domingo, 19 de abril de 2020

Luis Sepúlveda: notario de la historia, guardián de la memoria


Marcos Roitman Rosenmann, La Jornada

Vivió todas sus vidas. Su imaginación lo llevaba a mundos donde creaba sin ataduras. Fue un personaje al interior de su literatura. Gran conversador y fumador empedernido, abandonó Chile sin quererlo. La dictadura de Pinochet lo llevó al exilio. Nunca perdió sus raíces ni su compromiso político. No sólo escribió literatura, incursionó en el teatro y el cine. Fue un excelente analista político. A diferencia de otros literatos cuya fama los descoloca hasta el extremo de vender su alma, Luis Sepúlveda dejó constancia de sus principios y valores democráticos. Sus artículos circularon en los años oscuros de la dictadura. La revista Análisis los publicaba. Su director, Juan Pablo Cárdenas, editó por primera vez su novela Un viejo que leía novelas de amor. Cuenta que tras enterarse de su publicación por una editorial francesa, recorrió las librerías de Santiago, junto con sus amigos, retirando los ejemplares para que los franceses creyesen que habían sido los primeros en descubrir la obra.

Su columna Carne de Blog, en Le Monde Diplomatique, circula por el mundo. Fueron centenares. Chile: El Oasis Seco, del 26 de diciembre de 2019 fue su última entrega. Una crítica mordaz al modelo neoliberal. Así concluía su reflexión:
"La paz del oasis chileno estalló porque las grandes mayorías empezaron a decir no a la precariedad y se lanzaron a la reconquista de sus derechos perdidos. No hay rebelión más justa y democrática que la de estos días en Chile. Reclaman una nueva Constitución que represente a toda la nación y su diversidad, reclaman la recuperación de cuestiones tan esenciales como el agua y el mar también privatizado. Reclaman el derecho a estar presentes y ser sujetos activos del desarrollo del país. Reclaman ser ciudadanos y no súbditos de un modelo fracasado por su falta de humanidad, por la absurda obcecación de sus gestores. Y no hay represión por más dura y criminal que sea, capaz de detener a un pueblo en marcha".

La economía hegemónica en su laberinto


Sergio Gamonal, El Mostrador

La hegemonía de la perspectiva neoliberal en economía, ha sido muy fuerte en los últimos cuarenta años, especialmente en Chile. Obviamente existen otras perspectivas en economía y una alta gama de matices, apellidos como Stiglitz, Ha-Joon Chang, Piketty o Mazzucato, por citar a algunos, nos recuerdan que la economía es una disciplina compleja, que forma parte de las ciencias sociales y que, por lo mismo, se basa en el siempre impredecible comportamiento humano, lo que debiera excluir aproximaciones dogmáticas o teológicas acerca de cómo adoptar decisiones de política económica.

Sin embargo, el predominio del pensamiento único en economía es muy fuerte en el mundo y en nuestro país.

Por otro lado y no sólo en Chile, la perspectiva neoliberal ha sido adoptada por los gobernantes con entusiasmo, para redistribuir el ingreso hacia el 1% más rico y, presenciamos políticas estatistas para las pérdidas de los bancos en las crisis de 1982 y 2008 -rescates millonarios pagados por los contribuyentes e impuestos más bajos a los ricos e hiperricos- y, liberales para las pérdidas de los ciudadanos. En otras palabras, subsidios tanto al sistema financiero como a las transnacionales y, crudeza del mercado y bancarrota individual para las personas comunes.

sábado, 18 de abril de 2020

Científicos de Cambridge señalan que el coronavirus se originó en septiembre y lejos de Wuhan



Un equipo científico de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, planteó que el origen del brote del coronavirus Sars-CoV-2 pudo darse mucho antes de lo indicado por China e incluso en otra ciudad diferente a Wuhan, la que desde un comienzo se nombró como el epicentro de la pandemia. En principio, los académicos indicaron que la cepa nació más al sur de Wuhan, y tres o cuatro meses antes de lo anunciado. De acuerdo a los científicos, el virus mutó desde su génesis hasta la actualidad y que las cepas estudiadas indican que el primero de ellos podría estar incluido en una ventana que abarca desde el 13 de septiembre hasta el 7 de diciembre. Peter Forster, genetista de la Universidad de Cambridge, señaló en su informe que “el virus puede haber mutado en su forma final hace meses, pero permaneció dentro de un murciélago u otro animal durante varios meses sin infectar a otras personas”. El científico continuó explicando que luego “comenzó a infectar y a esparcirse entre humanos entre el 13 de septiembre y el 7 de diciembre”. El ensayo fue presentado ante la revista de Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias y reproducido por South China Morning Post.

