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martes, 13 de febrero de 2024

¿Qué demandan los agricultores europeos?

Desde España hasta Rumania, pasando por Francia, Alemania y los Países Bajos, clama el descontento de los agricultores que se han alzado en pie de guerra con multitudinarios movilizaciones en son de protesta. Las razones del descontento son varias. Denuncian que los mismos eurócratas de Bruselas que les imponen todo tipo de restricciones firman luego acuerdos comerciales que permiten importar de lugares remotos alimentos producidos sin ninguna de esas restricciones.

También se quejan los agricultores que a raiz del problema energético los costos se han disparado y no pueden trasladarlos al cliente final, pero que los intermediarios se quedan con todo el margen. Su movilización ha encontrado rápido eco en los políticos del continente europeo, que no quieren ver tractores en vísperas de unas inminentes elecciones. Francia y Alemania ya han aplazado la subida de impuestos que iban a aplicar al combustible agrícola. La Unión Europea ha aparcado el tratado comercial con Mercosur, que llevaba negociándose dos décadas. Y en España, Pedro Sánchez ha prometido fortalecer la ley de la cadena alimentaria.

¿Qué es lo que demandan los agricultores europeos? Aqui algunas de sus peticiones:

martes, 6 de febrero de 2024

Las protestas en Europa podrían conducir a una gran crisis social

La insistencia de los gobiernos europeos en ignorar las demandas de los agricultores tiende a generar serios problemas y desestabilizar el bloque.
Lucas Leiroz, Strategic Culture

Las actuales protestas en Europa están llevando a varios países a una grave crisis social. Los gobiernos europeos siguen sin estar dispuestos a satisfacer las demandas de los campesinos y agricultores, lo que genera una escalada de manifestaciones y preocupaciones sobre la estabilidad de la UE en el futuro próximo.

Los trabajadores rurales exigen la creación de mecanismos de protección de la producción nacional, reduciendo la importación de rubros agrícolas, así como cambios en las políticas “verdes” que perjudican fuertemente a los productores. Las protestas han continuado desde enero, con miles de agricultores saliendo a las calles en países como Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Polonia, Rumania y los Países Bajos, así como manifestaciones más pequeñas en algunos otros estados.

Hay una serie de factores que es necesario comprender para poder analizar adecuadamente la crisis actual. En primer lugar, es necesario recordar que el sector agrícola europeo es tradicionalmente más frágil que otros segmentos económicos, como la industria y las finanzas. Los agricultores locales se encuentran en una posición desventajosa en relación con las principales potencias productoras de alimentos fuera de Europa occidental. Por esta razón, el sector siempre ha dependido en gran medida de los incentivos estatales para permanecer activo, garantizando estabilidad y ganancias para los agricultores.

La revuelta de la tierra

Andrea Marcigliano, Electo Magazine

Comenzó en Alemania, seguida inmediatamente por los Países Bajos. Luego, por supuesto, los franceses, siempre dispuestos a aprovechar los vientos de protesta. Y amplificarlos.

Se ha extendido, y ahora también en Italia. Ante el vergonzoso silencio de los medios de comunicación, de los políticos de todos los partidos (mayoritarios y de la oposición), de los intelectuales... de las más altas instancias del Estado, en primer lugar el Quirinale...

La revuelta de los campesinos. La revolución de los tractores. Miles, decenas de miles que bloquean todas las carreteras de Europa. Que marchan sobre las capitales. Y de todo esto, escasas noticias en los periódicos locales, bajo el título "problemas de tráfico". Como si se tratara de un problema de tràfico.

Sin embargo, no hay que caer en el error de que se trata de una mera protesta por motivos fiscales, de fondos, de subvenciones. La propia amplitud y extensión, así como la forma, de esta revuelta es un indicio de algo más.

Piénselo... empezó justo antes del Foro de Davos. Y ha ido creciendo.

jueves, 25 de enero de 2024

Las masivas protestas de los agricultores en Alemania

Joakim Andersen, MetaPolitik

Las masivas protestas campesinas llevan una semana paralizando parte de Alemania, con convoyes de miles de tractores tomando el centro simbólico del país. Muchos agricultores y otras personas se han reunido en la Puerta de Brandeburgo para mostrar su descontento con el actual gobierno de centro. Lo que está ocurriendo tiene un interés histórico contemporáneo, aunque ha recibido una cobertura limitada en los principales medios de comunicación. En muchos aspectos, los acontecimientos de Alemania recuerdan a las protestas campesinas de los Países Bajos en 2022, sobre las que escribimos en El levantamiento campesino holandés. Al mismo tiempo, existen diferencias.

