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domingo, 8 de marzo de 2020

Clase: La pequeña palabra que las élites quieren que olvides

imagen: Mr. Fish

Chris Hedges, TruthDig

Aristóteles, Nicolás Maquiavelo, Alexis de Tocqueville, Adam Smith y Karl Marx fundamentaron sus filosofías en el entendimiento de que existe un antagonismo natural entre los ricos y el resto de nosotros. Los intereses de los ricos no son nuestros intereses. Las verdades de los ricos no son nuestras verdades. Las vidas de los ricos no son nuestras vidas. La gran riqueza no solo genera desprecio por quienes no la tienen, sino que faculta a los oligarcas para pagar ejércitos de abogados, publicistas, políticos, jueces, académicos y periodistas para censurar y controlar el debate público y sofocar la disidencia. El neoliberalismo, la desindustrialización, la destrucción de los sindicatos, la reducción e incluso la eliminación de los impuestos a los ricos y las corporaciones, el libre comercio, la globalización, el estado de vigilancia, la guerra sin fin y la austeridad -las ideologías o herramientas utilizadas por los oligarcas para promover sus propios intereses- son presentadas al público como ley natural, los mecanismos para el progreso social y económico, incluso cuando los oligarcas dinamitan los fundamentos de una democracia liberal y exacerban una crisis climática que amenaza con extinguir la vida humana.

Los oligarcas están felices de hablar de razas. Están felices de hablar sobre identidad sexual y género. Están felices de hablar sobre patriotismo. Están felices de hablar sobre religión. Están felices de hablar sobre inmigración. Están felices de hablar sobre el aborto. Están felices de hablar sobre el control de armas. Están felices de hablar sobre degeneración cultural o libertad cultural. Pero no están contentos de hablar sobre “clase”. La raza, el género, la religión, el aborto, la inmigración, el control de armas, la cultura y el patriotismo son cuestiones que se utilizan para dividir al público, para enfrentar al vecino contra el vecino, para alimentar odios y antagonismos virulentos. Las guerras culturales dan a los oligarcas, tanto demócratas como republicanos, la tapadera para continuar el saqueo. Hay pocas diferencias sustanciales entre los dos partidos políticos gobernantes en los Estados Unidos. Es por eso que oligarcas como Donald Trump y Michael Bloomberg pueden cambiar sin esfuerzo de un partido a otro. Una vez que los oligarcas toman el poder, escribió Aristóteles, una sociedad debe aceptar la tiranía o elegir la revolución.

lunes, 2 de marzo de 2020

El cisne negro que puede descarrilar la reelección de Donald Trump


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

El exitoso autor libanés Na­ssim Taleb sacudió las mentes estáticas con su célebre libro El cisne negro: El impacto de lo altamente improbable (https://amzn.to/2wjG7xB) que versa sobre un evento considerado improbable que aparece repentinamente en los radares cerebrales y provoca inesperadas consecuencias masivas.

Pues más que un cisne negro, a Trump, quien parecía tener blindada su reelección, se le apareció la altamente improbable pandemia del coronavirus: mutación que ha golpeado a 53 países hasta ahora.

Dejo de lado el inquietante libro de ciencia ficción Los ojos de la oscuridad, de Dean Koontz, quien hace 41 años vaticinó la dispersión de un virus alrededor del año 2020 en la misma ciudad de Wuhan (https://amzn.to/39ce95M).

También soslayo las teorías sobre el accidente del coronavirus experimentado y/o sembrado como arma bacteriológica y de lo que se han acusado las tres superpotencias: EEUU, Rusia –con una aterradora excavación (https://bit.ly/2TaMQTH)–, y China, cuyo máximo especialista afirma que el Covid-19 “pudo no haberse originado en China (https://bit.ly/2wRCjE5)”.

sábado, 29 de febrero de 2020

Wall Street no puede acabar con Bernie


Jeffrey Sachs, Project-Syndicate

El narcisismo y el desconcierto panglossiano de la elite de Wall Street es una maravilla para contemplar. Sentados en sus pedestales de poder, y disfrutando de exenciones impositivas, dinero fácil y mercados bursátiles en alza, están seguros de que todo está perfecto en éste, el mejor de los mundos posibles. Los críticos deben ser tontos o demonios.

