lunes, 30 de marzo de 2020

Trump recurre a China para su guerra contra el Covid-19


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Más que las vacunas para el Covid-19, lo importante son las llamadas geoestratégicas, como la de Donald Trump a su homólogo chino Xi Jinping, el pasado viernes 27 de marzo –menos de 20 horas después de la cumbre virtual del G-20–.

Trump y el mandatario chino entablaron una llamada, poco publicitada por los encubridores multimedia de EEUU, pero puesta en relieve por el portavoz oficioso chino Global Times que destaca su cambio de actitud (https://bit.ly/2QPAmiz), y que el mismo Trump colocó en su Twitter: Acabo de concluir una muy buena conversación con el presidente Xi de China. Discutimos sobre esta pandemia que destroza extensas partes de nuestro planeta. China ha pasado por esta etapa y ha desarrollado una poderosa comprensión del virus. Estamos trabajando juntos en forma estrecha. ¡Mi más profundo respeto! (sic) (https://bit.ly/2QUpFLN).

Para Global Times la llamada de Trump y Xi es la mejor prueba de que el sistema de salud de EEUU necesita la ayuda urgente de China: "La gravedad de la situación en EEUU obligó a Trump a expresar su deseo de pedir ayuda de China".

domingo, 29 de marzo de 2020

Estados Unidos supera los 123 mil casos de coronavirus



El número de casos de coronavirus confirmados oficialmente en los Estados Unidos alcanzó ayer los 123.313, mientras que el número de muertes causadas por la enfermedad ha superado las 2.000 personas. Esto incluye más de 20.000 nuevos casos este sábado, junto a 500 nuevas muertes. Estados Unidos representa ahora una quinta parte de todos los casos de coronavirus a nivel internacional. Este número continúa aumentando exponencialmente y tarda solo tres días en duplicarse, mucho más rápido que en Wuhan o Lombardía, como indica The New York Times es decir, es la tasa más rápida (30%) de propagación del virus. A nivel mundial, el número de casos supera los 600.000 y el número de muertos los 30.000.

Pero estos números son una subestimación de la verdadera magnitud de la pandemia. Un estudio reciente realizado sobre el brote de coronavirus a bordo del crucero Diamond Princess señala que entre uno de cada seis y uno de cada cinco casos de COVID-19 son infecciosos pero no presentan ningún síntoma, lo que significa que una persona puede propagar de manera fácil -y sin saber - la enfermedad.

Estos y otros informes médicos explican por qué la Organización Mundial de la Salud ha enfatizado la necesidad de investigar a fondo el coronavirus, así como rastrear los contactos de quienes tienen un caso confirmado. Si bien se han tomado medidas agresivas en lugares como China, Corea del Sur, Singapur y Japón, a la administración Trump le tomó casi dos meses desde que se detectó el primer caso de coronavirus en EEUU para implementar pruebas masivas.

sábado, 28 de marzo de 2020

En plena pandemia, Brasil está en manos de un psicópata

A contramano del mundo, Bolsonaro permite las misas, exige a los gobernadores brasileños que reabran las escuelas, acusa a la prensa de “generar histeria” y asegura que no hay motivo para quedarse en casa


Bruno Bimbi, ctxt

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es un psicópata. No es hora de eufemismos ni medias palabras. No solo es fascista, nepotista, ignorante, incapaz, misógino, xenófobo, homofóbico, admirador de dictadores y torturadores, está rodeado por un gabinete de lunáticos, terraplanistas y fundamentalistas religiosos, y vinculado personalmente con bandas de milicianos y asesinos a sueldo. Además, es un psicópata.

Algunos lo advertimos años antes de que llegara al poder y nos dijeron alarmistas. Ahora, este tipo está al frente de una nación de 210 millones de habitantes durante una pandemia mundial que costará demasiadas vidas, en un país con gravísimos problemas sanitarios y sociales, por lo que arriesga mucho más que Italia o España. La irresponsabilidad criminal de Bolsonaro frente al coronavirus –les miente día y noche a los brasileños, niega el conocimiento científico, difunde información falsa, boicotea el trabajo de gobernadores, alcaldes y de su propio ministro de Salud y desoye las recomendaciones de la OMS y los especialistas– está transformando su incapacidad manifiesta para ser presidente, que no es novedad, en un problema de salud pública.

