Mostrando las entradas con la etiqueta Economías Emergentes. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Economías Emergentes. Mostrar todas las entradas

sábado, 8 de septiembre de 2018

Turbulencia en mercados emergentes

Nick Beams, wsws

Hay señales claras de que la caída en el valor del peso argentino y la lira turca en semanas recientes es la expresión más clara de una crisis en desarrollo de los “mercados emergentes” con implicancias globales.

Argentina sigue siendo el ojo de la tormenta, donde el aumento de las tasas de interés del Banco Central al 60 por ciento, la intervención del Fondo Monetario Internacional y los compromisos a iniciar mayores medidas de austeridad no han logrado hacer que se detenga la fuga de capital.

Las consecuencias sociales son inmediatamente aparentes. Un importante estudio universitario reportó que el ya erosionado poder de compra de los jubilados del país ha caído por lo menos 30 por ciento desde que el presidente Mauricio Macri llegó al poder a fines del 2015 y que actualmente se encuentra en niveles similares al colapso de la economía argentina en 2001. Se están llevando a cabo ataques contra secciones cada vez más amplias de la población como respuesta al reciente colapso.

La caída de la lira turca se ha mermado un poco durante los últimos días, pero podría reanudarse en cualquier momento si el Banco Central no toma ninguna acción para aumentar las tasas de interés en la reunión este jueves.

viernes, 2 de octubre de 2015

Mercados emergentes sufren la primera gran fuga de capitales desde los años 80


El escenario se complica en los mercados emergentes hasta tal punto que están perdiendo su atractivo para la inversión. Según un estudio del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), comentado en Financial Times, la salida de capitales de estos países se está acelerando y este año superará a los ingresos por primera vez desde 1988. La desaceleración económica en China y la incertidumbre a una subida de tipos en EEUU son los causantes de este escenario atípico.

viernes, 18 de septiembre de 2015

La crisis en los mercados emergentes puede ser mucho peor que la de 1997


Los expertos del banco de inversión australiano Macquarie Group creen que la crisis que están sufriendo los mercados emergentes puede ser mucho peor que la de 1997. Mientras que el crack de hace ya 18 años fue como "un ataque al corazón en esta ocasión puede ser una enfermedad crónica".

martes, 25 de agosto de 2015

Los mercados emergentes deben reformular sus fundamentos económicos


Dani Rodrik, El Economista

Tras 15 años de euforia ha ganado fuerza un nuevo tópico: que los mercados emergentes pasan por grandes dificultades. Muchos analistas habían proyectado un crecimiento rápido e indefinido en países como Brasil, Rusia, Turquía e India, apresurándose a calificarlos como los nuevos motores la economía mundial.

Hoy en casi todos ellos ha bajado el ritmo de crecimiento y los inversores retiran sus capitales, en parte impulsados por las expectativas de que la Reserva Federal de EEUU aumente sus tipos de interés en septiembre, o más tarde, y por los vaivenes chinos. Sus monedas han perdido valor, al tiempo que los escándalos de corrupción y otros problemas políticos abruman la narrativa económica en lugares como Brasil y Turquía.

domingo, 16 de febrero de 2014

¿Hasta qué punto son frágiles los mercados emergentes?

Kenneth Rogoff, El País

Los valores y los tipos de cambio de los mercados emergentes vuelven a estar sometidos a una intensa presión bajista, pero ¿son estas economías tan frágiles como los operadores de Bolsa mundiales parecen temer? La respuesta breve, para unos pocos es, probablemente “sí”, pero para la mayoría, “aún no”.

En el caso de la mayoría de los países, lo que estamos viendo es una recalibración, porque los inversores han incorporado el riesgo de que el PIB de China crezca más despacio, que la Reserva Federal de Estados Unidos empiece a endurecer las condiciones monetarias más rápidamente y el retroceso normativo en muchos países socave el crecimiento potencial. Al mismo tiempo, el gran cambio de Europa al pasar a un superávit comercial (factor decisivo que sustenta la nueva estabilidad de la región) y la profunda depreciación del yen japonés son algunos de los innumerables factores que presionan a los países que intentan poner freno a sus déficits por cuenta corriente.

martes, 4 de febrero de 2014

Inversores huyen de mercados emergentes y desatan pánico global


La volatilidad ha vuelto a poner nerviosos a los mercados financieros y está desatando nuevas tormentas monetarias que amenazan echar por tierra la tibia recuperación económica. Este escenario parecía imposible hacia finales del año pasado, pero lo advertimos aquí y aquí. No sólo se empaña una débil recuperación, sino que se pone en serio peligro a los países que hasta el momento habían sorteado discretamente la crisis desatada hace seis años.

Desde mediados de enero, la tormenta monetaria sopla con fuerza sobre los países emergentes que han visto a sus monedas hundirse por los caprichosos deslices de los mercados de capitales. Las monedas de Argentina, Turquía, Rusia, India y Sudáfrica han sufrido fuertes ataques devaluatorios. Y si hasta hace poco los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) eran un refugio seguro para los inversores internacionales de todo tipo, los vientos han cambiado de dirección de manera notable, dando cuenta de la precariedad de todo el sistema. El Índice MSCI Emerging Markets ha caído un 7 por ciento desde principios de enero, el doble de la caída de los mercados europeos y estadounidenses.

Leer más

miércoles, 18 de enero de 2012

Banco Mundial revisa a la baja el crecimiento de las economías emergentes para 2012


El Banco Mundial (BM) bajó su previsión de crecimiento de las economías en desarrollo para 2012 desde el 6,2% pronosticado en junio de 2011 hasta el 5,4%, dice el informe “Perspectivas Económicas Globales para 2012” hecho público hoy.

lunes, 26 de septiembre de 2011

Los canales de contagio de la crisis y su impacto en las economías emergentes


El 1% de los más ricos triplicó su cuota de ingresos desde el 7% de la riqueza global en 1980 al 20% de la actualidad. Esta transferencia no fue producto de la creación de valor económico, sino del simple resultado de prácticas malsanas y corruptas amparadas en la ideología del libre mercado. Gran parte de estas prácticas consistieron en la toma irresponsable y excesiva de riesgos por parte del sistema financiero que erosionaron fuertemente la construcción socioeconómica del mundo moderno. En un mundo global interconectado y en el cual los grandes capitales exprimen la ganancia fácil, es evidente que la actual crisis tendrá repercusiones globales dado que a tres años de su estallido nada se ha hecho para evitar el contagio masivo.

lunes, 4 de abril de 2011

Paul Krugman: la educación no es la respuesta

Paul Krugman, El País

Es una verdad universalmente reconocida que la educación es la clave del éxito económico. Todo el mundo sabe que los trabajos del futuro requerirán grados aún más altos de destreza. Esa es la razón por la que, en una comparecencia reciente con el exgobernador de Florida Jeb Bush, el presidente Obama afirmaba: "Si queremos más buenas noticias en relación con el empleo, tenemos que invertir más en educación".

