La empresa Cerámicas Cordillera -una división de Pizarreño- cierra sus puertas tras casi un cuarto de siglo de operación según publica el Diario Financiero.
El cierre de esta planta ubicada en Quilicura, 10 km al norte de Santiago, es uno de los primeros coletazos de la crisis económica mundial. Cordillera no pudo enfrentar los bajos precios del dólar, que alentaron la importaciones de cerámicas europeas, ni las alzas del gas, dado que este es un insumo irreemplazable.
La firma perdió el año pasado $ 3.000 millones y a marzo de este año acumulaba un total de $ 8.000 millones en pérdidas. A partir de esta semana comenzará el despido de más de 520 trabajadores, el 40% de ellos con más de 10 años en la empresa.
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