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viernes, 19 de septiembre de 2014

Notas sobre el estado de la economía capitalista mundial tras siete años de crisis

François Chesnais, Alencontre

El 16 de julio de 2007, el banco de inversiones Bear Stearns anunció la quiebra de dos de sus filiales de inversión de alto riesgo (hedge fund). Su propagación mundial no se hizo esperar. A las pocas semanas, el 9 de agosto, BNP-Paribas cerraba, a su vez, tres fondos de alto riesgo en situación de quiebra. De Alemania llegó la noticia de las grandes dificultades que atravesaban varios bancos regionales (Landesbank) a los que el Deustsche Bank, que se suponía libre de sospecha, había vendido títulos basura bajo la forma de "productos estructurados" que incluían prestamos hipotecarios irrecuperables. Así comenzó la primera fase de la crisis económica y financiera mundial, la de los títulos llamados "subprime". Quince días más tarde en Londres y Nueva York el mercado de los préstamos a corto y muy corto plazo (money market) quedaba paralizado e incluso bancos muy importantes dejaron de realizar préstamos compartidos over-night (préstamos para cerrar cuentas formalmente en equilibrio). A partir de principios de septiembre, uno de los indicadores claves de la coyuntura financiera mundial, a saber, la tasa de interés londinense sobre los préstamos a muy corto plazo, el Libor, aumentaba fuertemente y no bajaba a pesar de la intervención coordinada de los bancos centrales. El 27 de septiembre de 2007, el séptimo banco británico, el Northern Rock, que se había implicado mucho en los préstamos hipotecarios, quebraba y era puesto bajo control estatal (una forma incorrecta de nombrar la "nacionalización", que no es sino una forma acabada de la socializar las pérdidas a cargo de las y los trabajadores-contribuyentes)/1. Más tarde, en marzo de 2008 llegó la quiebra de Bear Stearns y su recompra a precio de saldo por la JP Morgan Chase y en septiembre de 2008 la quiebra de Lehmann Brothers. La intervención de la Fed [Banco central de los EE UU] y del gobierno americano así como la de sus homólogos europeos evitó una crisis financiera sistémica mundial. Pero la amplitud de la superproducción (que el recurso generalizado e intensivo al crédito había ocultado durante años) no les permitió evitar que la economía estadounidense entrara en recesión seguida, unas semanas después, por la de muchos otros países; sobre todo los de la Unión Europea. La caída de la producción y de los intercambios mundiales a partir de finales de 2008 y durante todo el 2009 no se detuvo mas que por el apoyo que dio el Partido Comunista chino a continuar con la acumulación en China, lo que tuvo un enorme efecto de arrastre momentáneo en los principales países proveedores de materias primas y de alimentos; sobre todo de America del Sur.

lunes, 31 de marzo de 2014

Se acerca un nueva crisis financiera impulsada por la burbuja del crédito fácil


Estamos en el umbral de una nueva crisis financiera, aunque no sabemos exactamente dónde emergerá, afirma Bob Ivry, en su libro The Seven Sins of Wall Street, Los siete pecados de Wall Street. Ivry, reportero financiero de Bloomberg, señala que la industria financiera sigue trabajando para pocos a coste del resto del mundo. Su libro lo comienza con la célebre frase de Jamie Dimon (presidente de JPMorgan Chase): Una crisis financiera "es algo que sucede cada cinco o siete años". Como han pasado seis años desde 2008 y lo único que ha cambiado en este período es que los 'bancos demasiado grandes para quebrar' aumentaron su tamaño y su poder, sus estructuras corporativas en expansión y sus inadecuados controles de riesgo les han convertido en algo prácticamente inmanejable, opina Ivry.

jueves, 6 de febrero de 2014

Explosión de burbuja china puede desatar nuevo caos financiero mundial


El acuerdo milagroso de último minuto pudo evitar el primer default en China, pero la posibilidad de una crisis bancaria de alto calibre se mantiene latente. Los temores a una cadena de impagos en China amenazan con desestabilizar la precaria solidez del sistema bancario mundial.

