viernes, 25 de enero de 2008

DAVOS: LA BANALIZACIÓN DE LA GLOBALIZACIÓN

Eduardo Gudynas
ALAI AMLATINA

Todos los años, en el mes de enero, se celebra en la localidad suiza de Davos, el Foro Económico Mundial. Sus participantes usuales son políticos de renombre, desde presidentes a primeros ministros, directivos de las grandes corporaciones, y algunos académicos. Es un espacio de celebración y reproducción de la globalización, por lo cual ha recibido fuertes críticas ciudadanas. No podemos olvidar que el Foro Social Mundial se inició como un contrapunto con Davos para demostrar que otro mundo es posible.
Como respuesta a las críticas, los organizadores del foro de Davos intentaron algunos cambios: permitieron abandonar el uso de corbatas, ampliaron los temas abordados, discutiendo cuestiones como el SIDA o el "matrimonio y el sexo", y organizaron talleres en grupos más pequeños. El apogeo de esos cambios ocurrió en 2005, cuando el foro de la elite empresarial y política fue tomado por asalto por las estrellas de la música como Bono y Lionel Richie, y artistas como Angelina Jolie, Richard Gere y Sharon Stone. De esta manera el Foro Económico Mundial cayó en la banalización de apelar a fórmulas mágicas y mediáticas para terminar con la pobreza en el sur.
Muchos recordarán cuando Stone tuvo una repentina revelación en Davos, al sostener que Africa necesitaba ayuda en forma inmediata. De pie en una de las sesiones del foro, se puso a recolectar en ese mismo momento un millón de dólares entre los empresarios que la rodeaban. Por supuesto que todos apoyaron su pedido y prometieron abrir sus billeteras, pero pocos lo hicieron. Tomó casi un año hacer cumplir aquellas promesas, Stone no regresó a Davos, y ese millón de dólares no solucionó los problemas de Africa.
En cambio, el cantante de U2, Bono, asiste regularmente a Davos para presentar distintas recetas de solución a los dramas globales. Su apoyo conceptual está en las ideas del economista Jeffrey Sachs, quien afirma que la solución transita esencialmente por un aumento masivo la ayuda externa hacia los países en desarrollo. Sachs publicó en 2005 su libro "El fin de la pobreza – cómo conseguirlo en nuestro tiempo", prologado por el propio Bono.
Recordemos que Sachs tuvo un célebre papel como asesor económico en Bolivia y en países de Europa del Este, incluyendo Rusia, aplicando terapias de shock, las que terminaron en profundas crisis económicas. Sus recetas para acabar con la pobreza se editaron casi al mismo tiempo del foro de Davos 2005, cuando Bono lanzó su campaña enfocada en Africa, junto a Tony Blair y Bill Gates.
Las posturas de Sachs descansan en una visión reduccionista de la pobreza, muy dependiente del ingreso monetario, fuertemente condicionada por la geografía, y carente de una historia previa que explica la dinámica por la cual unos países se volvieron ricos a costa de la pobreza de otras naciones. Por lo tanto, la receta de Sachs es mantener las relaciones globales actuales pero aumentando la ayuda externa. No se cuestiona la esencia de la globalización, no se pretende reformar el comercio global ni los flujos de capital, y no se apunta a otros estilos de desarrollo.
Son propuestas muy simplistas, pero que se vuelven difíciles de criticar por la presencia de Bono y otros actores, los que revisten esas posturas mercantiles de un glamour contestatario y "cool". Es que, sin duda, Bono es simpático, y nadie quiere cuestionar a un rockero simpático. Pero por ahora la "Bono política" no es suficiente. Son recetas simples que no atacan las raíces de los problemas que generan la pobreza aunque alivian las conciencias de algunos de sus responsables. Es una estrategia que resulta muy cómoda a los empresarios que se reúnen en Davos. Cumple con muchos propósitos, tales como darle un rostro humano al foro y entretener a la prensa en seguir a las estrellas del rock en lugar de cuestionar a los CEOs de las corporaciones. Es una postura basada en el espectáculo; no en vano estos intentos de Bono fueron tema central en un número de la revista Vanity Fair.
También brinda un canal para las donaciones corporativas con lo cual se justifica una estrategia de acción contra la pobreza basada en la caridad. Poco se discute sobre las relaciones de producción y la equidad, sino que se debate sobre el monto de la donación; el énfasis no está en cómo revertir los procesos que originan las desigualdades globales, sino en la competencia de quién será el empresario que alcance la mayor donación. Las posturas del dúo Sachs-Bono se vuelven funcionales a la globalización actual; no ponen en riesgo su estructura y dinámica.
En el campo académico, si bien hay algunas críticas serias a las posturas tipo Sachs-Bono (tanto por derecha como por izquierda), siguen siendo muy pocas. Es que también entre los académicos se observa el embrujo de la banalización. Por ejemplo, el destacado economista, Kenneth Rogoff, docente en la Universidad de Harvard, celebra en las páginas de la revista Times, que Bono llegó al Foro de Davos 2006 con una "idea excelente": una tarjeta de crédito American Express Roja, "donde el 1% de las compras debían ir a un Fondo Global para combatir el SIDA, tuberculosis y malaria". Roggoff agrega: "alguien me mostró un ejemplo de la tarjeta y lucía muy bien (cool)", para enseguida señalar que "las fiestas y cenas en Davos fueron notablemente más ligeras y relajadas", donde la consultora McKinsey logró contar con "la mejor música, como casi siempre ocurre, y me dijeron que la gente se quedó bailando hasta las 3 de la mañana", mientras que en el cocktail de Google "se servía vino y champagne".

