miércoles, 6 de julio de 2016

El Brexit y la OTAN alimentan la histeria anti-rusa

Las reacciones de la OTAN ante el Brexit hay que interpretarlas teniendo en cuenta la visión de Estados Unidos sobre la alianza atlántica. Inicialmente, el objetivo de la OTAN era mantener la URSS a raya. Hoy en día, al contar Rusia con la superioridad en materia de guerra convencional, el objetivo de la alianza atlántica ya no es hacer la guerra. En este momento, el único objetivo de la OTAN es mantener la ocupación militar estadounidense en Europa occidental y central. Para justificar ese proyecto hay que alimentar la histeria anti-rusa.
Manlio Dinucci, Voltaire

Mientras la atención político-mediático se concentra en el Brexit y sobre la posibilidad de que otros países traten de salir de la Unión Europea, la OTAN sigue reforzando su presencia y su influencia en Europa. Al tomar nota del hecho que «el pueblo británico ha decidido abandonar la Unión Europea», el secretario general de la alianza atlántica, Jens Stoltenberg, asegura que «el Reino Unido seguirá desempeñando su papel dirigente en la OTAN». También afirma que, ante la creciente inestabilidad e incertitud, «la OTAN es más importante que nunca como base de la cooperación entre los aliados europeos y entre Europa y Norteamérica».

En momentos en que la Unión Europea se resquebraja y hasta pierde pedazos, debido a la rebelión de amplios sectores populares afectados por las políticas «comunitarias» y bajo el efecto de sus propias rivalidades internas, la OTAN se proclama, más explícitamente que nunca, base de la unión entre los Estados europeos. Y estos últimos se ven así sometidos a la coyunda y cada vez más subordinados a Estados Unidos, país que refuerza su posición como líder de este bloque militar.

La cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la OTAN, a celebrarse en Varsovia el 8 y el 9 de julio, fue preparada en un encuentro –los días 13 y 14 de junio– entre los ministros de Defensa, encuentro ampliado en el que también participó Ucrania, a pesar de que este último país no es oficialmente miembro de la OTAN. Los ministros de Defensa decidieron reforzar la «presencia avanzada» en el este de Europa, a las puertas de Rusia, con el despliegue de 4 batallones multinacionales en los países bálticos y en Polonia.

Ese despliegue podría ser rápidamente reforzado, como lo ha demostrado un ejercicio de la «Fuerza Avanzada» que incluyó el traslado de un millar de soldados y 400 vehículos militares de España a Polonia en 4 días. Con ese mismo objetivo se decidió aumentar la presencia naval de la OTAN en el Mar Báltico y el Mar Negro, en los límites de las aguas territoriales rusas. Al mismo tiempo, la OTAN enviará más fuerzas militares, acompañadas de aviones-radar AWACS, al Mediterráneo, el Medio Oriente y África.

En la misma reunión, los ministros de Defensa se comprometieron a incrementar en más de 3 000 millones de dólares los gastos militares de la OTAN en 2016 –gastos que, únicamente en presupuestos militares, constituyen más de la mitad de los gastos militares registrados a nivel mundial– y a seguir incrementando las asignaciones de fondos al sector militar durante los próximos años. Ese es el preludio de la inminente cumbre de Varsovia, que se plantea 3 objetivos fundamentales:
  • «fortalecer la disuasión», o sea las fuerzas nucleares de la OTAN en Europa;
  • «proyectar la estabilidad más allá de las fronteras de la Alianza», o sea enviar fuerzas militares al Medio Oriente, África y Asia, e incluso más allá de Afganistán;
  • «ampliar la cooperación con la Unión Europea», o sea acentuar la integración de las fuerzas europeas a la OTAN, bajo las órdenes de Estados Unidos
La crisis de la Unión Europea, abiertamente declarada con el Brexit, facilita el proyecto de Washington: llevar la OTAN a un nivel superior creando un bloque militar, político y económico –mediante el TTIP-EEUU-UE, también bajo las órdenes de Estados Unidos, contra el área euroasiática en ascenso basada en la alianza entre Rusia y China.

En ese marco, la afirmación del primer ministro italiano Matteo Renzi en el foro de San Petersburgo, cuando dijo que «la expresión “guerra fría” está fuera de la historia y fuera de la realidad, que la UE y Rusia vuelvan a ser excelentes vecinos», es trágicamente grotesca. El entierro del gasoducto South Stream Rusia-Italia y las sanciones contra Rusia, ambas cosas por orden de Washington, ya han representado para Italia la pérdida de miles de millones de euros.

Y los nuevos contratos firmados en San Petersburgo pueden volar en pedazos en cualquier momento en medio del campo minado de la escalada de la OTAN contra Rusia. Escalada en la que participa el gobierno de Matteo Renzi, quien, mientras dice que la guerra fría está fuera de la realidad, colabora en el despliegue en suelo italiano de las nuevas bombas atómicas estadounidenses para atacar Rusia.

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