En un reciente informe de Deutsche Bank, el analista del banco central de Alemania, Jim Reid, afirma estar mucho más preocupado por lo que está pasando en China que en cualquier otra región, como señala El Economista.

viernes, 31 de enero de 2014

Por acuerdo milagroso de último minuto, China evita primer default

La caída de la primera ficha de la burbuja financiera china deberá esperar. El anunciado default que promovía el gobierno en su linea de represión financiera fue esquivado por un acuerdo de último minuto con los inversionistas. La empresa fiduciaria China Credit Trust acordó reembolsar el capital inicial por completo, pero los inversionistas perderán el 70 por ciento del 10 por ciento anual de intereses que esperaban obtener. Como señalamos en este post, la banca en la sombra ofreció jugosos intereses por inversiones en el borde de la ilegalidad ofreciendo niveles de rentabilidad insostenibles.

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viernes, 16 de agosto de 2013

Joseph Stiglitz: La Fed y el cambio de guardia monetario

Joseph Stiglitz, Project Syndicate

Con transiciones en curso o en ciernes para el liderazgo de muchos bancos centrales, gran cantidad de quienes fueron parcialmente responsables de la creación de la crisis económica mundial que estalló en 2008 –antes de emprender intensas acciones para evitar lo peor– dejan sus cargos en medio de críticas variadas. La principal pregunta actual es el grado en que esas críticas influirán sobre el comportamiento de sus sucesores.

Muchos de los participantes en los mercados financieros están agradecidos por la laxitud regulatoria que les permitió cosechar enormes beneficios antes de la crisis y por los generosos rescates que los ayudaron a recapitalizarse –y a menudo a llevarse megabonificaciones– aun cuando casi arruinaron la economía mundial. Es cierto, el dinero barato ayudó a que los precios de las acciones se recuperaran, pero también puede haber creado nuevas burbujas de activos.

sábado, 2 de marzo de 2013

Impuestos, paraísos fiscales, bancos y zonas de libre comercio

Rober Gonpane, La Marea

¿Queremos un estado pequeñito y barato o un estado lo suficientemente grande como para garantizar a la ciudadanía seguridad, justicia, sanidad, educación, pensiones y un mínimo vital para que a nadie le falte lo más básico?

Después de responder a esta pregunta, y no antes, habría que empezar a hablar de cómo financiar ese estado; de fiscalidad, fraude, evasión y, cómo no, de paraísos fiscales. Mi respuesta está clara: yo no creo que el mercado se regule solo. Los estados deben ser lo suficientemente fuertes como para imponer un régimen fiscal que financie los servicios sociales que presta y consiga una justa redistribución de la riqueza, que nada tiene que ver con la caridad o la responsabilidad social corporativa. Al evitar la acumulación de la riqueza en las clases dominantes no se les está librando del pecado capital de la avaricia; se está salvando al capitalismo de uno de sus principales fallos de diseño.

lunes, 19 de noviembre de 2012

Europa supera a EEUU y lidera la "banca en la sombra"

Aunque la economía se ha desplomado desde el año 2007, el sistema bancario en la sombra sigue creciendo y donde más crece es justamente en Europa, la zona que ha caído en una nueva recesión, que tiene el desempleo por las nubes y que sufre de una potente trombosis que le provocará un infarto en breve. La zona euro, como se aprecia en esta gráfica tomada del último informe del Financial Stability Board publicado ayer, posee un tercio de los activos de la llamada "banca en la sombra". Y si incluimos al Reino Unido, Europa queda con el mayor sistema bancario en la sombra que llega a los 67 billones de dólares (1,11 veces el PIB mundial).

El Blog Salmón

martes, 29 de mayo de 2012

El poder de crear el dinero

Bruno Estrada López, Rebelión

Saber cuando se destapó la caja de Pandora donde estaba encerrado el germen de la actual crisis, la más profunda desde el Crac de 1929, es imprescindible para determinar las políticas que nos han llevado a la actual situación, para poder encontrar salidas progresistas a la actual situación.

Algunos, profundos conocedores de los entresijos de los mercados financieros, sitúan ese momento el 12 de noviembre de 1999, cuando el Congreso de EEUU, durante el segundo mandato del demócrata Bill Clinton, derogó la Ley Glass-Steagall, que obligaba a una separación total entre la banca de depósitos, la que capta el ahorro de pequeños y medianos ahorradores para financiar las necesidades crediticias de individuos y pymes, y la banca de inversión, la dedicada a financiar operaciones de mayor tamaño, muchas de ellas con un mayor nivel de riesgo y un fuerte componente especulativo. Esta ley, que también vetaba la participación de los banqueros de la banca comercial en los consejos de administración de las empresas industriales, comerciales y de servicios, era el último vestigio de la legislación desarrollada por Roossevelt para hacer frente al poder omnímodo de los banqueros, que había sido la causa de la crisis de 1929.

miércoles, 25 de abril de 2012

Europa contra Merkel

Tal como señalé el año pasado, las porfías de Angela Merkel amplifican el ciclo recesivo y dividen a Europa... por eso las voces contra el severo ajuste que impone frau Merkel han comenzado a multiplicarse. Este artículo lo escribió Claudi Pérez en El País

La receta alemana, basada en imponer estrictos recortes y una reducción de salarios al menos al Sur de Europa, no funciona: Europa se enfrenta a un largo periodo de austeridad, recesión, desempleo y caída de los niveles de vida, el caldo de cultivo idóneo para los movimientos populistas. Cuanto más se prolonguen estas condiciones, más europeos se volverán en contra del euro, la inmigración y el libre comercio. Ese es el análisis que tienen encima de la mesa Washington y Pekín, que comparten los mercados, sean quienes sean los mercados, y hasta los propios líderes europeos, siempre en privado y con la boca pequeña. Pero no todo está perdido: la sospecha de que la medicina que Alemania está obligando a tragar a media Europa no sirve emergió hoy con fuerza en los discursos de los políticos europeos, de los banqueros centrales e incluso de los militares portugueses, tras la detonación que han supuesto las elecciones en Francia y las serias dificultades de Holanda, el alumno aventajado de Berlín, que ahora es incapaz de seguir sus pasos. Europa necesita crecer; no basta con el látigo de las reformas, de los recortes. No basta con usar la tijera: ese es el mensaje. Las miserias de Atenas, Lisboa y Dublín empiezan a verse en las calles de Madrid y Roma: palabras mayores. Y de alguna manera esos miedos están a las puertas de París y Ámsterdam, el núcleo duro de Europa: palabras aun mayores.

miércoles, 18 de abril de 2012

Krugman contra Minsky: ¿a quién deberíamos creer en cuestiones bancarias?

Siguiendo con el tema planteado por Steve Keen en Teoría económica ptolemaica en la era de Einstein: Krugman, el dinero y la banca, cuelgo ahora este artículo de Randall Wray publicado en Economonitor, en el cual profundiza sobre la Teoría Monetaria Moderna, tema al cual me he referiodo en estos post: Implosión monetaria y desapalancamiento financiero, y Cómo el sistema financiero creó la deuda y nos arrastró a donde estamos ahora, en los que señalo los mecanismos de la banca para crear dinero desde la nada

Randall Wray, Economonitor

La semana pasada destaqué la relevancia de Minsky, explicando sus principales contribuciones. Se pueden leer en: http://www.economonitor.com/lrwray/2012/03/27/why-minsky-matters-part-one/#idc-container. Esto se dio, en parte, como respuesta al blog de Paul Krugman en el que se desestimaba la importancia de intentar descifrar “lo que Minsky en verdad quería decir”. Ver: http://krugman.blogs.nytimes.com/2012/03/27/minksy-and-methodology-wonkish/

Sin embargo, más importante aún, significó una respuesta a su defensa de un modelo simplista de la dinámica de deflación de deuda que presentaba a los bancos como si estuvieran fuera de escena. Según Krugman, los bancos no son relevantes ya que lo único que hacen es intermediar entre quienes ahorran y quienes invierten, recibiendo ingresos y convirtiéndolos en préstamos.

domingo, 25 de diciembre de 2011

Paul Krugman: ¿Estallará China?


