lunes, 10 de febrero de 2020

La Ley del Valor de Karl Marx en el ocaso del capitalismo

El siguiente artículo es un pasaje abreviado y editado del primer capítulo del libro El Leviatán invisible: la Ley del valor de Marx en el crepúsculo del capitalismo, de Murray Smith, publicada por Haymarket Books en 2019 como parte de la serie de libros Materialismo histórico.


Murray Smith, Sin Permiso

El capitalismo global, con la humanidad incluida, se enfrenta ahora a una triple crisis:

1- una profundización de la contradicción estructural del modo de producción capitalista, que se manifiesta como una crisis multidimensional de 'valorización', es decir, una crisis en la producción de 'plusvalía', el elemento vital del sistema de ganancias;

2- una crisis grave de las relaciones internacionales derivada del hecho de que las fuerzas productivas globales están reventando los límites del sistema de estados-nación, cuyas unidades individuales continúan abordando sus problemas más graves de forma principalmente "nacional";

3- y una creciente "ruptura metabólica" entre la civilización humana y las "condiciones naturales de producción": los fundamentos ecológicos de la sostenibilidad humana.

Juntas, estas crisis interrelacionadas sugieren que hemos entrado en una 'era crepuscular' del capitalismo, en la que la humanidad encontrará los medios para crear un orden superior y más racional de organización social y económica, o en la cual el capitalismo decadente provocará la destrucción de la civilización humana.

Muy pocos en la supuesta 'izquierda' actual quieren considerar, mucho menos aceptar, esta evaluación. Por el contrario, la mayoría de los posibles progresistas se aferran desesperadamente a la noción de que el "capitalismo neoliberal" no es más que la fea mutación de un conjunto de políticas miopes que la clase dominante capitalista puede preferir, pero que también podría verse presionada a abandonar a favor de una especie de capitalismo más humano, justo y equitativo. Por esta razón, la izquierda establecida, orientada a la reforma, es reacia a caracterizar el neoliberalismo como lo que es: una respuesta estratégica predecible e inevitable por parte del capital y el estado a una crisis cada vez más profunda del sistema de ganancias capitalista, una crisis que ha sido desplegándose durante varias décadas.

domingo, 9 de febrero de 2020

Los jóvenes de EEUU han perdido la fe en el capitalismo y simpatizan con Bernie Sanders


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El 70 por ciento de los millennials y/o "generación Y", quienes nacieron después de 1980, simpatizan con un socialista, pese a que el término socialismo es anatema en EEUU y del que el renergizado Trump, después del fallido impeachment, ha hecho su tiro al blanco propagandístico para enarbolar las bondades del capitalismo de Wall Street que ha llevado sus acciones a la estratósfera, en contraste con su economía que exhibe una patente mediocridad –exceptuando la aristocrática economía digitálica de Silicon Valley.

Los jóvenes de EEUU "han perdido la fe en el capitalismo y ahora abrazan al socialismo" mientras que la principal propuesta de cuidados médicos de Bernie Sanders, confeso socialista demócrata, quien ondea la bandera de "Cuidados médicos para todos" que ha atraído a los millennials y ha movido a la izquierda al Partido Demócrata en forma significativa (https://bit.ly/3bllP72).

El 50 por ciento de los millennials y el 51 por ciento de la generación Z sienten que el sistema económico de EEUU ha trabajado en su contra y tienen una mayor vista desfavorable del capitalismo. Muchos de los jóvenes se encuentran abrumados con sus deudas colegiales, mientras que el socialismo y comunismo no aportan las mismas asociaciones negativas y memorias que sus generaciones previas.

viernes, 7 de febrero de 2020

El duro análisis del influyente Thomas Piketty sobre las causas del estallido: “En Chile prevalece una ideología de desigualdades”

En una presentación en Londres de la versión en inglés de su libro “Capital e Ideología”, el economista francés –especialista en desigualdad– habló del movimiento social chileno como un punto determinante en la historia de la globalización. Al mismo tiempo, volvió a poner el dedo en la llaga del modelo chileno, apuntando al problema de la inequidad de la distribución de la riqueza como foco de la revuelta iniciada en octubre, al recordar que “Chile y Brasil son algunos de los países con más desigualdades del mundo”. Además, el académico sacó a colación otro factor, al subrayar que “en el Chile post-Pinochet nunca se cuestionaron las bases de la Constitución”.


El caso chileno es digno de análisis en todo el mundo. Y así lo reflejaron las palabras del francés Thomas Piketty, considerado el economista más influyente de los últimos años, quien durante la presentación en Londres de la versión en inglés de su último libro Capital e Ideología, abordó el estallido de octubre en Chile.

El experto en desigualdad económica y distribución de la renta catalogó lo que sucede en nuestro país, junto a las protestas en el Líbano y la ola de los chalecos amarillos en Francia, como un movimiento que contribuye a disminuir las desigualdades económicas que hoy en día aquejan a gran parte del planeta.

“Lo que pasó en Chile, las protestas contra las desigualdades y a favor de mayor igualdad económica, es muy importante, porque demuestra que estamos en un punto determinante en la historia de la globalización”, comentó el profesor de Estudios Superiores en Ciencias Sociales (EHESS) y de la Escuela de Economía de París.

Durante la presentación en la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, el académico insistió en que “en América Latina, en particular en Chile y en Brasil, son algunos de los países más desigualdades del mundo”.

Desigualdad social, fuente de toda riqueza


Eduardo Lucita, Rebelión

La desigualdad social global está “fuera de control”. Esta es la conclusión más general a la que arribaron un conjunto de organizaciones no gubernamentales reunidas en Oxfam, organismo internacional que busca combatir la injusticia de la pobreza en el mundo.

Según los datos informados por Oxfam en los días previos a la reciente reunión del Foro Económico Mundial en Davos, los multimillonarios más ricos del mundo -aquellas personas que su patrimonio supera los mil millones de dólares- suman 2153 y poseen más riqueza que el 60 por ciento de la población mundial. El 1% más rico del mundo tiene más del doble de riqueza que el 90% (6.900 millones de personas) de la población mundial. O que solo 26 personas poseen lo mismo que la mitad de la población (3.800 millones).

“La desigualdad en el mundo está profundamente arraigada y ha alcanzado un nivel escandaloso” concluye el informe citado que se basa en datos oficiales del FMI, el BM y la CEPAL entre otros organismos internacionales.

No es obra de la naturaleza


La desigualdad social, es decir aquella condición que hace que las personas tengan un acceso desigual a los diferentes tipos de recursos (ingresos dinerarios, viviendas, servicios esenciales…) no es obra de la naturaleza como nos suelen decir quienes reproducen aquel concepto que supone que “pobres habrá siempre”. Por el contrario es inherente al sistema capitalista como tal, que no puede sobrevivir sin desigualdades sociales, porque esta es necesidad y a su vez resultado de la lógica de la acumulación del capital en cada período histórico. En otras palabras, la tasa de ganancia del capital es mayor que la tasa de crecimiento de la economía.

jueves, 6 de febrero de 2020

Coronavirus, el lado oscuro de Washington contra China

-Nadie duda ahora que el impacto podrá alcanzar a los mercados financieros


Salvador González Briceño, Alai

Cual bumerang. Más pronto que tarde puede revertirse el pretendido daño a China causado por la nueva epidemia del “coronavirus 2019-nCoV”, a quien resulte responsable: Donald Trump, la CIA, el Pentágono, Occidente o la llamada “coalición internacional”.

Porque si el río suena es que agua lleva. El brote de la pandemia en la región central del país, en la ciudad de Wuhan, capital de Hubei, suena a intentona por desestabilizar al gigante asiático, conocida neumonía de Wuhan. A odio chino de raíz occidental, de dónde más.

Desde que es una amenaza, un golpe al corazón, el tema es geoeconómico o de la geopolítica, desde el gobierno estadounidense —particularmente Trump— un intento por debilitar a China por cualquier medio. Debilitarlo o desestabilizarlo como país competitivo en la hegemonía mundial.

