jueves, 17 de agosto de 2017

Estado Islámico siembra el pánico en Barcelona


Una furgoneta subió el jueves a la concurrida avenida de Las Ramblas de Barcelona y arrolló a turistas y residentes, convirtiendo el popular destino vacacional europeo en una sangrienta y mortífera escena. En total, 13 personas murieron y más de 100 resultaron heridas, 15 de ellas de gravedad, en lo que las autoridades definieron como un ataque terrorista.
El vehículo alquilado por los terroristas inició su recorrido en la confluencia de la Rambla con Plaça Catalunya y recorrió 400 metros hasta el mosaico de Joan Miró (Carrer Hospital), atropellando a toda la gente que se encontraba, haciendo eses para causar el mayor daño. Este atentado terrorista perpetrado con furgoneta se ha convertido, por ahora, en el segundo más mortífero en Barcelona tras el de Hipercor en 1987. En concreto, el balance, según Emergències, es de 13 muertos, 15 heridos graves, 23 heridos menos graves y 48 heridos leves.

Gran eclipse sobre el TLCAN

Alejandro Nadal, La Jornada

La renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte comienza hoy. Las condiciones han cambiado mucho desde los primeros intercambios que habrían de dar forma al TLCAN. Por aquellos tiempos los negociadores de los tres gobiernos, convencidos de las extraordinarias bondades del libre comercio, repetían sin cesar que el nuevo acuerdo comercial sería un rotundo éxito.

La prensa internacional de negocios se derretía en elogios sobre las novedades del pacto, el primero que involucraba países de muy distinto grado de desarrollo. El contenido del tratado iría mucho más lejos de la simple desgravación arancelaria o la eliminación de un sistema de cuotas y abarcaría temas sobre inversiones directas, política industrial, propiedad intelectual, compras de gobierno, regulaciones del sector servicios, así como un capítulo sobre solución de controversias. Carla Hills, representante de comercio de Estados Unidos, repetía sin cesar que con el TLCAN todas las partes saldrían beneficiadas y la prosperidad alcanzaría a todos los habitantes de América del Norte. El gobierno mexicano le hacía coro con la idea de que nuestro país entraría de lleno al primer mundo. Y la promesa de las reformas pro-mercado que introducía el gobierno de Salinas supuestamente garantizaban un proceso de crecimiento de largo alcance.

miércoles, 16 de agosto de 2017

La recurrencia e intensidad de las crisis financieras

Roberto Machado, El Gran Angular

De las doce mayores crisis financieras en el mundo de las que se tiene registro, desde el fin de la burbuja de los tulipanes holandeses en 1636, hasta la crisis financiera internacional de 2008-2009, ocho corresponden a la era del capitalismo neoliberal. La mayor recurrencia e intensidad de las crisis financieras propiciadas por el neoliberalismo en el mundo es el resultado directo de la desregulación financiera, del libre movimiento internacional de capitales y del predominio del sector financiero por sobre el sector real de la economía (“financierismo”), que generan grandes ganancias especulativas privadas cuando las cosas van bien, que súbitamente se transforman en pérdidas gigantescas que acaban socializándose cuando las cosas van mal. Este es un rasgo esencial del capitalismo neoliberal. El otro es la creciente concentración del ingreso y la riqueza.

Las crisis financieras suelen tener cuatro fases[1]:

1. Primera (Inicio de la burbuja). Algún acontecimiento genera el surgimiento de una burbuja en el mercado de activos financieros (acciones, bonos, títulos de deuda, fondos mutuos, activos derivados, etc.) o bienes raíces (inmuebles en general). Una burbuja implica una dinámica insostenible en el crecimiento de los precios.

2. Segunda (Manía). Los bancos privados inflan la burbuja otorgando créditos masivamente, con lo que sobreviene una ola de sobre-optimismo y profecías auto-cumplidas: como todos creen que los precios de los activos financieros o bienes raíces seguirán subiendo, todos salen a comprar, con lo que efectivamente estos precios siguen subiendo, y la economía sigue creciendo. Los especuladores se llenan de plata.

martes, 15 de agosto de 2017

Chomsky: "El neoliberalismo nos ha llevado al fomento de las tiranías"


El reconocido filósofo, lingüista y activista estadounidense Noam Chomsky ha desgranado en una entrevista con el periodista Chris Hedges del programa de RT 'On Contact' las ideas clave de su nuevo libro 'Réquiem por el sueño americano'. El prolífico escritor sintetiza en el volumen las diez maneras en que las élites occidentales lograron hacerse con las riendas del poder. Según Chomsky, a principios de la década de 1970 en Occidente se produjo un "desvío neoliberal". A raíz de este, la toma de decisiones en la sociedad empezó a pasar de la comunidad al "mercado libre". En sus palabras, fue "una política dirigida a la privatización, la reducción del papel de los establecimientos estatales, la eliminación de la supervisión, la protección de las organizaciones financieras y su promoción". Chomsky afirma que a estas iniciativas se les ha calificado como "fomento de las libertades", aunque sea "de la tiranía".

