lunes, 18 de junio de 2018

Trump intensifica la guerra comercial con una nueva amenaza arancelaria contra China

Nick Beams, wsws

El presidente Trump volvió a intensificar la guerra comercial con China y amenazó con imponer aranceles a bienes adicionales por valor de 200 mil millones de dólares, tras la decisión china de tomar represalias contra la imposición de aranceles del 25 por ciento que cubren 50 mil millones de dólares de exportaciones chinas el viernes pasado.

En un comunicado emitido el lunes por la noche, Trump dijo que había ordenado al Representante de Comercio de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, que elaborara una lista de artículos valorados en $200 mil millones para imponerles un arancel del 10 por ciento.

Trump también indicó que estaba dispuesto a imponer aranceles sobre un valor adicional de $200 mil millones a otros bienes. En otras palabras, si todas las medidas siguieran adelante, cubrirían prácticamente todas las exportaciones chinas a los EEUU.

La nueva medida, que este martes tuvo un efecto negativo a la baja de las bolsas de valores, responde a la amenaza de Trump de buscar "tarifas adicionales" si China toma medidas de represalia contra exportadores estadounidenses o compañías estadounidenses que operan en China.

China ha dicho que impondrá aranceles a una gama de productos, incluidos los agrícolas y los automóviles, y que los compromisos para aumentar el flujo de exportaciones estadounidenses, acordados en las negociaciones durante las últimas semanas, están fuera de discusión.

"China aparentemente no tiene intención de cambiar sus prácticas desleales relacionadas con la adquisición de propiedad intelectual y tecnología estadounidenses", dijo Trump en una declaración desde la Casa Blanca. Las medidas estadounidenses seguirían adelante "si China se niega a cambiar sus prácticas, y también si insiste en seguir adelante con las nuevas tarifas que ha anunciado recientemente".

El Ministerio de Comercio de China respondió con una declaración de que la amenaza de aranceles adicionales era "presión extrema y chantaje".

"Si EEUU sufre una pérdida de racionalidad y publica una lista (de tarifas), China tendrá que adoptar fuertes contramedidas, que serán medidas integrales que combinan cantidad y calidad", dijo el comunicado publicado en su sitio web.

En su anuncio de la aprobación de las tarifas el viernes pasado, Trump dejó en claro que el objetivo central de los EEUU no es principalmente la reducción del déficit comercial de EEUU con China. Más bien está impidiendo el desarrollo de la capacidad china en el desarrollo de alta tecnología que considera una amenaza tanto para su supremacía económica como para su supremacía militar.

El arancel del 25 por ciento se ha impuesto a los productos chinos que contienen "tecnologías industrialmente significativas". Incluye "bienes relacionados con el plan estratégico de Hecho en China en 2025 para dominar las industrias emergentes de alta tecnología que impulsarán el crecimiento futuro de China, pero afectarán el crecimiento económico para los Estados Unidos y muchos otros países. Estados Unidos ya no puede tolerar perder nuestra tecnología y nuestra propiedad intelectual a través de prácticas económicas injustas”.

El Senado también votó en contra de levantar una prohibición sobre la venta de componentes estadounidenses a la firma china de telecomunicaciones ZTE, una indicación de que los demócratas están de acuerdo con las medidas de Trump e incluso pueden querer ir más allá.

Mientras se ofrece a tomar más exportaciones estadounidenses en un intento por reducir su superávit comercial, Beijing se ha negado a abandonar su plan de desarrollo tecnológico, una demanda que considera que reduce a China al estatus económico semicolonial.

El secretario de Estado, Mike Pompeo, pronunció una advertencia sobre las últimas medidas el lunes en un discurso ante el Club Económico de Detroit.

"Los líderes chinos en las últimas semanas han estado reclamando apertura y globalización, pero es una broma", dijo. "Seamos claros. Es el gobierno económico más predatorio que opera contra el resto del mundo hoy en día. Este es un problema que hace tiempo que deberíamos abordar”.