Este es el resultado de la "Bono-banalización" de las temáticas globales: asumir que la pobreza se solucionará desde el uso de una tarjeta de crédito mientras se disfruta de una fiesta en Davos. Como evidentemente eso es inefectivo, la presencia de los actores y músicos, parece más cercana a un plan para responder a las críticas y reacciones ciudadanas -- un "plan B" tal como advierte George Caffentzis, que permite acallar las protestas populares para mantener la columna vertebral de la economía global. Se mezcla a Bono con Bill Gates, Angela Merkel con Lula da Silva, y así se viste a la globalización con nuevas prendas.
El verdadero papel de Davos está en promover los mercados globales y liberalizar el comercio internacional. Sus raíces son evidentes en este año, ya que se retoman los temas clásicos, y se enfocará el "poder de la innovación colaborativa" a partir de cinco pilares: empresarial, economía y finanzas, geopolítica, ciencia y tecnología, y valores y sociedad. Para precisar aún más esa perspectiva es conveniente anotar que los coordinadores del encuentro 2008 son el ex-premier británico Tony Blair, los presidentes de Pepsico, Chevron, de los bancos J.P. Morgan e ICICI de la India, el presidente de la empresa China Mobile Communications, y Henry Kissinger.
El Foro de Davos no incide en la raíz de los problemas globales, y por el contrario reproduce las condiciones que generan la desigualdad y la pobreza. Decir que el hambre es un problema, y además un drama a escala global no es suficiente. Intentar resolver esto con una tarjeta de crédito es ridículo. Es necesario dar los pasos hacia soluciones concretas, muchas de las cuales serán dolorosas para los países industrializados, y en ese esfuerzo no hay nada para festejar y hay mucho para cambiar.

- E. Gudynas es investigador en D3E (Desarrollo, Economía, Ecología, Equidad – América Latina), en Montevideo (Uruguay).

jueves, 24 de enero de 2008

El fin del dólar como moneda de reserva



La actual crisis económica provocada por George Bush en su aventura genocida por tierras iraquíes, a un costo diario de 250 millones de dólares, más de 600 mil iraquíes muertos y 4 mil soldados norteamericanos que han muerto en tierras persas, como nos relata el senador McGovern, tendrá como resultado la muerte del dólar como moneda de reserva internacional.

Aunque se pretende culpar de todo a la crisis de los préstamos subprime, la verdad es que ésta fue la gota que rebalsó el vaso, y punto. Desde el 2002 hasta ahora el dólar ha tenido un comportamiento titubeante pero con una marcada tendencia hacia la baja. Esta baja, dado el derroche provocado por Bush para financiar la guerra de Irak, ha inundado el planeta con dólares que, literalmente, han terminado convirtiéndose en papeles sin valor alguno. Este fenómeno marca el fin de 62 años de continua expansión del crédito basado en el dólar como reserva de valor, pues se ha convertido en una carga pesada y sin credibilidad alguna perdiendo una de las principales condiciones que debe tener una moneda: la confianza. En este caso el dólar se asemeja a la situación de la alemania de los años 30, cuando había que llevar una carretilla de billetes para comprar un kilo de pan.

Esto se demuestra por el lento cambio en la composición de los activos que van experimentando los países: la parte en dólares de la reserva global cayó a un nivel récord de 63,0% en el tercer trimestre de 2007. Tres meses antes era el 65,4%. En el mismo período, las reservas en euros pasaron de 25,3% a 27,4%, lo que demuestra que el dólar ha comenzado a ser rechazado en los mercados.

El dólar, como reserva de valor y divisa para las transacciones comerciales, fue establecido en el acuerdo de Bretton Woods al término de la Segunda Guerra Mundial, bajo la participación de importantes economistas entre ellos John Maynard Keynes. La idea pretendia facilitar el comercio internacional evitando que los negocios se hicieran en oro constante y sonante. Al término de cada período, la Reserva Federal (FED) de EE.UU. se comprometía a cambiar los dólares por oro real y así saldar las cuentas.

El domingo 15 de agosto de 1971, y por decisión de Richard Nixon el acuerdo de Bretton Woods se terminó para siempre: el dólar pasó a ser la divisa oficial de intercambio sin importar la existencia de reservas reales en oro. A Nixon no le quedaba otra: se había gastado todo el oro existente en las reservas de la FED para financiar la guerra de Vietnam.

Esta vez, Bush se gastó la friolera de 9 billones de dólares para financiar la guerra con Irak y apoderarse de los pozos petroleros, operación que resultó totalmente fallida y que ha significado un endeudamiento gigantesco que nos tiene al borde de la peor crisis en 60 años, es decir algo no conocido en nuestras vidas. Siempre comparé a Irak con Vietnam y el tiempo me ha dado la razón. Ahora digo que en este año del ratón, el fatigado dolar se acerca a su patético y lastimoso final.