Cuando he mencionado mi apoyo al candidato presidencial norteamericano Bernie Sanders en compañía de ellos, he recibido resuellos audibles, como si hubiera invocado el nombre de Lucifer. Están seguros de que Sanders es inelegible o de que, si por algún motivo resulta electo, generará el colapso de la república. En diferentes grados, los mismos sentimientos se pueden encontrar en medios “liberales” como The New York Times y The Washington Post.

Este desdén es elocuente y, a la vez, absurdo. En Europa, Sanders sería un socialdemócrata tradicional. Quiere devolverle alguna decencia básica a la vida norteamericana: atención médica universal financiada por el estado; salarios por encima de la pobreza para los trabajadores a tiempo completo, además de beneficios básicos como la licencia familiar posnatal y la licencia paga por enfermedad; educación universitaria que no sumerja a los adultos jóvenes en una deuda de por vida; elecciones que los multimillonarios no puedan comprar; y políticas públicas determinadas por la opinión pública, y no por el lobby corporativo (que alcanzó 3.470 millones de dólares en Estados Unidos en 2019).

viernes, 21 de febrero de 2020

Por qué Trump podría volver a ganar las elecciones en EEUU


Vicenç Navarro, Público

La mortalidad debida a lo que se conoce como "enfermedades de la desesperación" (tales como la drogodependencia, el alcoholismo, el suicidio, la violencia callejera, entre otros) ha estado aumentando de una manera muy marcada entre la clase trabajadora de raza blanca en EEUU, que constituye la mayoría de la clase trabajadora en aquel país. Ello se debe en gran parte al deterioro muy acentuado de su nivel de vida, consecuencia de los cambios que ha experimentado su mercado de trabajo, resultado de la aplicación de las políticas neoliberales iniciadas en la última etapa del gobierno federal presidido por el presidente Carter y continuadas y ampliadas por el presidente Reagan, que inició lo que se ha llamado la Revolución Neoliberal. Tal revolución fue la respuesta del mundo empresarial (liderado por los propietarios y gestores de las grandes corporaciones transnacionales estadounidenses, conocidas en EEUU como los componentes de la Corporate Class – la clase corporativa) frente a los avances del mundo del trabajo en su nivel de vida y en su conquista de derechos laborales y sociales ocurrida en el período 1945-1978, conocido como "la época dorada del capitalismo" en EEUU.

La Revolución Neoliberal causante de la Gran Recesión

Fue a partir de la Revolución Neoliberal que el porcentaje de las rentas derivadas de la propiedad del capital subieron de una manera muy notable, mientras que el de las rentas del trabajo, derivadas primordialmente de los salarios, descendieron marcadamente, pasando de representar el 70% de todas las rentas en 1978 a un 63,6% en el año 2012. Este descenso desencadenó la Gran Recesión, al provocar la caída de la demanda doméstica, que causó a su vez un enlentecimiento del crecimiento económico, así como un enorme endeudamiento de las familias y del Estado, con la gran expansión del capital financiero, que al invertir masivamente en los sectores especulativos, de mayor rentabilidad, crearon las burbujas que al explotar provocaron la crisis financiera, agravando la crisis económica (ver mi libro Ataque a la democracia y al bienestar. Crítica del pensamiento económico dominante. Anagrama, 2015).

lunes, 7 de noviembre de 2016

Ni Trump es Barba Azul, ni Hillary Juana de Arco

Augusto Zamora, Público

Implacable ha sido –sigue siendo- una generalidad de medios de comunicación con el candidato republicano Donald Trump, dentro y fuera de EEUU. Tales medios funcionan como una orquesta sincronizada -vaya usted a saber desde dónde o desde qué-, para caricaturizar a Trump e idealizar a Hillary. Las noticias y los análisis han convertido las elecciones estadounidenses en una simplista y maniquea lid entre “Hillary la buena” y “Donald el malo”. Hillary, moderna Juan de Arco, y Donald, un siniestro Barba Azul.