El equipo académico utilizó una herramienta algorítmica para rastrear al paciente cero, clave para determinar cómo se inició la actual pandemia que registra más de 150 mil muertes en todo el planeta. Según Johns Hopkins University, los profesores de Cambridge intentaron reconstruir la red del primer brote. Las muestras iniciales de un informe anterior limitó la capacidad de los investigadores de determinar cuándo y dónde se inició la tragedia virósica. Pero en su nuevo ensayo -de publicación preliminar- incluyeron mil secuencias completas del genoma de las cepas que fueron dadas por científicos de todo el mundo. Cuantas más cepas puedan ser estudiadas, más preciso será el resultado del trazado del virus, del camino que realizó.

viernes, 17 de abril de 2020

Trump y su cataclismo económico-sanitario


Hedelberto López Blanch, Rebelión

La obstinación y poca visión del presidente estadounidense Donald Trump por tratar de salvar a la economía por encima de las vidas de los ciudadanos, ha provocado un cataclismo en el país como no había sucedido antes en su historia moderna.

El 21 de enero se diagnosticó la presencia del Covid-19 en Estados Unidos y sus primeras declaraciones fueron que la economía no se debía detener por una pequeña gripe o una influenza pasajera.

Dos meses y medio después, Trump se vio obligado a decretar en los 50 Estados de la nación la situación de desastre, tras aparecer el virus en el estado de Wyoming. También pasaron a esa fase las Islas Vírgenes estadounidenses, Islas Marianas del Norte, el Distrito de Columbia, Guam y Puerto Rico.

Al ofrecer la información, el subsecretario de prensa de la Casa Blanca, Judd Deere, dijo que resultaba la primera vez en la historia de Estados Unidos que sus 50 Estados se encuentran bajo proclamación de desastre federal de manera simultánea.

Alrededor de 685.000 contagiados y más de 35.500 muertos han sido las alarmantes cifras hasta el 17 de abril, las que seguirán en aumento porque como expresa la mayoría de las autoridades sanitarias y especialistas, al gigante norteamericano le será difícil controlar la transmisión por las enormes deficiencias y dificultades que ha presentado el sistema de salud.

EEUU es derrotado por la soberbia más que por el virus


Ramón Latorre, El Mostrador

Todo comienza con el Holandés errante, barco sin rumbo y sin tocar tierra. Cruceros que partieron cantando canciones de alegría y hoy están detenidos en medio de un mar que no los deja tocar tierra. Pero esta vez no fue dios el castigador el que los dejó en medio de la nada sino un habitante invisible de nuestro mundo. Quizá la mejor definición fue la que dieron los biólogos Jean y Peter Medawar quienes nos dicen que: “Un virus es simplemente un montón de malas noticias envueltas en proteína”. Formado por un material genético que llamamos ácido ribonucleico y rodeado por una membrana que puede ser disuelta por el alcohol o destruida por el jabón, este formidable enemigo nos tiene a todos en jaque. Es capaz de sobrevivir a las más adversas condiciones y silenciosamente se traslada, con la velocidad de Mercurio, de un ser humano a otro.

Vino de algún animal vendido para deleite de algunos comensales en una ciudad china que se llama Wuhan, en donde los apetitos van a través de toda la escala zoológica, tomando prestados los cuerpos de más de ochenta mil de sus ciudadanos. De ahí, saltando a través de aire, mar y tierra, se trasladó al resto del planeta Tierra para provocar una pandemia que no conocíamos desde el tiempo de la gripe española, que infectó a 500 millones y dejó un estimado de más de 17 millones de muertos. No hay cura aún, solo esperar que por algún motivo caprichoso se vaya y mientras tanto fortificarse en nuestras casas con la esperanza de no estar dentro de la estadística de los muertos.