Pero eso que todo el mundo sabe es inexacto. Al día siguiente del acto de Obama y Bush, The Times publicaba un artículo sobre el uso cada vez más frecuente de programas informáticos para realizar investigaciones legales. Resulta que los ordenadores pueden analizar rápidamente millones de documentos y llevar a cabo de forma barata una tarea que antes requería legiones de abogados y procuradores. Así que, en este caso, el progreso tecnológico está reduciendo en realidad la demanda de trabajadores cualificados.

sábado, 19 de febrero de 2011

Sudáfrica ingresa oficialmente a los BRIC, ahora son BRICS


Ya lo había señalado el año pasado pero desde ayer es una realidad: el Grupo de países BRIC integrado por Brasil, Rusia, India y China acaba de adquirir una “S” con el ingreso oficial de otra economía emergente, Sudáfrica, de acuerdo a los anunciado por el ministro indio de Finanzas, Pranab Mukherjee.

“La República Sudafricana se incorporó hoy oficialmente al Grupo BRIC que a partir de este momento se llamará BRICS”, declaró Mukherjee tras reunirse ayer viernes en París con sus homólogos del G-20, estructura que agrupa a las veinte mayores economías del planeta.

Pranab Mukherjee agregó que la próxima cumbre del Grupo BRICS tendrá lugar en China en abril de este año. El Gobierno de Sudáfrica manifestó la intención de adherirse al Grupo BRIC en agosto pasado. En noviembre de 2010, el presidente ruso Dmitri Medvédev declaró que los miembros del grupo no se oponen a la incorporación de la República Sudafricana.

Ver: Sudáfrica pasa a formar parte de los países BRIC, ahora serán BRICS Brasil y China insisten en que es necesario construir un "nuevo orden global"

miércoles, 19 de enero de 2011

Países emergentes tomarán el control del planeta a mediados de siglo


Si bien cualquier cosa puede pasar en los próximos cuarenta años, lo que se hace cada día más evidente es el protagonismos que adquirirán los países emergentes. Estos países, de acuerdo al informe que acaba de publicar HSBC, tomarán el control del planeta a mediados de este siglo. El informe de HSBC de 46 páginas titulado, El mundo en 2050 plantea que 19 de las 30 principales economías que dominarán la escena económica en los próximos 40 años serán países emergentes.

________
Lea el artículo en El Blog Salmón

martes, 18 de enero de 2011

China presta más dinero a países en desarrollo que el Banco Mundial

Entre 2008 y 2010 China prestó más dinero a los países en desarrollo que el Banco Mundial, en particular para asegurar sus necesidades de materias primas, según un reporte de Financial Times.

Dos bancos estatales chinos, el China Development Bank y el China Export-Import Bank otorgaron préstamos por 110.000 millones de dólares a los países en desarrollo en 2009 y 2010, mientras que el Banco Mundial financió proyectos por 100.300 millones de dólares entre mediados de 2008 y mediados de 2010, un monto inusualmente elevado para esta institución, que se explica por su voluntad de contrarrestar los efectos de la crisis financiera.

viernes, 8 de octubre de 2010

Crecimiento de economías emergentes vuelve a caer en el tercer trimestre

El crecimiento de las economías emergentes continúa dando muestras de debilidad y así se desprende del índice EMI del banco inglés HSBC que cayó por segundo trimestre consecutivo. El Índice de Mercados Emergentes consignó que la desaceleración fue más pronunciada en la manufactura, "donde el crecimiento de la producción, si bien todavía en terreno positivo, fue el más bajo registrado en más de un año. Brasil, Rusia y China reportaron caídas en las tasas de crecimiento".

Según el EMI, Brasil reportó el crecimiento más bajo de cinco trimestres; Rusia vio caer su crecimiento bruscamente al nivel más bajo en un año mientras que la expansión de China cayó a su punto más débil en año y medio. De las principales economías de los mercados emergentes, sólo India mantuvo una tasa de expansión robusta, superando ampliamente a otros países. India reportó una fuerte alza en la producción en el tercer trimestre, un considerable crecimiento en los nuevos negocios y fue uno de los únicos dos países que no registraron un debilitamiento en sus nuevos pedidos de exportaciones.

En el tercer trimestre de 2010, el EMI de HSBC cayó a 54,3, un descenso desde los 56,0 del segundo trimestre del año y muy inferior al nivel más alto de 57,5 en el primer trimestre de 2010. Por cierto, y como todos los indicadores, se mantiene considerablemente más alto que en el 4º trimestre de 2008, cuando el índice alcanzó un mínimo de 43,4.

martes, 27 de julio de 2010

China e India: ¿la liebre y la tortuga?

EIU, La Jornada

Aunque el dragón y el elefante son los animales tradicionales de China e India, en términos de perspectivas económicas esos países estarían mejor caracterizados por la liebre y la tortuga. Si bien India avanza con más lentitud que China en estos momentos, existe la posibilidad real de que en las próximass décadas la alcance e incluso la rebase.

Con excepción de algunos indios patriotas, a la mayoría de las personas esta idea les parecerá sorprendente e incluso absurda. Cierto, China ha ganado todas las confrontaciones hasta la fecha. Ajustado a diferencias en poder de compra, el PIB total de ese país en 2008 –el año más reciente del que existen estadísticas confirmadas por el Banco Mundial– fue de más del doble del de India. Si ajustamos por población, India acorta un poco la distancia, pero aun así el PIB per cápita chino es el doble: unos 6 mil dólares. Es un logro aún más notable considerando que en 1978, cuando empezaron las reformas económicas, estaba a la mitad del de India. Las tasas absolutas de pobreza en China, que eran un tercio más altas que las de India en 1981, son ahora de la mitad. Pese a las reformas económicas adoptadas por India a partir de 1991, la diferencia en producción económica se ha ensanchado: entre 2004 y 2008, la economía china creció a una tasa anual promedio de 10.8%, contra 8.7 de la de India.

viernes, 21 de mayo de 2010

Revolución y contrarrevolución en Tailandia



Tailandia está inmersa en una profunda crisis desde el golpe de Estado de septiembre de 2006 contra el multimillonario y ex primer ministro tailandés Thaksin Shinawatra, actualmente en el exilio y declarado prófugo por la justicia, tras ser condenado en rebeldía a dos años de cárcel por corrupción. En febrero, el Tribunal Supremo incautó 1.400 millones de dólares de las cuentas bancarias de Shinawatra y su familia, por considerar que ingresó ese dinero mediante operaciones ilegales durante su mandato como primer ministro (2001-2006). Los camisas rojas, seguidores de Thaksin, marcharon en marzo desde zonas rurales del norte de Tailandia hacia Bangkok para exigir la disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas. El país está ahora presidido por Abhisit Vejjajiva, líder del Partido Demócrata, nombrado por el Parlamento sin una convocatoria previa de comicios. El siguiente es un artículo de Alan Woods:

Bangkok está en llamas en el momento en el que la violencia contrarrevolucionaria en Tailandia alcanza un clímax sangriento. El asalto largamente esperado del ejército tailandés ya ha tenido lugar y no cesará hasta que haya desaparecido todo rastro de la protesta. Nadie puede asegurar el número de bajas, pero la cifra final será sin duda mayor que la que las autoridades han admitido hasta ahora. Parece que algunos "Camisas Rojas" han respondido prendiendo fuego a los bancos, centros comerciales y otros edificios de la ciudad, y hay informes de que las protestas y la violencia hicieron erupción en otras partes de la ciudad.

En Rajprasong se está cantando: "esta es una guerra de clases para barrer a la autocracia"

Durante meses, las calles del centro de Bangkok estuvieron tomadas por un movimiento masivo de protesta organizado por el UDD, el Frente Unido para la Democracia contra la Dictadura, comúnmente conocido como los "Camisas Rojas". Este movimiento de masas de los pobres y desposeídos ha sacudido la estructura de poder de la élite gobernante y amenaza el propio futuro de la monarquía tailandesa. Muchos de ellos son partidarios del ex primer ministro, Thaksin Shinawatra, que fue derrocado en un golpe de Estado hace casi cuatro años.


El primer ministro, Abhisit Vejjajiva, se queja del "caos" y la "anarquía", pero olvida convenientemente que llegó al poder por medios similares. Su gobierno fue instalado por los militares y es el producto de un golpe militar en 2006 y de varios Golpes de Estado judiciales. Entre 2006 y 2008, los matones de "camisas amarillas" del Partido Demócrata boicotearon las elecciones que Thaksin Shinawatra, probablemente, iba a ganar. Esto dio lugar a la anulación de las elecciones. A continuación, cuando un interregno militar fracasó en mantener a los partidarios de Thaksin fuera del poder, las bandas de monárquicos reaccionarios bloquearon los edificios gubernamentales y el aeropuerto de Bangkok para proporcionar la excusa para un golpe de Estado.

La toma del poder por Abhisit fue la negación de la democracia, pero fue convenientemente ignorado por Occidente. La demanda de nuevas elecciones es una exigencia democrática elemental. Pero no es aceptable para la oligarquía tailandesa. La actitud de los supuestos demócratas de Washington y Londres hacia la dictadura está determinada por sus intereses de clase.

El gobierno de Abhisit representa a la oligarquía gobernante, a la monarquía tailandesa reaccionaria y a los militares. Se ajustaba muy bien a los intereses occidentales, en la medida que parecía ofrecer garantías sólidas a sus inversiones en Tailandia, una de las economías más importantes de Asia. Esos mismos hipócritas habían respaldado con entusiasmo la llamada "revolución naranja" en Ucrania, y constantemente denuncian el presunto "régimen autocrático" de Hugo Chávez. Pero han reaccionado ante el movimiento de protesta democrática en Tailandia con un silencio ensordecedor.

Los Camisas Rojas

Los Camisas Rojas, una coalición antigubernamental difusa, miraron a Thaksin Shinawatra como un punto de referencia. Un multimillonario magnate, Thaksin, ahora en un exilio seguro en Montenegro, es el candidato menos adecuado para dirigir una revolución. Sus críticos apuntan a la violación de los derechos humanos bajo su gobierno. Pero también llevó a cabo una serie de medidas en interés de los pobres, especialmente de los pobres rurales en el norte del país.

Al carecer de una dirección clara, de un partido y de un programa, las masas miran hacia líderes individuales que parecen personificar sus aspiraciones. Los campesinos pobres tienen un odio ardiente contra la rica élite urbana gobernante que los domina, explota y oprime. El nombre de Thaksin actuó como un punto de convergencia para la oposición al régimen actual, especialmente los campesinos pobres que consiguieron algún tipo de beneficio con su gobierno. Sin embargo, en realidad, es una figura accidental, como el Padre Gapón o Kerensky en diferentes etapas de la Revolución rusa.

Algunos intelectuales occidentales de clase media confiesan que no entienden por qué miles de los hombres y de mujeres pobres pueden elegir luchar y morir en las calles de Bangkok por la causa de un magnate multimillonario exiliado. Algunos, incluso, han caracterizado al movimiento como "fascista". Esto muestra una completa falta de entendimiento. Por el contrario, los excelentes informes de Giles Ji Ungpakorn, un intelectual de izquierda y disidente, exiliado en Londres, han dado un relato muy preciso y veraz del movimiento.

La gente que lucha y muere en las calles de Bangkok no lo hace para apoyar a un ambicioso político burgués contra otro. Lucha por un cambio fundamental en la sociedad. Quizás no sabe exactamente lo que quiere. Pero sabe muy bien lo que no quiere. No quiere la pobreza, el hambre y el desempleo. No quiere el dominio de una oligarquía corrupta y reaccionaria. Y no quiere al gobierno de Abhisit.

La demanda de nuevas elecciones, por lo tanto, era un punto de partida natural para su protesta. Pero una vez que las masas se habían puesto en marcha, el movimiento adquirió una dinámica nueva. La participación de los trabajadores, la juventud revolucionaria y los pobres urbanos ha transformado el movimiento, que no puede ser descrito como una chusma de campesinos ignorantes, como los reaccionarios intentan retratarlos.

En las últimas semanas, parece que la influencia de Thaksin Shinawatra ha pasado a un segundo plano. Los trabajadores y campesinos pobres oprimidos están encontrando una voz y la forma de expresar sus quejas profundas, no sólo contra el gobierno actual sino contra una sociedad que es fundamentalmente injusta. Por eso, las masas han demostrado tan enorme determinación revolucionaria y voluntad de luchar y de hacer sacrificios.

Sin embargo, sus dirigentes no han mostrado la misma determinación. Los dirigentes no son trabajadores y campesinos pobres que no tienen nada que perder, salvo sus vidas, sino intelectuales de clase media que desean mayor democracia y menos influencia militar en los asuntos políticos del país. Están apoyándose en el movimiento de masas con el fin de ejercer presión sobre el gobierno para que haga concesiones. Constantemente hacen llamamientos a las negociaciones. Pero han puesto en movimiento fuerzas que sólo pueden controlar con gran dificultad. El movimiento de masas tiene ahora una vida propia.