Poco tienen que ver tales noticias y análisis con la realidad de la política de EEUU. De entrada, debe entenderse que los presidentes, en EEUU, no suelen cambiar mayormente las líneas de mando del país, que mantienen inalterables sus constantes esenciales. El demócrata Kennedy inició la guerra contra Vietnam, la continuó otro demócrata, Johnson, y la elevó a niveles criminales el republicano Nixon. Ocho años de mandato de Barack Obama, primer presidente negro de su historia, no sirvieron para cambiar en nada la situación de los llamados afroamericanos (significativo, por demás, que a los blancos no se les llamen euroamericanos y que los indios sigan siendo vistos como no americanos). Bien al contrario, sus dos últimos años de presidencia estuvieron marcados por un repunte de la violencia policial contra sus ¿hermanos? de raza, al punto que la expresión ‘tiro al blanco’ en EEUU es un real y dramático tiro al negro. Intentar remover las raíces profundas del racismo estadounidense habría generado rechazo en demasiada gente, razón por la cual era conveniente dejar las cosas como estaban.

domingo, 4 de septiembre de 2016

¿Fin del fenómeno Trump?

Ignacio Ramonet, Público.es

Según las encuestas, y aunque faltan dos meses para las elecciones presidenciales del próximo 8 de noviembre en Estados Unidos, las cosas parecerían estar ya claras en lo que concierne al resultado: la candidata del Partido Demócrata, Hillary Clinton, resultaría electa y se convertiría así –venciendo además toda una serie de prejuicios machistas–, en la primera mujer que gobernaría los destinos de la principal potencia mundial de nuestro tiempo.

La pregunta es: ¿qué ha ocurrido con el candidato del Partido Republicano, el tan “irresistible” y mediático Donald Trump? ¿Por qué, de pronto, el magnate se desploma en las encuestas? (1). Siete de cada diez estadounidenses no se sentirían “orgullosos” de tenerlo como presidente, y solo el 43% lo juzgaría “cualificado” para sentarse en el Despacho Oval (mientras que el 65% sí juzga, en cambio, que la Sra. Clinton está cualificada) (2).

Conviene recordar que, en Estados Unidos, las elecciones presidenciales no son nacionales, ni directas. Se trata más bien de cincuenta elecciones locales, una por estado, que determinan un número preestablecido de 538 grandes electores quienes, en realidad, son los que eligen al (o a la) jefe de Estado. Por lo cual, las encuestas de ámbito nacional tienen apenas un valor indicativo y relativo (3).

miércoles, 6 de julio de 2016

Hay vida después de Sanders: en busca del futuro político del movimiento

Dan La Botz, New Politics

El ambiente entre los 3 000 seguidores de Bernie Sanders reunidos en el McCormick Place de Chicago rezumaba un optimismo improbable. Muchas de las personas que intervinieron proclamaron, entre vítores de la multitud, que el movimiento había triunfado, a pesar de que Hillary Clinton, la candidata oficial del Partido Demócrata, haya obtenido la mayoría de los votos populares y cuente con el apoyo de la mayoría de delegados y superdelegados, además del respaldo del presidente Barack Obama, del vicepresidente Joe Biden y de la senadora Elizabeth Warren. Esta paradoja –entre la creencia del movimiento de Sanders de que hemos logrado algo muy importante y la clara victoria de Clinton en las primarias– marca el contexto contradictorio de esta conferencia de gentes, yo entre ellos, progresistas, radicales y socialistas que buscan una vía hacia el futuro.

Visión – ni organización, ni estrategia

En el cavernoso centro de convenciones de McCormick Place, las sesiones plenarias de la Cumbre Popular se celebraron en una sala enorme, suficiente para albergar a 3 000 personas sentadas junto a grandes mesas redondas, con varias pantallas de gran tamaño que mostraban la imagen de las y los oradores. La conferencia parecía un congreso sindical o político, y prácticamente cada minuto del orden del día estaba organizado y planeado hasta el último detalle; la lista de oradores y los coloquios estaban programados para cubrir cada sesión. Los participantes podían acceder a la información y responder a las consultas mediante una aplicación creada para la ocasión. Este formato ofrecía un espacio muy limitado para el debate, salvo en las pocas discusiones de mesa y los descansos. Y tampoco hubo espacio para la espontaneidad y la creatividad, ni para formular propuestas. Si el movimiento Occupy había inspirado al movimiento de apoyo a Bernie, desde luego no inspiró esta Cumbre.

lunes, 20 de junio de 2016

La matanza en Orlando, primera prueba para Trump y Clinton


David Brooks, Rebelión

Con el trasfondo del fuego de las armas, dentro y fuera del país, arrancan en los hechos las elecciones generales encabezadas por los virtuales candidatos presidenciales que comparten en común la desaprobación de la mayoría del electorado y oposición interna dentro de sus propios partidos.

La virtual candidata presidencial del Partido Demócrata, Hillary Clinton, y su contraparte, el republicano Donald Trump, tuvieron su primera prueba como posibles ocupantes de la Casa Blanca al reaccionar a la matanza en Orlando.

El incidente fue hecho a la medida para Trump y su retórica de odio, temor y xenofobia. Cuando se reveló que el responsable de 49 muertes era hijo de inmigrantes afganos y que había jurado lealtad a Isis (también conocido con las siglas EI, de Estado Islámico), Trump afirmó que eso comprobaba que había tenido la razón desde hace casi un año, cuando propuso cerrar la puerta a inmigrantes de países musulmanes, y poner a esas comunidades aquí bajo vigilancia.

martes, 14 de junio de 2016

¿A dónde irán ahora los que apoyan a Sanders?


Dan La Botz, Viento Sur

Desde hace un año el candidato presidencial Bernie Sanders ha sido la esperanza para millones de personas en Estados Unidos: para la gente disgustada con el papel que desempeñan los bancos y las empresas en la política, la gente enojada por la creciente desigualdad social, horrorizada por la injusticia racial de nuestro país y opuesta a una política exterior basada en la intervención militar. Retomando esas cuestiones y recuperando el espíritu de [los movimientos] Occupy Wall Street y Black Lives Matters, la campaña de Sanders puso en pie un movimiento radical y popular sin precedentes: rechazo al Wall Street [centro financiero] y a Washington [poder político] y propuestas para un futuro más democrático, igualitario y pacífico. Millones de personas se unieron a Sanders, que llamó a luchar contra la "clase multimillonaria" y a favor de una revolución política.

Actuando como un socialista democrático con un programa de reformas económicas y sociales/1, Sanders recaudó 200 millones de dólares a través de contribuciones individuales con un promedio de 27$ por persona; cosechó millones de votos y logró el apoyo de los principales tres sindicatos (Correos, Comunicación y Enfermeras), así como el apoyo de 12 000 sindicalistas organizados en la iniciativa Labour for Bernie. Siendo el candidato más viejo de la campaña, ganó la mayor proporción de votos entre la juventud de todas las razas y géneros.

viernes, 10 de junio de 2016

El fenómeno Trump

Marco A. Gandásegui, Alainet

EEUU es un país con 300 millones de habitantes, con la economía más grande del mundo, moviliza las fuerzas armadas más poderosas sobre la tierra y tiene la ‘máquina’ propagandística-cultural más rica en la historia de la humanidad. Para manejar este enorme poderío ha tejido a lo largo de décadas, más de dos siglos, un aparato político capaz de enfrentar retos y movilizar millones de personas. El sofisticado engranaje es la llamada democracia.