El miedo de Kissinger al ocaso del Imperio americano


Telma Luzzani, Página 12

Hace muchos años que se pronostica el ocaso inevitable de la supremacía norteamericana. Pero ¿cómo probarlo? Muchos argumentos parecían nacidos más de una expresión de deseos que de una posibilidad real. Hoy, ya no hay dudas. Estrategas como Henry Kissinger, político clave en la construcción del imperio y experto como pocos en los laberintos del poder, reconocen el irremediable fin de la hegemonía estadounidense.

Las postales dramáticas que el Covid-19 está sembrando en distintas partes del territorio norteamericano confirman esa hipótesis. Y no por las altísimas cifras de muertos, ni por la imperdonable falta de insumos básicos en un país de semejante riqueza, ni por la deficiencia y crueldad de su sistema de salud pública. Estas no son más que consecuencias del capitalismo salvaje que tienen muy sin cuidado al establishment mundial, partidario, como se sabe, del darwinismo social y la sobrevivencia de los ricos.

En su último artículo “La pandemia del coronavirus va a alterar para siempre el orden mundial”, publicado el pasado 3 de abril en el diario The Wall Street Journal, (ver aquí)Kissinger expresa abiertamente sus dos grandes temores. Después del Covid-19 ¿se podrán “salvaguardar los principios del orden mundial liberal”? “Un país dividido como Estados Unidos ¿será capaz de liderar la transición al orden posterior al coronavirus?”

jueves, 16 de abril de 2020

Coronavirus y Política: Trump, Bolsonaro y Johnson: el eje viral


Eduardo Febbro, Página 12

Patoteros opacos, bufones brillantes e irresponsables sin redención. Varios movimientos políticos y líderes nacionales y mundiales de las derechas duras han fracturado todas las fronteras de la indecencia y la ineptitud en su gestión de la pandemia. Constituyen hoy lo que bien puede llamarse el eje viral del mundo cuya nocividad se contrapone a los mandatos ejemplares protagonizados en la Argentina por el presidente Alberto Fernández y otros jefes de Estado y de Gobierno a través del planeta. Con un Estado descuartizado por la administración macrista, había que tener coraje político para decretar el confinamiento del país y las demás medidas que, a no dudarlo un segundo, salvaron miles y miles de vidas humanas.

En Francia, con muchísimos más casos y un país infinitamente más expuesto que la Argentina a los contagios debido a su posición geográfica central (Francia es el primer destino turístico del mundo con 90 millones de viajeros en 2019) y su vecindad con Italia, Emmanuel Macron recién empezó a diseñar medidas preventivas fuertes a mediados de marzo (el 16) cuando dijo en la televisión “estamos en guerra”. Los tres primeros casos de coronavirus fueron detectados el 24 enero mientras que en la Argentina el primer infectado, importado de Italia, fue descubierto el 3 de marzo. El confinamiento se decretó en Francia el 17 de marzo luego de la perplejidad que provocó el mantenimiento de la primera vuelta de las elecciones municipales que se llevó a cabo el 15 de marzo. La consulta fue suspendida y la segunda vuelta pospuesta. La opinión pública francesa aprobó en un 96% las medidas mientras que un 86% le reprochó al mandatario no haberlas aplicado antes.

miércoles, 15 de abril de 2020

Esta pandemia muestra la injusticia estructural de las políticas neoliberales


David Brooks, La Jornada

Son las siete de la tarde y las ventanas de la ciudad de Nueva York se abren, como todos los días a esta hora, para ofrecer una ovación sonora, acompañada de sirenas de bomberos, a los trabajadores de salud que nos están rescatando en medio de la pandemia, en medio de este llamado epicentro del país number one en contagios y ahora en competencia global diaria para ganar el trofeo de más muertos. Con los aplausos no sólo se agradece, sino se supera por unos minutos el aislamiento de la cuarentena parcial, y con ello, se reconoce que aunque cada acción de distanciamiento es individual, es a la vez una acción solidaria, lo que hace cada uno tiene impacto en todos.