Los manifestantes adquirieron pronto un sentido de su propio poder. A pesar de la falta de un programa claro (o tal vez debido a ello) el movimiento atrajo a su bandera a todos los sectores explotados y oprimidos de la sociedad tailandesa. La determinación y la combatividad de los manifestantes ha crecido, y con ello, el deseo de un cambio radical de la sociedad que va mucho más allá de un mero cambio de primer ministro. Esto es ahora una lucha entre ricos y pobres - una lucha entre las clases.

La lucha por la democracia

La oligarquía, con razón, teme las fuerzas que han sido puestas en marcha por el movimiento a favor de la democracia, que ha atraído a su lado a los trabajadores, la juventud, los campesinos y las capas de los pobres y oprimidos de la ciudad y del campo: en una palabra, a todas las fuerzas vivas de la sociedad tailandesa. Contra ellas fue lanzado todo lo que era corrupto, degenerado, anticuado y reaccionario.

Se trata de una lucha entre ricos y pobres, entre los que tienen y los que no tienen. Se describe a los Camisas Rojas como un movimiento "pro democracia" y en cierto sentido esto es cierto. Existe un deseo ardiente por la democracia, que se expresa en un odio feroz al régimen de Ahbisit. Comenzando con demandas democráticas, empezarán a relacionar la injusticia política con la injusticia social: de hecho, para los trabajadores y los campesinos las dos cosas son inseparables.

Esto puede haber comenzado como una lucha entre dos grupos de políticos rivales, pero ahora se ha llenado con un contenido de clase revolucionario. Una vez que se levantaron, las masas inevitablemente comenzaron a expresar sus propias demandas. Las tareas inmediatas de la revolución (por eso es lo que es) tienen un carácter democrático. Pero la lucha por la democracia, si quiere triunfar, debe conducir al derrumbe de todo el edificio actual de la vida política tailandesa.

La lucha por la democracia se identifica a los ojos de las masas con una lucha mucho más amplia por la justicia social y la igualdad. Esto lo comprenden los reaccionarios y los elementos más decididos del movimiento de protesta. Como de costumbre, en el medio hay algunos que imaginan que todo puede resolverse pacíficamente, a través de la negociación y los acuerdos. Pero esto es imposible.

No hay espacio en esta situación de compromiso, y el "centro", como sucede a menudo en la historia, será barrido a un lado por la marea ascendente de la lucha de clases. El movimiento sólo puede tener éxito si está dirigido por los elementos más decididos: hombres y mujeres que estén dispuestas a luchar hasta el final, como los valientes hombres y mujeres que están luchando por sus derechos en las calles de Bangkok.

La erupción de las masas

El ejército de manifestantes de "Camisas Rojas" convergió en Bangkok el 14 de marzo, y durante dos meses ha paralizado la capital, protestando por la negativa del gobierno de Abhisit, respaldado por los militares, a dimitir y celebrar nuevas elecciones. El gobierno no elegido siguió gobernando. Pero había perdido el control de las calles. The Economist (16 de mayo), describió la situación en Bangkok:

"Miles de manifestantes, muchos de ellos procedentes de las zonas rurales, están durmiendo a la sombra de hoteles de lujo y centros comerciales. [...] Ocuparon una gran área del centro de Bangkok durante el mes pasado para forzar al primer ministro, Abhisit Vejjajiva, a disolver el Parlamento y celebrar nuevas elecciones. El gobierno, las empresas y muchos residentes de Bangkok quieren que los Camisas Rojas se vayan. Las amenazas y las leyes de excepción no han funcionado. Las conversaciones de paz parecieron dar sus frutos, pero decayeron rápidamente."

La clase dominante estaba cada vez más alarmada por la erupción de las masas en las calles de la capital. El gobierno parecía impotente, golpeado por una extraña parálisis de su voluntad. La situación se hizo más grave cada día, casi cada hora. Hubo elementos de doble poder presentes en la situación. Por sus acciones desafiantes, las masas estaban planteando un desafío directo al gobierno: "¿quién manda, ustedes o nosotros?".

Al principio, el gobierno intentó calmar la situación, ofreciendo concesiones. Abhisit ofreció la rama de olivo de elecciones anticipadas en noviembre como parte de un acuerdo para poner fin a la confrontación. Parecía que algunos dirigentes de la protesta estaban dispuestos a volverse a su casa con la fuerza de estas promesas. Pero para la mayoría este fue un caso de "demasiado poco y demasiado tarde". Exigieron una fecha fija para la disolución del Parlamento y dijeron que continuarían con sus protestas.

Abhisit estaba bajo la presión del ala de la línea dura del régimen para que usara la fuerza para aplastar las protestas. Cuando los líderes de los Camisas Rojas modificaron sus demandas el gobierno retiró inmediatamente su oferta. Para ellos, la oferta de nuevas elecciones fue demasiado, mientras que para las masas, radicalizadas por el movimiento de protesta, fue demasiado poco. En palabras de The Economist:

"Desconfían de los líderes que hablaron de compromiso después de que había sido derramada tanta sangre. Muy al contrario, querían mantener la lucha y la presión sobre el gobierno. Es improbable que los elementos duros de los Camisas Rojas quieran renunciar tan fácilmente".

La reacción se prepara

El gobierno deliberadamente exageró la violencia de la quema de neumáticos y de los cohetes caseros de los Camisas Rojas, y repetidamente se referían a ellos como ''terroristas '' que preparaban una rebelión armada, con el fin de justificar el uso mortal del ejército de francotiradores y un eventual aplastamiento de la protesta. La primera prueba de fuerza llegó el 10 de abril, cuando 25 personas fueron asesinadas y cientos resultaron heridas en un intento del ejército de limpiar Bangkok de manifestantes. En esa ocasión, varios soldados estaban entre los muertos, aparentemente a manos de pistoleros vestidos de negro con armas del ejército.

La sangrienta represión del 10 de abril de 2010 mostró la hipocresía que había detrás de la "Hoja de Ruta" de Abhisit para la reconciliación. Él no tenía la intención de restaurar la democracia en Tailandia. Sólo había dos resultados posibles: o las masas barrían a este gobierno -y a la monarquía reaccionaria que se encuentra detrás de él- o la reacción militar restauraría el "orden" con balas y bayonetas.

La próspera clase media de Bangkok estaba furiosa con el trastorno de sus vidas, la ocupación de sus calles y la interrupción de sus lujosos centros comerciales. Los realistas "camisas amarillas" amenazaban con reanudar sus protestas y apoyar el uso de leyes represivas y la violencia contra el movimiento de masas.

