Mostrando las entradas con la etiqueta Nueva ruta de la Seda. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Nueva ruta de la Seda. Mostrar todas las entradas

lunes, 7 de febrero de 2022

La nueva Ruta de la Seda, el megaproyecto económico y comercial impulsado por China

La Franja y la Ruta es un proyecto económico de la República Popular China que invoca la antigua Ruta de la Seda para potenciar los vínculos con el resto del mundo a través de la creación de dos grandes rutas comerciales, una marítima y otra terrestre, que unirán al gigante asiático con el corazón de Europa, África y América Latina.

Con este megaproyecto, emblema del Gobierno de Xi Jinping, el país busca traer a la actualidad la legendaria ruta comercial por la que fluyó el comercio entre China y Europa a través de Asia Central durante las dinastías Han (206 AC hasta el 220 DC) y Tang (618 hasta 907), los tiempos más gloriosos de la China imperial, al tiempo que reafirma su vocación de restaurar su tradicional lugar como superpotencia.

La iniciativa, que es vista como un Plan Marshall del siglo XXI con el que China pretende moldear sus vínculos con el mundo, incluye el 75% de las reservas energéticas conocidas en el mundo, el 70% de la población mundial y generaría el 55% del PIB mundial.

sábado, 18 de enero de 2020

Además de Irán, China también está en ‎la mirilla de Estados Unidos


Manlio Dinucci, Voltaire

El asesinato del general iraní Qassem Suleimani, con luz verde del presidente Donald Trump, ‎desató una reacción en cadena que se propagó incluso más allá del Medio Oriente. Esa era la ‎intención de quien aprobó la operación. Hace tiempo que Suleimani estaba en la mirilla de ‎Estados Unidos, pero los presidentes George W. Bush y Barack Obama no aprobaron su ‎asesinato. ‎

‎¿Por qué lo hizo el presidente Donald Trump? Hay varias razones, como el interés personal del ‎actual presidente por evitar su propia destitución presentándose como un ardiente defensor de ‎‎«América» (léase “Estados Unidos”) ante un enemigo amenazante. Pero la principal razón de la ‎decisión de asesinar Suleimani, decisión adoptada por el Estado Profundo estadounidense antes ‎de que se tomara en la Casa Blanca, hay que buscarla en un factor que se ha hecho crítico para ‎los intereses estadounidenses sólo en estos últimos años: la creciente presencia económica china ‎en Irán. ‎

Irán desempeña un papel de primera importancia en la Nueva Ruta de la Seda cuya implantación ‎inició Pekín en 2013 y que ya se encuentra en una fase avanzada de realización. La Nueva Ruta ‎de la Seda consiste en una red de carreteras y vías férreas entre China y Europa a través del Asia ‎Central, el Medio Oriente y Rusia, combinada con una vía marítima a través del Océano Índico, ‎el Mar Rojo y el Mediterráneo. Para garantizar las infraestructuras (carreteras, vías férreas e ‎instalaciones portuarias) en más de 60 países, se prevén inversiones superiores a ‎‎1 000 millardos de dólares. En ese marco, China está invirtiendo en Irán unos 400 000 millones ‎de dólares: 280 000 millones en la industria del petróleo, en el gas y en el sector petroquímico, y ‎‎120 000 millones en las infraestructuras vinculadas al transporte, incluyendo oleoductos y ‎gasoductos. Se prevé que esas inversiones, efectuadas en un periodo de 5 años, han de ‎renovarse posteriormente. ‎

martes, 26 de marzo de 2019

La nueva ruta de la seda de China: ¿plan Marshall optimizado?


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Nunca ha quedado elucidada la razón por la cual la China amurallada desde 221 AC no se lanzó a la conquista del mundo de los bárbaros en el siglo XI, cuando ya poseía la primera marina y capacidad inventiva y logística –pólvora y brújula–, mientras Europa se sumía en su oscurantista medievo, con la notable excepción del auge encapsulado de Bizancio y su fructífera conectividad con Venecia.

