sábado, 11 de abril de 2020

En EEUU sabían que el virus tenía consecuencias catastróficas pero Trump no hizo nada


Pese a que funcionarios de inteligencia advirtieron al Pentágono, a la Casa Blanca y al Estado Mayor en noviembre del año pasado que el nuevo virus encontrado podía tener consecuencias catastróficas para la humanidad, el gobierno de Donald Trump hizo caso omiso y, como en todo, subestimó la información. El informe fue dado a conocer esta semana por ABC News y es lapidario para Trump y todo el gobierno de Estados Unidos.

De acuerdo esta publicación, funcionarios del Centro Nacional de Inteligencia Médica (NCMI), levantaron la alarma sobre lo que ahora se conoce como pandemia del coronavirus, en un informe fechado en noviembre de 2019. Se daba cuenta de una enfermedad fuera de control que se podría convertir rapidamente en una gran amenaza para las fuerzas del Ejercito de EEUU en Asia. El NCMI es un componente de la Agencia de Inteligencia del Pentágono y su objetivo es garantizar que las fuerzas militares de EEUU tengan toda la información epidemiológica que los puede afectar en alguna de sus misiones. Es prioridad del Pentágono mantener sanos a los soldados.

jueves, 9 de abril de 2020

Vuelve Keynes, el coronavirus derrotó al neoliberalismo


Roberto Pizarro, El Desconcierto

La teoría del “sálvese quien pueda” de los economistas neoliberales ha sido arrasada por el coronavirus. La sociedad y el Estado existen. Son siempre imprescindibles para que sobrevivan las personas, y ello queda hoy al desnudo en medio de la pandemia atroz.

El Financial Times, destacado periódico liberal, pero inteligente, nos dice en su editorial del 3 de abril:
“Se requieren reformas radicales para forjar una sociedad que funcione para todos. La pandemia de coronavirus ha expuesto la fragilidad de la economía de muchos países”.
“La pandemia del Covid-19 ha inyectado una sensación de solidaridad en sociedades polarizadas. Pero el virus, y los cierres de empresas necesarios para combatirlo, también arrojan una reveladora luz sobre las desigualdades existentes, e incluso crean nuevas desigualdades”.
La crisis económica que se anuncia será tan dura como la que se conoció durante la depresión de los años treinta. En aquella época, la teoría económica clásica, de corte liberal, y sus defensores no consiguieron responder frente al sistema capitalista en estado de descomposición. Tuvo que venir John Maynard Keynes a salvarlo. Keynes no era un socialista, pero entendió que los desmanes del capitalismo eran consecuencia de la ausencia de regulación en los mercados, así como de la incapacidad de las políticas públicas ortodoxas para enfrentar las crisis económicas.

Keynes propuso incrementar el gasto público para estimular la inversión y disminuir el desempleo. Confiaba en que la intervención del Estado en la economía podía moderar la crisis capitalista. Sostenía que el desempleo se debía a una insuficiencia de demanda y no a un desequilibrio en el mercado de trabajo. Entonces, cuando la demanda agregada se hacía insuficiente, las ventas disminuían y el desempleo crecía. Precisamente lo que está sucediendo ahora en Chile y en todo el mundo.

Donald Trump, el capitalismo y “dejad que se mueran”


W.T.Whitney, CounterPunch

Carlos Fernández de Cossío, director general para EEUU del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, acusó recientemente al gobierno de Estados Unidos de “terrible decadencia moral”. Su comentario respondía a las amenazas estadounidenses contra las naciones que habían solicitado la asistencia de Cuba para confrontar la pandemia de Covid-19. Dicho funcionario criticó asimismo la escasa preparación para la epidemia en Estados Unidos.

Su crítica se alejó de las habituales denuncias por abusos imperialistas y plutocráticos. Al sugerir que los líderes estadounidenses ignoran los valores humanos más básicos, el diplomático se aventuró en aguas profundas.

Lo cierto es que las decisiones que EEUU ha tomado sobre la pandemia de Covid-19 y sobre algunas de sus intervenciones en el exterior demuestran la fácil aceptación de las muertes humanas en el primer caso y la planificación de las mismas en el segundo. Las implicaciones no son triviales: “el precepto `no matarás´ es probablemente el principio moral y legal básico de cualquier sociedad”, en palabras de un académico que estudia las diversas racionalizaciones del asesinato.

Realidad y ficción en la crisis global del capitalismo


Joseph Kishore y David North, wsws

El lunes, parecía haber dos mundos diferentes: uno basado en la realidad y otro en ficción.

En el mundo real, la pandemia del COVID-19 continuó su propagación mortal en EEUU y el resto del mundo. Las noticias estuvieron dominadas por reportes de hospitales saturados, doctores, enfermeras y otro personal agotados y pacientes enfermos y muriendo.

Pero en el mundo de ficción de las bolsas de valores y finanzas, prevaleció una euforia descontrolada entre los inversores. Cual orgía en un funeral, derramaron miles de millones en la compra de acciones haciendo brincar el índice Dow Jones Industrial Average casi 7,5 por ciento. Se registraron aumentos importantes en el DAX alemán (6 por ciento) y el FTSE británico (más de 3 por ciento).

¿Qué motivó esta celebración bochornosa y desvergonzada?

El lunes, la cifra de muertes en EEUU superó los 10.000. A pesar de una caída pequeña en el total diario de muertes nuevas en la Ciudad de Nueva York el domingo, no hay ninguna evidencia de que la virulencia de la pandemia haya llegado a su máximo en este centro urbano crítico.

miércoles, 8 de abril de 2020

COVID-19: ¿Dos grandes 'olas' de infección, para la contaminación global?


Larry Romanoff, Global Research

El Departamento de Estado de EEUU y los medios de comunicación están promoviendo en gran medida como teología que COVID-19 es "un virus chino y que China lo ha extendido por todo el mundo", exigiendo disculpas y más. Un bufete de abogados estadounidense en Florida presentó una demanda colectiva contra el gobierno chino, buscando una indemnización por "daños". (1) He revisado y analizado los detalles disponibles de todas las infecciones confirmadas primero y posteriores en todos los países, incluida la fuente de infección, la cepa del virus y la línea de tiempo, cuyos datos proporcionan una amplia evidencia de que esta teología estadounidense no está respaldada por los hechos. Parece haber habido dos grandes 'oleadas' de infección global, la primera a fines de enero, la segunda un mes después. (2) (3) (4)

Es cierto que, en las primeras etapas, con la primera ola, 22 países tuvieron sus primeras infecciones confirmadas en viajeros de China, pero, poco después de esto, en la segunda ola, 34 países obtuvieron su primera infección confirmada en viajeros de Italia, y otros 16 de Irán. Sin embargo, la llamada "primera infección" en estos países, por parte de ciudadanos chinos u otros viajeros, demostró en todos, pero quizás en dos casos, ser irrelevantes porque estas primeras infecciones externas demostraron no tener vínculos con los brotes locales posteriores. La tensión en muchas de esas explosiones locales explosivas no existía en China sino solo en los EEUU.

La economía mundial en picada


Si bien la economía mundial se encontraba fuertemente debilitada por la guerra comercial iniciada por EEUU, el tiro de gracia ha sido la pandemia del coronavirus que arrastra al mundo a una devastadora recesión de impredecibles consecuencias. Los temores aumentan a medida que el virus cobra más víctimas haciendo que la recesión sea mucho más profunda y duradera de lo que inicialmente se temía, y los gobiernos intensifican las restricciones de movilidad para detener la propagación de un virus que se ha cobrado más de 80 mil muertes y 1 millón 450 mil contagios. Mientras la interacción humana siga siendo peligrosa, la actividad económica no puede volver a la normalidad de manera responsable. La pandemia actual se perfila como la inmersión más profunda registrada en los últimos 100 años, y posiblemente en toda la historia humana.