El núcleo central de este complejo sistema lo controla un conjunto de instituciones e individuos que en EEUU es identificado como el “establishment”. Son los guardianes del orden establecido y son los responsables de mantener la hegemonía sobre los diferentes sectores del país de tal manera que los cambios no perjudiquen los intereses creados. Cada cuatro años convocan elecciones para elegir líderes políticos, incluyendo al presidente de EEUU.

martes, 10 de mayo de 2016

Paradojas neoliberales


José Blanco, La Jornada

En los extremos de la nómina de los candidatos estadunidenses a la primera magistratura del imperio se hallan, como sabe el mundo, Bernie Sanders y la pesadilla tragicómica de derecha purulenta llamada Donald Trump. Quizá debamos oír la palabra de Obama pidiendo al mundo que tome en serio que los rebuznos de ese inefable señor pueden volverse realidades, por más remotos que puedan parecernos.

En algunas tesis de máxima importancia Trump y Sanders coinciden, por más que Sanders las diga en tono de aparente seria sensatez, y Trump lo haga como lo haría un búfalo de los montes Apalaches.

La media de los salarios reales en Estados Unidos (precios de 1982) era de 312.94 dólares semanales en 1970, cayó hasta 258.24 en 1992 y alcanzó 284.91 en 2009. Con algunas altas y bajas, desde 1970 el producto interno real y los salarios reales gringos siguieron tendencias opuestas. El desempleo no ha tenido los niveles que vive la Unión Europea, pero la masa salarial se ha mantenido a la baja como proporción de su ingreso nacional.

viernes, 6 de mayo de 2016

La lucha por la presidencia de EEUU sería entre los dos candidatos menos queridos


David Brooks, La Jornada

La contienda presidencial podría terminar en una disputa entre los dos candidatos menos queridos por la mayoría de los ciudadanos de Estados Unidos: el ya presunto candidato republicano Donald Trump y la precandidata demócrata Hillary Clinton.

Sin embargo, el demócrata Bernie Sanders, único precandidato percibido favorablemente por más de los que lo ven negativamente, mantiene su convocatoria a una revolución política e, impulsado por su triunfo en Indiana el martes y ante la posibilidad de varios más de aquí a junio, promete mantenerse en la contienda hasta llegar a la convención nacional de su partido, en julio.

Para los republicanos, el triunfo casi asegurado de Trump como candidato presidencial después de que sus últimos dos contrincantes se rindieron esta semana, ha provocado un caos entre la cúpula: algunos aconsejan que todos deben hincarse ante el nuevo rey, y otros llaman a la rebelión y hasta plantean una tercera opción para las elecciones generales.

jueves, 28 de abril de 2016

Los propios estadounidenses tendrán la palabra

Manuel E. Yepe, Alainet

El pueblo de Estados Unidos -se ha dicho muchas veces- es el único que podría llevar a cabo la titánica hazaña de hacer caer al imperio más poderoso y sanguinario que haya conocido la humanidad, que espera ansiosa ver a ese pueblo actuar para ofrecerle la solidaridad a que se hará acreedor.

Las frecuentes guerras asimétricas de Estados Unidos contra países incomparablemente mucho más pobres y militarmente débiles que la superpotencia única, despertaron la conciencia humanitaria de muchos estadounidenses que se ha manifestado enérgicamente en solidaridad con estos pueblos abusados.

La continuada exposición de vergonzosas violaciones de los derechos humanos de prisioneros, incluyendo torturas y gravísimos vejámenes en cárceles públicas o clandestinas estadounidenses diseminadas por el mundo, despertaron la conciencia de millones de estadounidenses que condenaron tales injusticias.