Plantéense el siguiente panorama: últimamente, el crecimiento se ha basado en un fuerte auge de la construcción, impulsado por una escalada de los precios inmobiliarios, y muestra todos los signos clásicos de una burbuja. El crédito ha crecido rápidamente, pero gran parte de ese crecimiento no ha venido a través de la banca tradicional, sino más bien a través de una banca en la sombra, no regulada, que no está sometida a la supervisión del Gobierno ni está apoyada por avales oficiales. Ahora, la burbuja se está pinchando, y hay verdaderas razones para temer una crisis financiera y económica.

jueves, 10 de noviembre de 2011

Nace Politburó en Europa para defender los intereses de la oligarquía financiera


Para defender los intereses de la banca y el sistema financiero europeo se ha configurado un gobierno en la sombra que ha tomado el timón de la Eurozona. Este gobierno europeo se formó en la despedida de Jean Claude Trichet realizada en la antigua ópera de Frankfurt, y por esa razón se le ha bautizado como Grupo de Frankfurt. La lista de sus ocho integrantes la componen la canciller alemana, Angela Merkel; el presidente francés Nicolás Sarkozy; la directora gerente del FMI, Christine Lagarde; el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker; el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso; el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy; el Comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, y el recién estrenado presidente del BCE, Mario Draghi.

viernes, 14 de octubre de 2011

Los grandes bancos y la crisis

Orlando Delgado Selley, La Jornada

El acuerdo Sarkozy-Merkel del domingo pasado garantizando la recapitalización de los bancos europeos afectados por la crisis de deuda, ratifica que para ellos la prioridad no es la gente, sino los bancos. Tras la quiebra de Dexia, un importante banco franco-belga-luxemburgués, los gobernantes europeos están a punto de decidir que el proyecto social europeo ha muerto para que los bancos vivan.

Hace 50 meses estalló la burbuja inmobiliaria. Los grandes bancos centrales primero pensaron que era como los estallidos de otras burbujas y que podía resolverse inyectando liquidez en los mercados financieros. Tras inyecciones generosas fue quedando claro que esta vez se trataba de un problema mayor, asociado al funcionamiento del sector financiero. Lo que estalló, en realidad, fue la forma de funcionamiento de los bancos, tanto comerciales como de inversión, junto con un novedoso sistema financiero, la banca en la sombra, que surgió para operar al margen de una regulación de por sí laxa. En unos cuantos meses la recesión se generalizó en las grandes economías, impactando a las emergentes.

domingo, 31 de julio de 2011

¿Qué ocurre cuando tres economías están en rumbo de choque?

Mike Davis, Sin Permiso

Cuando mi viejo compa y yo teníamos 14 o 15 años, hace muchos siglos, anhelábamos la inmortalidad en la fogosa carraca de un jodido Ford del 40 o de un Chevy del 57. Nuestro Rowling de entonces era Henry Felsen, el antiguo marine que escribió las exitosísimas obras maestras Hot Rod (1950), Street Rod (1953) y Crash Club [El club de la colisión] (1958).

Oficialmente, sus libros –muy apreciados por el Consejo Nacional de Seguridad— resultaban disuasorios, pensados para amedrentar y meter en verea a mi generación a golpe de sangre y víscera adolescente. Lo cierto es que fue nuestro Homero de andar por el asfalto; exaltaba a heroicos mancebos condenados, y nos invitaba a emular su leyenda.

Uno de sus libros termina con una apocalíptica colisión en un cruce que sobre poco más o menos se lleva por delante a todos los estudiantes de secundaria de un pueblo de Iowa. Amábamos ese pasaje tanto, que acostumbrábamos a leérnoslo en voz alta el uno al otro.

domingo, 3 de julio de 2011

¿Qué hacer para liberarse de la trampa de las deudas públicas?

François Chesnais, Viento Sur

Reproducción de la entrevista realizada por François Chesnais a Dominique Sicot, que será publicada en la edición del próximo 7 de julio de L´Humanité Dimanche.

¿Cómo definir la situación de las clases populares en Europa en relación a la cuestión de la deuda?