Las cifras de pérdida de empleo en EEUU durante marzo, muestran que los empleadores redujeron la fuerza laboral en 710.000 personas. Este es el comienzo de lo que se perfila como el colapso más profundo del mercado laboral desde la Gran Depresión de 1929, con la diferencia de se está produciendo a un ritmo mucho más rápido. Estos datos son una subestimación significativa porque se basan en encuestas realizadas en las dos primeras semanas de marzo, antes de que se establecieran cierres generalizados. Desde entonces, unos 6 millones de personas solicitaron prestaciones de desempleo. La Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) señaló que el informe refleja "algunos de los primeros efectos de la pandemia", y que no era posible "cuantificar con precisión" sus efectos completos hasta el momento, da la gran velocidad con que se propaga la crisis. Se han perdido más puestos de trabajo que en cualquier momento desde los peores días de la recesión de 2007-2009.

Coronavirus: ¿El reporte del 2010 que habla de la plaga que nos llegó en el 2020?


Víctor Mark Romo, Global Research

A estas alturas, los que siguen día a día la epidemia de coronavirus están familiarizados con el Evento 201, la simulación pandémica organizada por la Universidad Johns Hopkins junto con el Foro Económico Mundial, la Fundación Bill y Melinda Gates, Johnson & Johnson y otros. Después del famoso Evento 201 (18 de octubre de 2019) (1), parece que debemos admitir que la clase dominante ha sido dotada de intuiciones y percepciones proféticas. (Realmente son los elegidos). Por lo tanto, vale la pena, incluso se hace obligatorio, estudiar sus ejercicios y simulaciones de escenarios.

Corría el año 2010 y destacados miembros de la Fundación Rockefeller y de la entonces Global Business Network (GBN) decidieron reunirse en su especie de Think Tank, motivados por aquella crisis financiera del 2008 y de salud,la epidemia del H1N1 del 2009, que tanto daño hizo a la humanidad y a la economía mundial, y generar cuatro posibles escenarios para los años venideros, todo en pro de la filantropía y la tecnología.

El informe abre así con la carta de bienvenida de la entonces directora de la Fundación Rockefeller, Judith Rodin.
Los resultados de nuestro primer ejercicio de planificación de escenarios demuestran una exploración provocativa y atractiva del papel de la tecnología y el futuro de la globalización, como verá en las páginas siguientes. Este informe es una lectura crucial para cualquier persona interesada en considerar creativamente las formas múltiples y divergentes en que nuestro mundo podría evolucionar, las chispas de la percepción inspiradora de estas narraciones, junto con sus implicaciones para la filantropía en su conjunto. (2)

martes, 7 de abril de 2020

Coronavirus, la pandemia del neoliberalismo

Camiones refrigerados utilizados como morgues transitorias
en el Elmhurst Hospital de New York

David Brooks, La Jornada

Ya sabemos que no tenía que ser así, que este desastre no tenía que tener estas dimensiones, que la ciudad de todos en el mundo, Nueva York, no tenía que estar sobre las rodillas gravemente herida, con lágrimas y llanto en sus más de 200 idiomas, que todo Estados Unidos no tenía que estar bajo sitio, con los más pobres y desprotegidos sufriendo las peores consecuencias, como siempre. No tenía que ser así.

Trump tiene sangre en sus manos, concluyó el Boston Globe en su editorial la semana pasada, argumentando –al igual que un coro cada vez más amplio de expertos, investigadores, doctores y líderes sociales– que gran parte del impacto de la pandemia en este país era prevenible y que vale recordar que el alcance del virus aquí no es atribuible a un acto de Dios o una invasión extranjera, sino un fracaso colosal de liderazgo. www.bostonglobe.com/2020/03/30/opinion/president-unfit-pandemic/).