Marco Antonio Moreno

FRAUDE DE SOCIETÉ GENÉRALE AFECTA A SARKOZY

Mientras la economía China creció al 11,4% durante el año pasado, su mayor nivel desde 1994, los fraudes bancarios y la especulación en torno al dólar siguen marcando la nota negativa. La cifra del crecimiento chino muestra que esta economía permanece viva y sigue impulsando la actividad mundial, una muy buena noticia tras el colapso que está viviendo la economía estadounidense de costa a costa.
A su vez, y como corolario a la actitud suicida e inescrupulosa de algunas instituciones financieras, el banco francés Societé Générale (en la imagen) reconoció haber sido víctima de un “fraude excepcional” por uno de sus operadores que provocará pérdidas por 4.900 millones de eros (US $ 7.140 millones). A esta cifra se suman otros 2.050 millones de euros (US$ 2.993 millones) perdidos por la crisis subprime. La cotización del banco francés fue suspendida en la Bolsa de París.
En medio de estos turbulentos anuncios, el segundo mayor banco de Francia intentó lanzar un mensaje de calma al adelantar que cerrará el ejercicio 2007 con un resultado positivo, con beneficios de entre US$800 millones y US$ 1.100 millones.
Société Générale explicó que descubrió el fraude, atribuido a uno de sus operadores encargado de actividades de cobertura de futuros sobre índices bursátiles europeos, los pasados 19 y 20 de este mes.
Ese operador, según la entidad bancaria, adoptó posiciones "fraudulentas" el año pasado y a comienzos de 2008 que iban "mucho más lejos de los límites débiles que se le habían atribuido", algo que pudo disimular con "un montaje elaborado de transacciones ficticias" gracias a "su conocimiento profundo de los procedimientos de control".
Ante la amplitud de esas posiciones y las "condiciones de mercado particularmente desfavorables", Société Générale ha decidido contabilizar el impacto negativo de los 4.900 millones de euros en sus cuentas de 2007, en concreto en su resultado antes de impuestos. Muy mala noticia para Sarkozy, que el sólo el lunes había instado por políticas de mayor transparencia financiera.

miércoles, 23 de enero de 2008

A COLETAZOS CON EL DÓLAR

La decisión de la Reserva Federal de EE.UU. de bajar su tasa de interés en 75 puntos (de 4,25% a 3,5%) demuestra que el interés prioritario para esa nación es evitar a toda costa una recesión sin importar que la inflación se vaya a la nubes y que la divisa se deprecie aún más en todo el planeta. Y si se cumplen los pronósticos de que el próximo 30 de enero la FED volverá a bajar la tasa en otros 50 puntos, nos encontraremos con un diferencial de 325 puntos (6,25% v/s 3,0%) de la tasa base chilena, constituyendo la brecha más ancha desde el 14 de marzo de 2002.
Esto indica que la política económica estadounidense ha enviado al tacho los preceptos y mandamientos del orden monetario y no teme a que la inflación desborde todo límite. El efecto de esto en Chile es que el dólar llegará rápidamente a los $450 y con un piso que tendrá que poner el Banco Central más temprano y que tarde, y además obviar cualquier rango meta de inflación para evitar que la marejada nos inunde y el desempleo se dispare.
El escenario, como siempre en la historia económica, es complejo. La recesión en Estados Unidos es inevitable y la única receta salvadora es bajar la tasa de interés en forma sorpresiva, tal como se hizo este lunes 21, vía telefónica y en medio de un feriado en homenaje a Martin Luther King. Con esto, por cierto, se abandonó toda la doctrina monetarista que boga por cuidar la estabilidad de la moneda y velar por los precios y el orden financiero. Es decir, todas las enseñanzas de la escuela de Chicago y de Milton Friedman se pulverizan porque lo que menos ha hecho la primera potencia es velar por la integridad de su moneda, al endeudarse en 9 millones de millones de dólares con Asia y Europa y al cometer el gobierno de Bush todos los crímenes y vejámenes que ha querido a vista y paciencia de todo el mundo, tal como lo cuenta el senador George McGovern que ha pedido formalmente la renuncia de Bush y Cheney y que se aplique un juicio político a su macabro desempeño de estos ocho años.

La crisis recién comienza y por ello el Banco Central debe abandonar su deseo de subir la tasa de interés en febrero al 6,5% tal como tenía pensado... y si quiere que la economía no se vaya a pique deberá volverla al 6% en que estaba. Podemos ver que la primera intromisión de José De Gregorio estuvo marcada por el infortunio, y por dejarse llevar por un modelo económico que cada vez muestra que está obsoleto y completamente ajeno al mundo real.
Marco Antonio Moreno