El atribulado Donald Trump programó su espectacular periplo a Arabia Saudita, Israel y el Vaticano (antes de las cumbres de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Bruselas y del G-7 en Sicilia) una semana después de la trascendental cumbre de 29 mandatarios este domingo en Pekín de la nueva ruta de la seda (One belt, one road: B&R), en la que destacan el anfitrión mandarín Xi Jinping y su principal invitado, Vladimir Putin (https://goo.gl/4isH5M).

Lu Wen otorga un sitial relevante a Vladimir Putin, quien jugará un rol activo en la cumbre en asociación con China (https://goo.gl/96HX34), ya que ambas superpotencias comparten planes de desarrollo de infraestructura en lejano Oriente. En referencia al contencioso de la península coreana, los mandatarios de China y Rusia se han manifestado por una solución diplomática (https://goo.gl/khfiky).

sábado, 22 de septiembre de 2018

Una guerra contra el proyecto chino

La "Nueva ruta de la seda" es el único proyecto abierto, integrador, universalista y no basado en la lógica de la imposición del más fuerte que existe en el mundo de hoy
Rafael Poch, ctxt

Donald Trump ha lanzado esta semana aranceles por valor de 200.000 millones de dólares contra productos chinos que se suman a anteriores medidas. No tiene que ver con aluminio, ni coches, ni acero, como ocurre con Europa, sino que hay que leerlo como una exigencia de que China renuncie a su ascenso al estatus de gran potencia. Y esa exigencia está respaldada militarmente. Es decir, la guerra comercial que Washington ha declarado tiene grandes posibilidades de ser un prolegómeno de una guerra propiamente dicha, una guerra militar. Veamos por qué.

La política china está ganando peso y prestigio en el mundo desde cualquier punto de vista con su llamada “Nueva ruta de la seda” ( Belt and Road Initiative ). Los desórdenes del presidente broncas colocan a Xi Jinping en el papel de serio y previsible estadista de proyección mundial. Su prudencia y previsibilidad contrastan aún más al lado de la oferta que Estados Unidos viene lanzando al mundo: una oferta basada en la fuerza, mayormente militar, y regida por la fórmula, “o estás conmigo, o estás contra mí”. Al lado de eso, la “Nueva ruta de la seda” es el único proyecto abierto, integrador, universalista y no basado en la lógica de la imposición del más fuerte que existe en el mundo de hoy. ¿Qué significa?

sábado, 24 de junio de 2017

Claves geoeconómicas para entender qué pasa en Oriente Medio y Eurasia

Pepe Escobar, Salir del euro

Hace sólo unos días aconteció un cambio geopolítico tectónico en Astana, Kazajstán, y sin embargo la fuerte ondulación sísmica apenas ha sido registrada por los círculos atlantistas.

En la cumbre anual de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), fundada en 2001, India y Pakistán fueron admitidos como miembros de pleno derecho, junto con Rusia, China y cuatro naciones de Asia Central (Kazajstán, Uzbekistán, Kirguistán y Tayikistán).

Así que ahora la OCS no sólo es la organización política más grande –por área y población– en el mundo; también une a cuatro potencias nucleares. El G-7 es irrelevante, la última cumbre en Taormina lo dejó claro. La verdadera acción, aparte del G-20, estará en los movimientos de la OCS.

Permanentemente ridiculizada en Occidente desde hace una década y media como una mera tertulia, la OCS, poco a poco, sigue avanzando. Como lo señalara el presidente de China, Xi Jinping, de manera elegante; “La OCS es un nuevo tipo de relaciones internacionales que ofrece ganar a todos sus integrantes a través de la cooperación".