Pero la culpa no es sólo de Trump. Se sabía en lo más alto desde hace años que este y otros países estaban en riesgo de exactamente algo así (las agencias de salud pública desde la previa amenaza de un coronavirus en 2004, el Pentágono había pronosticado precisamente algo así desde 2017, entre otras) y no se hizo lo necesario. El fracaso es bipartidista; no son sólo los Reagan y los Bush, sino los Clinton y los Obama quienes prepararon el camino para llegar a esto hoy día.

lunes, 6 de abril de 2020

Noam Chomsky: «La escasez de ventiladores revela la crueldad del capitalismo neoliberal»


C.J. Polychroniou, Truthout, Rebelión
Traducido por Paco Muñoz de Bustillo

El Covid-19 ha tomado el mundo por asalto. Hay cientos de miles de personas infectadas (posiblemente muchas más que los casos confirmados), la lista de muertes crece exponencialmente y las economías capitalistas se han estancado, lo que hace prácticamente inevitable una recesión global.

La pandemia había sido anticipada mucho antes de su aparición, pero las acciones tendentes a prepararse para esa crisis se restringieron a causa de los crueles imperativos de un orden económico en el que “la prevención de una catástrofe futura no produce beneficios”, señala Noam Chomsky en esta entrevista exclusiva para Truthout. Chomsky es profesor emérito de lingüística en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y profesor laureado en la Universidad de Arizona, autor de más de 120 libros y de miles de artículos y ensayos. En esta entrevista argumenta que el propio capitalismo neoliberal es responsable de la respuesta inadecuada de Estados Unidos ante la pandemia.

C.J. Polychroniou: Noam, la epidemia de la nueva enfermedad del coronavirus se ha propagado a la mayor parte del planeta, y Estados Unidos tiene ya más casos que cualquier otro país, incluyendo China, donde se originó el virus. ¿Cree que es una evolución sorprendente?

Noam Chomsky: La escala de la plaga es sorprendente, impactante diría yo, pero no su aparición. Ni el hecho de que Estados Unidos esté teniendo la peor respuesta ante la crisis.

La mutación china o sobre la “desweberianización” del capitalismo

Podríamos decir, que la escena chino-estadounidense redunda similar a la que Gramsci gustaba de caracterizar para pensar el problema de la “hegemonía”: como en el Despotismo Ilustrado en el que el monarca aún estaba vigente, pero enteramente desfondado de la efectividad del poder de la emergente burguesía, así también, en el escenario de los imperialismos actuales sucede como si los EEUU mantuviera su posición de monarca, pero cada vez más debilitado por la penetración reticular china.


Rodrigo Karmy Bolton, El Desconcierto

La mutación del coronavirus constituye un fenómeno menor en comparación con la mutación geopolítica que estamos presenciando. Los EEUU han quedado fuera de juego ante la proyección china que se ha apropiado de la noción de “humanidad” enviando misiones de “ayuda” (junto a rusos y cubanos) a diferentes países para contener la propagación virológica. Hasta ahora, la noción de “humanidad”, término imperial por excelencia, había sido el pivote de toda la articulación imperial por parte de los EEUU. Solo ellos podían decidir resolver un asunto de la “humanidad” y no simplemente de los EEUU. Hoy han sido los chinos quienes se han proyectado salvar a la “humanidad”.

Trump asumió la fórmula malthusiana de “hacer vivir” a los suyos y “dejar morir” al resto, sin capacidad de articular un orden, una escena o una política universal que vaya más allá de los muros fronterizos que ficticiamente separan a EEUU del “contagio” latinoamericano. Digámoslo al revés: los únicos que han hecho una verdadera política imperial han sido los chinos. Sin planificación alguna, pero con un trabajo silencioso por el que el capital viene penetrando reticularmente las diferentes economías del mundo, los chinos entendieron la dimensión geopolítica que se jugaba en la coyuntura abierta por el “coronavirus” y asaltaron el kairós de la situación. En eso ha consistido su inteligencia política, hipotecando el largo plazo para relevar la posición imperial de los EEUU.