La perspectiva de un desenlace sangriento estaba claro para todos. Embajadas extranjeras cerraron sus puertas y varios países, incluidos los Estados Unidos, advirtieron a sus ciudadanos que no debían viajar a Bangkok. El departamento de Asuntos Exteriores aconsejó a la gente que reconsiderara viajar a cualquier lugar de Tailandia debido a la "amplia inestabilidad política y los disturbios civiles que se producen en Bangkok y otras partes del país''.

Todo esto indicaba que el ejército tailandés estaba planeando lanzar una ofensiva final. Sin embargo, las fuerzas del gobierno permanecían indecisas. El ejército evitó un asalto frontal y en su lugar intentó estrangular lentamente el lugar de la protesta de los Camisas Rojas en el centro de la ciudad. El ejército levantó barricadas y alambradas a en todos los caminos que conducían hacia el campamento de protesta, bloqueando los suministros y dejando pocas vías de entrada y salida.

Declararon dos partes de la ciudad, en Din Daeng y Bon Kai, como "zonas de fuego". El alto generalato amenazó con disparar al instante contra cualquiera que caminara por esas zonas. La respuesta de los Camisas Rojas fue ampliar el territorio que controlaban en la ciudad. Apresuradamente, construyeron nuevas barricadas con neumáticos y piezas de automóvil, y donde fueron amenazados, le prendieron fuego. También incendiaron algunas casas y hubo informes de ataques a negocios y edificios cerrados en las tierras de nadie situadas entre los Camisas Rojas y el ejército.

Divisiones en el ejército

La lucha de clases en Tailandia está ahora al rojo vivo. Con una dirección adecuada, el movimiento de masas podría haber derrocado el dominio oligárquico. El régimen pudo sentir que el suelo se agitaba bajo sus pies. Por un lado, el movimiento de masas revolucionario crecía por horas, por otro lado, había claramente divisiones en el ejército y la policía. Ha habido muchos informes de confraternización o incluso de manifestantes que han invadido cuarteles del ejército.

Desafortunadamente, los líderes de la protesta vacilaron y demostraron que no estaban dispuestos a ir hasta el final. Esto permitió a los contrarrevolucionarios retomar la iniciativa.

El ejército temía claramente un enfrentamiento directo con los Camisas Rojas. La prueba de ello es que, hasta esta mañana [19 de mayo], no les habían arrebatado ningún territorio, pero en su lugar intentaron estrangular a los manifestantes cortando el suministro de alimentos y agua, la energía y las comunicaciones a su campamento. Pero esto no fue suficiente para poner fin a la protesta. Tarde o temprano tuvieron que lanzar una acometida final, violenta, para eliminarlos.

Pero había un problema. Los soldados reclutados siempre son reacios a disparar contra civiles desarmados. Esto es cien veces más cierto en un ejército de reclutas, muchos de ellos procedentes de familias campesinas pobres. Los oficiales, por lo tanto, utilizaron francotiradores seleccionados ocultos en los bloques de la torre para disparar a los manifestantes.

Una de las víctimas fue Jattiya Sawasdipol, un ex general del ejército tailandés, que se convirtió en el jefe de la milicia de los Camisas Rojas. Se opuso enérgicamente al "acuerdo de paz" que dejó a Abhisit en el poder. En la noche del 13 de mayo la bala de un francotirador le alcanzó. Murió en el hospital. El ejército niega su participación, pero nadie le cree. Aún los Camisas Rojas permanecieron en la zona con un coraje admirable, aunque el ejército estaba disparando ahora con munición real, dejando a decenas de personas muertas y heridas.

El asesinato a sangre fría de Jattiya Sawasdipol enfureció a sus partidarios y desencadenó una nueva ola de combates en los alrededores de perímetro del sitio de la protesta, que se extendió a otros lugares. Todos los distritos de Bangkok se cerraron, y el malestar se expandió con fuerza fuera de la capital tailandesa. Se declaró el estado de emergencia en cinco provincias el sábado, llevando el total a 22: casi un tercio del país.

Ha habido imágenes en Internet que muestran a la gente enojada apoderándose de un camión del ejército, mientras que los soldados no hacen nada para detenerlos. En esta ocasión, los insurgentes tomaron el vehículo y las armas, gritando: "¡Viva el pueblo! ¡Abajo la dictadura!". El 28 de abril hubo informes que decían:

"Los Camisas Rojas han capturado a algunos soldados que intentaron infiltrarse en la protesta en Rajprasong. Se cree que tenían órdenes de disparar a los dirigentes de los Camisas Rojas. Los prisioneros reciben un buen trato."

El gobierno anunció un toque de queda. Esto desató una ola de ira de los manifestantes. Sin embargo, el ejército más tarde retiró la propuesta diciendo que era "innecesaria". Estaba claro que el ejército y el gobierno estaban todavía dudando antes de decidirse a dar el golpe fatal. También sabemos que esta duda no les fue dictada por consideraciones humanitarias o sentimentales, sino por el miedo.

Ofensiva contrarrevolucionaria

Era una situación que no podía mantenerse. Por un lado, el gobierno había perdido el control de las calles y había perdido su nervio. Por otro lado, los dirigentes de los Camisas Rojas no podían reunir el coraje para llamar a una huelga general y moverse para tomar el poder. La falta de una iniciativa decisiva por parte de los líderes de la protesta habilitó a Abhisit a recuperar su nervio. Al final, el gobierno, presionado por los reaccionarios, decidió ir a la ofensiva.

Abhisit repitió su determinación de poner fin a las protestas y dio aviso que las pérdidas "serían duraderas". Esto significaba que daría luz verde para una represión despiadada del ejército, sin importar la pérdida de vidas. El ejército rodeó el sitio. Se instó a los manifestantes a que se marcharan, dando prioridad a las mujeres, niños y ancianos. Los que permanecieron enfrentarían un destino incierto.

La situación de los manifestantes era muy difícil. Los suministros de alimentos y de agua se estaban agotando, y se impidió a los refuerzos de los Camisas Rojas que se unieran a las protestas. El ejército tenía una clara ventaja en términos de armamento superior y disciplina. Pero las masas tenían un arma aún más seria: su voluntad de morir. Esta férrea determinación acobardó a los soldados rasos tailandeses, haciéndoles dudar y reacios a combatir.

El 13 de mayo el gobierno lanzó un ataque contra los Camisas Rojas. Al principio estaban cautelosos y nerviosos sobre el resultado y con muchas dudas sobre la lealtad de las tropas. Algunos periodistas occidentales informaron de que los soldados parecían nerviosos, incluso con miedo. Dispararon al aire y lanzaron bombas de gas lacrimógeno. Lo Camisas Rojas no se intimidaron y respondieron con la construcción de barricadas, lanzando piedras y trozos de hormigón, disparando cohetes caseros, hondas incendiarias y cócteles Molotov.