En ambos países, la cuestión es la lucha de clases, no tanto en el sentido marxiano como en el sentido postmarxiano y más compatible con la derecha desarrollado por Samuel Francis en su obra póstumamente publicada Leviathan & It's Enemies, donde el conflicto es entre las capas directivas, los burócratas tanto del sector público como del privado, por un lado, y la "gente corriente" por otro. Este aspecto del conflicto es el populista, el choque de intereses entre el pueblo y el establishment. Hay aquí un factor económico, con la reacción de los agricultores ante los planes del gobierno de reducir las desgravaciones fiscales sobre su combustible. También hay un factor político-económico, con los agricultores reaccionando ante un marco regulador complejo y poco claro. Una diferencia interesante entre los Países Bajos y Alemania parece ser que los agricultores alemanes están representados hasta ahora por organizaciones con un pie en el establishment, mientras que en los Países Bajos había un elemento más claro de "huelgas salvajes".

martes, 20 de septiembre de 2016

Monsanto-Bayer y el ocaso de la agricultura mundial


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

La industria agrícola global sufre un giro telúrico de alcances geopolíticos cuando se han escenificado varias megafusiones a los dos lados del Atlántico-Norte, sumadas a la repentina aparición de China. La adquisicíón de Monsanto, reina de los polémicos transgénicos, por Bayer, consagrada a la industria farmacéutica, sacudió al mundo agrícola.

Si para Hugh Grant, mandamás de Monsanto, la adquisición por Bayer es un matrimonio celestial, para los ambientalistas Amigos de la Tierra condensa un “matrimonio hecho en el infierno (https://goo.gl/Fznu06)”.

Werner Baumann (WB), el mero mero de Bayer, exulta que la mega-fusión creará un líder global en agricultura, ya que constituye el género de abordaje revolucionario (sic) en el sector que será necesario para alimentar al mundo, cuando se espera un crecimiento de 3 mil millones de personas en 2050 que habrá que alimentar.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Monsanto-Bayer y el control digital de la agricultura


Silvia Ribeiro, La Jornada

El miércoles 14 de septiembre Monsanto aceptó finalmente la tercera oferta de Bayer para comprarla, lo que convertirá a Bayer en la mayor empresa global de agrotóxicos y semillas, además de ser una de las mayores farmacéuticas. Pero siendo de gran magnitud y con impactos de amplio alcance, es apenas una de varias fusiones recientes entre trasnacionales de agronegocios. Hay también movimientos entre las empresas de fertilizantes, de maquinarias y las que poseen bancos de datos que influyen en el proceso agrícola, en una batalla por quién controlará no sólo los mercados, sino también las nuevas tecnologías y el control digital y satelital de la agricultura.

Varios factores influyen en la aceleración de los procesos de fusión que comenzó en 2014. Uno de ellos es que los cultivos transgénicos se están topando con muchos problemas, lo cual acicatea a las gigantes de transgénicos a buscar posiciones más firmes frente a lo que parece ser una fuente de vulnerabilidad creciente. Es significativo que un diario conservador como The Wall Street Journal reconozca que el mercado ha sido afectado por las dudas de los agricultores de Estados Unidos sobre los cultivos transgénicos, ya que después de 20 años en el mercado muestran numerosas desventajas: supermalezas resistentes a los agrotóxicos, rendimientos que no equiparan el alto costo de las semillas transgénicas, ni el costo de aplicar más cantidad y más fuertes agrotóxicos para matar malezas y plagas resistentes, ni el aumento de trabajo para controlar las hierbas. El desplome de los precios de las commodities agrícolas aceleró el malestar, llevando a que agricultores que sembraban transgénicos vuelvan a buscar semillas no transgénicas, más baratas y con igual o mejor rendimiento. (The Wall Street Journal, 14/9/16, http://tinyurl.com/gtemcmo)

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