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lunes, 17 de marzo de 2008
A CINCO AÑOS DE LA INVASIÓN A IRAQ
Las escalofriantes noticias que vemos cada día sobre la evolución de la crisis financiera y que tiene a millones de personas en la calle, muriendo de hambre, a parte de los millones que han muerto en tierras iraquíes, tiene a un trío de responsables que tendrán que responder tarde o temprano ante el mundo: Bush, Cheney y Rumsfeld. Ellos inventaron el terrorismo y el genocidio y en algún momento se sabrá la verdad sobre el 11-S, oscura maniobra similar al hundimiento del Maine o a los tramposos orígenes para invadir Vietnam.
El espíritu invasor y codicioso del trío los llevó a mentirle al mundo entero y declarar que Irak tenía armas de destrucción masiva; que Sadam Hussein tenía vínculos con Al Qaeda; que protegían a Bin Laden y que eran los promotores del terrorismo internacional. Como otrora lo fue el comunismo, el enemigo del nuevo siglo era el terrorismo y a él había que darle muerte.
Cinco años han transcurrido desde la invasión a Irak el 20 de marzo 2003. Y junto a las millonarias pérdidas que hoy tienen al mundo al borde del colapso, lo único que ha quedado en claro es que en Irak jamás hubo armas de destrucción masiva, que Sadam Hussein no tenía vínculo alguno con Bin Laden o Al Qaeda, y que Bin Laden (a quien Bush a las pocas horas del 11-S sindicó como el responsable) no tuvo nada que ver con dicho atentado, como lo señaló el propio FBI la semana pasada.
La cadena de mentiras creada por Bush, Cheney y Rumsfeld con los oscuros intereses de tomar control del petroleo iraquí y seguir en la hegemonía del control mundial, le ha jugado una muy mala pasada a estos tres cerebros del mal.
La idea de la guerra preventiva y con sofisticada tecnología para destruir blancos precisos y a distancia que minimizaría las pérdidas de vidas de soldados estadounidenses también resultó un fracaso. La idea de una guerra corta y rápida se frustó y en cinco años son más de cinco mil las víctimas de soldados estadounidenses, en su mayoría de 17 a 20 años.
Hace 30 años una de la obras monumentales de Francis Ford Coppola nos graficó el horror de la guerra y la muerte en imágenes condensadas del filo narrativo de Joseph Conrad. Apocalipsis Now relató la pesadilla premonitoria de mentalidades perversas y desquiciadas para las cuales la vida no tiene ningún valor.
La prepotencia del trío de la muerte los llevó a ignorar incluso a las Naciones Unidas, que quedaron en un cuestionado entredicho, al permitir la invasión y destrucción de una de las civilizaciones más antiguas del mundo. Irak, con 6.000 años de historia, es la cuna de las civilizaciones, el lugar donde se escribió la primera carta, donde se estableció la primera ley, donde se construyó la primera universidad, donde se utilizó la primera moneda, donde se creó el primer sistema de irrigación, donde se escribió el primer poema…
Lo que el régimen de Bush ha hecho durante estos últimos cinco años de destrucción sistemática de un pueblo es un veneno que comienza a calar en la fibra de todo el pueblo estadounidense. Los trillones de dólares farreados en la matanza, ya están depreciando el suelo estadounidense al 50% del 2006. Tal como el dólar, ya esa es tierra que no vale nada pues cada metro cuadrado debe cincuenta veces su valor. El país de Bush muere víctima de su propio veneno. Una inyección letal propinada por el nuevo Hitler.
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