Chomsky recuerda cómo la toma de decisiones en el Estado pasó de la política, donde los ciudadanos ejercen su influencia, al sector corporativo. Son los monopolios y los oligopolios o las "tiranías privadas" las que empezaron a desempeñar el papel principal. En su ensayo, recuerda cómo la vida de los trabajadores se deterioró de forma "significativa" y como consecuencia de los acuerdos de libre comercio compiten globalmente. Por ejemplo, en Europa y EEUU los trabajadores están perdiendo la batalla ante los chinos que están dispuestos a trabajar en duras condiciones por míseros salarios.

Chomsky opina que esta situación de vulnerabilidad fue creada en EEUU a propósito. Los sueldos se mantienen bajos, mientras los trabajadores "de forma continua piden apoyo social" y la inflación permanece en registros discretos, y sufren la disminución de su calidad de vida. Chomsky señala que esta realidad a nivel global s vista como positiva para la economía de un país, lo que aisla màs a los trabajadores. Por ello los trabajadores tienen miedo de luchar por sus derechos y los sindicatos están muriendo. Según el filósofo, este es uno de los componentes fundamentales de la 'gran moderación' que implicó el éxito de los programas neoliberales. Antes del derrumbe del sistema económico, en 2007, los sueldos reales eran más bajos que en 1979, cuando se inició el experimento neoliberal. El neoliberalismo nos ha conducido no al fomento de las libertades, como dice, sino más bien al fomento de las tiranías más déspotas.

lunes, 14 de agosto de 2017

Un bufón comanda el imperio

Emir Sader, Página 12

Estados Unidos siempre tuvo el temor de no lograr mantener dos guerras a la vez. Con el entusiasmo del consenso logrado para invadir y destruir a Afganistán –chivo expiatorio de los atentados a las Torres Gemelas, para librar de responsabilidades a Arabia Saudita, su aliado carnal–, el gobierno norteamericano se lanzó, en ese momento sólo con el apoyo de Gran Bretaña, a invadir y a destruir el país de la civilización más antigua del mundo: Irak. Década y media después, todavía está por allá. No ha logrado salir de ninguno de los dos países, a pesar de haberlos destruido.

Ahora, con el intervalo de pocos días, Donald Trump, que dirige el imperio por Twitter, dio dos declaraciones bomba, bien a su estilo. Dijo que Corea del Norte será víctima del ataque más fenomenal que el mundo haya conocido y, no contento con ello, que evalúa la posibilidad de una solución militar con Venezuela.

La agencia Reuters dijo que hay una vía de comunicación directa y secreta entre Corea del Norte y EEUU, una especie de teléfono rojo o amarillo. The New York Times delineó las razones por las cuales Washington no se metería con Caracas: pérdida de ganancias de empresas norteamericanas del petróleo, costo caro de importar crudo de otros países más lejos, además de las reacciones, que suscitarían más apoyo al gobierno venezolano.

El Dow Jones en 22.000: Un nuevo récord de parasitismo

Nick Beams, wsws.org

El Promedio Industrial Dow Jones registró su séptimo récord consecutivo el día del 3 de agosto, después de llegar a 22.000 el miércoles, impulsado por un aumento de 4,7 por ciento en las acciones de Apple. El Dow ha casi triplicado su valor desde que alcanzó su punto bajo post-crisis financiera del 2008 de 6.547 en marzo del 2009.