La gran pregunta era: ¿cuál sería el resultado de un choque abierto? Desde un punto de vista militar, la pregunta se respondía por sí misma. No había manera de que unas barricadas improvisadas y unos cohetes caseros pudieran oponerse a la disciplina y al poder de fuego de un ejército moderno. Pero esto no es una cuestión puramente militar. En primer lugar, detrás de los tanques y los cañones había hombres, a los que puede influir poderosamente la visión de un pueblo que se ha levantado. La cohesión del ejército por sí mismo no es algo que pueda darse por sentado.

Un informe de Internet dijo:

"En Bangkok y las provincias se producen enfrentamientos esporádicos. El gobierno está tratando desesperadamente de aferrarse al poder con el asesinato de manifestantes a favor de la democracia. Están apareciendo divisiones en las fuerzas de seguridad con informes de que algunas unidades de la policía o del ejército devuelven el fuego con el avance de las tropas. De hecho se trata de una situación de guerra civil y el gobierno no puede esperar controlar la situación."

¿Es posible la mediación?

Por desgracia, los dirigentes de las protestas no tuvieron ninguna perspectiva real. Llamaron a mantener conversaciones con representantes de la ONU. Esto no tenía ninguna posibilidad de éxito. En la guerra entre ricos y pobres no puede haber árbitros. No hay reglas en este juego. La única regla es que, al final, una clase debe ganar y otra clase debe perder.

El gobierno ha rechazado todas las ofertas de negociación, diciendo que las conversaciones sólo se iniciarán cuando los manifestantes abandonen su campamento de barricadas en Bangkok. El domingo, el gobierno de Tailandia rechazó el llamamiento hecho por los Camisas Rojas para un alto el fuego y las conversaciones moderadas por la ONU. Por su parte, la ONU no ha respondido aún a esta solicitud.

En un discurso televisado, que fue mostrado en todos los canales de Tailandia, Abhisit dijo:

"Mientras continúe la protesta de los Camisas Rojas, seguirá habiendo terroristas armados que dañarán al pueblo y a las autoridades. Aumentarán los riesgos y la violencia. Insisto en que la finalización de la protesta es la única manera de impedir pérdidas.

"No podemos permitir que elementos ilegales tomen de rehén a Bangkok. No permitiremos que un grupo armado descontento con el gobierno ataque y hiera a las autoridades. No hay marcha atrás en nuestros esfuerzos para mantener un estado legal. Han que aceptar las pérdidas. Es la única manera de rectitud".

Las víctimas de la violencia contrarrevolucionaria son manifestantes desarmados. Los funcionarios dicen que los soldados tienen derecho a disparar en defensa propia. Pero los testigos presenciales hablan de soldados entusiastas y francotiradores que disparan desde los tejados. Abhisit defendió las acciones del ejército: ''el gobierno debe seguir adelante" dijo. ''Nosotros no podemos retroceder porque estamos haciendo cosas que beneficiarán a todo el país. Si queremos acabar con la pérdida de vidas, la única manera es obligar a los manifestantes a que pongan fin a su protesta".

El gobierno estaba jugando con los dirigentes de la protesta, haciendo concesiones aparentes mientras sistemáticamente se preparaba para un enfrentamiento sangriento. Con el fin de distraer la atención pública e internacional de estos planes, Abhisit ofreció nuevas elecciones, pero sólo en noviembre y a condición de que terminara la protesta masiva. Incluso si las elecciones de noviembre se celebraran, ¿qué garantías habría de que los monárquicos no le darían la vuelta a un resultado inoportuno?

Barruntando una trampa, los dirigentes de los Camisas Rojas respondieron con evasivas. El primer Mmnistro declaró inmediatamente que su oferta había sido rechazada, retiró la "hoja de ruta '' para las elecciones y llamó al ejército, lo que había sido su intención desde el primer momento.

Heroísmo de los insurgentes

Las batallas callejeras mortales entre las fuerzas de seguridad y los Camisas Rojas no mostraron ayer signos de aplacamiento. Por el contrario, el combate se había extendido a otras partes de la capital y también a las provincias. Ni tampoco los disparos venían de una sola dirección. Los reporteros hacían referencias a hombres jóvenes vestidos de negro, provistos de armas del ejército. El Sydney Morning Herald describió la escena:

"Pero en las calles hay miedo. El miedo está en los ojos de los guardias de los Camisas Rojas que permanecen desafiantes, pero nerviosos, a la entrada del campamento fortificado.

"Con bravuconería, Annan muestra su gomera, tirando de la goma hacia atrás, dirigida a un francotirador, real o imaginario, en un edificio cercano. A sus pies hay un montón de piedras y trozos de hormigón para lanzarlos en la dirección de las tropas. En su bolsillo de atrás cuelga un lanzacohetes artesanal hecho de bambú y desechos de metal, para disparar pirotecnia a los soldados y helicópteros de la policía. Son una réplica endeble a los fusiles y M-16 de los soldados apostados detrás de los sacos de arena y la alambrada, a unos pocos cientos de metros de distancia.

"La barricada detrás de la cual se encuentra Annan, creada en semanas de protesta, es un enorme muro de neumáticos y estacas de bambú afiladas, de cuatro metros de altura. Huele a nafta. A la espera de que las tropas marchen sobre ellos cualquier día, los Camisas Rojas han llenado sus barricadas con combustible, listo para quemar su ciudad antes que renunciar.

''Nos estamos muriendo. Todos tenemos miedo a ser asesinados, pero nos quedamos".

"Pero el miedo está escrito, también, en las caras de las tropas en Rama IV Road, en el extremo sur de la zona de los Camisas Rojas. Con altavoces, ruegan a los manifestantes que se mantenga la paz. «Somos el ejército del pueblo. Sólo estamos haciendo nuestro deber por la nación. Hermanos y hermanas, hablemos juntos".

En estas condiciones fue sorprendente ver la enorme valentía y la resistencia de hombres y mujeres comunes: braceros, mozos de tienda, obreros de la construcción y vendedoras del mercado, todos de pie hombro a hombro frente a las balas y los vehículos blindados. Esta es la respuesta final a todos los escépticos, cobardes y traidores que dudan de la capacidad de la clase obrera para cambiar la sociedad.

A pesar de sus posibilidades remotas, los Camisas Rojas permanecían firmes mirando a la muerte directamente a los ojos sin estremecerse. Un informe en internet de un disidente tailandés que vive en Londres, declara: "el vicepresidente del sindicato de trabajadores de la Electricidad Metropolitana de Bangkok ha traído gente para unirse a la protesta de los Camisas Rojas en Rajprasong" "El líder de los Camisas Rojas acaba de decir que "¡¡¡somos como Espartaco!!!"