Pompeo declaró que el supuesto robo chino de propiedad intelectual estadounidense era "un nivel de hurto sin precedentes".

En un intento de ganar apoyo para el impulso contra China, luego del amargo conflicto en la reunión del G7, particularmente con Canadá, Pompeo adoptó un tono más conciliatorio con los aliados de Estados Unidos. Dijo que estaba "convencido" de que cuando se completaran las negociaciones habría "más volumen, más dólares y una mayor libertad de comercio entre Estados Unidos y Canadá".

Las últimas acciones de la administración de Estados Unidos provocaron una caída en los mercados bursátiles en medio de las crecientes preocupaciones de que la guerra comercial tendrá un impacto significativo en la inversión y las cadenas de suministro mundiales. Los mercados cayeron en Asia con el anuncio de aranceles adicionales propuestos con un descenso del índice de Hong Kong de más del 2 por ciento. Wall Street luego siguió con una caída de casi 300 puntos en el índice Dow Jones.

En los Estados Unidos, tanto la Cámara de Comercio de EEUU como la Business Roundtable, dos importantes grupos de presión empresarial han indicado que si bien acuerdan que es necesario tomar medidas contra las "prácticas comerciales discriminatorias" de China, la imposición de aranceles no es el enfoque correcto.

El exjefe del Consejo Económico Nacional, Gary Cohn, que renunció al cargo en abril debido a las diferencias en la política comercial, advirtió que una guerra comercial podría eliminar el impulso recibido por las empresas debido a los recortes tributarios corporativos del gobierno de Trump.

Otra advertencia ha venido del presidente del comité de derecho aduanero de la American Bar Association [de abogados], Peter Quinter, quien describió la escalada de los conflictos comerciales como "aterradora".

"La retórica por primera vez ha alcanzado un nivel en el que es real. Llevo 30 años haciendo leyes de comercio internacional y nunca había visto algo tan potencialmente peligroso para lo que llamo el estado de derecho", dijo Quinter al Financial Times. Las disputas comerciales sucedieron, dijo, pero este era un conflicto entre las dos mayores potencias económicas del mundo.

Tales puntos de vista se están extendiendo en los círculos financieros y comerciales internacionales. Antes del anuncio de las últimas medidas de Trump, el jefe del grupo global de servicios financieros suizos, UBS, Sergio Ermotti, dijo el al canal comercial estadounidense CNBC que le preocupaba que el conflicto comercial entre ellos y China pudiera "descontrolarse".

Advirtió que algo podría pasar "que va a un territorio donde la escalada de las medidas que se toman comienza a afectar el sentimiento empresarial".

"Estoy realmente preocupado de que... estas cosas se salgan de control. Alguien va a anunciar algo que luego desencadenará un problema más serio", dijo, y agregó que el riesgo comercial podría "venir de cualquier lado, Europa, EEUU, China, o de donde sea”.

El proteccionismo se convertiría en un problema importante si se combinara con otros eventos inesperados, como una aceleración por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos para levantar las tasas de interés.

"Las clases de activos tienen un precio bastante alto en todos los ámbitos. Las expectativas de rentabilidad comercial son bastante altas. Los mercados financieros no están listos para ninguna discontinuidad importante... en los lazos comerciales entre países", dijo Ermotti.

Queda por ver cuál será la respuesta china a las últimas medidas. Pero dado que EEUU presagia aranceles sobre productos chinos por valor de 200 mil millones de dólares, Beijing tendrá que mirar más allá de represalias ojo a ojo, ya que solo importa alrededor de 137 mil millones de dólares en bienes estadounidenses. Otra acción podría incluir medidas contra el valor de $200 mil millones de inversiones estadounidenses en China.

Señalando el peligro de tales medidas, un informe de Bloomberg señaló: "En el peor de los casos, a largo plazo, también hay acciones como vender sus acumulaciones masivas de tesorería [de China] o devaluar el yuan, movimientos que enviaría ondas de choque a través de los mercados globales”.

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