Mientras escribo, jueves 26 de marzo por la mañana, ya hay 2.989 casos confirmados de coronavirus en Brasil, 194 pacientes en UTI, 205 en hospitales y 77 fallecidos, de los cuales 20 murieron en las últimas 24 horas. No se sabe cuántas personas se han contagiado realmente, porque se hacen pocos tests, pero, según datos de la prestigiosa fundación Fiocruz, en la semana del 15 al 21 de marzo hubo 2.250 ingresos por enfermedad respiratoria aguda, con síntomas como fiebre, tos, dolor de garganta y dificultad para respirar. Sin embargo, el presidente sigue negando el problema.

viernes, 27 de marzo de 2020

El Evento 201: del simulacro a la pandemia real



El 18 de octubre de 2019 se llevó a cabo un simulacro de pandemia en Nueva York, con el nombre clave de Evento 201. La reunión fue convocada por tres organizaciones neomalthusianas: la Universidad Johns Hopkins —a través del Centro para la Seguridad de la Salud, vinculado a los multimillonarios Bloomberg y Soros—, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, y patrocinada por la CIA y el FMI. Ese mismo día comenzaron en Wuhan los Military World Games, el evento deportivo-militar más grande que se haya celebrado en China, con participación de casi 10 mil atletas-militares de más de 100 países.

Respecto al "Evento 201", la Universidad Johns Hopkins dijo que sirvió para ilustrar las áreas «en las que serán necesarias alianzas público/privadas durante la respuesta a una pandemia severa para disminuir las consecuencias económicas y sociales a gran escala». Llama la atención que el principal interés del Evento 201 fuera el de proyectar las «necesarias alianzas público/privadas» para “disminuir las consecuencias económicas y sociales a gran escala». Primero el dinero, después lo demás.

Los organizadores del Evento 201 trataron de encubrir sus intereses económicos y financieros con una declaración aparentemente científica:
En los últimos años, el mundo ha visto un número creciente de eventos epidémicos, que asciende a aproximadamente 200 eventos anualmente. Estos eventos están aumentando y son perjudiciales para la salud, las economías y la sociedad. La gestión de estos eventos ya agota la capacidad global, incluso en ausencia de una pandemia de amenaza. Los expertos coinciden en que es solo cuestión de tiempo que una de estas epidemias se vuelva global, una pandemia con consecuencias potencialmente catastróficas. Una pandemia severa, que se convierte en el “Evento 201”, requeriría una cooperación confiable entre varias industrias, gobiernos nacionales e instituciones internacionales clave.
Un mes después del Evento 201 y del comienzo de los Military World Games, las autoridades chinas dieron a conocer al mundo que se había detectado un nuevo tipo de coronavirus: el Covid-19, variante de otra cepa mortal, la del SARS.

Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia


Vicenç Navarro, Público

Hace unos días hubo una reunión telemática de varios expertos, miembros de la International Association of Health Policy, procedentes de varios países y continentes para analizar la respuesta de los países en diferentes continentes a la pandemia actual de coronavirus. Eran profesionales procedentes de varias disciplinas, desde epidemiólogos y otros expertos en salud pública a economistas, politólogos y profesionales de otras ciencias sociales. La reunión, organizada por la revista International Journal of Health Services, tenía como propósito compartir información y conocimientos con un objetivo común: ayudar a las organizaciones internacionales y nacionales a resolver la enorme crisis social creada por la pandemia. De la reunión se extrajeron varias conclusiones que detallo a continuación.