El histórico auge bursátil ha continuado a pesar de la inestabilidad del gobierno de Trump y el aumento de las tensiones geopolíticas, con EEUU amenazando con guerra en Europa contra Rusia, en el Medio Oriente contra Irán, y en el este de Asia contra Corea del Norte y China. El mismo día del auge del Dow, Donald Trump promulgó nuevas sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte. La Unión Europea se desmorona después del Brexit y la alianza entre los Estados Unidos y Alemania se está convirtiendo en hostilidad abierta y mutua. En medio del continuo estancamiento económico, las relaciones comerciales mundiales se están desintegrando, dando lugar a la guerra comercial y el proteccionismo. Nada de esto ha puesto fin a la bonanza en Wall Street y las bolsas del mundo. En lo que va del año, el Dow ha subido un 11,5 por ciento. Una inversión de $10.000 hecha hace apenas una década ahora valdría $33.600. Estas enormes ganancias no llegan a toda la población —la Reserva Federal estima que sólo un 15 por ciento de los hogares posee acciones— sino que a la élite financiera.

En las primeras décadas del período post-Segunda Guerra Mundial, un alza en el mercado bursátil de los EEUU indicaba un fortalecimiento generalizado de la economía estadounidense, impulsada por las grandes corporaciones industriales que encarnaban la superioridad general de los métodos productivos del país. Esta época quedó en el pasado. El auge bursátil actual es una expresión de la inmensa y creciente distancia entre los mercados financieros y la economía real subyacente.

domingo, 13 de agosto de 2017

Publicistas del imperio

Atilio Borón, Página 12

Evidentemente, las crisis enseñan. Hacen caer las máscaras de quienes aparecían ante los ojos del público como “periodistas” –serios, independientes, bien informados– y los revela como lo que son: agentes de propaganda, publicistas de los grupos dominantes para quienes este es el mejor de los mundos posibles. Un mundo en donde ocho individuos tienen más riquezas que la mitad de la población mundial y el 1% más rico tiene más que el 99% restante del planeta. Para quienes están en la cima de esa pirámide pretender cambiar este mundo es una locura y una amenaza a sus intereses y privilegios. Por eso organizan una legión de publicistas disfrazados como “periodistas” o “académicos” que se encargan de engañar a la gente sea mintiendo u ocultando lo que el común de los mortales no debe jamás saber. ¿El mensaje? El mismo de Margaret Thatcher: “no hay alternativas”.

La desesperación por abortar cualquier pretensión de cambio, cualquier aspiración a construir una sociedad más justa, humana, amigable con la naturaleza es tan grande que en el día de hoy el periódico conservador La Nación publica las opiniones de dos de sus habituales colaboradores perpetrando un exabrupto que los descalifica para seguir posando como analistas políticos. Andrés Oppenheimer en la edición impresa comienza con un título que anticipa la sutileza de su escrito: “Maduro es un dictador”. Y pocas horas después, en la edición online de ese mismo diario, Loris Zanatta, un historiador italiano especializado en el estudio del nacionalismo católico y el peronismo, ganado por su ofuscación levanta la apuesta de su colega y de un plumazo Maduro ya no es un dictador sino un déspota que preside un estado totalitario.

sábado, 12 de agosto de 2017

Primarias en Argentina: más que elecciones, un plebiscito

Javier Tolcachier, Alai

Este domingo se disputan en Argentina elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias. Bajo el pomposo nombre de “Ley de democratización de la representación política, la transparencia y la equidad electoral”, la norma que las regula fue sancionada en 2009. Si bien en la teoría uno de los propósitos de esta pre-elección es la de ser una suerte de pre-selección democrática de candidatos dentro de las distintas agrupaciones, en la práctica esta premisa no se ha cumplido y la mayoría de las listas son únicas, sin competencia interna.

Otro motivo esgrimido en su momento para justificar la ley fue la de “ordenar” el espectro político y fortalecer el sistema partidario, previendo números de afiliaciones más altos para obtener o conservar personería jurídica, recolección de firmas para avalar candidaturas y por último, lograr un piso mínimo de votos (1.5% del padrón) para poder competir en la elección de fondo. Lejos de contribuir a una profundización democrática – como era de preverse – la nueva reglamentación conspiró contra las posibilidades de nuevas formaciones o partidos minoritarios, reduciendo la diversidad de opciones y dando continuidad al chantaje del electorado y a la concentración del voto.

Por último, el modelo partidario de representatividad no se fortaleció en absoluto. Por el contrario, los partidos fueron vaciándose paulatinamente quedando apenas como esqueletos anticuados o sellos de goma, incapaces de contener o atraer el impulso transformador de las militancias jóvenes. Esta decadencia de antiguas formas partidarias llegó al punto del vergonzante ocultamiento de sus gloriosas siglas a fin de no espantar votantes potenciales.

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