Debilidad de la dirección

A medida que el número de muertos después de cuatro días de batallas callejeras sangrientas se elevó a 67 y cientos más heridos, el ejército exigió que las mujeres y los niños abandonaran el área. Pero ayer, salvo un pequeño grupo de mujeres ancianas y algunos niños, la oferta fue rechazada. Los manifestantes estaban preparados para resistir hasta el final. En Rajprasong están cantando "Esto es una guerra de clases para barrer la autocracia".

Por desgracia, la dirección no ha mostrado la misma determinación. Algunos líderes de los Camisas Rojas indicaron que estarían dispuestos a volver a la mesa de negociación, pero sólo si las tropas se retiraban inmediatamente de las calles y la ONU actuaba de mediadora: "queremos que las Naciones Unidas moderen debido a no confiamos en nadie más. Ningún grupo en Tailandia es lo suficientemente neutral ", dijo Nattawut Saikua, uno de los principales líderes de la protesta. Esto fue ingenuo en extremo.

La situación ha ido mucho más allá de los límites de las instituciones legales y parlamentarias, que sólo pueden tener éxito por el grado en que la mayoría decisiva de la sociedad las reconoce como válidas. Pero en última instancia, todas las cuestiones fundamentales se resolverán fuera del parlamento: en las calles y fábricas y en los cuarteles del ejército. Los periodistas australianos Walker y Farrelly escribieron:

''El defecto fatal de Tailandia es la pérdida de fe en el proceso electoral. Esta pérdida de fe ha abierto el camino para que los partidarios de la línea dura persigan alternativas violentas. La violencia de todas las partes es deplorable, pero recordemos que aquellos que condenan las provocaciones de los Camisas Rojas más vigorosamente también son aquellos que han negado sistemáticamente la legitimidad de sus declaraciones pacíficas en las urnas.''

El gobierno trató la exigencia de la intervención de la ONU con desprecio: "Si realmente quieren hablar, no deberían establecer condiciones como pedir que se retiren las tropas" dijo Korbsak Sabhavasu, Secretario General del primer ministro. No hubo ninguna posibilidad real de mediación. Detrás de esta prueba de fuerza y voluntad, hay un choque entre intereses mutuamente excluyentes. El gobierno está decidido a eliminar a los manifestantes, y estos últimos igualmente están decididos a permanecer donde estaban.

Abhisit advirtió que su gobierno no "cederá ante los manifestantes", y el ejército se trasladaría a aplastar a los que protestan. El ministro de Asuntos Exteriores de Tailandia, Kasit Piromya, criticó a los diplomáticos extranjeros que hablan incluso con las Camisas Rojas, a quienes llamó "terroristas". Se trata de la verdadera voz de la clase dirigente tailandesa. Es la voz de una clase que está dispuesta a ir hasta el final en defensa de sus privilegios de clase.

Pero ¿qué hay de los líderes de la protesta? Desde el comienzo los líderes de los Camisas Rojas hicieron repetidos ofrecimientos para negociar con el gobierno, todos los cuales fueron rechazados. El gobierno entiende lo que los líderes de la protesta no comprenden: que este movimiento plantea una amenaza fundamental a la clase dirigente, que sólo puede tratada con el uso de la fuerza.

Las bases estaban dispuestas a luchar. Pero en el último minuto la dirección del UDD anunció que cedían ante la policía y finalizaban la protesta porque ellos "no podían ver más muertes". Al mostrar debilidad, los líderes dieron luz verde al ejército para que atacara, sabiendo que no encontrarían resistencia.

Esto habrá tenido un efecto profundamente depresivo en el movimiento de masas. Los mismos dirigentes que los estimularon a resistir ahora les dicen ue tinen que rendirse. Los informes de Bangkok dicen que las mujeres y hombres de base en el sitio de la protesta están muy enojados con esto. No es sorprendente. La historia de la lucha de clases demuestra que es mejor caer derrotado combatiendo que rendirse sin luchar.

La lucha por la democracia

El logro de la verdadera democracia no es posible sin el derrocamiento de la oligarquía. Pero el derrocamiento de la oligarquía no es posible sin el derrocamiento de la monarquía tailandesa. El rey Bhumibol Adulyadej tiene 82 años y padece un mal estado de salud. Pero es el punto de confluencia de todas las fuerzas de la reacción.

La Corriente Marxista Internacional expresa su firme apoyo al movimiento revolucionario de las masas de Tailandia. Reclamamos la dimisión inmediata del gobierno de Abhisit y la celebración de elecciones libres y democráticas. Defendemos los derechos democráticos de todos y, sobre todo, el derecho del pueblo a organizarse, a protestar y a ir la huelga. Con el fin de garantizar esos derechos, exigimos la convocatoria de una Asamblea Constituyente para elaborar una Constitución verdaderamente democrática, cuyo primer punto debe ser la abolición de la monarquía.

Se dice que la monarquía tailandesa es una institución venerable, santificada por la religión y el poder de una tradición milenaria. Pero eso podría también haberlo dicho la dinastía Romanov en la Rusia zarista. Pero fue suficiente un solo choque sangriento el 9 de enero de 1905, para que todos los viejos prejuicios monárquicos fueran barridos de las mentes de los rusos. Cualquiera que sea el resultado inmediato del presente enfrentamiento sangriento en las calles de Bangkok, tendrán el mismo efecto.

Inevitablemente, el odio ardiente del gobierno de los ricos se transferirá a ese baluarte de privilegio, la monarquía. Crecerá la demanda a favor de una república, uniendo a amplias capas de las masas. Y con cada paso adelante que den las masas, quedará claro que la única forma de avanzar es a través de un gobierno de los trabajadores y los campesinos pobres.

Como en todos los países, en Tailandia la institución de la monarquía no es simplemente una supervivencia sin sentido del pasado, un anacronismo colorido pero esencialmente sin sentido, algo para ser admirado por los turistas Es un baluarte de la reacción, un símbolo de la propiedad, del poder, la riqueza y el privilegio, un punto de convergencia de todas las fuerzas de la contrarrevolución. Debe ser barrido aparte si la Revolución quiere avanzar.

Cuando escribimos estas palabras, se está jugando la suerte del movimiento de protesta masiva en Bangkok. Habida cuenta de la capitulación de la dirección, parece probable que la primera ronda terminará en una derrota. Pero esta explosión de la lucha de clases tendrá profundas consecuencias. Tailandia nunca será el mismo otra vez. Cualquier gobierno que surja de una situación caótica será intrínsecamente inestable. Ningún resultado duradero es posible sobre la base de las bases actuales. Nuevos levantamientos son inevitables.