La expansión de la pandemia era predecible y así se había alertado


En primer lugar, se repasaron varios estudios realizados durante los últimos años (el último en 2018) que habían predicho que tal pandemia ocurriría, habiéndose alertado que el mundo no estaba preparado para ello a no ser que se tomaran medidas urgentes para paliar sus efectos negativos. Tales alertas no solo no se atendieron e ignoraron, sino que muchos Estados a los dos lados del Atlántico Norte aplicaron políticas públicas que han deteriorado la infraestructura de servicios (a base de recortes de gasto público y privatizaciones), así como otras políticas públicas desreguladoras de mercados laborales que han disminuido la protección social de amplios sectores de la población, afectando primordialmente a las clases populares de tales países. La evidencia científica, ampliamente publicada en revistas académicas, ha puesto de manifiesto el enorme impacto negativo que tales políticas han tenido en la disponibilidad y calidad de los servicios sanitarios y sociales (con notables reducciones del número de camas hospitalarias y del número de médicos -por ejemplo, en Italia y España desde 2008-).

jueves, 26 de marzo de 2020

La urgente necesidad de invertir en salud pública universal

A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la pandemia golpee mucho más fuerte a los países en desarrollo.


Isabel Ortiz y Thomas Stubbs, IPS Noticias

A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la pandemia del covid-19 va a golpear mucho más fuerte a los países en desarrollo.

Décadas de recortes de austeridad promovidos por las instituciones financieras internacionales (IFIs) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, han debilitado a los sistemas de salud pública, impidiendo la capacidad de los gobiernos para responder a la pandemia.

El FMI prometió un billón de dólares y el Banco Mundial otros 12.000 millones de dólares en fondos inmediatos para ayudar a los países a amortiguar el impacto de covid-19. Sin embargo, estas organizaciones están implicadas en décadas de brutal austeridad y privatizaciones que dañaron los sistemas de salud pública en primer lugar. Y es en los países con sistemas públicos de salud frágiles donde las epidemias se propagan más rápido, como sucedió durante el brote de ébola en 2014 en África occidental.

Desde la década de 1980, la mayoría de los gobiernos han implementado recortes presupuestarios y comercializado sus servicios de salud, asesorados por las IFIs durante misiones regulares de vigilancia o como parte de sus programas.

EEUU pronto superará a Italia y China en casos de coronavirus


Benjamin Mateus, wsws

Casi 10.700 estadounidenses dieron positivo al coronavirus este miércoles, el mayor incremento en la pandemia global, y fallecieron más de 200 personas, el peor día en bajas masivas en EEUU desde los atentados de 11 de septiembre. Las cifras de Estados Unidos son alarmantes, con un récord de 10.671 casos nuevos en un solo día. De los 64.327 casos, el estado de Nueva York tiene más del 50%.

En una declaración reveladora hecha en Twitter, Tom Bossert, exasesor de seguridad nacional del presidente Trump, escribió: “Lamentablemente, los números ahora sugieren que Estados Unidos está listo para tomar la delantera en el número de casos de coronavirus. Es razonable planificar que EEUU encabezará la lista de países con más casos en aproximadamente una semana".

Bossert criticó la respuesta inepta del Gobierno a la pandemia en "This Week" de ABC, afirmando que Estados Unidos necesitaba una mayor capacidad de pruebas antes para evitar que todo el país se cerrara. Advirtió que el sistema de salud en la ciudad de Nueva York pronto se verá abrumado.

Esta evaluación fue corroborada por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien indicó que si no se pusieran más ventiladores a disposición de los 11 hospitales públicos de la ciudad, la tasa de mortalidad comenzaría a subir. “Podemos superar esta semana con el equipo y los suministros que tenemos. Esa es la realidad contundente. Llegaremos a un punto en el que no se puedan salvar personas que podrían haberse salvado".