martes, 22 de enero de 2008

EL SUMA Y SIGUE DE LA CRISIS

De manera sorpresiva y vía teléfono la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) recortó la tasa de interés en 75 puntos base hasta 3,5% (estaba en 4,25%), para evitar que se repita un lunes negro como el vivido ayer por las principales bolsas de Asia, Europa y América Latina. Esta es la primera decisión extraordinaria de recorte de tasas decidida por el banco central estadounidense desde el atentado del 11-S. El comité de política monetaria tomó esta decisión en una conferencia telefónica de emergencia pues la reunión de trabajo es el próximo 30 de enero. Con esto la FED abandonó totalmente su preocupación por la inflación para mantener la expectativa de crecimiento, algo que no hizo el Banco Central en Chile.
Frente a la crisis, el presidente francés Nicolas Sarkozy, haciendo una pausa en su idilio con la bella modelo y cantante Carla Bruni , señaló que “hay que mantener la sangre fría ante las consecuencias de esta crisis financiera que se produce en Estados Unidos y que hace falta más transparencia en el sistema financiero internacional”.
El jefe del Estado francés recordó que el próximo día 29 acudirá a Londres a un encuentro con el primer ministro británico, Gordon Brown, y con la canciller alemana, Angela Merkel, para "hacer un cierto número de propuestas que permitan moralizar el capitalismo financiero". A su juicio, se ha dado mucho margen a "comportamientos de especulación en detrimento de los empresarios".

HAY QUE ACTUAR AHORA YA!

Por su parte, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, afirmó que la economía del país se ha desacelerado "materialmente" en las últimas semanas y necesita estímulos a corto plazo, aunque sigue siendo resistente y tiene fundamentos saludables a largo plazo.
"Necesitamos hacer algo ahora, ya que los riesgos a corto plazo son claramente a la baja y los beneficios potenciales de una acción rápida para apoyar nuestra economía se han vuelto claros", dijo Paulson en declaraciones preparadas para pronunciar ante la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Washington.
Otro de los que ha salido al baile en este río revuelto es George Soros, capitalista y especulador financiero marca mayor que hace años y en un sólo día de especular en la bolsa provocó la mas estrepitosa devaluación de la Libra Esterlina. Soros considera que crisis financiera actual es la peor desde la II Guerra Mundial.
El multimillonario inversionista de origen húngaro y que alguna vez perteneció a las filas de partido comunista de su país, opinó al respecto en una entrevista con el diario “Der Standard”, donde consideró que Estados Unidos está amenazado por una recesión de la que puede contagiarse Europa, aunque esto no sea comprendido así en el viejo continente.
A su juicio, el paquete de medidas fiscales propuesto recientemente por George W. Bush, con un alcance de US$150.000 millones para relanzar la economía, tiene poco sentido.
Soros manifestó que la situación de las finanzas internacionales es sumamente complicada, entre otras razones por los “malentendidos" por los que se ha dejado llevar en los años pasados la política, que ha caído en lo que define como el “fundamentalismo del mercado.”
Agregó que el error parte de la creencia de que los mercados financieros tienden a compensar los desequilibrios que surgen en las finanzas, lo que es -en su opinión- falso y ésta es la razón por la que ahora existe una crisis financiera.

lunes, 21 de enero de 2008

NADIE CREE A BUSH: LUNES NEGRO EN LAS BOLSAS

De nada sirvieron los 145 mil millones de dólares que inyectó Bush a la economía estadounidense el viernes pasado. En el que ha sido el lunes más negro de los últimos años, los principales indicadores de las bolsas europeas y asiáticas se fueron a pique. El desplome se ha extendido globalmente debido al temor de los inversionistas por el deterioro de esa economía. Algunos índices anotaron sus descensos más pronunciados desde 1987 y la demanda de bonos se disparó en la medida en que los agentes buscan refugios de seguridad.
Las caídas de los principales índices de la bolsas de Alemania, Francia y Gran Bretaña sumaron 350 mil millones de dólares. El índice Ibex de Madrid cayó 7,54%, en la peor baja de su historia acumulando en este 2008 una baja del 16,84%. La bolsa de Londres cayó 5,5%, la de París 6,8% y la de Milan 5,2. En Alemania la baja fue de 8% la peor en un día desde los atentados del 11-S.
En Asia, el índice Sensex de India anotó una baja de 7,41% y el RTS ruso cayó 7,38%.
En Chile el IPSA bajó casi un 6,6% acumulando una baja de 20,5%, en lo que constituye el peor comienzo de año desde que existe este indicador. En Brasil el Bovespa cayó 6,6%, en México su indicador lo hizo en 5,4% y el Merval de Argentina cayó 6,27%.
Este lunes negro es un claro anuncio de la crítica situación que enfrenta la economía estadounidense y que Bush se ha encargado de pulverizar en una hegemonía creadora de la muerte y la destrucción. No por nada el senador demócrata y ex candidato a la presidencia de ese país, ha solicitado públicamente la renuncia y el juicio político a Bush "por sus crímenes atroces y por mentirle al mundo entero"