El movimiento democrático revolucionario ha sido llenado de contenido de clase. Inevitablemente irá más allá de los límites establecidos inicialmente por la dirección. Está en el interés de la clase trabajadora tailandesa luchar por las demandas democráticas más avanzadas. Sólo desactivando lejos todos la basura feudal antigua ppdrán los trabajadores lograr las condiciones necesarias para el desarrollo de la lucha de clases. Pero los trabajadores lucharán por la democracia con sus propias armas de clase: ¡es necesario llamar a una huelga general para derrocar al gobierno!

Una huelga general, organizada a través de comités de lucha, es la única manera de desorganizar las fuerzas contrarrevolucionarias y darle una forma organizativa y de cohesión al movimiento revolucionario de las masas. La conquista de la democracia requeriría la completa reconstrucción revolucionaria de la sociedad tailandesa de arriba abajo. Y este objetivo puede lograrse sólo cuando la clase obrera se sitúe a sí mismo a la cabeza de la sociedad para derrocar a la oligarquía odiada, siguiendo el ejemplo de los trabajadores y campesinos rusos en 1917.

Fuente: www.corrientemarxista.org

Ver imagenes en The Big Picture


jueves, 28 de mayo de 2009

Los países BRIC y el desacople del eje económico mundial

Mientras Estados Unidos y Europa luchan para salir del pantano del endeudamiento, el desempleo y la deflación, la resistencia de los países BRIC a los embates de la crisis ha sido la grata sorpresa. Brasil, Rusia, India y China se han convertido en un factor de estabilidad y crecimiento logrando producir un desacople del eje Estados Unidos-Japón-Europa.

Siga leyendo esta información en El Blog Salmón

martes, 10 de marzo de 2009

Chávez admite que la crisis puede afectar a Venezuela

El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, reconoció por primera vez que su país puede verse afectado por la crisis económica mundial, pero advirtió que la revolución no se va a venir abajo y convocó a la formación de un gran frente nacional de masas y al fortalecimiento del Partido Socialista Unido de Venezuela, (PSUV), para ingresar de lleno a lo que llamó el tercer ciclo histórico del movimiento revolucionario bolivariano.

Chávez vinculó los temas de la economía, la organización política y social de los venezolanos durante la emisión del programa dominincal Aló, Presidente!, en el cual también acusó al ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, de querer convertir a su país en el Israel de la región, con el respaldo de las corrientes militaristas de extrema derecha de Estados Unidos, porque desean un conflicto entre ambas naciones sudamericanas.

"Cuidado presidente Uribe, creo que tenemos que ser responsables en esto y preservar la paz", puntualizó Chavez al hablar de las relaciones con el gobierno de Colombia, a propósito de las acusaciones lanzadas en medios informativos colombianos a principios de la semana, en el sentido de que Venezuela aloja a dirigentes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

En una referencia a los problemas económicos mundiales, Chávez dijo que la revolución no se va a venir abajo por los problemas económicos que puedan derivar de la crisis mundial, pero eso no significa que no pudiéramos entrar nosotros en un periodo de grandes dificultades. Su comentario dio pie a que el ministro de Finanzas, Alí Rodríguez, ofreciera más detalles durante una entrevista difundida por la cadena Televen.

"Estamos haciendo ajustes en el gasto público y hemos diseñado una política de austeridad eliminando muchos gastos como la compra de vehículos nuevos y la realización de viajes que pueden ser de utilidad, pero no son tan indispensables. Nosotros cuidaremos hasta el último dólar y el último bolívar".

Rodríguez precisó que los recortes presupuestales no afectan la política social y apuntó que el presupuesto de 2009 se calculó con base en una proyección de 60 dólares por barril de petróleo, lejos de los 130 dólares que alcanzó en 2008. Actualmente se ubica en 36.33 dólares por unidad.

Venezuela, que obtiene 90 por ciento de sus divisas de la exportación de crudo, ha registrado cinco años consecutivos de crecimiento en su producto interno bruto, aunque la tasa en 2008 fue de 4.8 por ciento, 1.2 puntos porcentuales por debajo de la previsión gubernamental. En 2007 la economía creció todavía a un ritmo de 8.4 por ciento.

El ministro dijo que por efecto de los altos ingresos gubernamentales, el país cuenta con un fondo de estabilización monetaria de 57 mil millones de dólares y otro conformado con China de 12 mil millones de dólares.

lunes, 12 de enero de 2009

Un tercio de empresas brasileñas prepara masivos despidos

Un tercio de las empresas brasileñas pretende despedir trabajadores en los próximos días en medio de la crisis global que ya hizo perder 600.000 puestos en diciembre pasado.

Un estudio elaborado por la privada Fundación Getulio Vargas y publicado por el diario O Estado de Sao Paulo revela que ese total de industrias dispuestas a despedir es el más alto desde 1999 y supera con creces el promedio histórico de los últimos 15 años, que fue de 19,5%.

Casi un tercio de la industria brasileña pretende despedir trabajadores en enero. De 1.086 empresas que emplean a cerca de 1,3 millones de trabajadores, el 32,5% informo a la FGV que planean reducir el número de empleados, explica el reportaje.

La tendencia actual es exactamente opuesta a la de seis meses atrás, cuando el 35,7% de los empresarios preveían contrataciones en el corto plazo. El mayor número de despidos debe ocurrir en la industria de bienes de consumo duraderos, cuyas ventas dependen más del paralizado flujo de crédito.

La industria mecánica encabeza los recortes con el 68,3% de las empresas de ese sector manejando nuevos planes para deshacerse de fuerza de trabajo. Los fabricantes de bienes de capital, vehículos, repuestos y electrónicos ya han reducido sus plantillas.

La industria brasileña está presionada por elevados inventarios y caídas en las ventas. Las perspectivas de despidos en este sector de efecto multiplicador en la economía ha hecho sonar luces de alerta en el comercio y los servicios, señaló "O Estado".

sábado, 8 de noviembre de 2008

¿Puede resistir la globalización financiera?

Yes, you can! Y debe hacerlo.
Los bancos asiáticos, que hasta el momento son los menos afectados por la crisis financiera, están adoptando medidas para contener el desplome. Una de ellas es limitar el papel de los bancos extranjeros en el sistema bancario nacional y aplicar medidas de arbitraje a los flujos de capitales en moneda extranjera. Casi un retorno a la tasa Tobin deshechada en el período de la desregulación financiera de los años 90.

El economista Dani Rodrik se encuentra en Bangkok, Tailandia, junto a Raghu Rajan, Arvind Subramanian y José Antonio Ocampo en la presentación de un plan que lleva por nombre "Resistirse a la globalización financiera en Asia". Los mercados asiáticos tienen experiencia en estos temas tras la fuerte crisis iniciada en Malasia aquel fatídico 2 de Julio de 1997.

Via Dani Rodrik

LinkWithin

Blog Widget by LinkWithin