquidez y requiere la inyección de dinero fresco para no paralizar todo el sistema.

La Fed, ahora, al más puro estilo “anti-liberal” supervigilará todas las acciones de los bancos privados con el objetivo de establecer parámetros razonables al endeudamiento a la cantidad de dinero en circulación. Una sana medida que llega con retraso y no podrá detener el colapso. Algo así como tomarse “la píldora del día después” a los ocho meses. Imposible.

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