Una muestra de dicha política es la desatada guerra económica, tarifaria y/o arancelaria que, pese a la crudeza no ha logrado sus metas. Todo lo contrario. A China la guerra le ha fortalecido, incluso mostrado al mundo como país con el desarrollo suficiente para enfrentar al imperio estadounidense. En todos los terrenos; nadie construye un hospital de 1,000 camas en 10 días para pacientes del virus.

miércoles, 5 de febrero de 2020

Brexit: las consecuencias económicas y financieras


Alejandro Nadal, La Jornada

Reino Unido ha abandonado definitivamente la Unión Europea. El referéndum del 23 de junio de 2016 ha llegado a su culminación. Los ciudadanos de Reino Unido ya no son ciudadanos de la Unión Europea (UE). Es un acontecimiento de gran importancia tanto para el proyecto de una Europa democrática como para Reino Unido. Y las repercusiones se harán sentir en el mundo entero.

Por el momento, sin embargo, en la vida cotidiana los ciudadanos de Reino Unido no van a experimentar grandes cambios. Eso se debe a que ahora se ha abierto un periodo de transición de 11 meses para negociar los términos de la relación que mantendrán en el futuro Reino Unido y la UE. Es decir, hasta diciembre de este año Reino Unido permanecerá en el mercado integrado y la unión aduanera de la UE. Mercancías y capitales, así como personas, seguirán circulando libremente dentro de la UE y de Reino Unido, tal como sucedía anteriormente. Transcurrido este plazo el nuevo paisaje dependerá de las negociaciones entre la Comisión de la UE (con sede en Bruselas) y Londres dentro del periodo de transición.

martes, 4 de febrero de 2020

Francisco Louça: "La economía financiera impide al pueblo decidir"


Jorge O Maldonado, Público

Este martes 4 de febrero se presentó en Madrid el libro Sombras. El desorden financiero en la era de la globalización, escrito a cuatro manos por el economista portugués Francisco Louça (en la imagen) y por el estadounidense Michael Ash. Aunque se publicó en agosto, Louça visita esta semana Madrid y Barcelona para promocionar la obra, un completo análisis de los efectos de la globalización y del actual sistema financiero, caracterizado por la irrefrenable especulación. Louça es conocido especialmente por ser uno de los fundadores y liderar durante siete años, de 2005 a 2012, el Bloco de Esquerda en Portugal. Es también una de las voces más críticas de las políticas de austeridad impuestas desde la Unión Europea a su país.

¿Quién se mueve en la sombra de las finanzas mundiales?

El término economía de sombras se refiere a todas las organizaciones financieras que no son bancos comerciales y que escapan al control de los bancos centrales, a la regulación y a la garantía de depósito: agentes financieros, fondos de inversión, agencias de Bolsa, etcétera. Michael Ash y yo queríamos investigar este tipo de organizaciones porque en ellas está el origen de la crisis de 2008. Pudimos comprobar que la mayor parte de estas organizaciones o bien son de los bancos o bien tienen una relación comercial con ellos. Es decir, el sistema financiero se ha reproducido en la banca tradicional y se ha multiplicado en nuevas formas de captación de ahorro y de productos financieros, muchos de ellos ficticios cuyo valor es producto de la especulación. Eso es el sistema financiero a la sombra.

Los acuerdos comerciales, esos virus que nos gobiernan con un tufillo racista


Eduardo Camín, CLAE

Después de un año y medio de guerras comerciales, subidas arancelarias, represalias y amenazas que han pasado factura más allá de sus fronteras, había llegado- aparentemente- la hora de rebajar las tensiones.

En efecto los líderes de Estados Unidos y China firmaron este pasado 15 de enero, en la Casa Blanca una tregua, la primera fase de un acuerdo comercial teóricamente más amplio que incluirá temas más espinosos y estratégicos sobre los que hasta ahora, a pesar de la presión, ha sido imposible pactar.

Sin duda que el acuerdo comercial al que llegaron plantea la relevancia internacional de estas dos superpotencias económicas, que tienen grandes consecuencias incluso para países tan alejados de los centros mundiales de decisión.

Si bien el acuerdo suscrito por ambas naciones no resuelve ninguno de los asuntos cruciales que motivaron la escalada y deja sin cambios el grueso de las medidas proteccionistas ya en vigor, al menos despeja la amenaza de nuevos aranceles.

