martes, 17 de marzo de 2020

Francia asume los créditos y suspende el pago de alquileres, impuestos, agua, gas y luz

Macron anuncia un plan de 300.000 millones para evitar la quiebra de empresas



Eusebio Val, La Vanguardia

Emmanuel Macron ha anunciado esta noche medidas de choque inéditas, propias de tiempos de guerra, para mitigar el impacto de la epidemia de Covid-19 en la economía nacional y en la vida de los ciudadanos.

En una alocución televisada, el presidente francés explicó que se dedicarán 300.000 millones de euros a salvar las empresas. Ninguna de ellas debe quebrar debido al coronavirus. El Estado asumirá el pago de los créditos bancarios contraídos. También se suspenderá el pago de impuestos y cotizaciones sociales, de las facturas de agua, luz y gas,así como los alquileres. No quedó claro si esto último se aplicará a las empresas o a toda la población, pero Macron insistió en que “ningún francés quedará sin recursos”.

El Gobierno deberá concretar este espectacular paquete de emergencia, cuya aplicación no va a ser fácil con una Administración que funciona a medio gas y, en gran parte, de modo telemático. Está por ver si los buenos deseos podrán ser aplicados a nivel práctico.

lunes, 16 de marzo de 2020

Coronavirus: un detonador de la crisis potenciado por el lucro


Claudio Katz, Rebelion

La crisis económica mundial se profundiza a un ritmo tan vertiginoso como la pandemia. Ya quedó atrás la reducción de la tasa de crecimiento y el brusco freno del aparato productivo chino. Ahora se derrumbó el precio del petróleo, se desplomaron las Bolsas y se instaló el pánico en el mundo financiero.

Muchos sugieren que el desempeño aceptable de la economía fue abruptamente alterado por el coronavirus. También estiman que la pandemia puede provocar el reinicio de un colapso semejante al 2008. Pero en esa oportunidad fue inmediatamente visible la culpabilidad de los banqueros, la codicia de los especuladores y los efectos de la desregulación neoliberal. Ahora sólo se discute el origen y las consecuencias de un virus, como si economía fuera otro paciente afectado por el terremoto sanitario.

En realidad, el coronavirus detonó las fuertes tensiones previas de los mercados y los enormes desequilibrios que acumula el capitalismo contemporáneo. Acentuó una desaceleración de la economía que ya había debilitado a Europa y jaqueaba a Estados Unidos.

El divorcio entre esa retracción y la continuada euforia de las Bolsas anticipaba el estallido de la típica burbuja, que periódicamente infla y pincha Wall Street. El coronavirus ha precipitado ese desplome, que no obedece a ninguna convalecencia imprevista. Sólo repite la conocida patología de la financiarización.

Europa cierra fronteras para contener el avance del coronavirus



Mientras Italia mantiene el confinamiento y España declara el estado de alarma e interviene la salud privada para enfrentar la pandemia. Alemania cierra escuelas, y también las fronteras con Francia, Austria, Suiza, Luxemburgo y Dinamarca.

El Gobierno alemán confirmó este domingo el cierre de fronteras con la reintroducción de controles a partir de mañana con Francia, Austria, Suiza, Luxemburgo y Dinamarca por el coronavirus. La medida, que entrará en vigor a partir de las 08.00 horas de este lunes, fue consensuada con la canciller, Angela Merkel; el vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz; y los jefes de Gobierno de los estados federados afectados –Baviera, Baden-Württenberg, Renania-Palatinado, Sarre y Schleswig-Holstein, declaró el ministro del Interior, Horst Seehofer, en rueda de prensa. Las restricciones incluirán mayores controles en la frontera y la posibilidad de denegar la entrada en Alemania. No se verán afectados por esta medida el tráfico de mercancías y las personas que viven y trabajan a caballo entre dos países.

domingo, 15 de marzo de 2020

Coronavirus COVID-19: Cronología y análisis


Michel Chossudovsky, Global Research

El 30 de enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró una emergencia de salud pública de preocupación internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés) por el nuevo coronavirus de China (2019-nCoV) clasificado como neumonía viral. El brote del virus se centró en Wuhan, una ciudad al este de China con una población de más de 11 millones.

Una semana de la decisión del 30 de enero, el Comité de Emergencia de la OMS “expresó opiniones divergentes”. Había divisiones al interior del Comité. El 30 de enero, se tomó una decisión de gran alcance sin el respaldo de expertos en un momento en que el brote de coronavirus estaba limitado a China continental.

Había 150 casos confirmados fuera de China cuando se tomó la decisión: 6 en Estados Unidos, 3 en Canadá, 2 en el Reino Unido, etc.

150 casos confirmados de una población total de 6,400 millones (población mundial de 7,800 millones menos los 1,400 millones de chinos).

La OMS no actuó para tranquilizar e informar a la opinión pública mundial. Todo lo contrario: lanzó una “pandemia de miedo” en lugar de una emergencia de salud pública de interés internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés).

China acusa a EEUU de haber plantado el Covid-19 en Wuhan


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Con las pandemias, como en las guerras, la primera víctima es la verdad: se entra a un diagrama dual de verdades y mentiras inverosímiles y de verdades y mentiras verosímiles, donde la percepción de la población es más importante que la realidad. Aquí cuenta mucho la velocidad y la calidad de la comunicación, como aprendió el Centro para el Control de las Enfermedades de EEUU (CDC, por sus siglas en inglés), tras haber sufrido el desastre de su desinformación y su pésima comunicación con el H1N1 (https://bit.ly/38X8bEY).

En EEUU fue notorio el choque entre Trump y el connotado infectólogo Tony Fauci. Debido a su origen y peculiar propagación del Covid-19, la expertise debe recaer en la tríada de infectólogos/inmunónologos/neumólogos, quienes son los que tratan a los pacientes, y no los epi­demiólogos que, por su limitada formación teórica sin práctica clínica, ignoran el cuidado de los enfermos. China acusó que el “ejército de EEUU podría haber llevado el virus (…) a la ciudad china de Wuhan”, lo cual no ocurrió en la previa pandemia del H1N1 cuando tampoco se desataron los demonios geopolíticos/geoeconómicos de ahora que concurrieron para conformar una tormenta perfecta. Zhao Lijian, portavoz de la cancillería china, publicó un video de Robert Redfield, jefe del CDC de EEUU, donde señala que se encontró coronavirus postmortem en varios estadounidenses que fueron diagnosticados con gripe.

sábado, 14 de marzo de 2020

Coronavirus: socialismo o barbarie

"Esta sensación de irrealidad se debe al hecho de que por primera vez nos está ocurriendo algo real. Es decir, nos está ocurriendo algo a todos juntos y al mismo tiempo. Aprovechemos la oportunidad".
Santiago Alba Rico

Juan Carlos Monedero, Público

La crisis muestra la enorme fragilidad de nuestros sistemas sociales y económicos. De todos, aunque unos muestren más sus efectos de destrucción que otros. China está resolviendo la epidemia mejor que Estados Unidos. Europa debiera resolver mejor que China. Pero no está escrito que sea así. Las decisiones que tome el gobierno de coalición en España tienen que ir en la dirección contraria que las de Boris Johnson. La Unión Europea tiene que recuperar su pulso socialista.

Es verdad que un mundo con 6000 millones de personas, globalizado y que tiene como guía social y económica la obtención de beneficio inmediato en el mercado, construye una malla muy frágil siempre a punto de romperse. Las sociedades más disciplinadas en el cuidado de lo colectivo tienen más herramientas que las que son más individualistas (China, Suecia, Singapur frente a Estados Unidos, Italia o India). Pero incluso las que tienen una mayor orientación colectiva, siguen siendo rehenes de los problemas del modelo. Es un sinsentido que los chinos puedan empezar a respirar mejor solo porque el decrecimiento de la crisis ha bajado la emisión de gases y ha limpiado los cielos de las grandes ciudades.

La crisis del coronavirus señala hacia cuatro grandes problemas que al tiempo son cuatro grandes desafíos. La gravedad de la crisis, que va a hacer que las desigualdades estallen, nos va a obligar a enfrentar estos cuatro retos. Como en todo conflicto político, puede ganar la emancipación o el autoritarismo. Llevamos medio siglo de sentido común neoliberal, de manera que el optimismo ingenuo está descartado. Pero cargamos con decenas de miles de años de cooperación que cargamos en nuestra biología. Como sostiene Christopher Ryan, nadie es tratado por el síndrome de estrés postraumático después de ayudar a alguien. En momentos de dificultades, nos va a acompañar el ángel solidario y el diablo egoísta. El diablo solo gana cuando fragmenta el ánimo cooperativo. Es momento de estar muy alertas.

El relato oficial del coronavirus oculta una crisis sistémica


Joan Benach, CTXT

Todo parece indicar que esta epidemia representa una ocasión ideal para justificar la recesión económica capitalista que se acerca

El nuevo coronavirus (SARS-Cov-2) tiene muchas caras. La faceta relacionada con la salud lleva semanas siendo minuciosamente examinada, o mejor dicho escrutada, por los medios de comunicación. Desde la última semana de enero hasta el momento de escribir este texto, el 9 de marzo, el coronavirus ha infectado de forma reconocida a más de 114.000 personas en más de 100 países, ha causado la muerte de más de 4.000 individuos, y es más que probable que varios miles de fallecimientos más engrosen la cuenta en las próximas semanas o meses en lo que ya se prevé será una pandemia.

Sin lugar a dudas, es un problema de salud serio, pero no el más importante, tal vez ni siquiera el más urgente. Un ejemplo de ello es la tasa de letalidad, estimada en un 3,4%, lo que se puede comparar con el 11% en el caso del SARS (síndrome respiratorio agudo grave) o el 34% del MERS (síndrome respiratorio del Oriente Medio). Pensemos además que cada día mueren en promedio en España más de 1.100 personas de causas muy diversas, y que la gripe común causa anualmente en nuestro país entre 6.000 y 15.000 muertes. No sabemos cuánta gente está infectada por el coronavirus, pero parece muy probable que un elevado porcentaje de casos pase desapercibido, con una sintomatología inadvertida o no registrada, lo que implicaría que la tasa de letalidad real sería bastante menor de la registrada hasta el momento.

Ello no significa, sin embargo, que el coronavirus no sea un tema de salud relevante o incluso preocupante.

viernes, 13 de marzo de 2020

Científicos chinos y japoneses concluyen que el coronavirus se originó en EEUU


Los medios de comunicación occidental se sumaron rápidamente a la narrativa oficial del brote del coronavirus señalando que había comenzado en China, originado con animales en un mercado de Wuhan. Sin embargo su origen ha sido desconocido durante mucho tiempo y es probable que ahora, según investigaciones independientes realizadas por científicos chinos y japoneses, el mundo se entere que el virus se originó en otros lugares, y que comenzó a extenderse ampliamente solo después de ser introducido en el mercado de Wuhan. Las investigaciones de chinos y japoneses concluyen que el virus se originó muy lejos de China, específicamente en Estados Unidos.

Como informa Global Times:
Un nuevo estudio realizado por investigadores chinos indica que el nuevo coronavirus comenzó la transmisión de persona a persona a fines de noviembre desde un lugar que no era el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan.
El estudio publicado en ChinaXiv, un sitio para publicaciones de investigadores y científicos, revela que el nuevo coronavirus se introdujo en el mercado de mariscos desde otra ubicación y luego se extendió rápidamente producto de la gran afluencia de público de todo el mundo que lo frecuenta. Este hallazgo fue resultado del análisis de los datos del genoma, las fuentes de infección y la ruta de propagación de las variaciones del nuevo coronavirus recolectado en toda China.
El estudio cree que el paciente cero transmitió el virus a los trabajadores o vendedores en el mercado de mariscos de Huanan, un mercado abarrotado de público, lo que facilitó la rápida transmisión del virus a los compradores, provocando una propagación más amplia a principios de diciembre de 2019.

miércoles, 11 de marzo de 2020

La dura derrota de EEUU en Siria y el ambiguo papel de Turquía


Enrique Daza, Alai

La guerra en Siria comenzó en 2011, simultáneamente con numerosas revueltas en el Medio Oriente, en lo que se denominó la Primavera Árabe. La diferencia en el caso de Siria es que las potencias occidentales, encabezadas por Estados Unidos, intervinieron y se propusieron desde el comienzo derrocar a Bashar el Assad, presidente constitucional de uno de los países más desarrollados, laicos y civilistas de esa región.

Casi 10 años después, la guerra está a punto de terminar con la victoria del gobierno sirio y se libran en estos momentos las últimas batallas de ella, que tienen una peligrosidad que podrían fácilmente incendiar toda la región.

En toda la región proliferaron diversos grupos terroristas, la mayor parte de ellos apoyados en el fundamentalismo islámico y con diversos nombres: Isis, Al Qaeda, Al Nusra y varias decenas más.

En la primera parte de la guerra, todas las potencias occidentales apoyaron la acción de estos grupos, identificados en combatir a Bashar Al Assad. En particular, Estados Unido fue muy activo, pues consideraba de vital importancia apoderarse de Siria, para defender a Israel, neutralizar a Irán y seguir con el control del mercado mundial del petróleo. Aparentemente, la intervención de todas las potencias occidentales tenía como objetivo combatir el terrorismo, pero luchaban más contra Assad y por la destrucción de Siria como Estado viable, que contra los grupos fundamentalistas.

La crisis se anunciaba antes del coronavirus


Alejandro Nadal, La Jornada

Los ciclos y crisis en el capitalismo pueden suceder de manera irregular. Esto es parte del movimiento anómalo de una economía que es intrínsecamente inestable. La gran crisis de 2008 fue resultado de ese tipo de procesos. Y para sacar a flote a una economía que ha caído en el desequilibrio se necesita inyectarle liquidez en buenas cantidades. Por ejemplo, las medidas de política de flexibilidad monetaria aplicadas por la Reserva Federal se hicieron sentir antes de la crisis y sus efectos especulativos comenzaron a difundirse por toda la economía desde 2009-2010. Cantidades astronómicas pasaron a fondos de pensión y departamentos de tesorería de grandes corporaciones, en donde sirvieron para aceitar la especulación a escala mundial. Pero lo que sí no hicieron fue promover la inversión y el empleo.