sábado, 9 de abril de 2016

Bernie Sanders gana primarias demócratas de Wyoming


El aspirante a la Casa Blanca Bernie Sanders extendió este sábado su racha ganadora en la primaria demócrata al derrotar a su rival Hillary Clinton en el caucus del pequeño estado de Wyoming, según medios de Estados Unidos. El senador socialista por el estado de Vermont lograba 56 por ciento del apoyo de la base demócrata, frente a 44 por ciento para la exsecretaria de Estado, de acuerdo con proyecciones de la cadena CNN basadas en la casi totalidad de los votos emitidos. Este pequeño estado en el noroeste de Estados Unidos, poblado por poco más de medio millón de habitantes, tiene sólo 14 delegados a la convención demócrata, pero permite a Bernie Sanders mantener su ritmo a medida que se aproxima la primaria crucial en Nueva York, el 19 de abril.
Esta victoria en Wyoming, un estado que suele votar por el Partido Republicano en las presidenciales, le permite acercarse más a la favorita Hillary Clinton, que todavía tiene más de 200 delegados de ventaja, a los que se agregan casi 500 "superdelegados", considerados una especie de caciques del Partido Demócrata.
Clinton actualmente cuenta con más de la mitad de los 2 mil 383 delegados necesarios para ganar la nominación y lleva una ventaja de más de 250 sobre Sanders. La brecha aumenta cuando se incluye el número de superdelegados en el conteo, que son líderes demócratas que pueden decidir a quién respaldar durante la convención del partido en julio. Sanders y Clinton estuvieron buena parte de la semana pasada en Nueva York, donde se llevarán a cabo las primarias del 19 de abril y donde están en juego un total de 291 delegados.

domingo, 3 de abril de 2016

¿Quién diablos creó a Donald Trump?


Ariel Dorfman, Página 12

¿Quién diablos creó a Donald Trump?

Para explicar los orígenes de la inaudita candidatura del billonario de Nueva York a la presidencia, muchos políticos y expertos han recurrido persistentemente a Frankenstein, uno de los mitos vertebrales de la modernidad, la historia de un monstruo colosal que se rebela contra el científico que lo forjó. Estos observadores señalan la atmósfera tóxica engendrada por los republicanos a lo largo de varias décadas, Trump como la encarnación extrema de fuerzas que han atizado las llamas del miedo, el racismo y la xenofobia, un monstruo espurio al que es imposible ahora controlar.

Esta fórmula fácil, esta ecuación que compara a Trump con el Monstruo y su Partido con el Hacedor, por irrefutable que sea, no nos ayuda, sin embargo, a resolver el problema más urgente de cómo enfrentar al beligerante billonario y detener su catastrófica carrera a la Casa Blanca.

jueves, 31 de marzo de 2016

Para que conozcas la democracia representativa


Néstor García Iturbe, Alainet

En estos meses se han estado desarrollando en Estados Unidos lo que ellos denominan Elecciones Primarias, un tipo de elección, que se describe en los manuales donde se explica el sistema de la Democracia Representativa, como el primer paso para la elección del candidato a la presidencia por un partido político.

Según la descripción, esa elección se realiza en cada uno de los estados de la unión, donde las personas inscritas en uno u otro partido tienen la posibilidad de votar por alguno de los candidatos que aspiran a ganar la nominación presidencial y este será apoyado en la Convención del Partido por los delegados que haya obtenido en el estado.

Esto es una descripción de carácter general, el partido en cada estado determina sus reglas, incluyendo la cantidad de delegados que podrán asistir a la convención, en algunos casos la distribución de delegados es proporcional al por ciento de votos recibidos, en otros el que gane se lo lleva todo, pero regularmente el ganador es el que más delegados obtiene, de no ser así, ¿Dónde queda la Democracia?

miércoles, 23 de marzo de 2016

Noam Chomsky: Las elecciones presidenciales ponen a Estados Unidos en peligro de un desastre completo


Vivimos tiempos críticos y dramáticos. El neoliberalismo sigue siendo la doctrina político-económica suprema al tiempo que las sociedades se siguen deteriorando a medida que se reducen tanto las inversiones públicas como los programas y servicios sociales para que los ricos puedan enriquecerse más. Al mismo tiempo el autoritarismo político está en auge y en opinión de algunas personas se dan las circunstancias para que emerja un régimen protofascista. Mientras tanto, aumenta la amenaza del cambio climático en la medida en que los dirigentes políticos siguen careciendo de valor y de visión de futuro para avanzar con sistemas energéticos alternativos, con lo que ponen en peligro el futuro de la civilización humana.