China, una derrota convertida en victoria


Umberto Mazzei, Alainet

Wuhan, es la capital de la provincia de Hubei en el centro de China, es el nodo más importante de transporte en la industria China. Por lo tanto, un lugar estratégico importante en la correa de producción de China. La ciudad misma, cuyo símbolo es la flor del ciruelo, una flor que simboliza la Primavera en China. Wuhan es la ciudad más importante del Centro de China. Con 11 millones de habitantes es el más importante centro educacional, industrial y financiero de la región central. Todo ello la señala como el peor lugar en China para que surgiese una epidemia mortal y muy contagiosa. El lugar donde causaría el mayor daño social, económico local y desde donde se propague más rápidamente al resto del país.

Como ya se ha dicho, hace unos meses estuvieron acantonadas allí unas tropas de los Estados Unidos que fueron a participar en unos juegos militares internacionales. Los Military World Games comenzaron en Wuhan el 18 de octubre de 2019

Todo el tema de donde y cuando se origina la pandemia del Coronavirus en China (COVID-19) presenta una serie de desafortunadas coincidencias. La epidemia comienza justo cuando comienzan las festividades del Año Nuevo en el calendario lunar chino, Esa es la mayor y más importante festividad familiar de China; cuando todo el mundo viaja a su terruño provincial para reunirse con su familia y sus amigos. Parece que el Diablo hizo bien su tarea; escogió el lugar y fue un timing perfecto.

miércoles, 25 de marzo de 2020

La política anticapitalista en la época del COVID-19


David Harvey, Observatorio de la crisis

Cuando trato de interpretar, entender y analizar el flujo diario de las noticias, tiendo a ubicar lo que está sucediendo en el contexto de dos maneras un tanto distintas (y cruzadas) que aspiran a explicar como funciona el capitalismo.

El primer nivel es un mapeo de las contradicciones internas de la circulación y acumulación del capital como flujos de valor monetario en busca de ganancias a través de los diferentes «momentos» (como los llama Marx) de producción, realización (consumo), distribución y reinversión. Este modelo de la economía capitalista como una espiral de expansión y crecimiento sin fin, se complica bastante a medida que se elabora a través de, por ejemplo, los lentes de las rivalidades geopolíticas, desarrollos geográficos desiguales, instituciones financieras, políticas estatales, reconfiguraciones tecnológicas y un red siempre cambiante de las divisiones del trabajo y de las relaciones sociales.

Sin embargo, también creo que este modelo debe inscribirse en un contexto más amplio de reproducción social (en los hogares y las comunidades), en una relación metabólica permanente y en constante evolución con la naturaleza (incluida la «segunda naturaleza» de la urbanización y el entorno construido) y todo tipo de formaciones culturales, científicas (basadas en el conocimiento), religiosas y sociales contingentes, que las poblaciones humanas suelen crear a través del espacio y el tiempo.

Estos últimos «momentos» incorporan la expresión activa de los deseos, necesidades y anhelos humanos, el ansia de conocimiento y significado y la búsqueda evolutiva de la satisfacción en un contexto de arreglos institucionales cambiantes, disputas políticas, enfrentamientos ideológicos, pérdidas, derrotas, frustraciones y alienaciones, todo ello en un mundo de marcada diversidad geográfica, cultural, social y política.

¿Ya nada será igual en América Latina después del COVID-19?


Aram Aharonian, Rebelión

No sabemos aún cuál será el desenlace de la pandemia del COVID-19, ni sabemos qué nuevas turbulencias sociales, financieras, políticas, económicas y militares podrá desatar pero, a la vez, divisamos también signos de una transformación en ciernes.

No todo será como era: hay que repensar el mundo que viene y reconsiderar las prioridades de su agenda. En una región hoy llena de temerosos con tapabocas, queda en claro que la prioridad no es el pago de la deuda externa, sino los problemas de salud pública.

El mundo, nuestra América Latina, ya no serás igual. Quizá sea demasiado optimista, pero en medio del temor, la desinformación y la manipulación abierta por grupos cavernarios, las sociedades van reaccionando pasado el primer impacto, y a las muestras de psicosis y paranoia que condujeron a compras de pánico, la solidaridad surge como el aliciente para garantizar la sobrevivencia humana.