El proceso de recuperación ha sido muy publicitado, pero la realidad es que si por recuperación se entiende un periodo más o menos prolongado de crecimiento, pues eso sí se ha manifestado. Pero, otro lado, si ese crecimiento ha sido muy lento y la creación de empleos ha sido débil, entonces la recuperación puede caracterizarse como una larga recesión. Aun antes de que se desatara esta gran recesión, era evidente que los esquemas de flexibilidad cuantitativa en materia de política monetaria no estaban funcionando como fomento de la economía real. Lo único que habían logrado era promover la recompra de acciones, las operaciones de carry trade, en la que las grandes corporaciones llevaron la especulación a todos los confines de la tierra, en territorios en los que prevalecían menores rendimientos.

martes, 10 de marzo de 2020

Ese pegajoso mito del crecimiento económico


Eduardo Gudynas, Alai

Hace unas semanas atrás, en Chile, el presidente Piñera afirmó: “Yo sé que algunos creen que el crecimiento económico no es un elemento central, yo quiero discrepar” (1). A su juicio es indispensable para financiar un aumento del gasto social, y sólo consiguiéndolo se podrá responder al estallido ciudadano. Casi al mismo tiempo, del otro lado de los Andes, el presidente de Argentina, Alberto Fernández afirmaba que el país primero debe crecer económicamente para poder enfrentar sus dos mayores problemas, la deuda externa y la pobreza (2). En cambio, en Brasil, el presidente Bolsonaro estaba decepcionado en saber que el país creció muy poco (apenas 1,1 % en 2019, o sea por debajo del gobierno anterior; 3). Bolsonaro exige crecer más en este año.

La racionalidad detrás de ello es que el crecimiento económico es la esencia, o al menos es el motor del desarrollo, y que una vez que una economía crece se derraman otros beneficios, tales como asegurar el empleo, acceso a la salud y la educación, o el consumo. Esa idea es muy clara cuando Piñera advierte que “como muchas veces lo hemos dicho, y a veces se olvida, el crecimiento económico es algo fundamental para la calidad de vida de los chilenos”. Dicho de otro modo, el bienestar sólo es posible allí donde crece la economía.

domingo, 8 de marzo de 2020

Clase: La pequeña palabra que las élites quieren que olvides

imagen: Mr. Fish

Chris Hedges, TruthDig

Aristóteles, Nicolás Maquiavelo, Alexis de Tocqueville, Adam Smith y Karl Marx fundamentaron sus filosofías en el entendimiento de que existe un antagonismo natural entre los ricos y el resto de nosotros. Los intereses de los ricos no son nuestros intereses. Las verdades de los ricos no son nuestras verdades. Las vidas de los ricos no son nuestras vidas. La gran riqueza no solo genera desprecio por quienes no la tienen, sino que faculta a los oligarcas para pagar ejércitos de abogados, publicistas, políticos, jueces, académicos y periodistas para censurar y controlar el debate público y sofocar la disidencia. El neoliberalismo, la desindustrialización, la destrucción de los sindicatos, la reducción e incluso la eliminación de los impuestos a los ricos y las corporaciones, el libre comercio, la globalización, el estado de vigilancia, la guerra sin fin y la austeridad -las ideologías o herramientas utilizadas por los oligarcas para promover sus propios intereses- son presentadas al público como ley natural, los mecanismos para el progreso social y económico, incluso cuando los oligarcas dinamitan los fundamentos de una democracia liberal y exacerban una crisis climática que amenaza con extinguir la vida humana.

Los oligarcas están felices de hablar de razas. Están felices de hablar sobre identidad sexual y género. Están felices de hablar sobre patriotismo. Están felices de hablar sobre religión. Están felices de hablar sobre inmigración. Están felices de hablar sobre el aborto. Están felices de hablar sobre el control de armas. Están felices de hablar sobre degeneración cultural o libertad cultural. Pero no están contentos de hablar sobre “clase”. La raza, el género, la religión, el aborto, la inmigración, el control de armas, la cultura y el patriotismo son cuestiones que se utilizan para dividir al público, para enfrentar al vecino contra el vecino, para alimentar odios y antagonismos virulentos. Las guerras culturales dan a los oligarcas, tanto demócratas como republicanos, la tapadera para continuar el saqueo. Hay pocas diferencias sustanciales entre los dos partidos políticos gobernantes en los Estados Unidos. Es por eso que oligarcas como Donald Trump y Michael Bloomberg pueden cambiar sin esfuerzo de un partido a otro. Una vez que los oligarcas toman el poder, escribió Aristóteles, una sociedad debe aceptar la tiranía o elegir la revolución.

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