La marca registrada por la OCS es bastante sutil. Su énfasis inicial – en el mundo post- 11 de Septiembre- fue a luchar contra lo que los chinos califican como “los tres males”: el terrorismo, el separatismo y el extremismo. Pekín y Moscú, al principio estaban pensando en los talibanes de Afganistán (y sus conexiones con Asia Central, especialmente a través del Movimiento Islámico de Uzbekistán (IMU)) pero, ahora la OCS preocupada por el deterioro de la seguridad en Afganistán llama a sus miembros a apoyar un proceso de “paz y reconciliación”.

lunes, 19 de junio de 2017

Las tres veces que EEUU intentó descarrilar la nueva ruta de la seda

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

No hay que subestimar la gira triunfal del atribulado Trump a Israel (su aliado predilecto, emocional y familiar) y a Arabia Saudita: su financiero que realizó la mayor compra de armas de la historia por 110 mil millones de dólares, afianzó su alianza militar y petrolera con EEUU, y encabezó dos relevantes cumbres con el polémico Trump: 1) la de las seis petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo, y 2) la Árabe-Islámico-Estadounidense de 55 países de carácter sunnita que puso en jaque a la teocracia chiíta excluida de las dos cumbres.

La santa alianza de Trump con Israel y Arabia Saudita pretende horadar el flanco sur de la nueva ruta de la seda (B&R) del binomio China/Rusia (http://goo.gl/RHPZLc). Sería grave error de juicio geoestratégico cesar de vislumbrar el cronograma competitivo de la cumbre B&R en Pekín, el 14 de mayo, con el inicio de la gira acrobática de Trump a Arabia Saudita e Israel, seis días después. No es la primera vez que Estados Unidos (EEUU), antes y después de Trump, intenta descarrilar el B&R. Ya el politólogo ruso Rostislav Ishenko había advertido que B&R representa “una amenaza directa al bienestar de EEUU, que tratará de frenarla a todo coste (http://goo.gl/8iaw5T)”.

lunes, 29 de mayo de 2017

El sueño económico de China

Hedelberto López Blanch, Rebelión

El poder de convocatoria de China quedó reafirmado con la asistencia de 27 naciones a la denominada cumbre del Cinturón y Ruta de la Seda, un super mega proyecto en el cual se pretende invertir alrededor de 100 000 millones de dólares en los próximos años.

Reunidos en Pekín, varios líderes del orbe escucharon al presidente Xi Jinping enfatizar: “debemos construir una plataforma abierta de cooperación y defender y hacer crecer una economía mundial abierta con reglas de comercio e inversión mundiales justas, razonables y transparentes”.

El objetivo principal será ampliar los vínculos entre Asia, África, Europa y más allá para lo cual China se apoyará en grandes inversiones en infraestructuras.

El proyecto se inspira en la histórica Ruta de la Seda que durante un milenio fue el principal nexo comercial entre el Este y el Oeste a través de los desiertos y montañas de Asia Central y Oriente Próximo, y entre los personajes más conocidos que recorrieron aquellas vías aparece Marco Polo. Tras la defenestración del Imperio Bizantino y el descubrimiento de América, la ruta perdió atractivo y viabilidad pero ahora Pekín trata de revivirla con mucha más fuerza.

domingo, 14 de mayo de 2017

La nueva ruta de la seda de China: ¿plan Marshall optimizado?

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Nunca ha quedado elucidada la razón por la cual la China amurallada desde 221 AC no se lanzó a la conquista del mundo de los bárbaros en el siglo XI, cuando ya poseía la primera marina y capacidad inventiva y logística –pólvora y brújula–, mientras Europa se sumía en su oscurantista medievo, con la notable excepción del auge encapsulado de Bizancio y su fructífera conectividad con Venecia.

El atribulado Donald Trump programó su espectacular periplo a Arabia Saudita, Israel y el Vaticano (antes de las cumbres de la Organización del Tratado del Atlántico Norte en Bruselas y del G-7 en Sicilia) una semana después de la trascendental cumbre de 29 mandatarios este domingo en Pekín de la nueva ruta de la seda (One belt, one road: B&R), en la que destacan el anfitrión mandarín Xi Jinping y su principal invitado, el zar Vlady Putin (https://goo.gl/4isH5M).

Lu Wen otorga un sitial relevante al zar Vlady Putin, quien jugará un rol activo en la cumbre en asociación con China (https://goo.gl/96HX34), ya que ambas superpotencias comparten planes de desarrollo de infraestructura en lejano Oriente. En referencia al contencioso de la península coreana, los mandatarios de China y Rusia se han manifestado por una solución diplomática (https://goo.gl/khfiky).

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin