viernes, 27 de marzo de 2020

Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia


Vicenç Navarro, Público

Hace unos días hubo una reunión telemática de varios expertos, miembros de la International Association of Health Policy, procedentes de varios países y continentes para analizar la respuesta de los países en diferentes continentes a la pandemia actual de coronavirus. Eran profesionales procedentes de varias disciplinas, desde epidemiólogos y otros expertos en salud pública a economistas, politólogos y profesionales de otras ciencias sociales. La reunión, organizada por la revista International Journal of Health Services, tenía como propósito compartir información y conocimientos con un objetivo común: ayudar a las organizaciones internacionales y nacionales a resolver la enorme crisis social creada por la pandemia. De la reunión se extrajeron varias conclusiones que detallo a continuación.

La expansión de la pandemia era predecible y así se había alertado


En primer lugar, se repasaron varios estudios realizados durante los últimos años (el último en 2018) que habían predicho que tal pandemia ocurriría, habiéndose alertado que el mundo no estaba preparado para ello a no ser que se tomaran medidas urgentes para paliar sus efectos negativos. Tales alertas no solo no se atendieron e ignoraron, sino que muchos Estados a los dos lados del Atlántico Norte aplicaron políticas públicas que han deteriorado la infraestructura de servicios (a base de recortes de gasto público y privatizaciones), así como otras políticas públicas desreguladoras de mercados laborales que han disminuido la protección social de amplios sectores de la población, afectando primordialmente a las clases populares de tales países. La evidencia científica, ampliamente publicada en revistas académicas, ha puesto de manifiesto el enorme impacto negativo que tales políticas han tenido en la disponibilidad y calidad de los servicios sanitarios y sociales (con notables reducciones del número de camas hospitalarias y del número de médicos -por ejemplo, en Italia y España desde 2008-).

jueves, 26 de marzo de 2020

La urgente necesidad de invertir en salud pública universal

A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la pandemia golpee mucho más fuerte a los países en desarrollo.


Isabel Ortiz y Thomas Stubbs, IPS Noticias

A medida que los sistemas de salud de Asia del Este, Europa y América están desbordados intentando contener la crisis del coronavirus, se espera que la pandemia del covid-19 va a golpear mucho más fuerte a los países en desarrollo.

Décadas de recortes de austeridad promovidos por las instituciones financieras internacionales (IFIs) como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y los bancos regionales de desarrollo, han debilitado a los sistemas de salud pública, impidiendo la capacidad de los gobiernos para responder a la pandemia.

El FMI prometió un billón de dólares y el Banco Mundial otros 12.000 millones de dólares en fondos inmediatos para ayudar a los países a amortiguar el impacto de covid-19. Sin embargo, estas organizaciones están implicadas en décadas de brutal austeridad y privatizaciones que dañaron los sistemas de salud pública en primer lugar. Y es en los países con sistemas públicos de salud frágiles donde las epidemias se propagan más rápido, como sucedió durante el brote de ébola en 2014 en África occidental.

Desde la década de 1980, la mayoría de los gobiernos han implementado recortes presupuestarios y comercializado sus servicios de salud, asesorados por las IFIs durante misiones regulares de vigilancia o como parte de sus programas.

EEUU pronto superará a Italia y China en casos de coronavirus


Benjamin Mateus, wsws

Casi 10.700 estadounidenses dieron positivo al coronavirus este miércoles, el mayor incremento en la pandemia global, y fallecieron más de 200 personas, el peor día en bajas masivas en EEUU desde los atentados de 11 de septiembre. Las cifras de Estados Unidos son alarmantes, con un récord de 10.671 casos nuevos en un solo día. De los 64.327 casos, el estado de Nueva York tiene más del 50%.

En una declaración reveladora hecha en Twitter, Tom Bossert, exasesor de seguridad nacional del presidente Trump, escribió: “Lamentablemente, los números ahora sugieren que Estados Unidos está listo para tomar la delantera en el número de casos de coronavirus. Es razonable planificar que EEUU encabezará la lista de países con más casos en aproximadamente una semana".

Bossert criticó la respuesta inepta del Gobierno a la pandemia en "This Week" de ABC, afirmando que Estados Unidos necesitaba una mayor capacidad de pruebas antes para evitar que todo el país se cerrara. Advirtió que el sistema de salud en la ciudad de Nueva York pronto se verá abrumado.

Esta evaluación fue corroborada por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien indicó que si no se pusieran más ventiladores a disposición de los 11 hospitales públicos de la ciudad, la tasa de mortalidad comenzaría a subir. “Podemos superar esta semana con el equipo y los suministros que tenemos. Esa es la realidad contundente. Llegaremos a un punto en el que no se puedan salvar personas que podrían haberse salvado".

China, una derrota convertida en victoria


Umberto Mazzei, Alainet

Wuhan, es la capital de la provincia de Hubei en el centro de China, es el nodo más importante de transporte en la industria China. Por lo tanto, un lugar estratégico importante en la correa de producción de China. La ciudad misma, cuyo símbolo es la flor del ciruelo, una flor que simboliza la Primavera en China. Wuhan es la ciudad más importante del Centro de China. Con 11 millones de habitantes es el más importante centro educacional, industrial y financiero de la región central. Todo ello la señala como el peor lugar en China para que surgiese una epidemia mortal y muy contagiosa. El lugar donde causaría el mayor daño social, económico local y desde donde se propague más rápidamente al resto del país.

Como ya se ha dicho, hace unos meses estuvieron acantonadas allí unas tropas de los Estados Unidos que fueron a participar en unos juegos militares internacionales. Los Military World Games comenzaron en Wuhan el 18 de octubre de 2019

Todo el tema de donde y cuando se origina la pandemia del Coronavirus en China (COVID-19) presenta una serie de desafortunadas coincidencias. La epidemia comienza justo cuando comienzan las festividades del Año Nuevo en el calendario lunar chino, Esa es la mayor y más importante festividad familiar de China; cuando todo el mundo viaja a su terruño provincial para reunirse con su familia y sus amigos. Parece que el Diablo hizo bien su tarea; escogió el lugar y fue un timing perfecto.

miércoles, 25 de marzo de 2020

La política anticapitalista en la época del COVID-19


David Harvey, Observatorio de la crisis

Cuando trato de interpretar, entender y analizar el flujo diario de las noticias, tiendo a ubicar lo que está sucediendo en el contexto de dos maneras un tanto distintas (y cruzadas) que aspiran a explicar como funciona el capitalismo.

El primer nivel es un mapeo de las contradicciones internas de la circulación y acumulación del capital como flujos de valor monetario en busca de ganancias a través de los diferentes «momentos» (como los llama Marx) de producción, realización (consumo), distribución y reinversión. Este modelo de la economía capitalista como una espiral de expansión y crecimiento sin fin, se complica bastante a medida que se elabora a través de, por ejemplo, los lentes de las rivalidades geopolíticas, desarrollos geográficos desiguales, instituciones financieras, políticas estatales, reconfiguraciones tecnológicas y un red siempre cambiante de las divisiones del trabajo y de las relaciones sociales.

Sin embargo, también creo que este modelo debe inscribirse en un contexto más amplio de reproducción social (en los hogares y las comunidades), en una relación metabólica permanente y en constante evolución con la naturaleza (incluida la «segunda naturaleza» de la urbanización y el entorno construido) y todo tipo de formaciones culturales, científicas (basadas en el conocimiento), religiosas y sociales contingentes, que las poblaciones humanas suelen crear a través del espacio y el tiempo.

Estos últimos «momentos» incorporan la expresión activa de los deseos, necesidades y anhelos humanos, el ansia de conocimiento y significado y la búsqueda evolutiva de la satisfacción en un contexto de arreglos institucionales cambiantes, disputas políticas, enfrentamientos ideológicos, pérdidas, derrotas, frustraciones y alienaciones, todo ello en un mundo de marcada diversidad geográfica, cultural, social y política.

¿Ya nada será igual en América Latina después del COVID-19?


Aram Aharonian, Rebelión

No sabemos aún cuál será el desenlace de la pandemia del COVID-19, ni sabemos qué nuevas turbulencias sociales, financieras, políticas, económicas y militares podrá desatar pero, a la vez, divisamos también signos de una transformación en ciernes.

No todo será como era: hay que repensar el mundo que viene y reconsiderar las prioridades de su agenda. En una región hoy llena de temerosos con tapabocas, queda en claro que la prioridad no es el pago de la deuda externa, sino los problemas de salud pública.

El mundo, nuestra América Latina, ya no serás igual. Quizá sea demasiado optimista, pero en medio del temor, la desinformación y la manipulación abierta por grupos cavernarios, las sociedades van reaccionando pasado el primer impacto, y a las muestras de psicosis y paranoia que condujeron a compras de pánico, la solidaridad surge como el aliciente para garantizar la sobrevivencia humana.

Desde ya deberíamos de abandonar la idea de volver a «la normalidad», a «lo de antes», porque lo de antes ya no existe. Hemos descubierto que ante una crisis real lo que funciona es lo público, pese a que lo público fue y es denostados día sí y día porque la maquinaria de (des)información. De golpe aprendimos que un servicio no es un negocio sometido a «las reglas del mercado», verso que solo sirve para que se aplique la ley de la selva.

Estamos inaugurando la época de los imprevistos permanentes: ayer un temporal, hoy el coronavirus, y mañana -¡ay mañana!- seguramente la crisis económica. Y luego la de la escasez de recursos. Se esfuma la planificación como se hizo durante toda la historia humana, pues esta época (el Holoceno) ya está dejando paso a la siguiente, el Antropoceno, la del caos y la impredecibilidad.

Yuval Noah Harari: El mundo después del Coronavirus

El historiador israelí Yuval Noah Harari, acaba de publicar en Financial Times una exhortación a los gobiernos más poderosos del planeta, destinada a sacudir su miopía y mezquindad: "no son tiempos para pensar en términos de nacionalismo ni ventajas sanitarias monopólicas, sino de actuar más globalmente que nunca. Esta tormenta pasará, pero las decisiones que tomemos ahora, pueden cambiar nuestras vidas para siempre".


Yuval Noah Harari

La humanidad ahora se enfrenta a una crisis global. Quizás la mayor crisis de nuestra generación. Las decisiones que tienen las personas y los gobiernos en las próximas semanas probablemente darán forma al mundo en los próximos años. Darán forma no solo a nuestros sistemas de salud, sino también a nuestra economía, política y cultura. Debemos actuar rápida y decisivamente. También debemos tener en cuenta las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Al elegir entre alternativas, debemos preguntarnos no solo cómo superar la amenaza inmediata, sino también qué tipo de mundo habitaremos una vez que pase la tormenta. Sí, la tormenta pasará, la humanidad sobrevivirá, la mayoría de nosotros aún viviremos, pero habitaremos en un mundo diferente.

Muchas medidas de emergencia a corto plazo se convertirán en un elemento vital. Esa es la naturaleza de las emergencias. Avanzan rápidamente los procesos históricos. Las decisiones que en tiempos normales pueden llevar a cabo años de deliberación se aprueban en cuestión de horas. Se ponen en servicio tecnologías inmaduras e incluso peligrosas, porque los riesgos de no hacer nada son mayores. Países enteros sirven como conejillos de indias en experimentos sociales a gran escala. ¿Qué sucede cuando todos trabajan desde casa y se comunican solo a distancia? ¿Qué sucede cuando las escuelas y universidades se conectan? En tiempos normales, los gobiernos, las empresas y las juntas educativas nunca aceptarían realizar ciertos experimentos. Pero estos no son tiempos normales.

En este momento de crisis, enfrentamos dos opciones específicas importantes. La primera es entre la vigilancia totalitaria y el empoderamiento ciudadano. La segunda es entre el aislamiento nacionalista y la solidaridad global.