En mi libro (Les dettes illégitimes. Editions Raisons d´Agir, mayo 2011) hablo del “doble castigo” que las burguesías y los gobiernos están infringiéndoles. A fines de 2008 y durante todo el año 2009, los asalariados y asalariadas han sufrido de lleno el látigo de los efectos de la crisis mundial bajo la forma de cierres de fábricas, despidos, reducción de horarios y congelación salarial. Luego, a partir de la primera fase de la crisis de la deuda griega en mayo de 2010 y la entrada en escena de las agencias de notación como portavoces de las exigencias de los bancos y de los inversores financieros, los gobiernos europeos han emprendido un ataque a las clases populares a todos los niveles en nombre de la “obligación de pagar la deuda”.

Lo que el gobierno Papandreu ha aceptado imponer a los ciudadanos griegos en el marco del nuevo “plan de salvamento” puesto a punto por la troika –UE, BCE y FMI- produce escalofríos. Subida de dos puntos del IVA, del 19% al 21%, aumento de los impuestos sobre el alcohol, el tabaco y los carburantes (0,008 euros sobre la gasolina y 0,03 euros sobre el gasoil). Creación de un “derecho de acceso” a la red eléctrica. Reducciones de salarios y de jubilaciones en la función pública por 1,7 millardos de euros, es decir el 0,7 % del PIB. Congelación de todas las jubilaciones públicas y privadas. Amputación del programa de inversión pública. Medidas para facilitar los despidos. Ola de privatizaciones de una amplitud sin precedentes: los puertos, los aeropuertos, los ferrocarriles, el agua, las telecomunicaciones y el Banco Postal, etc. En Portugal, las medidas aceptadas por los dos partidos “mayoritarios” son de la misma naturaleza. En Irlanda, en el contexto de un sistema económico y social a la anglosajona, donde la protección social era ya débil, los estragos del plan de austeridad como consecuencia de la estatización de la deuda de los bancos son particularmente fuertes en la salud pública y la enseñanza.

lunes, 6 de junio de 2011

"Las crisis financieras tienden a ser impredecibles y nocivas"

Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff explican en su libro Esta vez es diferente que la clave para entender la recurrencia de las crisis es la incapacidad para reconocer lo precaria y volátil que es la confianza. Basta un rumor, un mal dato o un pánico repentino para prender la mecha

Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff

Este libro resume la larga historia de las crisis financieras en sus distintos aspectos y en un sinfín de países (...) para entender por qué las crisis financieras tienden a ser impredecibles y nocivas. La teoría económica está en lo correcto cuando señala que los mercados financieros, en especial los mercados que dependen del apalancamiento (es decir, que poseen una pobre capitalización en comparación con la cantidad de activos en juego), pueden ser muy frágiles y estar sujetos a crisis de confianza. Por desgracia, la teoría ofrece pocas pistas en cuanto al momento o la duración exacta de esas crisis. De ahí la importancia de acudir a la experiencia directa.

Quizá más que cualquier otra cosa, el elemento clave que da pie al síndrome "esta vez es diferente" es la incapacidad para reconocer lo precaria y volátil que es la confianza, en especial cuando grandes cantidades de deuda a corto plazo deben refinanciarse una y otra vez. Para los Gobiernos, bancos o empresas con un alto endeudamiento, en apariencia todo puede marchar como miel sobre hojuelas por un largo tiempo, hasta que, ¡pum!, la confianza se derrumba, los prestamistas desaparecen y la crisis golpea.

sábado, 17 de julio de 2010

Sistema bancario en la sombra sigue siendo más grande que la banca tradicional


Existe un fuerte consenso en que el fallo principal que condujo a la actual crisis fue la total desregulación del sistema bancario. Un sistema que en las últimas décadas creó un clon paralelo al de la banca tradicional, plenamente interconectado al sistema financiero global, pero desconectado de la actividad real de la economía. Ese universo paralelo que encontró la industria financiera para llevar a cabo la función tradicional de vincular a los ahorradores con los prestatarios, tuvo un incremento colosal en las últimas décadas, como muestra la línea azul de la gráfica. Es lo que se conoce como el "sistema bancario en las sombras".