Desde ya deberíamos de abandonar la idea de volver a «la normalidad», a «lo de antes», porque lo de antes ya no existe. Hemos descubierto que ante una crisis real lo que funciona es lo público, pese a que lo público fue y es denostados día sí y día porque la maquinaria de (des)información. De golpe aprendimos que un servicio no es un negocio sometido a «las reglas del mercado», verso que solo sirve para que se aplique la ley de la selva.

Estamos inaugurando la época de los imprevistos permanentes: ayer un temporal, hoy el coronavirus, y mañana -¡ay mañana!- seguramente la crisis económica. Y luego la de la escasez de recursos. Se esfuma la planificación como se hizo durante toda la historia humana, pues esta época (el Holoceno) ya está dejando paso a la siguiente, el Antropoceno, la del caos y la impredecibilidad.

Yuval Noah Harari: El mundo después del Coronavirus

El historiador israelí Yuval Noah Harari, acaba de publicar en Financial Times una exhortación a los gobiernos más poderosos del planeta, destinada a sacudir su miopía y mezquindad: "no son tiempos para pensar en términos de nacionalismo ni ventajas sanitarias monopólicas, sino de actuar más globalmente que nunca. Esta tormenta pasará, pero las decisiones que tomemos ahora, pueden cambiar nuestras vidas para siempre".


Yuval Noah Harari

La humanidad ahora se enfrenta a una crisis global. Quizás la mayor crisis de nuestra generación. Las decisiones que tienen las personas y los gobiernos en las próximas semanas probablemente darán forma al mundo en los próximos años. Darán forma no solo a nuestros sistemas de salud, sino también a nuestra economía, política y cultura. Debemos actuar rápida y decisivamente. También debemos tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Al elegir entre alternativas, debemos preguntarnos no solo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué tipo de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta. Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros aún viviremos, pero habitaremos en un mundo diferente.

Muchas medidas de emergencia a corto plazo se convertirán en un elemento vital. Esa es la naturaleza de las emergencias. Avanzan rápidamente los procesos históricos. Las decisiones que en tiempos normales pueden llevar a cabo años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Se ponen en servicio tecnologías inmaduras e incluso peligrosas, porque los riesgos de no hacer nada son mayores. Países enteros sirven como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala. ¿Qué sucede cuando todos trabajan desde casa y se comunican solo a distancia? ¿Qué sucede cuando las escuelas y universidades se conectan? En tiempos normales, los gobiernos, las empresas y las juntas educativas nunca aceptarían realizar ciertos experimentos. Pero estos no son tiempos normales.

En este momento de crisis, enfrentamos dos opciones específicas importantes. La primera es entre la vigilancia totalitaria y el empoderamiento ciudadano. La segunda es entre el aislamiento nacionalista y la solidaridad global.

Alejandro Nadal, gigante de la conservación global


Luis Hernández Navarro, La Jornada

El 13 de abril de 2012, el rey de España Juan Carlos de Borbón, tropezó en Botsuana, se rompió la cadera y se abolló la corona. El traspié inició el declive político que culminaría con su abdicación al trono. El monarca se encontraba en ese país africano acompañado de su amante en un safari para cazar elefantes.

Matar elefantes no es un delito en varios países africanos. Cada año son ultimados en el continente 35 mil paquidermos, en promedio uno cada 15 minutos. Esta cifra, a la que hay que agregar la mortalidad natural, rebasa ya la tasa de natalidad de los elefantes, que se encuentran en peligro de ­extinción.

Esos paquidermos –explicaba Alejandro Nadal Egea, fallecido el pasado 16 de marzo– no son cazados, en realidad son asesinados. Son animales que viven en sociedad, muy inteligentes, con una forma de vida ejemplar, excepcional en el reino animal, de los que debemos aprender. Sufren por sus muertos, tienen una historia. Una matriarca –por ejemplo– puede recordar el ojo de agua al que condujo a su familia hace 30 años.

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