domingo, 5 de abril de 2020

1918: la dama española


Gustavo Gordillo, La Jornada

Beis. En el último día de agosto, Babe Ruth pitcheó un juego de tres hits y conectó un largo doble para coronar a los Medias Rojas contra los Atléticos de Filadelfia, en la Liga Americana. En el punto culminante de la Serie Mundial, poco antes del quinto juego, ambos equipos –Medias Rojas y Cachorros de Chicago– se negaron a jugar, a menos que les pagaran un sobresueldo. Los aficionados comenzaron a gritarles bolcheviques. En septiembre 11 de 1918, los Medias Rojas se coronaron campeones de las Ligas Mayores.

La dama. ¿Por qué los beisbolistas reclamaron mayor sueldo? Ese mismo día el gobierno en Washington reconoció que la entonces llamada influenza española había llegado al continente. De hecho, había llegado antes. El nombre equivocaba el origen de la pandemia. Estando Europa en guerra, España se mantuvo neutral y, en consecuencia, las informaciones sobre la pandemia circulaban sin censura. Además, el contagio del rey Alfonso XIII y su primer ministro hicieron más verosímil el apelativo de fiebre española, aunque de manera más poética se le denominó la dama española.

La pandemia pasó desapercibida, porque la entrada de Estados Unidos a la guerra oscurecía todo. Así que mientras se registraban casos de infectados y muertes por una extraña epidemia, el pueblo estadunidense, imbuido de fervor patrio, realizaba por todo el país reuniones multitudinarias –llamadas Bonos para la Libertad– para comprar los bonos de guerra emitidos por el gobierno para financiar la guerra. Y se impulsó aún más el contagio.

sábado, 4 de abril de 2020

EEUU en descomposición: La movilización que ha de empezar ahora

Con el coronavirus hundiendo nuestra economía, debemos desplegar ahora todos nuestros recursos para sobrevivir. Así, un día podremos florecer


James K. Galbraith (The Nation)

Muy simple: se ha desmoronado el castillo de naipes. Un mundo entero de ilusiones, autoengaños y sofismas ha muerto. Hemos llegado al final de una larguísima cadena, una cadena que se lleva desenrollando desde los triunfos de Milton Friedman y Friedrich von Hayek, popularmente relacionados con Margaret Thatcher y Ronald Reagan, pero semejantes también a Jimmy Carter y Bill Clinton, a Tony Blair y Gordon Brown, a Bush y Obama, y a otras figuras menores. Una catastrófica coalición binacional y bipartidista en el orden de ideas anglosajón. Donald Trump y Boris Johnson son consecuencias, no causas, de esta catástrofe conceptual.

El espejismo es la economía tal y como la conocemos. Aquí han primado dos conceptos: la auto-organización y el velo monetario (veil of money). El primero aboga porque los mercados y toda la sociedad esté sujeta a la ley de la oferta y la demanda. Sus supuestas virtudes eran la competencia, la flexibilidad, los incentivos, la eficiencia; la realidad es una frágil red tejida con hebras de cristal. El segundo sumergió el sistema financiero (bancos, inversores o especuladores), convirtiendo a estas personas e instituciones en simples mensajeros sin importancia e invisibles.

Los más ilusos son los que peor salen parados. En un primer momento, el aturdido gobierno británico, un país dirigido por banqueros, inversores y oradores de la Oxford Union, se inclinó por dejar arder el fuego. Darwinismo social al nivel de la Gran Hambruna irlandesa. Mientras malgastaban el tiempo, el incendio se fue desmadrando. El 16 de marzo, cambiaron de rumbo: en Reino Unido empezaba la guerra. En Estados Unidos, nuestros líderes planean inyectar dinero como “estímulo”, y creen que con eso el mercado se auto-organizará. Es otro espejismo.

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