Greta Thunberg, Donald Trump y el futuro del capitalismo


Yanis Varoufakis, Project Syndicate

Steven Mnuchin, secretario del Tesoro del presidente norteamericano, Donald Trump, indignó a los analistas liberales en la reunión del Foro Económico Mundial de este año en Davos con un comentario sarcástico dirigido a la activista climática adolescente Greta Thunberg. En respuesta al reclamo de Thunberg de una salida inmediata de las inversiones en combustibles fósiles, Mnuchin dijo que la joven debería ir a la universidad a “estudiar economía” y después “volver a explicárnoslo”. Dos días antes, Trump se había referido a los científicos climáticos como “los herederos de los insensatos adivinos del pasado”.

La actitud de la administración Trump frente al cambio climático, y quienes hacen campaña a favor de medidas drásticas para contenerlo, es abominable, desagradable y errónea. Pero detrás de la vulgaridad y la toxicidad de Trump, Mnuchin, y otros, es lógica fría y honestidad brutal: su política es la única defensa auténtica del capitalismo contemporáneo. Y, a juzgar por el consejo condescendiente de Mnuchin a Thunberg, entienden que la economía tradicional, a diferencia de la ciencia climática, es su amiga.

Yo tampoco pude contenerme tras el comentario de Mnuchin en Davos. “Mnuchin, tristemente, tiene razón”, escribí en un tuit. “Si Greta fuera a estudiar economía tradicional, pasaría varios semestres estudiando modelos de mercados en los que ni un desastre climático ni una crisis económica es posible. ¡Es hora de transformar la política económica y la economía!”

La lucha contra la corrupción y el abuso de poder de Trump


Oscar Ugarteche, Alai

El presidente de Estados Unidos, por lo que se sabe por los medios de comunicación, utilizó su poder como tal para asegurar que el gobierno de Ucrania le sirviera de apoyo para desprestigiar al candidato demócrata rival. Para esto despidió a la embajadora estadounidense en dicho país y encima suspendió la ayuda militar americana para la guerra que Ucrania sostiene con Rusia por Crimea, en un quid pro quo, mientras el gobierno de Ucrania no diera señales de brindar la información que el candidato a la reelección necesitaba para desprestigiar a su rival.

Las diferencias de percepción entre los latinoamericanos y los estadounidenses sobre lo que constituye corrupción se puede resumir en breve en la oración sacada del New York Times del jueves 30 de enero del 2020. Dice: “Los esfuerzos para poner a los vacilantes republicanos en línea parecían funcionar ya que los abogados del presidente Trump argumentaban que cualquier cosa que un presidente hiciera para ganar la reelección era en el interés público”.

lunes, 3 de febrero de 2020

Stiglitz reclama un "nuevo contrato social" para acabar con la desigualdad

El Nobel de Economía asegura que el mundo necesita "un nuevo contrato social" que busque un equilibrio entre el mercado, el Estado y la sociedad para acabar con la desigualdad y las protestas, bajo la advertencia de que la extrema derecha "no funciona".


En entrevista con la agencia EFE, el estadounidense advirtió la necesidad de una agenda global que incluya reformas de los mercados, tumbar los monopolios y restringir la competencia desleal, así como la creación de políticas progresistas de impuestos y gastos. También auguró un fracaso en la agenda económica de Donald Trump porque cree que ni el presidente estadounidense ni su equipo "entienden la economía". "Otros cuatro años lo empeorarían aún más", apunta sobre las elecciones de noviembre en las que el mandatario buscará la reelección.

-¿Es optimista con los cambios que pueden traer las multitudinarias protestas ciudadanas?

-Soy optimista frente al cambio, es una inundación en países como Chile. Cuando miraba los datos de Chile, el nivel de desigualdad era tan alto que me sorprendía que no hubiese más disturbios civiles. Ahora tenemos los disturbios y va a haber una verdadera revisión de la Constitución.
Hay un comienzo real de reconocimiento de que hay un problema. En Chile buscaron la solución de los "Chicago Boys", y les funcionó. Ahora solo con ese reconocimiento van a comenzar a pensar. ¿Cuáles son los marcos económicos alternativos? Soy optimista. América Latina a veces se desvía de un extremo de los fundamentalistas del mercado al otro extremo y lo que espero es que entendamos que la extrema derecha no funciona, es más fácil dirigir desde un rumbo intermedio.

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