Pero como en toda crisis, el coronavirus ha dejado claro que no todos son afectados de la misma manera, las cifras de contagio y muerte revelan una geografía de clases donde los más pobres –entre ellos las minorías afroestadounidenses y latinas, así como la mayoría de inmigrantes, sobre todo los indocumentados– son los más devastados. Son primero víctimas no del virus, sino de la mayor desigualdad económica y social en 90 años. El problema fundamental en esta crisis no es de salud, sino de la injusticia estructural que se ha profundizado durante cuatro décadas de políticas neoliberales.

martes, 14 de abril de 2020

Coronavirus y capitalismo en Argentina


José Pablo Feinmann, Página 12

En su mensaje del viernes 10 de este mes de abril se lo vio algo cansado al dinámico y eficaz Alberto Fernández. Su tarea es inmensa. Nadie quisiera estar en sus zapatos. Y es bueno que nadie esté, sólo él. Se ha vuelto irremplazable. Desde que se asumió como comandante de la lucha contra la pandemia en nuestro país no ha cesado de crecer. Política y humanamente. Este crecimiento se refleja en las encuestas.

Es decir, la sociedad advierte y agradece que su presidente haya encontrado el papel de su vida. Como Marlon Brando en “Un tranvía llamado deseo”. Como Gary Cooper en “A la hora señalada”. Como Joaquin Phoenix en “Joker”. O, para ir a lo nuestro (o a lo de por aquí nomás, ya que los otros casos citados también son nuestros porque nos marcaron), como Osvaldo Terranova en “He visto a Dios”. O como Alfredo Alcón en “Un guapo del 900”. Alberto Fernández, ahí, sentado o parado frente a las cámaras, con el agotamiento de estos días vertiginosos, diciendo “no sé ni en qué día vivo”, preguntándoles datos a los funcionarios que lo rodean, es el mejor presidente que podríamos tener en estos pestíferos momentos.

Es firme, es cálido, habla sin gritar, sin elevar la voz más de lo necesario, con gestos breves, tersos y no ásperos, como si estuviera dando clase en la Facultad de Derecho, como si le hablara a gente que le importa, que quiere, cuya salud le preocupa. a sus compatriotas, en suma, que lo han elegido presidente para lo que está haciendo, para que presida el país en estos momentos de peligro y de muerte. Se ha encarnado en la figura del presidente que cuida, aconseja y castiga a los irresponsables, que son muchos.

Joseph Stiglitz: La internacionalización de la crisis

En su propagación de un país a otro, el nuevo coronavirus no prestó atención a fronteras nacionales ni a «grandes y hermosos» muros fronterizos. Tampoco valen esos límites para sus efectos económicos posteriores. Como ha sido evidente desde el primer momento, la pandemia de COVID‑19 es un problema global que demanda una solución global.


Joseph Stiglitz, Project Syndicate

Para las economías avanzadas, la compasión debería ser motivo suficiente para apoyar una respuesta multilateral. Pero la acción global también es una cuestión de interés propio. Mientras haya un lugar donde la pandemia siga haciendo estragos, será una amenaza –epidemiológica y económica– en todas partes.

El impacto de la COVID‑19 sobre las economías emergentes y en desarrollo apenas comienza a revelarse. Hay buenas razones para creer que en estos países la pandemia será mucho más dañina que en las economías avanzadas: allí donde los ingresos son más bajos, es común que la gente viva más aglomerada, y que una proporción mayor de la población padezca problemas de salud previos que aumentan su vulnerabilidad a la enfermedad. Y los sistemas sanitarios de estos países están todavía menos preparados para manejar una epidemia que los de las economías avanzadas (que tampoco puede decirse que hayan funcionado sin problemas).

Un informe publicado el 30 de marzo por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo ofrece un atisbo de lo que aguarda a las economías emergentes y en desarrollo. Las más exitosas tienen su crecimiento supeditado a las exportaciones, que se hundirán a la par de la contracción de la economía global. Naturalmente, los flujos globales de inversión también se están derrumbando, lo mismo que los precios de los productos primarios, lo que permite prever un futuro complicado para los países exportadores de recursos naturales.

lunes, 13 de abril de 2020

¿Covid-19 respuesta de la Madre Naturaleza a la transgresión humana?


Michael T. Klare, TomDispatch

A medida que el coronavirus se extiende por todo el planeta dejando muerte y caos a su paso, van apareciendo muchas teorías para explicar su ferocidad. Una de ellas, ampliamente difundida dentro de los círculos conspirativos de la derecha, es que se originó como arma biológica en un laboratorio militar chino secreto en la ciudad de Wuhan que, de alguna manera (¿quizás intencionalmente?), escapó hacia la población civil. Aunque esa “teoría” ha quedado completamente desacreditada, el presidente Trump y sus acólitos continúan llamando al Covid-19 el virus de China, el virus de Wuhan o incluso la “gripe Kung”, alegando que su propagación global fue el resultado de una respuesta inepta y solapada del Gobierno chino. Los científicos, en general, creen que el virus se originó en los murciélagos y se trasmitió a los humanos a través de los animales salvajes vendidos en un mercado de mariscos de Wuhan. Pero tal vez haya otra posibilidad mucho más ominosa a considerar: que esta es una de las formas en que la Madre Naturaleza resiste el ataque de la humanidad contra sus sistemas de vida fundamentales.

Seamos claros: esta pandemia es un fenómeno mundial de proporciones masivas. No solo ha infectado a cientos de miles de personas en todo el planeta, matando a más de 100.000 de ellas, sino que ha llevado a la economía global a un virtual punto muerto, aplastando potencialmente a millones de empresas, grandes y pequeñas, mientras deja sin trabajo a decenas de millones, o posiblemente cientos de millones de personas. En el pasado, los desastres de esta magnitud derrocaron imperios, desencadenaron rebeliones masivas y provocaron hambrunas e inanición. Este cataclismo producirá también miseria generalizada y pondrá en peligro la supervivencia de numerosos gobiernos.

Es comprensible que nuestros antepasados consideraran tales calamidades como manifestaciones de la furia de los dioses enojados por la falta de respeto y el maltrato humano de su universo, el mundo natural. Hoy en día, las personas educadas descartan por lo general esas nociones, pero los científicos han descubierto recientemente que el impacto humano sobre el medio ambiente, especialmente la quema de combustibles fósiles, están produciendo circuitos de retroalimentación que causan daños cada vez más graves a las comunidades de todo el mundo en forma de tormentas extremas, sequías persistentes, incendios forestales masivos y olas de calor recurrentes de un tipo cada vez más mortal.

¿Provocaron las epidemias la caída del Imperio Romano?

La importante contribución de las tesis de Kyle Harper


Laurent Ripart, Viento Sur

La llegada del Covid-19 ha vuelto a poner en un primer plano el papel motor de las pandemias en la historia de la humanidad y le ha dado un poco más pertinencia al gran libro que Kyle Harper publicó recientemente, para demostrar que las epidemias y en general, la crisis ecológica, constituyeron el principal motor de la caída de Roma. Este trabajo, que ha tenido un gran eco, es sin duda uno de esos grandes libros que podemos recomendar leer en estos tiempos de encierro.

Nacido en 1979, Kyle Harper se ha impuesto hoy como uno de los más grandes historiadores de su generación, debido a su capacidad de problematizar y su habilidad para presentar cuestiones complejas de manera simple, lo que le da la posibilidad escribir con gran talento obras de síntesis. En 2011 se hizo famoso por la publicación de un notable estudio sobre la esclavitud en el siglo IV, que cuestionó de forma radical la idea, hasta entonces bien asentada, de que la esclavitud habría desaparecido en la Antigüedad Tardía 1/. En 2013 apareció su segundo libro, que analizaba la transformación tardo-antigua de la tradicional moral sexual de la antigüedad grecorromana en teología cristiana del pecado 2/, volviendo de forma crítica sobre un tema bien investigado de una manera que la crítica consideró a menudo expeditiva.

No ha sido el caso de su tercer libro, The Fate of Rome. Climate, Disease and the End of an Empire traducido en 2019 al español bajo el título El fatal destino de Roma. Cambio climático y enfermedad en el fin de un imperio 3/. Basado en una bibliografía de más de 1300 títulos, este trabajo ha sido considerado unánimemente como una obra importante, con un éxito mundial fulgurante: se ha traducido a 9 idiomas, lo cual es bastante excepcional para un libro de historia antigua. Este éxito llevó a Kyle Harper a embarcarse en la redacción de un nuevo libro sobre el papel de las epidemias en la historia, que se publicará pronto en Princeton y cuya publicación constituirá, sin duda, un importante evento editorial.

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