Por estas y por otras razones las elecciones presidenciales estadounidenses de 2016 son clave para el futuro de este país y para el mundo en general. De hecho, esta puede ser la última oportunidad que tenga Estados Unidos de elegir a un dirigente que pueda cambiar el curso de su política interna y externa, aunque si se observa el actual paisaje político hay pocas posibilidades de que esto ocurra.

miércoles, 9 de marzo de 2016

De Huntington a Trump: ¿la última revuelta demográfica de los WASP?

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Existe una perturbadora convergencia entre el teórico de la guerra permanente mediante el choque de ocho civilizaciones (sic), Samuel Huntington, y el pragmático multimillonario Donald Trump sobre el supremacismo blanco de los WASP (white anglo-saxon protestants: angloestadounidenses protestantes blancos).

La única diferencia es que Huntington es venerado, mientras Trump es abominado, por el complejo militar-industrial.

Huntington, tan mexicanófobo e islamófobo como Trump, fue el coordinador de la planeación de seguridad en el Consejo de Seguridad Nacional con James Carter, además de darling de las universidades Yale, Harvard y de Chicago.

En su libro más reciente, ¿Quiénes somos? (https://goo.gl/2MY7uH), una oda a la mexicanofobia –en la que presuntamente colaboró un efímero canciller del doble cara Vicente Fox–, observa que "en 1930, los angloestadunidenses continuaban siendo el grupo dominante y, posiblemente, el mayor en número de la sociedad estadunidense, pero étnicamente (sic) Estados Unidos había dejado de ser una sociedad angloestadounidense".

lunes, 22 de febrero de 2016

Estados Unidos y el millonario espectáculo que llaman democracia

David Brooks, La Jornada

Esta es la mejor democracia que el dinero puede comprar. Cuando uno de los principales precandidatos es un multimillonario, y cuando todos los demás de ambos partidos –con excepción de uno– son patrocinados por multimillonarios, es difícil hablar de una democracia del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Como para confirmarlo, ahora hay un potencial candidato independiente, Michael Bloomberg, que amenaza con ingresar a esta, la elección más cara de la historia mundial, y que dice estar dispuesto a invertir mil millones de dólares de su propia fortuna para buscar la presidencia. Ya deberían poner un anuncio de "Se vende" en el jardín frente a la Casa Blanca.

domingo, 21 de febrero de 2016

En las elecciones de EEUU van ganando las fuerzas contrarias al establishment


Robert Reich, Sin Permiso

Oirán ustedes a los expertos analizar las primarias de New Hampshire y concluir que los “extremos” políticos ganan enteros en la política norteamericana, que los demócratas se han movido a la izquierda y los republicanos se han ido a la derecha, y que el “centro” no aguantará.

Tonterías. La verdad es que el “centro” putativo – en el que encontró refugio el Democratic Leadership Council [Consejo Directivo del Partido Demócrata] y la triangulación de Bill Clinton de los años 90, que dominaron George W. Bush y sus compis de empresa y sus asesores neoconservadores, y en el que el Departamento del Tesoro de Barack Obama le otorgó a los bancos de Wall Street enormes rescates, pero sin rescatar a los propietarios de viviendas desesperados – hicieron su trabajo con el resto de Norteamérica y se enfrentan hoy a un ajuste de cuentas.

No están ganando terreno los “extremos”. Están ganándolo las fuerzas de tierra del pueblo norteamericano contrarias al establishment. Hay quienes están tan hartos que siguen a un intolerante autoritario. Otros, más sabiamente, se apuntan a una “revolución política” para recuperar a Norteamérica de los intereses adinerados.

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