domingo, 20 de enero de 2008

DIVERSIFICACIÓN SALVADORA

A medida que aumenta la certeza sobre la inminente recesión en Estados Unidos y el precio del dólar sigue cayendo respecto de las otras monedas, la preocupación entre los exportadores de América Latina se acrecienta. Según datos de la Cepal, de los 19 países de Latinoamérica, los más afectados serían México y los países centroamericanos debido a la alta dependencia de sus ventas a Estados Unidos.
El año pasado, el país del norte redujo sus importaciones (compras) desde un crecimiento de 13,1% en 2006 a un crecimiento de sólo 3,4% en 2007, según datos preliminares recopilados por la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esto arrojó que el saldo en la cuenta corriente se deteriorara en 14 países durante el año pasado. Esta caída en la demanda norteamericana constituye un riesgo para la región pues las exportaciones hacia ese mercado representan un 15% del PIB de Latinoamérica.
La fuerte devaluación del dólar también complica la situación pues gran parte de las monedas de América Latina se han apreciado, como es el caso del real brasileño y el peso chileno, que desde su promedio de 2005 se han apreciado más del 20%, seguido por el bolívar venezolano, con un avance de 18%.
Esta situación amenaza las finanzas de los exportadores pues por sus ventas en dólares cada vez se reciben menos pesos y dado que todos los pagos internos –sueldos, impuestos, compras- se hacen en pesos, los márgenes no sólo se reducen sino que pueden desaparecer provocando un fuerte colapso que alimenta el círculo vicioso de desempleo-caída en el producto-más desempleo.
Hasta el momento, el país latinoamericano más afectado por la crisis de la economía yanqui ha sido México, ya que el 25% de su producto (PIB) lo constituyen las exportaciones a ese país, principalmente productos manufacturados. Ecuador también ha visto frenar sus exportaciones a Estados Unidos desde un alza de 30,3% en 2006, a un tibio avance de 0,8% en 2007. Aquí prima totalmente la desaceleración económica estadounidense ya que Ecuador está dolarizado desde enero de 2000.
Los países menos afectados son aquellos que tienen una canasta de exportaciones más diversificada como Brasil, Chile y Argentina que venden gran parte de su producción a China e India, países que hasta el momento son los que están impulsando el motor del crecimiento. La receta está en diversificar las exportaciones en la mayor canasta de países o bloques para así evitar caídas que afecten con mayor profundidad. El dinamismo de las economías emergentes de China e India ha sido suficientemente fuerte y autónomo para compensar la baja demanda de Estados Unidos. Estos países, que hasta hace poco eran pobres y ahora han comenzado a consumir más se han convertido en las locomotoras de la economía internacional.

viernes, 18 de enero de 2008

Naomi Klein y el shock del capitalismo



Marco Antonio Moreno

Naomi Klein, la escritora y periodista canadiense cuyos trabajos críticos sobre la globalización neoliberal han concitado tanta atención y adhesión en diversos ámbitos sostiene en su último libro, La doctrina de Shock, el auge del Capitalismo del desastre, que la tortura es la lógica subyacente de la doctrina del choque y describe como aterradores capítulos en la historia del capitalismo acontecimientos como el derrocamiento del presidente Salvador Allende en Chile en 1973, el bombardeo de Bagdad en 2003 y los episodios recientes de aplicación de torturas a prisioneros que compara con el ‘tratamiento de choque’ económico por el que abogó Milton Friedman en su visita a Chile en 1975. Para los fundamentalistas, las naciones impactadas por desastres y en estado de choque por esa causa, se convierten en espacios dúctiles sobre los que resulta factible ejercer influencia política.

jueves, 17 de enero de 2008

El Banco Central nos sube hasta la presión


El Banco Central sube expectativa de Inflación y Anticipa alza de tasas

En su primer Informe de Política Monetaria 2008 el Banco Central señaló que la inflación seguirá afectando a la economía chilena. Tras el desborde inflacionario de 2007 el instituto emisor ha debido ajustar por sobre el rango meta (de 2% a 4%) su estimación de IPC para este año, elevándola del 3,1% prevista en septiembre pasado hasta 4,5%, para advertir que llegará al 7%, levemente inferior a la del año pasado.
El Central, con José de Gregorio a la cabeza, apuesta a que el nivel de precios recién comience a disminuir a mediados de año, siempre y cuando no se den más turbulencias en los mercados externos. La autoridad no descartó que los alimentos, y en especial el petróleo, se mantengan en niveles elevados o incluso vuelvan a subir.
En su Informe, el Banco Central pronostica que la inflación promedio del año alcanzará un 7,1%, mientras que el IPC subyacente a diciembre –que descuenta perecibles y combustibles– dará cuenta de una alza de 5,4%.
A juicio del Central, en virtud del escenario base, el IPC no se propagaría al resto de los precios más allá de la inercia inflacionaria, suponiendo también que en los próximos trimestres los salarios nominales avanzarán a tasas anuales mayores que las actuales, y que a mediano plazo descenderán, aunque no se descarta una ampliación distinta.
El documento consigna que los costos importados no serán una fuente relevante de presiones adicionales en el nivel de precios, pero siempre bajo la incertidumbre de una mayor desaceleración mundial, o que los valores de los commodities, especialmente de los alimentos, el cobre y el petróleo, “tengan caídas importantes y que esto lleve a una menor demanda de las exportaciones”. No obstante, De Gregorio enfatizó que ya están considerando una nueva alza de 25 puntos en la tasa de interés para situarla en 6,5%.

PIDEN RENUNCIA DE BUSH Y CHENEY

George McGovern, senador demócrata y excandidato a la presidencia de los EE.UU. señala que el gobierno de Bush "debe ser sometido a juicio político por los crímenes que ha cometido y porque le ha mentido al país y al mundo entero una y otra vez"


Mis razones por las que Bush debe renunciar

George McGovern.
The Washington Post.

En este octavo año del Gobierno de Bush-Cheney he llegado a la penosa conclusión de que el único camino honroso que debo asumir es el de instar a que tanto el presidente como su vicepresidente se sometan a juicio político.
Después de los comicios presidenciales de 1972, me mantuve al margen de los llamados a favor de que el Presidente Richard Nixon se sometiera a un juicio político por su mala conducta durante la campaña. Me pareció que si me sumaba a las voces que pedían ese proceso, ello se vería como una expresión de venganza personal contra el presidente que me había derrotado.
Hoy adopto una posición diferente.
Desde luego, no parece que haya mucho respaldo bipartidista para ese juicio polít
ico.
La palestra política se caracteriza por un partidismo estrecho y superficial, en especial entre los republicanos, así como por una falta de coraje y de integridad entre los políticos demócratas. Por tanto, las probabilidades de que se celebre un juicio político apoyado por ambos partidos y que de éste se derive en una condena, no son promisorias. Aùn así ¿cuáles son los hechos?

A todas luces, Bush y Cheney son culpables de numerosos delitos impugnables.
En repetidas ocasiones han violado la Carta Magna y han transgredido el derecho nacional y el internacional. Le han mentido al pueblo estadounidense una y otra vez. Sus conductas y sus políticas bárbaras han empañado la imagen de nuestro entrañable país ante los ojos del mundo en una situación sin paralelos en nuestra historia. Son estos verdaderos “crímenes y fechorías de marca mayor”, según la norma constitucional.
Desde el principio, la toma del poder por parte del equipo de Bush y Cheney fue el resultado de elecciones en tela de juicio, las cuales quizá debieron haberse emplazado oficialmente, y tal vez debieron haber sido objeto de incluso una investigación solicitada por el Congreso.

Durante el régimen de Bush-Cheney, los fundamentos de la democracia estadounidense se han socavado. El compromiso que ha dominado a este gobierno ha sido el de la guerra asesina, ilegal e insensata contra el Iraq. Esa empresa irresponsable ha provocado la muerte de casi 4.000 estadounidenses, ha mutilado física o mentalmente a compatriotas cuyo número supera con creces a esa cifra, ha segado la vida a unos 600.000 iraquíes y ha arrasado a ese país.
El costo económico para los Estados Unidos asciende hoy día a 250 millones de dólares diarios y ese costo debe superar un millón de millones de dólares, gr
an parte de los cuales los hemos obtenido endeudándonos con China y otras naciones, y ahora nuestra deuda nacional alcanza los nueve millones de millones de dólares, la más abultada de nuestra historia.
Todo lo anterior ha ocurrido en ausencia de una guerra declarada por el Congreso, tal como la Constitución lo exige en términos claros, en desafío a la Carta de las Naciones
Unidas y en violación del derecho internacional. Esta indiferencia temeraria hacia la vida y hacia los bienes materiales, así como hacia el derecho constitucional, se ha visto acompañada por el maltrato de prisioneros, incluida la tortura sistemática, lo cual infringe de manera directa los Convenios de Ginebra de 1949.
No he participado activamente en las alabanzas al Gobierno de Nixon. Sin embargo, los argumentos a favor de impugnar a Bush y a Cheney son mucho más sólidos que los aplicables a Nixon y a su vicepresidente Spiro T. Agnew después de los comicios de 1972. La nación estaría mucho más protegida y sería más productiva con la presidencia de Nixon que con la de Bush. De hecho, ¿habrá existido en nuestra historia nacional un gobierno que haya provocado más daños que el de Bush-Cheney?
¿Cómo pudo una gran nación, otrora digna de admiración, caer en este lodazal de asesinatos, inmoralidades y anarquía?
Ello obedeció en parte a que el equipo de Bush-Cheney, en repetidas ocasiones, engañó al Congreso, a la prensa y a la población, a quienes hizo creer que Saddam Hussein poseía armamento nuclear y otros aterradores medios prohibidos, los cuales representaban una “amenaza inminente” para los Estados Unidos. El Gobierno también logró que la población creyera que el Iraq había tenido que ver con los actos del 11 de septiembre: otra fragrante mentira. En los últimos años, en muchas ocasiones recuerdo la máxima sentenciada por Jefferson: “De hecho tiemblo por mi país cuando pienso que Dios es justo”.

La estrategia del Gobierno se ha basado en estimular un clima de miedo y en explotar los ataques de Al-Qaeda en 2001, no sólo como justificación para invadir el Irak, sino también como excusa para comportamientos peligrosos tales como la intervención ilegal de nuestras conversaciones telefónicas realizadas por agentes gubernamentales. Ese mismo miedo azuzado ha llevado a voceros gubernamentales y a periodistas serviles a dejar entrever que estamos en guerra contra todo el mundo árabe y musulmán compuesto por más de mil millones de habitantes.
Otra espantosa farsa ha sido el envío de prisioneros recogidos en las calles de Afganistán a la Bahía de Guantánamo en Cuba y a otros países, sin darles el beneficio de presentarse ante un tribunal, tal como se prevé en nuestras leyes desde hace mucho tiempo.
Aunque en agosto pasado conoció a través de los órganos de inteligencia que el Irán no tenía programa alguno para concebir armas nucleares, el Presidente siguió mintiendo a nuestro país y al mundo. Se trata de la misma estrategia de engaño que nos llevó a la guerra en el Desierto Arábigo y que pudiera conducirnos a una invasión injustificada en Irán. A partir de mi conocimiento profesional y mi experiencia, puedo afirmar que si Bush invade a otro estado petrolero musulmán, ello pondrá fin a la influencia estadounidense en la decisiva región del Oriente Medio, y esa influencia no se recuperará en decenios.
Resulta irónico: mientras Bush y Cheney convertían la lucha contra el terrorismo en su grito de guerra, sus políticas, en especial la contienda en el Irak, han empeorado la amenaza terrorista y han reducido la protección de los Estados Unidos. Pensemos en la diferencia entre las políticas del Presidente Bush padre y las de su hijo. Cuando el ejército iraquí invadió Kuwait en agosto de 1990, el Presidente George H.W. Bush aunó el apoyo de todo el mundo, incluidas las Naciones Unidas, la Unión Europea y casi toda la Liga Árabe, y con ello expulsó de Kuwait a las fuerzas iraquíes rápidamente. Los sauditas y los japoneses asumieron gran parte de los gastos. En lugar de empantanarse en una costosa ocupación, el Gobierno formuló una política de contención contra el régimen del Partido Baath, sustentada en inspectores internacionales de armamentos, zonas de prohibición de vuelos y sanciones económicas. El Iraq se mantuvo como un país estable sin capacidad alguna para amenazar a otros.

Hoy día, después de cinco años de políticas torpes y erradas y de una ocupación militar estadounidense, el Irak se ha convertido en cardo de cultivo para el terrorismo y se ha sumido en un sangriento conflicto civil. Para nadie es secreto que el ex presidente Bush, su canciller James A. Baker III, y su asesor para la seguridad nacional, el general Brent Scowcroft, se opusieron a la invasión y ocupación del Iraq en 2003.
Al espantoso desdén presidencial hacia la responsabilidad legal y moral se suma la escandalosa indiferencia y la respuesta ineficaz ante la catástrofe provocada por el Huracán Katrina. Jack Cafferty, veterano comentarista de CNN resumió los hechos en la frase siguiente: “Jamás había visto una situación que se manejara con tanta incompetencia como la de Nueva Orleans. Cualquier juicio político debe comprender una investigación detallada y crítica del derrumbe del presidente como líder a raíz de tal vez el peor desastre natural de la historia de los Estados Unidos".
Desde luego, es poco probable que se entable un juicio político. Sin embargo, debemos instar a que el Congreso actúe. En términos sencillos, el juicio político es un procedimiento consagrado en la Constitución para encausar a los presidentes que violen la Constitución y las leyes de la tierra.
El juicio político sirve también para comunicar a los estadounidenses y al mundo que entre nosotros hay quienes nos preocupamos bastante por la actual marcha a la deriva de nuestro país y apoyamos la impugnación de los falsos profetas que nos han conducido sin rumbo. En mi opinión, esa es la posición decorosa de todo patriota estadounidense.

Hace dos años, la ex congresista Elizabeth Holtzman, quien desempeñó un papel protagónico en el juicio político contra Nixon, escribió: "no fue hasta que se conoció hace poco que el Presidente Bush había ordenado la intervención telefónica de cientos, probablemente miles, de estadounidenses en violación de la Ley sobre la Vigilancia Extranjera, y que arguyó para ello que en su condición de Comandante en Jefe tenía el derecho de desconocer las leyes de nuestro país para satisfacer los intereses de la seguridad nacional, que volví a sentir el mismo salto en el estómago que tuve durante Watergate…El presidente, cualquier presidente que se crea por encima de la ley y la viole en repetidas ocasiones, comete crímenes y fechorías de marca mayor”.
Creo que hay probabilidades para sanar las heridas sufridas por esta nación en el primer decenio del siglo XXI. La recuperación podrá demorar una generación y dependerá de que se elijan presidentes y congresos sensatos. Tengo 85 años, por lo que no seré testigo del difícil proceso de reconstrucción de nuestro país tan lacerado, pero quisiera vivir lo suficiente para ver el inicio del proceso de sanar.
En mi vida adulta, jamás ha habido un día en el que no haya estado dispuesto a sacrificar mi existencia para salvar a los Estados Unidos de peligros reales, como los que nos asecharon cuando participé en la Segunda Guerra Mundial como piloto de bombarderos. Debemos ser una gran nación, porque de vez en cuando cometemos errores gigantescos, pero hasta ahora, hemos logrado sobrevivir y recuperarnos.

Ver texto completo en The Washington Post

miércoles, 16 de enero de 2008

EL IMPERIO EN CRISIS


Ahora no solamente los críticos del gobierno de Bush alertan de la crisis. Hasta los economistas más ortodoxos, ligados a los círculos financieros, prevén que EE UU entrará en recesión en cosa de semanas. En una encuesta reciente, la mayoría de los analistas evalúa que el PIB sufrirá una fuerte contracción. Goldman Sachs, Merrill Lynch y Morgan Stanley, poderosos grupos financieros, también temen lo peor.
Y motivos para temer no faltan, ya que la situación de la economía yanqui es grave. Ella es totalmente parasitaria y en deuda desde hace tiempo. La crisis inmobiliaria ha sido sólo la punta del iceberg, la gota que revalsó el vaso, llevando a la quiebra a miles de estadounidenses. El dólar continúa cayendo en el mundo y en Chile no tardará en llegar a los 450 pesos, el nivel más bajo en doce años. El Imperio se resquebraja y se desarma por todos lados. El desempleo vuelve a alcanzar records y las compras de la Navidad pasada fueron las peores de los últimos años e Irak se ha convertido en el nuevo Vietnam, tal como lo anunciamos en su momento.
Según una encuesta de la CNN, el 57% de los estadounidenses evalúa que el país ya se encuentra en recesión. Para David Brooks, de La Jornada, este pesimismo es comprensible. “Miles perdieron sus casas con la crisis de la deuda hipotecaria, uno de cada 10 padece de hambre, el sueldo real de la amplia mayoría de los trabajadores no mejora en más de 30 años... El ‘sueño americano' se define muy sencillamente: la nueva generación gozará de mejor nivel de vida que la anterior. Pero este mito fundamental en el país se está desvaneciendo rápidamente. Una investigación reciente detectó que solamente el 16% cree que sus hijos tendrán mejores condiciones económicas que la suya”.
En cierto sentido, la amenazadora recesión confirma la tesis de la caída relativa –y no del colapso inmediato– del “imperio del mal”. Como afirma el periodista Umberto Martins, “la crisis inmobiliaria y la crisis del dólar revelan la fragilidad de la economía estadounidense, que ingresó en el siglo XXI bajo el impacto del colapso de la 'Nueva Economía' y la recesión de 2001. Son hechos desconcertantes para quien apostó sus fichas al relanzamiento de la hegemonía económica de EE UU y alimentó la idea de que la superpotencia en declive sería la gran locomotora de la economía internacional, al menos hasta 2050. Felizmente, la realidad tiene el don de disipar ilusiones.

jueves, 10 de enero de 2008

STIGLITZ CUESTIONA EFECTIVIDAD DEL PIB


Stiglitz cuestiona la efectividad del PIB para medir crecimiento de los países

"Los instrumentos de medida del crecimiento sólo compensan a los gobiernos que aumentan la producción material y no el bienestar", lamentó el economista estadonidense y premio Nobel Joseph Stiglitz, a quien el presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, encargó el martes una reflexión sobre este tema.
“Hace mucho tiempo que existe entre los economistas un fuerte sentimiento de que el producto interno bruto (PIB) no es un buen instrumento de medida”, explicó en una entrevista.
“El PIB no mide adecuadamente los cambios que afectan el bienestar, ni permite comparar correctamente el bienestar en los diferentes países”, agregó.
Cuando un dirigente político “trata de maximizar el PIB, como el PIB no es un buen instrumento de medida, estará tratando de maximizar algo inadecuado y hasta puede ser contraproducente”, prosiguió.
Stiglitz, profesor en la Universidad de Columbia, Nueva York, confirmó que, a pedido de Sarkozy, presidirá una comisión para estudiar los instrumentos.
El “amplio mandato” confiado al académico estadunidense de 64 años, conocido por su franqueza y por sus posiciones contrarias al modelo Neoliberal, apunta a “crear una comisión de estudios sobre cómo medir el bienestar”.
Stiglitz contará con el apoyo de otro premio Nobel, el economista indio Amartya Sen, quien participará en estos trabajos que se iniciarán “muy en breve” y terminará “dentro de un año y medio o dos”.
El ex economista jefe del Banco Mundial, cuya renuncia en 1999 resonó con gran estrépito, expresó su deseo de que estas investigaciones influyan sobre un área mayor que Francia.
“Con un poco de suerte, esto tendrá consecuencias en todo el mundo”, dijo, y añadió “la construcción de instrumentos de medidas complementarias” a los índices actuales ejercerá un impacto “sobre las estadísticas francesas, pero también sobre las de otros países”.
Incluso “hay discusiones sobre la posibilidad de que otros países participen o de ampliar” los trabajos”. “La cuestión de si este trabajo se hará sólo con el auspicio del gobierno francés o si otros participantes se unirán a nosotros sigue abierta”, dijo.
Para Stiglitz, en efecto, el debate es mundial, y se ha tornado particularmente urgente debido a los problemas causados por el calentamiento del planeta: “y esto nos obliga a repensar las cosas”, comentó.
“Los instrumentos tradicionales de medición del PIB no toman en cuenta la degradación del medio ambiente, ni la desaparición de los recursos naturales”, observó.
Estos instrumentos, como el PIB, “sólo compensan a los gobiernos que aumentan la producción material, pero si se mejora la calidad de vida, eso no aparece como un aumento de consumo material, entonces no se amplía el PIB y el gobierno es criticado”. A la inversa, un crecimiento del PIB puede disimular una degradación violenta del bienestar de la población, advirtió.

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