Alejandro Nadal, gigante de la conservación global


Luis Hernández Navarro, La Jornada

El 13 de abril de 2012, el rey de España Juan Carlos de Borbón, tropezó en Botsuana, se rompió la cadera y se abolló la corona. El traspié inició el declive político que culminaría con su abdicación al trono. El monarca se encontraba en ese país africano acompañado de su amante en un safari para cazar elefantes.

Matar elefantes no es un delito en varios países africanos. Cada año son ultimados en el continente 35 mil paquidermos, en promedio uno cada 15 minutos. Esta cifra, a la que hay que agregar la mortalidad natural, rebasa ya la tasa de natalidad de los elefantes, que se encuentran en peligro de ­extinción.

Esos paquidermos –explicaba Alejandro Nadal Egea, fallecido el pasado 16 de marzo– no son cazados, en realidad son asesinados. Son animales que viven en sociedad, muy inteligentes, con una forma de vida ejemplar, excepcional en el reino animal, de los que debemos aprender. Sufren por sus muertos, tienen una historia. Una matriarca –por ejemplo– puede recordar el ojo de agua al que condujo a su familia hace 30 años.

martes, 24 de marzo de 2020

¿Es peor esta crisis que la de 2008?

Si la última crisis económica global fue un ataque al corazón, esta podría hacer que todo el cuerpo enfermase gravemente


Adam Tooze, ctxt

En mayo de 2018, el presidente Donald Trump reestructuró y redujo la unidad de preparación ante pandemias. Por supuesto, visto en retrospectiva parece una mala decisión. Sin embargo, no era el primer presidente en hacerlo. La unidad de seguridad sanitaria global del Consejo de Seguridad Nacional (o NSC) de Estados Unidos se fundó con Bill Clinton en 1998. Posteriormente, George W. Bush primero y Barack Obama después eliminaron esta unidad, que fue restablecida en poco tiempo. El hecho es que las administraciones públicas nunca han sabido cómo lidiar con riesgos biomédicos de baja probabilidad y graves consecuencias, como son las pandemias; pues se sientan torpemente en los búnkeres habituales del gobierno moderno y de los modelos de evaluación de riesgos.

Si esto es cierto para el NSC, lo es más aún para los encargados de la política económica. Entre los riesgos discutidos en los círculos de política económica, nunca se ha considerado seriamente un cerrojo de las economías nacionales debido a una emergencia de salud pública. Por supuesto, se ha hablado de “contagio” en las crisis financieras, pero se hablaba de manera metafórica, y no literalmente.

En 2008 vimos cómo la incertidumbre financiera que se extendía debido a la recesión del sector inmobiliario (a modo de “subprime” para financiar los mercados, y de ahí para equilibrar los balances de los principales bancos) amenazaba con provocar un infarto a la economía. Fue este shock financiero masivo, sumado a los daños sufridos por los hogares debido a la crisis inmobiliaria, lo que provocó que la actividad económica se contrajese. En su peor momento, durante el invierno de 2008-2009, se perdieron 750.000 puestos de trabajo al mes: un total de 8,7 millones a lo largo de toda la recesión. Enormes compañías industriales, como GM y Chrysler, trastabillaron al borde de la bancarrota. Para la economía mundial, esto desató la desaceleración más grande nunca vista en el comercio internacional. Gracias a la intervención masiva en la política monetaria y fiscal, en Estados Unidos se consiguió que no llegase a ser una recesión prolongada y profunda. Después de una pérdida del 4,2% del producto interior bruto, la recuperación comenzó en la segunda mitad del 2009. El desempleo alcanzó su cota máxima, 10%, en octubre de 2009.

Putin felicita a China por su respuesta al coronavirus mientras Foreing Affars se preocupa por EEUU


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El Covid-19 no trastoca el nuevo desorden global tripolar (https://bit.ly/2U6Fq4h); sólo lo profundiza. Breitbart, íntimo de Trump, expone que en una llamada a Xi Jinping, Putin alaba la respuesta de China al coronavirus (https://bit.ly/33DxVoQ). La agencia TASS elogia el éxito del gobierno y pueblo chinos para contrarrestar la difusión de la pandemia (https://bit.ly/3dm2xiL). Vladimir Putin apreció la contribución de China para salvaguardar la salud y seguridad de los pueblos en el mundo (https://bit.ly/33A59oM).

EEUU y China se culpan del origen del Covid-19 (https://bit.ly/3djyY1k), mientras la comunicación pública de Vladimir Putin y el mandarín Xi demuestra que Rusia adopta la postura de Pekín (https://bit.ly/2WzHyDs). China salió beneficiada, en medio de la grave pandemia, por la brutal caída del petróleo que afectó en forma severa a la industria del petróleo/gas lutita (shale oil/gas) de EEUU (https://bit.ly/2QCWMDT).

lunes, 23 de marzo de 2020

China en un bloqueo híbrido con EEUU por coronavirus

Las consecuencias del brote de Covid-19 ponen a Beijing y Washington en curso de colisión


Pepe Escobar, Asia Times

Entre los innumerables efectos geopolíticos y tectónicos del coronavirus, que son impresionantes, uno ya es claramente evidente. China se ha reposicionado. Por primera vez desde que las reformas de Deng Xiaoping comenzaron en 1978, Beijing considera abiertamente a los EEUU como una amenaza; lo declaró el ministro de relaciones exteriores Wang Yi hace un mes en la Conferencia de Seguridad de Múnich en el pico de la lucha contra el coronavirus.

Pekín está dando forma, paso a paso, con gran cuidado, a la narración según la cual, desde los primeros casos de pacientes infectados con coronavirus, los dirigentes ya sabían que se estaba bajo una guerra híbrida. La terminología utilizada por el presidente chino es elocuente. Xi dijo abiertamente que era una guerra. Y que era necesario iniciar una "guerra popular" como contraataque. Y describió el virus como "un diablo".

Política anticapitalista en tiempos de COVID-19


David Harvey, Sin Permiso

Cuando trato de interpretar, comprender y analizar el diario flujo de noticias, tiendo a ubicar lo que está pasando con el trasfondo de dos modelos de cómo funciona el capitalismo que son distintivos pero se entrecruzan. El primer plano estriba en la cartografía de las contradicciones internas de la circulación y acumulación del capital como flujos del valor del dinero en busca de beneficio a través de los diferentes “momentos” (como los denomina Marx) de la producción, realización (consumo), distribución y reinversion. Se trata de un modelo de la economía capitalista como una espiral de infinita expansión y crecimiento. Se vuelve bastante complicado a medida que se va elaborando a través, por ejemplo, de las lentes de rivalidades geopolíticas, desiguales desarrollos geográficos, instituciones financieras, políticas de Estado y reconfiguraciones tecnológicas, y de la madeja siempre cambiante de las divisiones del trabajo y de las relaciones sociales.

Concibo este modelo, no obstante, como algo encastrado en un contexto más amplio de reproducción social (en hogares y comunidades), en una relación metabólica en curso y siempre en evolución con la naturaleza (incluida la “segunda naturaleza” de la urbanización y el medio construido) y toda suerte de formaciones culturales, científicas (basadas en el conocimiento), religiosas y sociales contingents que crean las poblaciones humanas de manera característica a lo largo del espacio y el tiempo. Estos “momentos” incorporan la expresión activa de aspiraciones, necesidades y deseos, el ansia de conocimiento y sentido y la busqueda en evolución de satisfacción contra un trasfomdo de cambiantes disposiciones institucionales, contestaciones políticas, enfrentamientos ideológicos, pérdidas, muertes, derrotas, frustraciones y alienaciones, todo resuelto en un mundo de una marcada diversidad geográfica, cultural, social y política. Este segundo modelo constituye, como si dijéramos, mi comprensión operativa del capitalismo global como mformación social distintiva, mientras que la priera se refiere a las contradicciones dentro del motor económico que mueve a esta formación social por ciertas sendas de su evolución histórica y geografica.

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