Este sistema se encuentra en el corazón de la actual crisis financiera y, según el último informe de la Fed de Nueva York, sigue siendo más grande que el sistema bancario tradicional. De acuerdo a los datos de la Fed, hay todavía US$16.000.000.000.000 (16 billones de dólares) salpicando por todo el sistema financiero de la banca estadounidense, contaminando a la banca mundial. La cifra es mayor a todo el producto interno bruto de los Estados Unidos y es interesante constatar su fuerte incremento desde los años 80.

viernes, 29 de mayo de 2009

El fin del dios Mercado



Otro dios ideológico ha caído. Las premisas que dominaban la política internacional y las políticas públicas parecen hoy tan anticuadas como antes se decía del socialismo revolucionario.

“Las palabras más aterradoras del idioma inglés son: ‘vengo del gobierno para ayudar’”, dijo en su momento Ronald Reagan, héroe del conservadurismo estadounidense. Parece historia antigua hoy, cuando los gobiernos inyectan miles de millones de dólares, euros y libras en los sistemas financieros.

"Los gobiernos son malos; los mercados desregulados son buenos": ¿cómo puede esta doctrina seguir ilesa luego que Alan Greenspan, pupilo de Ayn Rand y banquero central dominante de la era, dijo en su testimonio ante el Congreso de EU, el pasado octubre, que la ineptitud de las instituciones crediticias para proteger el capital de sus accionistas lo había dejado perplejo?

En Occidente, la ideología pro mercado de las tres décadas pasadas fue una reacción a lo que se percibió como el fracaso de la economía mixta, el modelo keynesiano de las décadas de los 50, 60 y 70. El avance hacia el mercado se asocia con el triunfo electoral de Reagan en EU, en 1980, y la asunción de Margaret Thatcher como premier de Gran Bretaña, un año antes. Importancia casi similar tuvo el papel de Paul Volcker, entonces presidente de la Reserva Federal, en el combate a la inflación.

Otros hechos conformaron la época: el viraje chino de la economía planificada al mercado, en el gobierno de Deng Xiaoping, y el colapso de la Unión Soviética entre 1989 y 1991. El fin de la guerra fría y, sobre todo, el ingreso de miles de millones de participantes en una economía mundial que se globalizaba con rapidez fueron los puntos destacados de esta era.

Hoy, ante una crisis financiera global y una disminución de la actividad económica, el mundo vuelve a cambiar. El sistema financiero es el cerebro de la economía de mercado. Si hace falta un rescate tan costoso, ¿qué queda del rechazo de Reagan a los gobiernos? Si el sistema financiero fracasó, ¿hay aún confianza en los mercados?

Es imposible, en un momento decisivo como éste, saber hacia dónde vamos. Durante los años 70, pocos imaginaron que en la época siguiente se dominaría la inflación y declinaría la Unión Soviética. Lo que ocurra depende de decisiones aún no tomadas y de conmociones desconocidas. Sin embargo, la combinación de un colapso financiero con una enorme recesión, si no empeora, seguramente cambiará el mundo. La legitimidad del mercado se debilitará; se dañará la credibilidad de EU, la autoridad de China crecerá; la globalización podría irse a pique. Es un momento de gran agitación.

¿Cómo llegó el mundo a esto? Parte esencial de la respuesta radica en que la era de la liberalización contenía las semillas de su propia destrucción: ha sido un periodo de enorme crecimiento en la dimensión y rentabilidad del sector financiero; de frenética innovación financiera; de crecientes desequilibrios macroeconómicos; de gigantescos niveles de endeudamiento en los hogares, y de grandes burbujas en los precios de los activos.

En EU, corazón de la economía de mercado y centro de la tormenta actual, la deuda agregada del sector financiero trepó del equivalente a 22% del producto interno bruto (PIB) en 1981 a 117% del PIB en el tercer trimestre de 2008. En Inglaterra, que depende aún más de su actividad financiera, la deuda bruta del sector financiero ha llegado a casi 250% del PIB (ver gráficas).

Carmen Reinhart, de la Universidad de Maryland, y Kenneth Rogoff, de Harvard, sostienen que la era de la liberalización fue un tiempo de crisis financieras muy frecuentes, sólo superadas, desde 1900, por la de los años 1930, y una era de enormes burbujas de precios. Al intervenir para mantener sus tipos de cambio y al acumular reservas de divisas, los gobiernos de las economías emergentes generaron enormes superávit de cuenta corriente que reciclaron, junto con flujos de capital privado, en flujos de salida de capital oficial: entre fines de los años 1990 y el pico de julio de 2008, sus reservas monetarias se elevaron 5 mil 300 mdd.
Foto
Elocuente mensaje durante la manifestación del sábado pasado en el centro de Madrid para exigir viviendas asequiblesFoto Reuters

Estos enormes flujos de capital, además de los acostumbrados superávit de países de altos ingresos y los boyantes superávit de los exportadores de petróleo, terminaron en su mayoría en un pequeño número de países de altos ingresos, en particular EU. Durante el pico, EU absorbió casi 70% del resto de los excedentes de ahorro del planeta.

Mientras, en el mismo EU, la proporción de la deuda doméstica respecto del PIB se elevó de 66% en 1997 a 100% una década después. En Reino Unido se presentaron incluso saltos mayores en el endeudamiento interno. Estos incrementos de la deuda doméstica se vieron fomentados, a su vez, por sistemas financieros elásticos e innovadores en exceso y, en EU, por programas gubernamentales.

A la vez, el sector se innovaba sin cesar. Warren Buffett, el multimillonario inversionista estadounidense, describió los derivados como "armas financieras de destrucción masiva". Al menos en parte, tenía razón. En esta década emergió un "sistema financiero en la sombra" y la banca tradicional fue remplazada por un modelo de documentación de activos "originar y distribuir", como la deuda colateralizada. Este modelo estalló en 2007.

Somos testigos de la crisis más profunda, amplia y peligrosa desde los años 30. Como señalan en otro texto Reinhart y Rogoff, las "crisis bancarias están asociadas a profundos declives en producción y empleo". Esto se debe, en parte, a que los balances han estado bajo enorme presión: en EU, la deuda total llegó a un pico histórico apenas por debajo de 350% del PIB; 85% de esa deuda es privada. En 1980, era de poco más de 160%.

Entre las posibles consecuencias de este shock figuran: enormes déficit fiscales en países con déficit externos, conforme traten de mantener su demanda; prolongada recesión mundial; brutal ajuste de la balanza de pagos global; colapso del dólar; inflación al alza y vuelta al proteccionismo. Con toda seguridad, la transformación será mayor en el sector financiero. Ha fracasado la idea de que las finanzas modernas podían transferir el riesgo a quienes estaban en mejores condiciones para manejarlo. En cambio, el paradigma es que el riesgo ha sido transferido hacia los que tenían menos capacidad de comprenderlo. Como señaló Volcker el pasado abril: "el flamante sistema financiero fracasó en la prueba del mercado".

En un artículo reciente Andrés Haldane, director ejecutivo de estabilidad financiera del Banco de Inglaterra, muestra lo poco que los bancos sabían sobre los riesgos que supuestamente podían manejar. Haldane atribuye estos fracasos a una "miopía de desastre" (tendencia a subestimar riesgos), falta de conciencia sobre las "externalidades de red" (excedentes que van de una institución a otra) e "incentivos inequitativos" (mayores para empleados y menores para accionistas y contribuyentes).

Sin embargo, si el sistema financiero ha sido disfuncional, ¿hasta qué punto podemos confiar en la maximización del valor para el accionista como guía de los negocios? Después de todo, la mayor parte de las participaciones está bajo el control de instituciones financieras. Los acontecimientos de los 18 meses pasados deberían confirmar la locura de esta idea. Es mejor, muchos concluirán, que los administradores determinen la dirección de sus empresas a dejar que otros participantes o los mercados financieros lo hagan.

Antes de esta crisis, el "nuevo capitalismo" aún no había sido puesto a prueba. La prueba llegó y el "nuevo capitalismo" fracasó. La era de la liberalización financiera ha terminado. Pero, a diferencia de de los años 30, no hay una alternativa a la economía de mercado que tenga credibilidad, y los hábitos de la cooperación internacional son arraigados.

"Tengo la sensación de que ya no estoy en Kansas", dijo Dorothy después que un tornado la arrojó, junto con su casa y su perro, en la tierra de Oz. El mundo de las tres últimas décadas ha desaparecido. Ahora nos corresponde descubrir dónde terminaremos después de este tornado financiero.

Via Economist Intelligence Unit

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